DIA 257--Job 38--39 Sabiduría 12,1-11 Lucas 24,1-27


Job 38
"Yavé respondió a Job en medio de la tempestad, y le dijo: 2.«¿Quién es ese que oscurece mis designios y habla de lo que no sabe? 3.Amárrate los pantalones como hombre; voy a preguntarte, y tú me enseñarás. 4.¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? ¡Habla, si es que sabes tanto! 5.¿Sabes tú quién fijó sus dimensiones, o quién la midió con una cuerda? 6.¿Sobre qué están puestas sus bases o quién puso su piedra angular, 7.mientras cantaban a coro las estrellas del alba y aclamaban todos los hijos de Dios? 8.¿Quién encerró con doble puerta el mar cuando salía borbotando del seno materno, 9.cuando le puse una nube por vestido y espesos nublados por pañales; 10.cuando le fijé sus límites y le puse puertas y cerrojos 11.diciendo: «Hasta aquí no más llegarás, aquí se romperá el orgullo de tus olas»? 12.¿Has mandado una vez en tu vida a la mañana o indicado a la aurora su lugar, 13.para que tome los bordes de la tierra y eche fuera de ella a los malhechores? 14.El suelo entonces toma un color de arcilla y se tiñe de rojo como un vestido. 15.Les quita su luz a los malvados y quiebra el brazo que iba a matar. 16.¿Has llegado hasta donde nace el mar y paseado por el fondo del abismo? 17.¿Se te han mostrado las puertas de la muerte? ¿Has visto los porteros del país de la sombra? 18.¿Has medido las llanuras inmensas? ¡Indícalo, si lo sabes! 19.¿Por dónde se va a la morada de la luz y de dónde salen las tinieblas? 20.Si sabes ir hasta su casa, podrías encaminarlas hasta allá. 21.Peroi lo sabes, pues naciste antes que ellas y grande es el número de tus días. 22.¿Has llegado a los depósitos de nieve? ¿Has visto las reservas de granizo 23.que guardo yo para los días de angustia, para el día de la guerra y del combate? 24.¿De dónde sale y se difunde la luz,de dónde el viento de oriente que barre la tierra? 25.¿Quién abre un canal al aguacero y una senda al estrépito de los truenos, 26.para que llueva sobre la tierra inhabitada, sobre el desierto donde no hay un ser humano, 27.para regar las soledades desoladas, y hacer germinar en tierra árida hierba verde? 28.¿Tiene padre la lluvia? ¿Quién engendra las gotas del rocío? 29.¿Qué seno dio a luz al hielo? ¿Quién engendra la escarcha del cielo 30.cuando las aguas se endurecen como piedras, y se congela la superficie del abismo? 31.¿Puedes tú anudar los lazos de las Cabrillas o desatar las cuerdas del Orión? 32.¿Haces tú salir a su tiempo el lucero del alba y guías a la Osa con sus pequeños? 33.¿Conoces acaso las leyes de los cielos y haces que sus decretos se cumplan en la tierra? 34.¿Llegará tu orden hasta las nubes, de manera que te responda un diluvio de aguas? 35.¿Serás tú quien arroje los relámpagos? ¿Acaso te dirán: «Aquí estamos»? 36.¿Quién puso sabiduría en el ibis, y dio inteligencia al gallo? 37.¿Quién puede someter a las nubes, y vaciar los estanques del cielo, 38.para que el polvo se haga barro y los terrones se peguen entre sí? 39.¿Acaso tú preparas la caza de la leona y sacias el hambre de sus cachorros 40.cuando están agazapados en sus guaridas y se ponen al acecho en los matorrales? 41.¿Quién prepara al cuervo su alimento cuando sus polluelos claman a Dios y se agitan hambrientos?"


