DIA 304-Jeremías 35--36 Eclesiástico 18,15-33 Juan 7,1-24




Jeremías 35
"Esta es la palabra de Yavé que llegó a Jeremías cuando reinaba en Judá Joaquim, hijo de Josías: 2.Anda a ver a los recabitas, conversa con ellos, llévalos a la Casa de Yavé y, en uno de sus departamentos, sírveles vino. 3.Fui, pues, a ver a Jezonías, hijo de Jeremías y nieto de Habsanías, a sus hermanos, a todos sus hijos, en una palabra, a toda la familia de los recabitas, 4.y los llevé a la Casa de Yavé, al departamento de Ben Yojanán, hijo de Jegdelías, hombre de Dios; ése está al lado del departamento de los jefes y encima del que tiene Masías, hijo de Selum, guardián de la puerta. 5.Coloqué delante de los miembros de la comunidad recabita jarros y copas llenas de vino y les dije: «Sírvanse vino.» 6.Pero contestaron: «No podemos tomar vino porque Jonadab, hijo de Recab, nuestro antepasado, nos prohibió hacerlo, diciéndonos: "Ninguno de ustedes ni de sus hijos probará jamás el vino, 7.ni construirá casas, ni hará siembras, ni plantará viñas, ni tendrá propiedades, sino que durante toda su vida vivirán en carpas para que vivan largos años en la tierra, en que son ustedes extranjeros." 8.Nosotros hemos cumplido fielmente lo que nos ordenó nuestro padre Jonadab, hijo de Recab, y así ninguno de nosotros, ni nuestras mujeres ni nuestros hijos ni nuestras hijas, 9.tomamos nunca vino, ni edificamos casas para vivir, ni tenemos viñas ni campos sembrados, 10.sino que habitamos en carpas. Hemos obedecido siempre todas las órdenes que nos dio nuestro antepasado Jonadab. 11.Sólo que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió nuestro país, nos dijimos: "Vamos a Jerusalén para escapar del ejército de los caldeos y del de Siria." Y nos hemos establecido en Jerusalén.» 12.Entonces Yavé habló a Jeremías de nuevo: 13.Esto dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Anda a decirles a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ¡Ojalá que esto les sirva de lección de cómo se obedecen mis palabras! -dice Yavé-. 14.Se han cumplido las órdenes de Jonadab, hijo de Recab, que prohibió a sus hijos tomar vino y no han bebido hasta la fecha por obedecer a la orden de su padre. En cambio, yo les he hablado a ustedes sin parar, insistentemente, y ustedes no me han escuchado. 15.Les he mandado, repetidas veces, a todos mis servidores los profetas, con este aviso: Dejen el mal camino que llevan, mejoren de conducta, no anden tras otros dioses para adorarlos, y sólo entonces podrán quedarse en la tierra que les di a ustedes y a sus padres. Pero ustedes no me han oído ni me han hecho caso. 16.¡Mientras que los hijos de Jonadab, hijo de Recab, cumplieron la orden que les dejó su padre, este pueblo, en cambio, ni siquiera se ha parado a escucharme! 17.Pues bien, esto es lo que afirma ahora Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel: Yo voy a mandar sobre Judá y sobre los habitantes de Jerusalén toda suerte de calamidades con que los había amenazado, porque les avisé y no lo tomaron en cuenta, los llamé y no me respondieron. 18.Y a la comunidad de los recabitas les dijo Jeremías: «Esto declara Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel sobre ustedes: Ya que ustedes han obedecido a la orden de su antepasado Jonadab cumpliendo todo lo que les mandó y actuando como él quería, 19.por eso -lo dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: Jonadab, hijo de Recab, siempre tendrá descendientes para servirme.»"



