DIA 303-Jeremías 33--34 Eclesiástico 18,1-14 Juan 6,41-71



Jeremías 33
"Estando Jeremías todavía preso en el patio de la guardia, la palabra de Yavé le llegó por segunda vez, de esta manera: 2.Esto dice Yavé, que hizo la tierra, dándole forma y firmeza, y cuyo nombre es Yavé. 3.Llámame y te responderé; te mostraré cosas grandes y secretas que tú ignoras. 4.Pues, respecto de las casas de esta ciudad y de los palacios reales, que van a ser demolidos, para servir de trincheras y de muros de defensa contra los caldeos, 5.Yavé, Dios de Israel, dice que esto no conducirá a otra cosa que a llenar la ciudad de cadáveres; allí estarán aquellos a quienes haya yo derribado con rabia y furor, y cuya maldad fue causa de que yo no quisiera mirar más a esta ciudad. 6.Yo, sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad. 7.Cambiaré la suerte de Judá y la de Jerusalén y los volveré a construir como antes. 8.Los limpiaré de todos esos pecados con que me ofendieron y se rebelaron contra mí. 9.Y Jerusalén será para mí motivo de alegría, de honor y de gloria ante todas las naciones de la tierra. El mundo entero, al oír todo el bien que voy a hacer a los míos, se asustará y temblará de tanta felicidad y paz que les concederé. 10.Ustedes dicen que este lugar está abandonado, sin habitantes ni ganados. Pero así dice Yavé: En todas las ciudades de Judá y en las calles desoladas de Jerusalén, ahora sin habitantes ni ganados, aún se oirán 11.gritos de gozo y de alegría, canción del novio y de la novia, voz de los que traigan sacrificios de alabanza a la Casa de Yavé. Y dirán éstos: «Alaben a Yavé porque es bueno, porque es eterno su amor.» Pues haré volver a los que fueron desterrados, y estarán como antes. 12.Así dice Yavé Sabaot: En este lugar sin habitantes ni ganados, y en todas las ciudades, habrá pastos y pastores que hagan acostarse a las ovejas 13.en las ciudades de la Montaña y en las de la Tierra Baja, en las del Negueb y en la tierra de Benjamín. En los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá volverán a pasar las ovejas bajo la mano del que las cuente, dice Yavé. 14.Se acerca ya el momento, dice Yavé, en que cumpliré la promesa que hice a la gente de Israel y a la de Judá: 15.En esos días, haré nacer un nuevo brote de David que ejercerá la justicia y el derecho en el país. 16.Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén vivirá segura y llevará el nombre de «Yavé es nuestra justicia». 17.Pues lo afirma Yavé: Nunca le faltará a David un descendiente para que se siente en el trono de Israel 18.ni tampoco les faltará a los sacerdotes y levitas un hombre que, en presencia mía, ofrezca holocaustos, queme incienso de oblación y celebre el sacrificio cada día. 19.En seguida Yavé se dirigió a Jeremías con estas palabras: 20.Si ustedes pudieran alterar el orden acordado por mí entre el día y la noche, de tal manera que no sea de día o de noche cuando corresponda, 21.entonces podría romper también mi alianza con David, mi siervo, para que no haya ningún hijo suyo que pueda ocupar el trono del rey, y con los sacerdotes y levitas que me sirven. 22.Multiplicaré la descendencia de David, mi servidor, y de los levitas, para que continúen en mi servicio, como el ejército de los cielos que no se puede contar, o como la arena del mar que no se puede calcular. 23.Una palabra de Yavé llegó a Jeremías: 24.¿No te has fijado en lo que esta gente comenta? Que Yavé ha dejado a un lado a las dos familias que había escogido, y, por eso, desprecian a mi pueblo, que para ellos ya no es una nación. 25.Mas Yavé sostiene: Si no es cierto que yo hice el día y la noche, ni establecí leyes para el cielo y la tierra, 26.en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión."




Jeremías 34
" 1.Estas fueron las palabras que Yavé dirigió a Jeremías, mientras el rey de Babilonia, Nabucodonosor, con todo su ejército, con todos los reinos de la tierra sometidos a su poder y todos los pueblos, atacaban a Jerusalén y a todas las ciudades de Judá. 2.Esta fue la palabra de Yavé, Dios de Israel: Anda a decirle a Sedecías, rey de Judá, lo que piensa Yavé. Muy pronto dejaré que esta ciudad caiga en manos del rey de Babilonia, quien la incendiará. 3.Y tú no creas que te vas a escapar de él, sino que caerás prisionero y serás entregado en sus manos. Verás al rey de Babilonia cara a cara y le hablarás frente a frente. Luego partirás a Babilonia. 4.Sin embargo, atiende esta palabra de Yavé, oh Sedecías, rey de Judá: Tú no morirás a espada, sino en paz. 5.Y así como se quemaron perfumes para tus antepasados, los reyes que gobernaron antes que tú, así también se quemarán en tu honor y se recitará por ti la lamentación «¡Ay, Señor!», pues soy yo quien lo afirma, dice Yavé. 6.El profeta Jeremías refirió todo esto a Sedecías, rey de Judá, en Jerusalén, 7.mientras el ejército del rey de Babilonia atacaba a Jerusalén y a las ciudades de Judá que aún quedaban, a saber Laquis y Azecá, que eran las únicas que todavía resistían de todas las ciudades de Judá, pues eran ciudades fortificadas. 8.Palabras que Yavé dirigió a Jeremías con respecto a la liberación de los esclavos.El rey Sedecías de acuerdo con el pueblo de Jerusalén, había proclamado solemnemente una liberación, 9.y cada uno debía dejar libres a sus esclavos de raza hebrea, hombres o mujeres. Nadie debía mantener en esclavitud a uno de sus hermanos judíos. 10.Todas las autoridades y el pueblo habían entendido el compromiso que tomaban y despidieron a sus esclavos. 11.Pero pronto cambiaron de parecer y los mandaron a buscar, reduciéndolos otra vez a la esclavitud. 12.Entonces Jeremías recibió esta palabra de Yavé: 13.«Yo hice una alianza con sus padres el día que los saqué de Egipto, de la casa de la esclavitud, y les dije: 14.Al cabo de siete años cada uno de ustedes dejará libre a su hermano. La persona de raza hebrea que se haya vendido a ti estará a tu servicio seis años y luego la despedirás libre. Pero sus padres no me escucharon ni se fijaron en esto. 15.Ustedes, sin embargo, se convirtieron hace poco e hicieron según mi deseo, proclamando la libertad de sus hermanos. Ese compromiso se tomó en mi presencia, en la casa que mi Nombre ha santificado. 16.Pero ustedes se arrepintieron después y profanaron mi Nombre, pues cada uno fue a buscar a su esclavo o a su sirvienta para hacerlos esclavos de nuevo.» 17.Por lo tanto, así dice Yavé: «Ustedes no me han escuchado al no conceder la libertad a su prójimo. Pues bien, voy a dejar libres contra ustedes a la espada, a la peste y al hambre, y llegarán a ser un ejemplo espantoso para todas las naciones de la tierra. 18.Esos hombres que firmaron el acuerdo y que después violaron el acuerdo que se tomó en mi presencia, - todos esos tendrán una suerte parecida a la del ternero que partieron para luego pasar entre sus pedazos. 19.Hablo de los jefes de Judá y de Jerusalem, de los oficiales y de los sacerdotes, y de todos los propietarios que pasaron entre las mitades del ternero.. 20.Los entregaré a sus enemigos, y sus cadáveres serán pasto de las aves y de las fieras. 21.Entregaré también a Sedecías, rey de Judá, y a sus oficiales en manos de sus adversarios, o sea, al ejército del rey de Babilonia que acaba de retirarse. 22.Pues ahora les doy una orden para que vuelvan. Atacarán esta ciudad y la tomarán para pegarle fuego. Y de de las ciudades de Judá no quedarán más que ruinas solitarias.»"