Job 39
"1.¿Sabes cómo se multiplican las gamuzas y has observado el parto de las ciervas? 2.¿Has contado los meses de su preñez, sabes la época de su parto? 3.Entonces se acurrucan y paren sus crías. En pleno desierto depositan su camada, 4.y cuando ya sus crías se hacen fuertes y grandes, se marchan y no vuelven más a ellas. 5.¿Quién dejó en libertad al burro salvaje y soltó sus amarras? 6.Yo le he dado el desierto por morada, y la tierra salitrosa por mansión. 7.El se ríe del tumulto de la ciudad y no escucha los gritos del arriero, 8.explora las montañas en busca de su pasto y de todo lo que es verde. 9.¿Querrá el búfalo trabajar para ti o pasar la noche en tu pesebre? 10.¿Podrás amarrarle al cuello con un cordel, para que vaya detrás de ti tapando los surcos? 11.¿Podrías contar con él por su mucha fuerza y encomendarle lo que a ti te cansa? 12.¿Estarás seguro que volverá para acarrear las gavillas a tu era? 13.El avestruz tiene unas alas alegres y unas plumas suaves como un plumón. 14.Pero pone sus huevos en la tierra y deja que el calor del suelo los empolle; 15.no se fija en que un pie puede aplastarlos y los animales del campo pueden abrirlos. 16.Ignora a sus pichones como si no fueran suyos, no le importa haberse sacrificado paara nada. 17.Porque Dios lo dejó sin razón y no le dio nada de inteligencia; 18.pero, apenas puede mantenerse en pie, se burla del jinete y de su caballo. 19.¿Tú das al caballo su fuerza y cubres de crines su cuello? 20.¿Tú lo haces saltar como langosta? Su fuerte relincho da miedo. 21.Da patadas en el suelo de la pradera, y relinchando con fuerza, se lanza al frente del ejército. 22.Se ríe del miedo y nada lo asusta ni la espada lo hace retroceder. 23.Sobre él resuenan las flechas, el brillo llameante de las lanzas y de los dardos. 24.Temblando de impaciencia devora la distancia y no se para hasta que resuena el clarín. 25.Cuando siente la trompeta relincha, y olfatea de lejos el combate, las órdenes de los jefes y el grito de guerra. 26.¿Diriges acaso el vuelo del halcón, cuando despliega sus alas hacia el sur? 27.¿Por orden tuya se eleva el águila y coloca su nido en las alturas? 28.Hace de la roca su mansión nocturna y de un picacho su fortaleza. 29.Desde ahí espia su presa, y sus ojos de lejos la divisan. 30.Alimenta con sangre a sus pichones, llega al instante donde cae un cuerpo.»"


Sabiduría 12,1-11
"1.y tu Espíritu imperecedero está en todo! 2.Así es como corriges de a poco a los que pecan. Les haces ver, mediante tus correcciones, en qué han pecado, para que renuncien al mal y crean en ti, Señor. 3.Así pasó con los antiguos habitantes de tu Tierra Santa: 4.los aborrecías debido a sus prácticas detestables, su brujería y sus ritos impíos, 5.el asesinato sin piedad de niñitos, los banquetes sanguinarios en que comían la carne humana con la sangre y las entrañas, mientras celebraban sus cultos secretos. 6.Habías decidido acabar con esos padres asesinos de seres indefensos por medio de nuestros padres. 7.Querías que esta a la que quieres más que a las demás, fuese la patria de los hijos de Dios dignos de ella. 8.Pero, incluso con estos antiguos habitantes, diste muestra de moderación porque eran seres humanos. Les enviaste, como vanguardia de tu ejército, avispas para que los destruyeran poco a poco. 9.Sin duda, habrías podido aplastar a los impíos por medio de los justos a través de una batalla, o aniquilarlos de un solo golpe por medio de fieras terribles o con una sola palabra salida de ti. 10.Pero, al castigarlos progresivamente, les dabas oportunidad para que se arrepintieran. No ignorabas sin embargo que su interior era perverso y que su maldad era innata, y que no cambiarían, 11.porque su raza había sido declarada maldita desde el principio. De todos modos, no fue por miedo a alguien que dejaste sin castigo sus crímenes. 12.Porque, ¿quién podría decirte: "¿qué has hecho?"; quién podría oponerse a tus decisiones? ¿Quién podría llamarte la atención por aniquilar a naciones que tú creaste? ¿Quién te impediría castigar a hombres injustos?"


Lucas 24,1-27
"1.El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. 2.Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, 3.y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4.No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. 5.Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? 6.No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo: 7."Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. "» 8.Y ellas recordaron sus palabras. 9.Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. 10.Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. 11.Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían. 12.Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido. 13.Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, 14.y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 15.Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; 16.pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. 17.El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. 18.Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» 19.El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; 20.cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. 21.Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. 22.El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, 23.y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. 24.Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.» 25.El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26.¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» 27.Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. 28.Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante. 29.Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos. 30.Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31.Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. 32.Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» 33.Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34.que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» 35.Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan. 36.Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» 37.Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. 38.Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? 39.Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.» 40.Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies. 41.Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?» 42.Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. 43.Lo tomó y comió delante de ellos. 44.Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."» 45.Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, 46.y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día 47.y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. 48.Vosotros sois testigos de estas cosas. 49.«Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.» 50.Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. 51.Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. 52.Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo, 53.y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios."