Su nombre original era Sarai pero Dios lo cambió a “Sara” antes de concederle el tener un hijo a la edad de 90 años.
Sara tiene el honor de ser la única mujer de la Biblia cuya edad al morir —127 años— quedó registrada, lo que indica el gran respeto que se le muestra en su calidad de madre del pueblo hebreo.
El apóstol Pedro citó a Sara como ejemplo de mujer santa entregada a Dios y poseedora de una belleza espiritual interior (Génesis, 11–23; Isaías 51,2; 1 Pedro 3,4–6).
Es la única mujer en la Biblia a la que Dios habla directamente.
Sara (hebreo para “princesa”, otra forma es Sarai, palabra cuyo significado es dudoso, se encuentra en pasajes anteriores a Gén. 17,15)
Fue la esposa de Abraham y también su hermanastra (Gén. 12,15; 20,2). No encontramos otro relato sobre su parentesco.
Cuando Abraham va a Egipto debido a la hambruna, induce a Sara, quien aun a los sesenta y cinco años de edad era hermosa, a que dijera que era su hermana, tras lo cual ella es tomada para esposa del Rey de Egipto, quien, sin embargo, la devuelve después de una amonestación divina (Gén. 12).
En un relato distinto (Gén. 20), ella es tomada en condiciones similares por Abimélek, rey de Guerar, y devuelta igualmente a Abraham por una intervención divina.
Después de haber sido estéril hasta los noventa años de edad, Sara, en cumplimiento de la promesa Divina, da a luz a Isaac (Gén. 21,1-7).
Más tarde la encontramos, debido a su envidia, maltratando a su sierva Agar la egipcia, quien le ha dado un hijo a Abraham, y finalmente lo obliga a echar a la esclava y a su hijo Ismael (Gén. 21).
Sara vivió hasta la edad de ciento veintisiete años, y al morir fue sepultada en la cueva de Makpelá en Hebrón (Gén. 23).
Isaías 51,2 se refiere a Sara como la madre del pueblo escogido. San Pedro alaba su sumisión a su esposo (1 Ped. 3,6). Otras referencias del Nuevo Testamento respecto a Sara se encuentran en Rom. 4,19; 9,9; Gál. 4,22-23; y Heb. 11,11.
Fuente: Driscoll, James F. "Sara." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.
Traducido por Giovanni E. Reyes. L H M
Fuente Enciclopedia católica
La biblia nos muestra numerosos personajes fascinantes. Algunos nos resultan claros otros nos dejan confundidos. Podríamos estar preguntándonos quién era Sara en la biblia.
Para el cristiano, Sara es sin duda una mujer extraordinaria de la Biblia y lo vamos a ver en detalles en esta catequesis.
Les adelanto que Sara tenía sin duda una personalidad muy parecida a la mujer de hoy. Se equivocó muchas veces, tuvo actitudes no cristianas, mintió, fue rebelde, llegó a ser injusta con su esclava Agar, mujer menos favorecida que ella.
En si, Sara es un modelo imperfecto pero que por la gracia y el amor de Dios se convierte en una referencia de perfección.
Es un personaje lleno de profundas reflexiones que nos hacen pensar en nuestras debilidades, e impaciencias. Su vida nos invita a la perseverancia y la confianza en Dios.
QUIÉN ERA SARA EN LA BIBLIA
Sara fue esposa de Abraham (padre de la fe) cuyo nombre originalmente era SARAY. (Genesis 11:29). Estuvo siempre al lado de su esposo y compartió con él tanto sus alegrías como desafíos, sus dolores como también sus bendiciones.
Cuando ABRAHAM recibió la promesa de que Dios le concedería una tierra y una descendencia, Sara ya era una anciana, su matriz estaba completamente seca de hecho toda su vida había sido estéril.
SARA ERA UNA MUJER HERMOSA
Aun anciana, Sara era una mujer hermosa que despertaba pasiones incluso en altos funcionarios y gobernantes pero debido a su esterilidad, era rechazada. Recuerden que en aquella época la descendencia era muy importante.
Sara tenía 90 años cuando le sorprendió la promesa que DIOS le hizo a su esposo ABRAHAM de que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas del cielo y las arena de las playas. Imposible de creer para el mundo de hoy!
En una ocasión Sara y Abrahan bajan a EGIPTO debido al hambre que azotaba al país. Abraham tenía miedo que lo mataran por envidia debido a la belleza de Sara, su mujer, así que le pidió que se hiciera pasar por su hermana.
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SARA MIENTE
Eran una pareja cómplices, Sara accedió a su petición para protegerlo y se hace pasar por su hermana. Al llegar a Egipto, su belleza de inmediato se hizo notar atrayendo la atención de los funcionarios de Egipto los cuales pensando que era una mujer soltera, llegó a ser invitada de honor al palacio del Faraón.
Abraham recibió muchos regalos por ella Génesis 12:16. En una ocasión su mentira fue descubierta y fueron expulsados del país de Egipto.
SARA SE DESESPERA Y CUESTIONA
En ocasiones Sara se desesperaba y cuestiona a su esposo por el tema de la promesa. Para ella era totalmente imposible tener un hijo debido a que ambos eran bastante mayores y ella había sido estéril todo su vida. Imaginate tamaño milagro.
La alegría de la promesa de un hijo era notoria y renacía en ella una bella esperanza. Y aunque casi era imposible de creer a nivel lógico y humano, ella tenía esta semilla sembrada en su corazón, Dios le regalaría un hijo.
