DIA 302-Jeremías 31,23--32,44 Eclesiástico 17,15-32 Juan 6,22-40



Jeremías 31,23-40-
23.Estas son las palabras de Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: «Usarán nuevamente esta expresión en Judá y en sus ciudades, cuando yo haya mejorado su suerte: ¡Que Yavé te bendiga, oh morada de Justicia, monte santo! 24.Allí se restablecerá Judá con todas sus ciudades; cultivarán la tierra y cuidarán sus rebaños. 25.Yo daré de beber al alma agotada y saciaré a la que se desmaya.» 26.Entonces fue cuando me desperté, y vi que mi sueño había sido muy bueno. 27.Se aproximan días, dice Yavé, en que sembraré en la casa de Israel y en la de Judá semilla de hombres y semilla de animales. 28.Y del mismo modo que me preocupé por arrancarlos, destruirlos, demolerlos, acabarlos y perjudicarlos, así también estaré atento para edificarlos y plantarlos, dice Yavé. 29.Entonces no andarán diciendo más: «Los padres comieron uvas agrias y los hijos sufren dentera», 30.sino que cada uno morirá por su propio pecado. El que coma uvas agrias sufrirá dentera. 31.Ya llega el día -dice Yavé, en que yo pactaré con el pueblo de Israel (y con el de Judá) una nueva alianza. 32.No será como esa alianza que pacté con sus padres, cuando los tomé de la mano, sacándolos de Egipto. Pues ellos quebraron la alianza, siendo que yo era su Señor. 33.Esta es la alianza que yo pactaré con Israel en los días que están por llegar, dice Yavé: pondré mi ley en su interior, la escribiré en sus corazones, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 34.Ya no tendrán que enseñarle a su compañero, o a su hermano, diciéndoles: «Conozcan a Yavé.» Pues me conocerán todos, del más grande al más chico, dice Yavé; yo entonces habré perdonado su culpa, y no me acordaré más de su pecado. 35.Así se expresa Yavé, que ha puesto el sol para alumbrar el día, la luna y las estrellas para iluminar la noche, que agita el mar y hace bramar sus olas, y que se llama Yavé de los Ejércitos: 36.Si llegara a fallar este orden ante mí, dice Yavé, entonces la raza de Israel dejaría también de ser la nación que me sirve para siempre. 37.Si pudieran medirse los cielos por arriba y sondear por abajo los cimientos de la tierra, entonces yo también rechazaría a toda la raza de Israel por todo lo que ha hecho, dice Yavé. 38.Se acerca el tiempo, dice Yavé, en que la ciudad de Yavé será reconstruida desde la torre de Jananeel hasta la puerta del Angulo. 39.Y el cordel para medir será tirado en línea recta hasta la colina de Gareb, dando la vuelta después hacia Goat. 40.Y todo el valle de los muertos y de la ceniza, y los campos que limitan con el torrente de Cedrón hasta la esquina de la Puerta de los Caballos, al este, serán consagrados a Yavé. ¡Ya no volverán a ser destruidos ni declarados malditos!"



