DIA 47-Éxodo 26--27 Salmo 47--48 Mateo 25,14-30



Éxodo 26
La Morada
1 La Morada tendrá que ser hecha de diez cortinas de lino fino de color jacinto morado y rojo, adornadas con querubines. 2 Cada cortina tendrá catorce metros de largo y dos de ancho. Todas serán de una misma medida. 3 Cinco cortinas se unirán entre sí, y lo mismo las otras cinco. 4 Pondrás lazos de color morado en los lados y extremos de cada conjunto, para que puedan unirse uno con otro. 5 Cada conjunto tendrá por ambas partes cincuenta lazos, dispuestos de tal modo que uno corresponda a otro y se puedan ajustar entre sí. 6 Harás asimismo cincuenta broches de oro, con los que se han de trabar los dos conjuntos, de manera que formen una sola tienda.
7 También harás una cubierta de pelo de cabra para cubrir la Morada. Habrá once piezas, 8 cada una de ellas tendrá quince metros de largo y dos de ancho. Todas serán de la misma medida. 9 Reunirás las cinco primeras, y lo mismo las otras seis, de modo que la sexta se doble por delante de la entrada. 10 Harás también en la orilla de cada pieza de la cubierta cincuenta presillas, para que se pueda unir con la anterior, y cincuenta presillas en la otra orilla para unirla a la siguiente. 11 Harás asimismo cincuenta hebillas de bronce, mediante las cuales se traben las presillas para que se forme un solo toldo. 12 Sobrará la mitad de una de las cubiertas que sirven para toldo: dejarás caer esta mitad sobre la parte posterior y anterior de la Morada. 13 El medio metro que sobre en el largo de estas piezas caerá sobre los lados de la Morada para protegerla.
14 Harás también otra cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo para cubrir la Morada, y sobre ésta pondrás otra cubierta de cuero fino.
15 Harás asimismo tablones de madera de acacia para la Morada, cada uno de los cuales estará derecho; 16 tendrá cinco metros de largo y setenta y cinco centímetros de ancho. 17 En un lado de cada tablón se harán dos muescas para encajar un tablón con otro, y de este modo se dispondrán todos los tablones. 18 Veinte de éstos se pondrán en el lado meridional, 19 para los cuales harás cuarenta basas de plata, de suerte que dos basas sustenten los dos ángulos de cada tablón. 20 En la misma forma se pondrán veinte tablones al otro lado de la Morada que mira al norte, 21 los cuales tendrán cuarenta basas de plata: dos basas debajo de cada tablón. 22 Harás seis tablones para la parte occidental de la Morada. 23 Harás otros dos que se fijarán en las esquinas, a la espalda de la Morada, 24 donde estarán trabados de abajo arriba a la altura de la primera argolla; esto se hará para las dos esquinas. 25 Así serán en total ocho tablones con sus basas de plata, o sea dieciséis basas de plata, dos basas por cada tablón. 26 También harás travesaños de madera de acacia, cinco travesaños para los tablones del primer lado de la Morada, 27 y otros cinco para los tablones del otro lado; y además, cinco travesaños para los tablones de la parte atrás de la Morada, al occidente. 28 El travesaño atravesará los tablones de un extremo a otro. 29 Cubrirás de oro los tablones y los travesaños y harás para ellos argollas de oro, por las cuales pasarán los travesaños.
30 Así construirás la Morada, conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
31 Para el velo necesitarás lino fino retorcido color jacinto, púrpura, y de grana dos veces teñida, decorada en hermosa tapicería de querubines. 32 Lo colgarás ante cuatro columnas de madera de acacia, que estarán cubiertas de oro y tendrán ganchos de oro. Las columnas serán puestas sobre pedestales de plata. El velo quedará pendiente por medio de sortijas, y detrás de él pondrás el arca del Testimonio. 33 El velo servirá para separar el Lugar Santo del Lugar Santísimo.
34 Pondrás también el “Lugar del Perdón” sobre el arca del Testimonio en el Lugar Santísimo. 35 Fuera del velo pondrás la mesa de los panes, y enfrente de la mesa, el candelabro. Estará en el lado meridional de la Morada, mientras que la mesa estará en la parte septentrional.
36 Harás una cortina para la entrada de la Morada. Será de lino fino color jacinto, y púrpura, de grana dos veces teñida, con labores de tapicería. 37 Luego harás cinco columnas de madera de acacia, de las que cuelgue esta cortina. Serán cubiertas con láminas de oro y puestas sobre basas de bronce.


