DIA 165--2 Reyes 4--5 Proverbios 4,20--5,6 1 Corintios 13



2 Reyes 4
"Una de las mujeres de los hermanos profetas llamó a Eliseo, diciendo: «Mi marido ha muerto, y tú sabes que él temía a Dios. Pero el hombre a quien debíamos ha venido a cobrar su deuda y, como no pudimos pagar, quiere tomar a mis dos hijos por esclavos.» 2.Eliseo dijo: «¿Qué puedo hacer por ti? Dime lo que tienes en tu casa.» Ella respondió: «No tengo absolutamente nada más que un poco de aceite para el aseo.» 3.Eliseo le dijo: «Ve, y pide a tus vecinos vasijas vacías. Trae todas las que puedas. 4.Luego entra en casa con tus hijos y cierra la puerta. Usted tomará la vasija en la cual tiene un poco de aceite, y echará en las que le han prestado. Y a medida que se vayan llenando, las pondrá aparte.» 5.La mujer se fue y se encerró en su casa con sus hijos. Ellos le pasaban las vasijas y ella las llenaba. 6.Cuando estuvieron todas llenas, ella dijo a su hijo: «Tráeme otra vasija.» El respondió: «Ya no hay más.» Y se detuvo el aceite. 7.Entonces ella se lo fue a decir al hombre de Dios. Este le dijo: «Anda a vender el aceite para pagar tus deudas y, con el dinero que sobre, podrás vivir tú y tus hijos.» 8.Un día que Eliseo pasaba por Sunem, una dama lo invitó a comer. Y después, siempre que viajaba a ese pueblo, iba a esa casa a comer. 9.La dama dijo entonces a su marido: «Mira, este hombre que siempre pasa por nuestra casa es un santo varón de Dios. 10.Si quieres le hacemos una pequeña habitación en la terraza, y ponemos en ella una cama, una silla y una lámpara. De esta manera, cuando venga a nosotros, podrá quedarse y descansar.» 11.Un día pasó Eliseo. Se fue a la habitación de la terraza y se acostó. 12.Luego dijo a Guejazí, su muchacho: «Llama a la dueña de la casa.» Vino ella a la llamada y se detuvo ante Eliseo, 13.quien le dijo: «Por todo lo que te molestas por nosotros, ¿qué podemos hacer por ti?, ¿quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?» Ella respondió: «No me falta nada en este pueblo.» 14.Eliseo dijo entonces a Guejazí: «¿Qué podemos hacer por ella?» Respondió el muchacho: «Ella no tiene hijos y su marido ya es viejo.» 15.Eliseo, pues, le dijo: «Llámala.» La llamó el muchacho y la dama se paró en la puerta. 16.Eliseo dijo: «El año próximo, por este tiempo, tendrás un hijo en brazos.» Ella le contestó: «No, mi señor, hombre de Dios, no engañes a tu servidora.» 17.Sin embargo, la mujer dio a luz un hijo, justo en el tiempo que le había dicho Eliseo. 18.Creció el niño. Un día fue a ver a su padre, que estaba con los segadores, 19.y tuvo un dolor de cabeza muy fuerte. El padre ordenó a un muchacho: «Llévaselo a su madre.» 20.Este lo tomó y lo llevó a la madre. La madre lo tuvo sobre sus rodillas hasta el mediodía, y murió. 21.Entonces la madre subió y lo acostó sobre la cama de Eliseo. Cerró la puerta y salió. 22.Luego llamó a su marido diciéndole: «Mándame una burra y uno de los muchachos. Voy a salir donde el hombre de Dios y vuelvo.» 23.El preguntó: «¿Por qué vas donde él? No es la luna nueva, ni sábado.» Pero ella dijo: «No te preocupes.» 24.Hizo aparejar la burra, diciéndole a su criado: «Guíame y no te detengas sin que yo te diga.» 25.Llegó al monte Carmelo, donde el hombre de Dios. Eliseo la vio de lejos y dijo a su muchacho: «Ahí viene nuestra sunamita. 26.Así que corre a su encuentro y pregúntale: ¿Tú estás bien? ¿Tu marido está bien? ¿El niño está bien?» Ella respondió: «Bien.» 27.Llegó hasta el hombre de Dios y se abrazó a sus pies. Entonces se acercó Guejazí para separarla, pero el hombre de Dios le dijo: «Déjala, porque su alma está amargada y Yavé no me lo hizo saber ni me ha revelado el motivo de su pena.» 28.Ella dijo: «¿Acaso te había pedido un hijo? ¿Por qué me has engañado?» 29.Eliseo dijo a Guejazí: «Prepárate, toma mi bastón y vete. Si te encuentras con alguien, no te detengas a saludarlo, y si alguien te saluda, no le respondas. Y apenas llegues pondrás mi bastón sobre la cara del niño.» 30.Pero la madre del niño dijo: «Juro por Yavé y por tu vida que no te dejaré.» Entonces Eliseo se levantó y fue tras ella. 31.Guejazí había ido adelante y había puesto sobre la cara del niño el bastón, pero el niño no dio señales de vida, de modo que volvió donde ellos y dijo: «El niño no se despierta.» 