Jeremías 36
"El año cuarto del reinado de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá, Jeremías recibió esta palabra de Yavé: 2.Toma un papel enrollado y apunta en él todo lo que te he comunicado sobre Jerusalén, Judá y todas las naciones, desde la fecha en que comencé a hablarte, en tiempos de Josías, hasta el día de hoy. 3.A ver si, escuchando el pueblo de Judá el mal que he pensado hacerles, se aparta de su mal camino y puedo yo, entonces, perdonarles su culpa y sus pecados. 4.Jeremías mandó llamar a Baruc, hijo de Nerías, a quien dictó, para que anotara en el papel enrollado todo cuanto Yavé le había comunicado al profeta. 5.Jeremías mandó decirle a Baruc: «Estoy detenido y no puedo ir a la Casa de Yavé, 6.así que tú mismo irás a leer este rollo en la Casa de Yavé. Cuando corresponda un día de ayuno lo leerás en voz alta a los judíos que vienen de sus ciudades. 7.Tal vez supliquen a Yavé y se aparten de su mal camino, porque grandes son la indignación de Yavé y el castigo con que ha amenazado a este pueblo. 8.Y Baruc, hijo de Nerías, hizo lo que le ordenó Jeremías, o sea, leer este libro en la Casa de Yavé. 9.En el año quinto de Joaquim, rey de Judá, en el mes noveno, convocaron para un ayuno a toda la gente de Jerusalén y de las ciudades de Judá, y éstos vinieron a Jerusalén. 10.Entonces Baruc leyó a todo el pueblo las palabras de Yavé contenidas en el libro, a la entrada de la Puerta Nueva de la Casa de Yavé, en la habitación de Guemarías, hijo de Safán. 11.En cuanto Miqueas, hijo de Guemarías, oyó las palabras de Yavé escritas en el rollo, 12.bajó al palacio real, donde estaban reunidos todos los ministros. Ahí estaban el secretario Elisama, Dalaías, Gamarías, Elnatán, Sedecías, hijo de Hananías, y los demás ministros. 13.Y Miqueas les refirió todo lo que había oído de la lectura pública de Baruc. 14.Entonces los ministros enviaron a Judí, hijo de Natanías, a decir a Baruc: «Toma el rollo que has leído y ven.» Baruc tomó el libro y fue donde ellos. 15.Y le dijeron: «Siéntate y léenoslo ahora a nosotros.» 16.Cuando oyeron todos estos discursos, se miraron uno al otro muy asustados y dijeron a Baruc: «Tenemos que dar a conocer al rey todo esto.» 17.Y le preguntaron a Baruc: «Explícanos de dónde has sacado todo lo que está escrito.» 18.Baruc les respondió: «Jeremías me dictaba las palabras y yo las escribía con tinta en el libro.» 19.Los ministros dijeron a Baruc: «Escóndanse, tú y Jeremías, sin que nadie sepa dónde están.» 20.Después fueron al patio donde estaba el rey, dejando el libro en la oficina del secretario Elisama, y contaron al rey todo lo que pasaba. 21.El, entonces, mandó a Judí a buscar el libro. Este lo trajo y lo leyó al rey y a los ministros que estaban a su lado. 22.El rey estaba ante un brasero, pues era invierno, 23.y cada vez que Judí acababa de leer tres o cuatro columnas, él recortaba las hojas con su cortaplumas y las arrojaba al fuego del brasero, hasta que todo el rollo se quemó. 24.Ni el rey, ni ninguno de sus servidores se asustaron o se rasgaron las vestiduras al escuchar estas palabras. 25.Por más que Elnatán, Dalaías y Gamarías suplicaran al rey que no quemara el rollo, no les hizo caso. 26.En seguida, el rey ordenó a Jeramiel, a Seraías y a Selemías que tomaran preso al secretario Baruc y al profeta Jeremías, pero Yavé los ocultó. 27.Después que el rey hubo quemado el rollo que contenía todo lo que había anotado Baruc y que le había dictado Jeremías, Yavé habló de nuevo a éste: 28.«Toma otro papel enrollado y vuelve a escribir en él todo lo que contenía el primero, y que fue quemado por Joaquim, rey de Judá. 29.Y sobre este último pronuncia esta sentencia. Esto dice Yavé: Tú quemaste este rollo, diciendo: «¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin falta el rey de Babilonia, destruirá esta tierra y hará desaparecer de ella hombres y animales?» 30.Pues bien, así dice Yavé a propósito de Joaquim, rey de Judá: No tendrá quien le suceda en el trono de David, y su propio cadáver quedará tirado, expuesto al calor del día y al frío de la noche. 31.Le castigaré a él, a su familia y a su servidumbre por todas sus maldades, enviando sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá todas las calamidades que les anuncié sin que me hicieran caso.» 32.Tomó, pues, Jeremías otro papel enrollado y se lo entregó a Baruc hijo de Nerías, el secretario, y le dictó para que anotara todas las cosas que contenía el libro quemado por Joaquim, rey de Judá. Y añadió, además, muchas otras cosas del mismo estilo."