Eclesiástico 18,1-14
"El que vive eternamente lo creó todo por igual, 2.sólo el Señor será llamado justo. 4.A nadie dio poder de proclamar sus obras, pues ¿quién podrá rastrear sus maravillas? 5.El poder de su majestad, ¿quién lo calculará? ¿quién pretenderá contar sus misericordias? 6.Nada hay que quitar, nada que añadir, y no se pueden rastrear las maravillas del Señor. 7.Cuando el hombre cree acabar, comienza entonces, cuando se para, se queda perplejo. 8.¿Qué es el hombre? ¿para qué sirve? ¿cuál es su bien y cuál su mal? 9.El número de los días del hombre mucho será si llega a los cien años. 10.Como gota de agua del mar, como grano de arena, tan pocos son sus años frente a la eternidad. 11.Por eso el Señor es paciente con ellos, y derrama sobre ellos su misericordia. 12.El ve y sabe que su fin es miserable, por eso multiplica su perdón. 13.La misericordia del hombre sólo alcanza a su prójimo, la misericorida del Señor abarca a todo el mundo. El reprende, adoctrina y enseña, y hace volver, como un pastor, a su rebaño. 14.Tiene piedad de los que acogen la instrucción, y de los que se afanan por sus juicios. 15.Hijo, con tus beneficios no mezcles el reproche ni a tus regalos juntes palabras tristes. 16.¿No aplaca el rocío el viento ardiente? Así vale más la palabra que el regalo. 17.¿No ves que la palabra es más que un buen presente? Pues el hombre dadivoso une los dos. 18.El necio aun sin dar hace afrenta, quema los ojos el don del envidioso. 19.Antes de hablar infórmate, cuídate antes de estar enfermo. 20.Antes de juzgar examínate a ti mismo, y en el día de la visita encontrarás perdón. 21.Antes de estar enfermo humíllate, cuando peques muestra arrepentimiento. 22.Nada te impida cumplir tu voto en el momento dado, no aguardes hasta la muerte para justificarte. 23.Antes de hacer un voto prepárate; no seas como el hombre que tienta al Señor. 24.Acuérdate de la ira de los últimos días, y del momento del castigo, cuando Dios vuelva su rostro. 25.En tiempo de abundancia recuerda el tiempo de hambre, la pobreza y la penuria en días de riqueza. 26.De la mañana a la tarde corre el tiempo, todo pasa presto delante del Señor. 27.El hombre sabio es precavido en todo, en la ocasión de pecar se anda con cuidado. 28.Todo hombre prudente conoce la sabiduría, al que la encuentra le da su parabién. 29.Los prudentes en palabras hacen sabiduría y prodigan los proverbios acertados. 30.No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena. 31.Si te consientes en todos los deseos, te harás la irrisión de tus enemigos. 32.No te complazcas en la buena vida, no te avengas a asociarte con ella. 33.No te empobrezcas festejando con dinero prestado, cuando nada tienes en tu bolsa."




Juan 6,41-71
" 41.Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: «Yo soy el pan que ha bajado del cielo.» 42.Y decían: «¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?» 43.Jesús les respondió: «No murmuréis entre vosotros. 44.«Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45.Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46.No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47.En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48.Yo soy el pan de la vida. 49.Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50.este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51.Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» 52.Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» 53.Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54.El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55.Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56.El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57.Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58.Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.» 59.Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm. 60.Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» 61.Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? 62.¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?... 63.«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. 64.«Pero hay entre vosotros algunos que no creen.» Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. 65.Y decía: «Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.» 66.Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. 67.Jesús dijo entonces a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» 68.Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, 69.y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.» 70.Jesús les respondió: «¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo.» 71.Hablaba de Judas, hijo de Simón Iscariote, porque éste le iba a entregar, uno de los Doce."