Jeremías 32,1-44
"1.Esta es la palabra deYavé que fue dirigida a Jeremías el año décimo del reinado de Sedecías, rey de Judá, o sea el año dieciocho de Nabucodonosor. 2.En ese entonces, el ejército del rey de Babilonia sitiaba a Jerusalén y el profeta Jeremías se hallaba detenido en el patio de la guardia del palacio real de Judá, 3.donde lo había mandado encerrar el rey Sedecías, con esta acusación: «¿Por qué andas diciendo en nombre de Yavé: Yo pondré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la tomará; 4.y Sedecías, rey de Judá, no escapará de manos de los caldeos, sino que será entregado, sin remedio, al rey de Babilonia, a quien podrá hablarle frente a frente y verlo cara a cara, 5.Sedecías será conducido a Babilonia y allí estará hasta que lo visite, dice Yavé. Y aunque ustedes peleen con los caldeos, no ganarán.» 6.En ese tiempo dijo Jeremías: Una palabra de Yavé me ha llegado, esto me dice: 7.«Hanamel, hijo de tu tío Selum, va a venir a verte para decirte: Cómprate mi campo, que tengo en Anatot, porque a ti te toca comprarlo por derecho de rescate.» 8.En efecto, de acuerdo a las palabras de Yavé, Hanamel, mi primo, vino a verme al patio de la guardia y me dijo: «Compra mi campo de Anatot, pues tú tienes el derecho de propiedad y el rescate te interesa; cómpralo.» Comprendí, entonces, que era una orden de Yavé; 9.compré ese campo a mi primo Hanamel de Anatot y le pagué como precio diecisiete siclos de plata. 10.Después hice la escritura de compra y la sellé, busqué unos testigos y pesé la plata en una balanza. 11.En seguida, tomé la escritura de compra, su ejemplar sellado y la copia abierta, 12.según las prescripciones de la ley, y se la entregué a Baruc, hijo de Nerías, hijo de Masías, en presencia de mi primo Hanamel, de los testigos que habían firmado la escritura de compra, y de todos los judíos que se encontraban en el patio de la guardia. 13.Delante de ellos di esta orden a Baruc: 14.Toma estos documentos, esta escritura de compra, el ejemplar sellado junto con la copia abierta, y colócalos en un cántaro de greda, a fin de que puedan conservarse mucho tiempo; 15.porque esto es lo que asegura Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: «Todavía se comprarán casas, campos y viñas en este país.» 16.Después de haber entregado a Baruc, hijo de Nerías, la escritura de compra, dirigí a Yavé esta oración: 17.«Ah, Señor Yavé, tú has hecho los cielos y la tierra con tu inmenso poder y con la fuerza de tu brazo. ¡Para ti nada es imposible! 18.Tú mantienes tu bondad por mil generaciones, pero castigas la falta de los padres en sus hijos. ¡Oh Dios grande y poderoso, que te llamas Yavé de los Ejércitos, 19.grande en tus proyectos y poderoso en tus realizaciones; tú tienes los ojos fijos en la conducta de los humanos para pagar a cada uno según su conducta y según el fruto de sus obras! 20 Tú que realizaste maravillas y prodigios, primero en Egipto y luego en Israel y en la humanidad entera hasta hoy, te has hecho famoso con todo eso, como se puede ver actualmente. 21.Tú sacaste a tu pueblo Israel de Egipto, en medio de milagros y prodigios, actuando con mano firme y dando grandes golpes, provocando un gran terror. 22.Después tú le diste esta tierra, que habías prometido con juramento a sus padres, tierra de donde brota leche y miel. 23.Llegaron a ella y se adueñaron de ella, pero no escucharon tu voz ni se portaron de acuerdo a tus mandamientos. Y como no hicieron nada de lo que tú les habías ordenado, tú mandaste contra ellos todas estas calamidades. 24.Pues bien ahora los terraplenes que se han construido para asaltar la ciudad ya están llegando a ella, y la ciudad va a caer en manos de los caldeos, que la atacan a espada, hambre y peste. Todo lo que tú anunciaste se está cumpliendo, como tú lo ves. 25.¡Y a pesar de todo, tú, oh Señor Yavé, me dices: «Cómprate este campo con plata, y toma testigos», justamente cuando la ciudad está a punto de ser conquistada por los caldeos! 26.Entonces Yavé me respondió en estos términos: 27.«Mira, yo soy Yavé, el Dios de todos los mortales; para mí nada es imposible. 28.Pues bien, afirma Yavé, voy a entregar esta ciudad en manos de los caldeos y de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que se apoderará de ella; 29.los caldeos, que están atacando a esta ciudad, entrarán y le prenderán fuego; arderán todas las casas en cuyas terrazas se quemó incienso a Baal y se derramó vino en honor de otros dioses, para provocarme. 30.Pues los hijos de Israel y los de Judá no han hecho otra cosa, desde su juventud, más que disgustarme; sí, los hijos de Israel no han hecho más que molestarme con las obras de sus manos, dice Yavé. 31.Esta ciudad ha sido el blanco de mi rabia y furor desde el día en que la edificaron hasta el día de hoy, y tendré que venir a hacerla desaparecer de mi vista, 32.debido a todas las maldades que han cometido para hacerme enojar los hijos de Israel y de Judá, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. 33.Me han dado la espalda en vez de la cara, y mientras yo trataba de instruirlos continuamente, nadie me puso atención para aprender la lección. 