Eclesiástico 18,15-33
" 15.Hijo, con tus beneficios no mezcles el reproche ni a tus regalos juntes palabras tristes. 16.¿No aplaca el rocío el viento ardiente? Así vale más la palabra que el regalo. 17.¿No ves que la palabra es más que un buen presente? Pues el hombre dadivoso une los dos. 18.El necio aun sin dar hace afrenta, quema los ojos el don del envidioso. 19.Antes de hablar infórmate, cuídate antes de estar enfermo. 20.Antes de juzgar examínate a ti mismo, y en el día de la visita encontrarás perdón. 21.Antes de estar enfermo humíllate, cuando peques muestra arrepentimiento. 22.Nada te impida cumplir tu voto en el momento dado, no aguardes hasta la muerte para justificarte. 23.Antes de hacer un voto prepárate; no seas como el hombre que tienta al Señor. 24.Acuérdate de la ira de los últimos días, y del momento del castigo, cuando Dios vuelva su rostro. 25.En tiempo de abundancia recuerda el tiempo de hambre, la pobreza y la penuria en días de riqueza. 26.De la mañana a la tarde corre el tiempo, todo pasa presto delante del Señor. 27.El hombre sabio es precavido en todo, en la ocasión de pecar se anda con cuidado. 28.Todo hombre prudente conoce la sabiduría, al que la encuentra le da su parabién. 29.Los prudentes en palabras hacen sabiduría y prodigan los proverbios acertados. 30.No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena. 31.Si te consientes en todos los deseos, te harás la irrisión de tus enemigos. 32.No te complazcas en la buena vida, no te avengas a asociarte con ella. 33.No te empobrezcas festejando con dinero prestado, cuando nada tienes en tu bolsa."



Juan 7,1-24
"1.Después de esto, Jesús andaba por Galilea, y no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. 2.Pero se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. 3.Y le dijeron sus hermanos: «Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, 4.pues nadie actúa en secreto cuando quiere ser conocido. Si haces estas cosas, muéstrate al mundo.» 5.Es que ni siquiera sus hermanos creían en él. 6.Entonces les dice Jesús: «Todavía no ha llegado mi tiempo, en cambio vuestro tiempo siempre está a mano. 7.El mundo no puede odiaros; a mí sí me aborrece, porque doy testimonio de que sus obras son perversas. 8.Subid vosotros a la fiesta; yo no subo a esta fiesta porque aún no se ha cumplido mi tiempo.» 9.Dicho esto, se quedó en Galilea. 10.Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces él también subió no manifiestamente, sino de incógnito. 11.Los judíos, durante la fiesta, andaban buscándole y decían: «¿Dónde está ése?» 12.Entre la gente había muchos comentarios acerca de él. Unos decían: «Es bueno.» Otros decían: «No, sino que engaña al pueblo.» 13.Pero nadie hablaba de él abiertamente por miedo a los judíos. 14.Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar. 15.Los judíos, asombrados, decían: «¿Cómo entiende de letras sin haber estudiado?» 16.Jesús les respondió: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado. 17.Si alguno quiere cumplir su voluntad, verá si mi doctrina es de Dios o hablo yo por mi cuenta. 18.El que habla por su cuenta, busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ese es veraz; y no hay impostura en él. 19.¿No es Moisés el que os dio la Ley? Y ninguno de vosotros cumple la Ley. ¿Por qué queréis matarme?» 20.Respondió la gente: «Tienes un demonio. ¿Quién quiere matarte?» 21.Jesús les respondió: «Una sola obra he hecho y todos os maravilláis. 22.Moisés os dio la circuncisión (no que provenga de Moisés, sino de los patriarcas) y vosotros circuncidáis a uno en sábado. 23.Si se circuncida a un hombre en sábado, para no quebrantar la Ley de Moisés, ¿os irritáis contra mí porque he curado a un hombre entero en sábado? 24.No juzguéis según la apariencia. Juzgad con juicio justo.»