32.Cuando llegó Eliseo a la casa, el niño muerto estaba acostado en su cama. 33.Eliseo entró y cerró la puerta tras de sí, y oró a Yavé. 34.Luego se acostó sobre el niño, puso su boca sobre la boca del niño, sus ojos sobre los ojos, sus manos sobre las manos, y el calor volvió al cuerpo del niño. 35.Eliseo se puso a caminar por la casa, de un lado a otro. Luego volvió a acostarse sobre el niño hasta siete veces, y el niño estornudó y abrió sus ojos. 36.Eliseo entonces llamó a Guejazí y le dijo: «Llama a la dama.» Y, cuando llegó, Eliseo le dijo: «Toma tu hijo.» 37.Ella se postró a sus pies y luego salió, llevándose al hijo. 38.Eliseo volvió a Guilgal. Había gran escasez de alimentos en la región y, cuando los hermanos profetas vinieron a sentarse junto a Eliseo, dijo a su muchacho: «Toma la olla grande y prepara un caldo para los hermanos profetas.» 39.Uno de ellos salió al campo para recoger verduras; halló una planta silvestre y tomó de ella frutas venenosas hasta llenar su capa. Cuando estuvo de vuelta las cortó en pedazos en la olla donde se preparaba el caldo, pues no sabía lo que era. 40.Luego sirvieron a la gente. Pero en cuanto probaron la sopa, gritaron: «Hombre de Dios, es puro veneno», y no pudieron comer más. 41.Entonces Eliseo dijo: «Tráiganme harina.» Y la echó a la olla. Luego dijo: «Sirve a esa gente y que coman.» Ya no había nada malo en la olla. 42.Llegó de Baalsalisa uno que traía al hombre de Dios pan y trigo. Eran los primeros veinte panes hechos con cebada de la última cosecha. Eliseo le dijo: «Da los panes a estas personas para que coman.» 43.Su servidor le dijo: «¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?» «Dáselos a la gente para que coma -insistió Eliseo-, porque así dice Yavé: Comerán todos y sobrará.» 44.El hombre entonces se los presentó; ellos comieron y dejaron sobras, como Yavé había dicho."


2 Reyes 5
"1.Naamán era el jefe del ejército del rey de Aram. Este hombre era muy estimado. Gozaba del favor del rey porque Yavé se había valido de él para conducir a la victoria el ejército de los arameos. Pero este valiente estaba enfermo de lepra. 2.Un día, unos soldados arameos entraron al país de Israel y se llevaron cautiva a una muchachita, que quedó al servicio de la mujer de Naamán. 3.Ella dijo a su patrona: «Ojalá mi señor se presentara al profeta que hay en Samaria, pues él le sanaría la lepra.» 4.Fue entonces Naamán ante el rey y le dijo: «Esto dice la muchachita que me trajeron de Israel.» 5.Le dijo el rey de Aram: «Anda donde el profeta y además mandaré una carta al rey de Israel.» Naamán, pues, se fue tomando diez barras de oro, seis mil monedas de plata y diez vestiduras. 6.Al llegar entregó al rey de Israel la carta, que decía: «Te presento a mi servidor Naamán para que lo sanes de su lepra.» 7.Al leer la carta el rey, rasgó sus vestidos para manifestar su indignación: «Yo no soy Dios para dar muerte o vida. ¡Y el rey de Aram me manda a este hombre para que lo sane! Reconozcan y vean que busca pretextos de guerra.» 8.El hombre de Dios, Eliseo, supo que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, y le mandó a decir: «¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que el hombre venga a mí, y sabrá que hay un profeta en Israel.» 9.Naamán, pues, llegó con su carro y sus caballos, y se detuvo ante la casa de Eliseo. 10.Eliseo mandó un mensajero a decirle: «Anda al río Jordán y lávate siete veces, y tu carne se volverá como antes y serás purificado.» 11.Naamán se enojó y se retiró. Había pensado: «A mi llegada saldrá personalmente a encontrarme, se detendrá y rogará a Yavé. Con su mano tocará la parte enferma y quedaré sano. 12.¿Acaso no son mejores el Abaná y el Farfar, ríos de Damasco, que todos los ríos del país de Israel? ¿No podría bañarme en los ríos de Damasco para mejorarme de la lepra?» 13.Sus servidores se acercaron a él cuando se iba, y le dijeron: «Padre, si el profeta te hubiera mandado hacer una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? Y ¡qué fácil es bañarte, como el profeta te ha ordenado!» 14.Naamán aceptó bajar al Jordán y se bañó siete veces, como le había dicho Eliseo. Su piel se puso suave como la de un niño y quedó purificado. 15.Entonces Naamán regresó al hombre de Dios con toda su gente. Entró y le dijo: «Ahora sé que no hay en el mundo otro Dios que el de Israel. Te pido que aceptes estos regalos de parte de tu servidor.» 16.Pero Eliseo contestó: «Lo juro por Yavé, a quien sirvo: no los aceptaré.» Y por más que Naamán insistió, no aceptó sus regalos. 17.Entonces Naamán le dijo: «Ya que te niegas, permite que se me den unos sacos de tierra de tu país, la cantidad que puedan cargar dos mulos. La usaré para construir un altar a Yavé, pues a ningún otro ofreceré más sacrificios. 