EXODO-Nacimiento de Moisés



Primer personaje que aparece en el libro del Exodo. Descendiente de la tribu de Levi, quien era hijo de Jaconb o Israel y hermano de José, por quien los judios llegaron a Egipto.
Leví (heb. לֵוִי‎;) "unido [juntado]" o "apegado [adherido, pareado, asociado]". 
En Mari se encontró un nombre estrechamente vinculado, Lawi-ilu, "uno apegado al dios". En inscripciones sudar, los términos lw y lw t significan "sacerdote" y "sacerdotisa", respectivamente.
Descendencia 
Leví tuvo tres hijos: Gersón, Coat y Merari  nacidos en Egipto y los nombres de los tres hijos corresponden con las divisiones principales de los levitas. 
Moisés y Aarón eran de la familia de Coat por parte de su padre, Amram. Su madre, Jocabed, también era de linaje levita 
Muerte 
Leví murió a la edad de 137 años Y fue el antepasado de la tribu de los levitas, quienes fueron elegidos para servir en el santuario.
De extracción levítica y nacido en una época en que un edicto real había decretado el ahogamiento de todos los descendientes varones entre los israelitas, el “hermoso niño” Moisés, tras vivir escondido por tres meses, fue puesto en una cesta en la ribera del Nilo. 
Un hermano (Éx. 7,7) y una hermana (Éx. 2,4) mayores, Aarón y María (V.A. y V.R., Miriam) ya habían agraciado la unión de Yokebed y Amram. María se mantuvo de vigilia en el río y fue esencial para inducir a la hija del faraón, la cual rescató al niño, a confiarlo a una nodriza hebrea. Fue Yokebed a quién ella intencionalmente convocó para el encargo, la cual, cuando su “hijo hubo crecido”, se lo entregó a la princesa. En su nuevo ambiente, él fue educado “en toda la sabiduría de los egipcios” (Hch. 7,22).
Según la  Torá:
La quema de sus labios 
 A la edad de tres años, Moisés estaba sentado a la mesa junto a sus abuelos adoptivos, el faraón y su esposa, la princesa Batía y los ministros. Moisés bajó del regazo de Batía y caminó hacia el rey. Quitó la corona al faraón y la colocó sobre su propia cabeza. Uno de los consejeros del faraón, Bilam, exclamó que se trataba de una acción profética y que Moisés le arrebataría el trono. Por tal motivo, otro ministro sugirió que se colocase enfrente del niño un diamante y un carbón ardiente, para determinar su verdadera astucia. Moisés escogió la alternativa menos inteligente, agarró el carbón ardiente, lo llevó a su boca y se quemó los labios y la lengua. Moisés se salvó así de ser ejecutado, pero de ahí en adelante tuvo dificultad para hablar. La tradición oral cuenta que el pueblo judío, sabedor de la incapacidad de Moisés para la oratoria, se hacía comprender por influencia divina.

 

EXODO
Capítulo 1
Los descendientes de Jacob
1 Los nombres de los israelitas que llegaron con Jacob a Egipto, cada uno con su familia, son los siguientes: 2 Rubén, Simeón, Leví y Judá, 3 Isacar, Zabulón y Benjamín, 4 Dan y Neftalí, Gad y Aser. 5 Los descendientes de Jacob eran, en total, setenta personas, José ya estaba en Egipto. El crecimiento y la opresión de los israelitas 6 Después murieron José y sus hermanos, y toda aquella generación. 7 Pero los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron, hasta convertirse en una muchedumbre numerosa y muy fuerte, que llenaba el país. 8 Mientras tanto, asumió el poder en Egipto un nuevo rey, que no había conocido a José. 9 El dijo a su pueblo: «El pueblo de los israelitas es más numeroso y fuerte que nosotros. 10 Es preciso tomar precauciones contra él, para impedir que siga multiplicándose. De lo contrario, en caso de guerra se pondrá de parte de nuestros enemigos, combatirá contra nosotros y se irá del país» 11 Entonces los egipcios pusieron a Israel a las órdenes de capataces, para que lo oprimieran con trabajos forzados. Así Israel construyó para el Faraón las ciudades de almacenamiento de Pitom y Ramsés. 12 Pero a medida que aumentaba la opresión, más se multiplicaba y más se expandía. Esto hizo que la presencia de los israelitas se convirtiera en un motivo de inquietud. 13 Por eso, los egipcios redujeron a los israelitas a la condición de los esclavos, 14 y les hicieron insoportable la vida, forzándolos a realizar trabajos extenuantes: la preparación de la arcilla, la fabricación de ladrillos y toda clase de tareas agrícolas. 15 Además, el rey de Egipto se dirigió a las parteras de las mujeres hebreas –una de ellas se llamaba Sifrá y la otra Puá– 16 y les ordenó: «Cuando asistan durante el parto a las mujeres hebreas, observen bien el sexo del recién nacido: si es varón, mátenlo, y si es una niña, déjenla vivir». 17 Pero las parteras tuvieron temor de Dios, y en lugar de acatar la orden que les había dado el rey de Egipto, dejaban con vida a los varones. 18 El rey las mandó llamar y les preguntó: «Por qué han obrado así y han dejado con vida a los varones?». 19 Ellas le respondieron: «Por que las mujeres hebreas no son como las egipcias: tienen mucha vitalidad, y antes que llegue la partera, ya han dado a luz». 20 Por eso Dios fue bondadoso con las parteras. El pueblo creció cada vez más y se hizo muy poderoso, 21 y como ellas habían obrado con temor de Dios, él les concedió una familia numerosa. 22 Entonces el Faraón dio esta orden a su pueblo: «Arrojen al Nilo a todos los varones recién nacidos, pero dejen con vida a las niñas».
Capítulo 2
El nacimiento de Moisés

1 Un hombre de la familia de Leví se casó con la hija de un levita. 2 La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era muy hermoso, lo mantuvo escondido durante tres meses. 3 Cuando ya no pudo ocultarlo más tiempo, tomó una cesta de papiro y la impermeabilizó con betún y pez. Después puso en ella al niño y la dejó entre los juncos, a orillas del Nilo. 4 Pero la hermana del niño se quedó a una cierta distancia, para ver qué le sucedería. 5 La hija del Faraón bajó al Nilo para bañarse, mientras sus doncellas se paseaban por la ribera. Al ver la cesta en medio de los juncos, mandó a su esclava que fuera a recogerla. 6 La abrió, y vio al niño que estaba llorando; y llena de compasión, exclamó: «Seguramente es un niño de los hebreos». 7 Entonces la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: «Quieres que vaya a buscarte entre las hebreas una nodriza para que te lo críe»? 8 «Sí», le respondió la hija del Faraón. La jovencita fue a llamar a la madre del niño, 9 y la hija del Faraón le dijo: «Llévate a este niño y críamelo; yo te lo voy a retribuir». La mujer lo tomó consigo y lo crió; 10 y cuando el niño creció, lo entregó a la hija del Faraón, que lo trató como a un hijo y le puso el nombre de Moisés, diciendo: «Sí, yo lo saqué de las aguas».