Lo cierto es que esa posibilidad de tener un hijo venía de la promesa del mismo Dios. Sara lo razonaba en su mente, cómo sería su hijo? Pasaron varios años y se preguntaba cuándo sucedería esto? Cómo pasaría aquella hazaña?
FUE UNA MUJER RECHAZADA POR LA SOCIEDAD DE AQUEL TIEMPO
Imagina la incertidumbre y el dolor que debió sentir esta mujer rechazada por la sociedad debido a su esterilidad y una promesa que no terminaba de cumplirse.
Su desánimo llegó al punto de pensar que la descendencia no vendría por ella sino de su esclava Agar. Sara puso a su esclava AGAR en brazos de su esposo para que de ella y él naciera el tan deseado hijo.
Ella realizó el sueño de su esposo de tener un hijo aunque no fuera de ella. De ahí que cuando la esclava Agar se vio en cinta de ABRAHAM empezó a humillar a SARA por poder ser ella quien diera un hijo a su señor. Lo cual trajo como consecuencia muchos problemas entres ellas. Sara no se queda de brazos cruzados sino que también empieza a maltratar a Agar.
DIOS RECONSTRUYE LA HISTORIA DE SARA
Sara comete muchos errores, pero Dios cumple lo que promete. El hijo de la esclava no era el hijo de las promesas divinas sino, consecuencia del desatino de SARA por no confiar y esperar el tiempo de DIOS. Así como nos pasa a nosotros tantas veces cuando no saber esperar en nuestro creador que todo lo puede.
Increíble verdad! Ahora vamos a ver un poco el poder y la misericordia de Dios.
Sara a pesar de su impaciencia fue bendecida no solo con un hijo sino con una larga descendencia. Su familia se convirtió en naciones de reyes y pueblos numerosos. Lo dice las escrituras en Génesis 17:16-17.
Por eso no importa tu pasado, dios te llama y quiere hacer una historia de amor contigo.
Podríamos decir que esta bendición vino después de una larga espera por eso hay que ser pacientes. Es cierto que es difícil confiar y esperar en lo que no controlamos. Pero fijate en la historia de Sara, ella era ya muy anciana y su matriz no tenía vigor igual que su esposo, pero Dios es fiel y mantuvo su promesa, Dios cumple lo prometido.
Por eso como cristiano aprendamos a esperar y a confiar más en el poder de la gracia de Dios.
SARA demuestra que lo importante de la espera no es solo esperar sino que también tener fe, perseverar y confiar hasta el final del trayecto.
En esta espera debemos pedir ver con claridad cada signo de Dios a lo largo del camino, esa es nuestra meta como cristianos.
Los ángeles volvieron a visitar a ABRAHAM, y le dijeron
“¿Dónde está Sara tu mujer?” …Y uno de ellos le dijo: “Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo, y Sara tu mujer tendrá un hijo.” Génesis 18:10-12.
Justo al cabo del tiempo señalado por los ángeles, nació ISAAC cuyo nombre significa risas.
Convencida y Feliz por la realización de la promesa, Sara dice: “… Dios me ha hecho reír; cualquiera que lo oiga se reirá conmigo.” Génesis 21:6
O R A C I O N
Oremos hermanos al DIOS de lo imposible. Por nuestras necesidades más urgentes, aquellas que para la comprensión de la mente humana resulta imposible.
Para que asi como en SARA se cumplió la promesa de este hijo, pueda cumplirse en nosotros aquellas cosas que nos impiden la comunión con Dios y nos limitan para ser felices.
Oremos también por aquellas personas que desconocen esta palabra que invitan a saber esperar en DIOS en toda circunstancia. Para que puedan tener la esperanza de que DIOS no nos falla, la confianza de que el siempre viene en nuestro auxilio y que la fe nos llega en el tiempo de espera. AMEN.
-Maria Cristina
Fuente: Nuestra Biblia católica
Qué necesita:
Papel o cartulina de un color oscuro
Papel es de color (verde o arena)
Pintura
Cepillo de dientes
Copia de la plantilla
Tijeras
Pegamento
Un poco de cartón
Qué hacer:
Añada un poco de agua a la pintura.
Sumerja el cepillo de dientes en pintura y use cartón para salpicar sobre papel.
Permite que la pintura se seque.
Recorte la imagen de la plantilla.
Rasgue el papel para hacer montañas.
Pegue todo junto.
Mire las estrellas
Si tienes la suerte de tener un cielo despejado una noche, salgan juntos para que miren a las estrellas.
Pídale a su hijo que imagine ser Abraham o Sarah, cuando Dios le dijo que su familia se convertiría en las estrellas del cielo.
Juego de arena
A los niños les encanta jugar con arena, por lo que esta es una actividad fácil de configurar. Si tiene un pozo de arena, puede jugar en él, de lo contrario, vierta un poco de arena en un recipiente o bandeja y permita que su hijo juegue allí. Incluso podrías usar algo de arena cinética. Permítales jugar libremente. En algún momento, él puede intentar contar diez granos de arena. Comparta nuevamente la promesa de Dios de Génesis capítulo 22.
Edificar una guarida o tienda (carpa)
Encuentre algunas cosas adentro o afuera para construir una guarida. Cuando termine, ¿por qué no lo usen para leer la historia de esta semana?
Si se siente realmente aventurero, ALce una carpa en el jardín.