Éxodo 27
El altar para los sacrificios totalmente quemados
1 Harás también un altar de madera de acacia, que tendrá dos metros y medio de largo y otros tantos de ancho, esto es, cuadrado, y metro y medio de altura. 2 De sus cuatro esquinas saldrán cuatro cuernos que harán un cuerpo con él, y los cubrirás con láminas de bronce. 3 Para el servicio del altar fabricarás unas calderas donde recoger las cenizas, tenazas, tridentes y braseros. Todos estos utensilios serán de bronce. 4 Harás también un enrejado de bronce en forma de red en cuyos cuatro ángulos habrá cuatro anillos de bronce, 5 y lo pondrás debajo del plano o fogón del altar: este enrejado llegará hasta el medio del altar. 6 Harás también dos varas de madera de acacia cubiertas con láminas de bronce para transportar el altar: 7 las meterás por los anillos a los lados del altar cuando haya que transportarlo. 8 Harás el altar con paneles huecos de madera como te lo he mostrado en el monte.
9 Dispondrás un atrio en torno a la Morada. Por el lado sur será cerrado por cortinas de lino fino de un largo de cincuenta metros. 10 Colgarán de veinte columnas con otras tantas basas de bronce, cuyos ganchos y varillas serán de plata. 11 Harás lo mismo para el lado del norte. Las cortinas tendrán cincuenta metros de largo; las veinte columnas con sus veinte basas serán de bronce, pero los ganchos y las varillas serán de plata. 12 Por el lado del mar, esto es al oeste, lo ancho, unas cortinas de veinticinco metros marcarán su anchura; habrá diez columnas con otras tantas basas. 13 La anchura del atrio será también de veinticinco metros al oriente. 14 A un lado de la entrada se pon drán cortinas de siete metros y medio, con tres columnas y otras tantas basas. 15 Lo mismo al otro lado de la entrada. 16 Ante la entrada del atrio se pondrá una cortina de diez metros hecha de lino fino retorcido y bordado de color jacinto, púrpura y de grana dos veces teñida. Se sostendrá en cuatro columnas con otras tantas basas.
17 Todas las columnas que cercan el atrio llevarán varillas de plata, con ganchos de plata y basas de bronce. 18 El atrio tendrá una extensión de cincuenta metros de largo por veinticinco de ancho. La altura de las cortinas será de dos metros y medio; se harán de lino fino retorcido y tendrán basas de bronce. 19 Todos los utensilios de la Morada, para cualquier uso, serán de bronce, y lo mismo las estacas, tanto de la misma Morada como del atrio.
20 Da orden a los hijos de Israel que te traigan aceite de oliva puro y exprimido en mortero para las lámparas, de tal manera que nunca se apague la luz. 21 Aarón y sus hijos dispondrán esta lámpara en la Tienda del Testimonio, fuera del velo que está pendiente delante del Testimonio, 22 y estará ardiendo en presencia de Yavé desde la mañana hasta la tarde. Será esto un rito perpetuo para los hijos de Israel.


Salmo 47
Al rey de todas las naciones.
—Llega el Señor al final de los tiempos para empezar su reino. Aquí se lo muestra subiendo a su Templo en Jerusalén. Ya no es solamente el Dios de un pequeño pueblo, de una Iglesia minoritaria: todos los pueblos lo reconocen. De alguna manera, esta subida triunfal empezó con la ascensión de Jesús resucitado.
2 Aplaudan, pueblos todos,
2 aclamen a Dios con voces de alegría
3 pues el Señor, el altísimo, es terrible,
3 es un gran rey en toda la tierra.
4 Bajo nuestro yugo pone a las naciones
4 y los pueblos a nuestros pies;
5 él eligió para nosotros nuestra herencia,
5 orgullo de Jacob, su muy amado.
6 Dios sube entre fanfarrias,
6 para el Señor resuenan los cuernos;
7 canten, canten a Dios;
7 entonen salmos a nuestro rey;
8 a Dios que es el rey de toda la tierra,
8 cántenle un himno de alabanza.
9 Dios reina sobre las naciones,
9 Dios se sienta en su santo trono.
10 Los jefes de los pueblos se han unido
10 con el pueblo del Dios de Abrahán;
10 porque él es el señor de los grandes de la tierra,
10 él es Dios y es muy excelso.


Salmo 48
La Iglesia-Sión, monte de Dios.
—Sión es el otro nombre de Jerusalén, la ciudad santa. Este salmo recuerda la protección con que Dios la favoreció en varias ocasiones. Alégrense los creyentes, el Señor vela por nosotros.
2 Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo, 3 de hermosa altivez, alegría de toda la tierra. ¡Monte Sión, morada divina, ciudad del Gran Rey! 4 Dentro de sus torreones está Dios, se ha revelado como su baluarte.
5 Los reyes se habían unido, y juntos avanzaban, hasta que la vieron... y quedaron pasmados; presos de pánico, se dieron a la fuga. 7 Allí mismo los agarró un temblor, un escalofrío como de mujer en parto; 8 así es como el viento del oriente estrella a los navíos de Tarsis.
9 Tal como lo oímos, así lo vimos en la ciudad del Señor Sabaot, en la ciudad de nuestro Dios: él la ha asentado para siempre.
10 Oh Dios, recordamos tus favores en los patios de tu Templo; 11 que iguale, oh Dios, tu alabanza a tu nombre, y alcance los confines de la tierra. 12 Impone tu diestra tu justicia; se alegra el monte Sión; los pueblos de Judá saltan de gozo al presenciar tus juicios.
13 Recorran Sión y den la vuelta, cuenten sus torres 14 y contemplen sus defensas recorran uno a uno sus palacios; y digan a las nuevas generaciones: 15 ¡así es nuestro Dios!
15 Nuestro Dios por los siglos de los siglos, él nos conducirá.



Mateo 25,14-30
Parábola de los talentos
14 Escuchen también esto. Un hombre estaba a punto de partir a tierras lejanas, y reunió a sus servidores para confiarles todas sus pertenencias. 15 Al primero le dio cinco talentos de oro, a otro le dio dos, y al tercero solamente uno, a cada cual según su capacidad. Después se marchó.
16 El que recibió cinco talentos negoció en seguida con el dinero y ganó otros cinco. 17 El que recibió dos hizo otro tanto, y ganó otros dos. 18 Pero el que recibió uno cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su patrón.
19 Después de mucho tiempo vino el señor de esos servidores y les pidió cuentas. 20 El que había recibido cinco talentos le presentó otros cinco más, diciéndole: «Señor, tú me entregaste cinco talentos, pero aquí están otros cinco más que gané con ellos.» 21 El patrón le contestó: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón.»
22 Vino después el que recibió dos, y dijo: «Señor, tú me entregaste dos talentos, pero aquí tienes otros dos más que gané con ellos.» 23 El patrón le dijo: «Muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré mucho más. Ven a compartir la alegría de tu patrón».
24 Por último vino el que había recibido un solo talento y dijo: «Señor, yo sabía que eres un hombre exigente, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has invertido. 25 Por eso yo tuve miedo y escondí en la tierra tu dinero. Aquí tienes lo que es tuyo.»
26 Pero su patrón le contestó: «¡Servidor malo y perezoso! Si sa bías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he invertido, 27 debías haber colocado mi dinero en el banco. A mi regreso yo lo habría recuperado con los intereses. 28 Quítenle, pues, el talento y entréguenselo al que tiene diez. 29 Porque al que produce se le dará y tendrá en abundancia, pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene. 30 Y a ese servidor inútil, échenlo a la oscuridad de afuera: allí será el llorar y el rechinar de dientes.»