34.Han instalado sus ídolos hasta en la Casa sobre la cual descansa mi Nombre, para ensuciarla. 35.Han construido, además, altares a Baal, en el valle de Ben-Hinón, para quemar en el fuego a sus hijos e hijas en honor a Moloc, cosa que yo jamás les ordené, ni tampocose me pasó por la mente que practicarían tales infamias para hacer pecar a Judá.» 36.Así habla Yavé respecto de Jerusalén, en el momento que ustedes la ven entregada al rey de Babilonia por la espada, por el hambre y por la peste. Yavé dice: 37.«Yo los reuniré de todos los países adonde los empujé cuando estaba tan enojado, indignado y encolerizado. Los haré regresar a este lugar y haré que vivan seguros en él. 38.Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. 39.Y les daré un solo corazón y una sola manera de vivir, para que guarden siempre mi temor, para bien de ellos y de sus hijos después de ellos. 40.Pactaré con ellos una alianza eterna y no dejaré de acompañarlos para hacerles favores. Infundiré mi temor en su corazón para que no se aparten de mí. 41.Me alegrará hacerles bien, y los plantaré sólidamente en esta tierra, con todo el empeño de mi corazón.» 42.Así dice Yavé: «Así como mandé sobre este pueblo tanta desgracia, así traeré sobre ellos todo el bien que ahora les prometo. 43.En aquel tiempo comprarán campos en este país que ustedes consideran como un desierto, al quedar sin hombres ni animales, a merced de los caldeos. 44.De nuevo se comprarán campos y se firmarán contratos con sellos y con testigos, tanto en las tierras de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén como en las ciudades de Judá, de la llanura, de los cerros y del sur. Pues yo haré volver a sus cautivos.» Palabra de Yavé."




Eclesiástico 17,15-32
"1.De la tierra creó el Señor al hombre, y de nuevo le hizo volver a ella. 2.Días contados le dio y tiempo fijo, y dioles también poder sobre las cosas de la tierra. 3.De una fuerza como la suya los revistió, a su imagen los hizo. 4.Sobre toda carne impuso su temor para que dominara a fieras y volátiles. 6.Les formó lengua, ojos, oídos, y un corazón para pensar. 7.De saber e inteligencia los llenó, les enseñó el bien y el mal. 8.Puso su ojo en sus corazones, para mostrarles la grandeza de sus obras. 10.Por eso su santo nombre alabarán, contando la grandeza de sus obras. 11.Aun les añadió el saber, la ley de vida dioles en herencia. 12.Alianza eterna estableció con ellos, y sus juicios les enseñó. 13.Los ojos de ellos vieron la grandeza de su gloria, la gloria de su voz oyeron sus oídos. 14.Y les dijo: «Guardaos de toda iniquidad», y a cada cual le dio órdenes respecto de su prójimo. 15.Sus caminos están ante él en todo tiempo, no se ocultan a sus ojos. 17.A cada nación asignó un jefe, mas la porción del Señor es Israel. 19.Todas sus obras están ante él, igual que el sol, e incesantes sus ojos sobre sus caminos. 20.No se le ocultan sus iniquidades, todos sus pecados están ante el Señor. 22.La limosna del hombre es como un sello para él, el favor del hombre lo guarda como la pupila de sus ojos. 23.Después se levantará y les retribuirá, sobre su cabeza pondrá su recompensa. 24.Pero a los que se arrepienten les concede retorno, y consuela a los que perdieron la esperanza. 25.Conviértete al Señor y deja tus pecados, suplica ante su faz y quita los obstáculos. 26.Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia, odia con toda el alma la abominación. 27.¿Quién en el seol alabará al Altísimo si los vivientes no le dan gloria? 28.No hay alabanza que venga de muerto, como de quien no existe; es el que vive y goza de salud quien alaba al Señor. 29.¡Qué grande es la misericordia del Señor, y su perdón para los que a él se convierten! 30.Pues no todo puede estar en poder de los hombres, que no es inmortal el hijo de hombre. 31.¿Qué hay más luminoso que el sol? Con todo, desaparece. Mas la carne y la sangre sólo el mal conciben. 32.Al ejército de lo alto de los cielos pasa él revista, pero polvo y ceniza son los hombres."




Juan 6,22-40
" 22.Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. 23.Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. 24.Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25.Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» 26.Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27.Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.» 28.Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» 29.Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado.» 30.Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31.Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer.» 32.Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33.porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.» 34.Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» 35.Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. 36.Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. 37.Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; 38.porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. 39.Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día. 40.Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y que yo le resucite el último día.»"