18.Solamente acompañaré a mi rey cuando vaya al templo de su dios Rimón. El se apoya en mi brazo, y yo me postraré con él; que Yavé me perdone esto.» 19.Eliseo le respondió: «Vete en paz». Y Naamán se fue. 20.Cuando Naamán estaba ya a cierta distancia, Guejazí, el muchacho de Eliseo, se dijo: «¡Pensar que mi señor no tomó los regalos que le trajo ese arameo! ¡Por Yavé, que correré tras él y recuperaré algo de esto!» 21.Guejazí partió tras Naamán. Este vio que corría tras él, y saltó de su carro para saludarlo. Guejazí le dijo: 22.«Perdón, señor, mi patrón me envía a decirle: Acaban de llegar a mí dos jóvenes de la montaña de Efraím, de la comunidad de los profetas; dame, por favor, para ellos un talento de plata y dos trajes nuevos.» 23.Naamán le dijo: «Dígnate aceptar dos talentos de plata.» Insistió en que los aceptara y metió dos talentos de plata con dos trajes nuevos en dos sacos y se los entregó a dos de sus criados, que los llevaron delante de Guejazí. 24.Cuando llegaron a Ofel, Guejazí se los quitó y los puso en su casa. Luego despidió a los dos servidores de Naamán, que se fueron. 25.Cuando se presentó a su señor Eliseo, éste le preguntó: «¿De dónde vienes, Guejazí?» Le contestó: «No ha ido tu siervo a ninguna parte.» 26.Le replicó Eliseo: «¿No te acompañaba mi espíritu cuando un hombre saltó de su carro para venir a tu encuentro? Ahora bien, tú has recibido plata y puedes comprar olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas. 27.Pero también la lepra de Naamán se pegará a ti y a todos tus descendientes para siempre.» Y Guejazí salió de su presencia con lepra blanca como la nieve."


Proverbios 4,20--5,6
"Hijos míos, escuchen la enseñanza de un padre, estén atentos para conocer la verdad. 2.Les doy un saber bueno, no rechacen mi enseñanza. 3.Yo mismo fui un hijo dócil con mi padre, el hijo regalón de mi mamá; 4.él me instruía entonces en estos términos: "¡Recuerda bien mis palabras; sigue mis consejos y vivirás! 5.¡Busca la Sabiduría! ¡Hazte inteligente! No olvides lo que te digo, no menosprecies mis palabras. 6.Si no abandonas la sabiduría, ésta te protegerá; ámala y velará por ti. 7.El principio de la Sabiduría es correr tras ella; ¡busca la inteligencia a cambio de todo lo que tienes! 8.Elígela, te exaltará; apégate a ella, te honrará. Pondrá en tu cabeza una magnífica diadema, te regalará una corona de gloria". 10.Atiéndeme, pues, hijo mío, toma en serio mis palabras, y vivirás largos años. 11.Cuando te haya enseñado los caminos de la sabiduría, cuando haya orientado tu ruta, caminarás sin vacilar y podrás correr sin miedo a caerte. 13.Conserva mi disciplina, no la dejes: guárdala y vivirás. 14.¡Pero, no tomes el camino de los malvados, no vayas por el sendero de los malos! 15.Evítalos, apártate de ellos; ándate por otro camino y pasa lejos. 16.Porque no pueden dormir si no hacen el mal; no descansan en tanto no le hayan hecho daño a alguien. 17.El crimen se volvió su pan, y la violencia, el vino de que tienen sed. 18.El camino de los justos es como la luz de la aurora: su resplandor va aumentando hasta el mediodía. 19.Pero el camino de los malvados es sólo oscuridad; no ven lo que los hará caer. 20.¡Hijo mío, pon atención a mis palabras, oye bien mis discursos! 21.Tenlas presentes en el espíritu, guárdalas en lo más profundo de tu corazón. 22.Porque son vida para el que las acoge, son un remedio para el cuerpo. 23.Primero que nada, vigila tu corazón, por que en él está la fuente de la vida. 24.Rechaza cualquier lenguaje perverso, abstente de cualquier mentira. 25.Que tus ojos miren de frente, que tu mirada sea franca. 26.Tantea primero el suelo bajo tus pies, para que tu andar sea seguro. 27.No te vuelvas a derecha ni a izquierda, sino que aléjate del mal."


1 Corintios 13
"Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. 2.Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. 3.Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. 4.El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. 5.No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. 6.No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. 7.Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. 8.El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. 9.Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado; 10.y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá. 11.Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. 12.Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido. 13.Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor."