DIA 300 -Jeremías 7--8 Eclesiástico 10,19-31 2 Timoteo 4



Jeremías 27
"Al principio del reinado de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá, 2.le llegó a Jeremías una palabra de Yavé: «Búscate unos cordeles y un yugo, y colócatelo al cuello, 3.pues tienes que entregar un mensaje al rey de Edom, al rey de Moab, al rey de los amonitas, al rey de Tiro y al rey de Sidón, por medio de sus embajadores que acaban de llegar a Jerusalén para entrevistarse con Sedecías, rey de Judá. 4.Les darás estas instrucciones para sus señores: Aquí tienen una palabra de Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, comuníquensela a sus señores... 5.Yo hice, con mi gran poder y con mis intervenciones, la tierra, el hombre y los animales que existen sobre ella, y los doy a quien se me antoje. 6.Ahora bien, acabo de entregar todos estos países a mi mayordomo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le he entregado hasta las bestias del campo para que le sirvan. 7.Y todas las naciones dependerán de él, de su hijo y de su nieto, hasta que le llegue también el turno a su país; entonces los subyugarán poderosas naciones y grandes reyes. 8.A la nación o reino que no se someta a Nabucodonosor, rey de Babilonia, ni agache su cabeza bajo el yugo del rey de Babilonia, los castigaré, dice Yavé, con espada, hambre y peste, hasta que los ponga en sus manos. 9.No hagan, pues, caso ustedes a sus profetas, adivinos, soñadores, augures y hechiceros, que les dicen: «Ustedes no serán súbditos del rey de Babilonia», 10.pues es falso lo que les profetizan; el resultado será que los barrerán a ustedes de su suelo, que yo los expulsaré y que ustedes perecerán. 11.Pero a la nación que doble su cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y le obedezca, la dejaré tranquila en su suelo, dice Yavé, y lo cultivará y vivirá en él.» 12.A Sedecías, rey de Judá, le hablé en los mismos términos, diciéndole: «Pongan sus cuellos bajo el yugo del rey de Babilonia, sométanse a él y a su pueblo y vivirán. 13.¿Acaso quieres morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la peste, como Yavé lo ha amenazado a la nación que no quiera obedecer al rey de Babilonia? 14.No crean a los profetas que les dicen: «Ustedes no serán súbditos del rey de Babilonia», pues es falso lo que les profetizan. 15.Yo no los mandé, dice Yavé, y lo que anuncian en mi nombre no es cierto. Escúchame, no sea que yo los expulse, y mueran ustedes junto con los profetas que les anuncian eso.» 16.Y a los sacerdotes y a todo el pueblo me dirigí en estos términos: Así habla Yavé: «No hagan caso de lo que les dicen sus profetas, cuando les aseguran que «pronto volverán de Babilonia los utensilios de la Casa de Yavé», porque no es verdad lo que les profetizan. 17.No les presten atención, sino que obedezcan al rey de Babilonia y vivirán; pues, ¿quieren que esta ciudad se convierta en un montón de ruinas? 18.Si fuesen profetas, si tuvieran la palabra de Yavé, rogarían a Yavé de los Ejércitos por los utensilios que todavía quedan (19) 20.y de los cuales no se apoderó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando se llevó cautivo a Jeconías ()y a todos los nobles de Judá y Jerusalén. 21.Sí, esto es lo que dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, sobre los objetos que quedaron en la Casa de Yavé, en el palacio real y en Jerusalén: 22.También ellos serán llevados a Babilonia ( )»"



Jeremías 28
"Era el principio del reinado de Sedecías, rey de Judá. El mes quinto del cuarto año, el profeta Ananías, que era de Gabaón, se dirigió a mí delante de los sacerdotes y de toda la gente, mientras estaba en la Casa de Yavé. Me dijo: 2.«Así habla Yavé Sebaot, el Dios de Israel: He quebrado el yugo que les impuso el rey de Babilonia. 3.Dentro de dos años haré devolver a este lugar todos los objetos de la Casa de Yavé ( ); 4.haré también regresar a Jeconías, rey de Judá, y a todos los cautivos de Judá que fueron desterrados a Babilonia. Pues yo quebraré el yugo del rey de Babilonia -palabra de Yavé-.» 5.Entonces Jeremías respondió a Ananías delante de los sacerdotes y de todo el pueblo: «¡Amén! 6.Haga Yavé que se cumplan tus palabras y que devuelvan todos los objetos de la Casa de Yavé y a todos los cautivos. 7.Pero fíjate bien en lo que te voy a decir delante de todos. 8.Los profetas que nos han precedido desde hace mucho tiempo, predijeron a muchos países y a grandes naciones guerra, hambre y peste. 9.Por eso, un profeta que anuncia la paz no será reconocido como verdadero profeta, mandado por Yavé, mientras no se realice lo que él anunció.» 10.Entonces el profeta Ananías tomó el yugo que el profeta Jeremías llevaba sobre el cuello y lo rompió; 11.luego dijo a la gente: «Esto les dice Yavé: Dentro de dos años romperé el yugo que Nabucodonosor impuso a todos los países.» Y el profeta Jeremías se marchó. 12.Pero después Yavé dirigió a Jeremías su palabra: 13.«Anda a decir a Ananías: Has roto yugos de madera; en vez de ellos habrá yugos de hierro.» 14.Porque así habla Yavé: «Yo pongo un yugo de hierro al cuello de todas estas naciones para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que lo sirvan; a todos los he entregado a Nabucodonosor, hasta los animales del campo.» 15.Después Jeremías dijo a Ananías: «Escúchame tú: Yavé no te ha enviado y tú has engañado a este pueblo dándole una falsa seguridad. 16.Por eso así habla Yavé: Yo te echo de la superficie de la tierra y en el presente año vas a morir, por haber incitado a la rebelión contra Yavé.» 17.Y a los dos meses, aquel mismo año, murió Ananías."



Jeremías 29
"Esta es la carta que el profeta Jeremías escribió desde Jerusalén a los ancianos que no habían muerto, sino que estaban cautivos, a los sacerdotes, profetas y al pueblo en general que Nabucodonosor había desterrado de Jerusalén a Babilonia. 2.La escribió, después de salir de Jerusalén Jeconías, con la reina madre, sus sirvientes, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los herreros y los cerrajeros. 3.La llevaron Elasa, hijo de Safán, y Gamarías, hijo de Elcías, a quienes Sedecías, rey de Judá, había enviado a Babilonia, para que se presentaran al rey Nabucodonosor. La carta decía así: 4.Así habla Yavé, Dios de Israel, a todos los judíos que ha desterrado de Jerusalén a Babilonia: 5.«Edifiquen casas y habítenlas; planten árboles y coman sus frutos; cásense y tengan hijos e hijas. 6.Casen a sus hijos y a sus hijas para que se multipliquen y no disminuyan. 7.Preocúpense por la prosperidad del país donde los he desterrado y rueguen por él a Yavé; porque la prosperidad de este país será la de ustedes.» Pues así habla Yavé: 8.No se dejen engañar por los profetas, ni por los adivinos que hay entre ustedes, ni crean en sus sueños, fruto de su imaginación. 9.Porque sin que yo los haya mandado se aprovechan de mi nombre para profetizar mentiras, dice Yavé. Respecto al que ocupa el trono de David y a toda la población de esta ciudad, hermanos de ustedes, que no los acompañaron en el destierro, 10.«Cuando se cumplan los setenta años en Babilonia, los visitaré y cumpliré mi promesa de hacerlos volver a su país. 11.Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza -palabra de Yavé-. 12.Cuando me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; 13.y cuando me busquen me encontrarán, siempre que me imploren con todo su corazón. 14.Entonces haré que me encuentren; volverán sus desterrados, que yo reuniré de todos los países y de todos los lugares adonde los expulsé. Y luego los haré volver de donde fueron desterrados -palabra de Yavé-. 15.En cuanto a eso de que ustedes hablan: «Yavé nos ha dado también aquí, en Babilonia, profetas», 16.así dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: 17.esto es lo que ha decidido Yavé de los Ejércitos: Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la peste, y van a quedar como higos podridos, que de malos no se pueden comer. 18.Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste. Producirán terror a todos los reinos de la tierra, y serán motivo de maldición, de admiración, de burla y de risa para todas las naciones adonde los arroje. 19.Pues no quisieron hacerme caso, dice Yavé, cuando les hablaba por medio de mis servidores los profetas, los que les estuve mandando sin parar. Se negaron a oírme. 20.¡Pero ustedes, los desterrados que envié de Jerusalén a Babilonia, pongan atención a lo que les dice Yavé! 21.Sobre Ajab, hijo de Colaya, y Sedecías, hijo de Masaya, que abusaron de mi nombre para anunciar mentiras, esto es lo que dice Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: Los entregaré a Nabucodonosor, rey de Babilonia, que les dará muerte en presencia de ustedes mismos. 22.Y su caso dará pie para esta maldición, que usarán corrientemente todos los desterrados judíos que están en Babilonia: «Que Yavé te trate como a Sedecías y a Ajab, que fueron asados al fuego por el rey de Babilonia.» 23.Porque hicieron algo que es una infamia en Israel, a saber, cometieron adulterio con las mujeres de sus compañeros y anduvieron diciendo en mi nombre cosas que yo no les había mandado, dice Yavé.» Yo, sin embargo, lo sé y soy testigo, palabra de Yavé. 24.Semaías, de Nejelam, 25.despachó en su propio nombre cartas al sacerdote Sofonías, hijo de Masaya, que decían: 26.«Yavé te ha puesto como sacerdote en lugar de Joyada, para que detengas en la Casa de Yavé a cualquier fanático que quiera pasar por profeta, y le amarres las manos y lo metas en el calabozo. 27.Entonces, ¿por qué no has prohibido actuar a Jeremías de Anatot, que se las da de profeta entre ustedes? 28.Ya que nos ha enviado a Babilonia este mensaje: «Su permanencia por allá será larga. Construyan casas y habítenlas; planten árboles frutales y aprovechen sus frutos.» 29.Habiendo leído el sacerdote Sofonías esta carta a Jeremías, 30.Yavé le dirigió la palabra al profeta: Manda este recado a los desterrados: 31.«Esto es lo que piensa hacer Yavé con Semaías de Nejelam por haber profetizado sin autorización haciéndoles creer en mentiras: 32.Yo castigaré a Semaías de Nejelam y a su familia. Ninguno de los suyos habitará en medio de este pueblo ni verá el bien que voy a hacer a mi pueblo, dice Yavé, porque ha empujado a mi pueblo a la desobediencia contra Yavé.»"



Eclesiástico 16,15-30
"No desees multitud de hijos malvados, no te goces en tener hijos impíos. 2.Aunque sean muchos, no te goces en ellos, si con ellos no se halla el temor del Señor. 3.No pongas en su vida tu confianza, ni te creas seguro por ser muchos, que más vale uno que mil, y morir sin hijos que tener hijos impíos. 4.Pues uno solo inteligente poblará una ciudad mas la raza de los sin ley quedará despoblada. 5.Muchas cosas así han visto mis ojos, y más graves aún oyeron mis oídos. 6.En la reunión de los pecadores prende el fuego, contra la nación rebelde se inflama la Cólera. 7.No perdonó él a los antiguos gigantes que se rebelaron fiados de su fuerza. 8.No pasó por alto al vecindario de Lot, a los que abominaba por su orgullo. 9.No se apiadó de la nación perdida, de los que estaban engreídos en sus pecados. 10.Igual trató a los seiscientos mil de a pie que se habían unido en la dureza de su corazón. 11.Aunque fuera uno solo el de dura cerviz, sería asombroso que quedara impune. Pues misericordia e ira están con El, tan poderoso en perdón como pródigo en ira. 12.Tan grande como su misericordia es su severidad, según sus obras juzga al hombre. 13.No escapará el pecador con su rapiña, ni quedará fallida la paciencia del piadoso. 14.Para toda limosna tiene él un sitio, cada cual hallará según sus obras. 17.No digas: «Del Señor me esconderé, y ¿quién allá arriba se acordará de mí? Entre la gran muchedumbre no seré reconocido, pues ¿qué soy yo en la inmensa creación?» 18.Mira, el cielo, y el cielo de los cielos, el abismo y la tierra serán sacudidos a la hora de su visita. 19.A una los montes y los cimientos de la tierra bajo su mirada temblarán de espanto. 20.Mas en todo esto no piensa el corazón del hombre, y en sus caminos, ¿quién repara? 21.Hay tempestad que no ve el hombre, y la mayoría de sus obras se hacen en secreto. 22.«Las obras de la justicia, ¿quién las anuncia? ¿quién las aguarda? ¡Pues la alianza está lejos!» 23.Esto piensa el ruin de corazón; el estúpido, el perdido, sólo piensa necedades. 24.Escúchame, hijo, y el saber aprende, aplica tu corazón a mis palabras. 25.Con mesura te revelaré la doctrina, con precisión anunciaré el saber. 26.Cuando creó el Señor sus obras desde el principio, desde que las hizo les asignó su puesto. 27.Ordenó para la eternidad sus obras, desde sus comienzos por todas sus edades. Ni tienen hambre ni se cansan, y eso que no abandonan su tarea. 28.Ninguna choca con otra, jamás desobedecen su palabra. 29.Después de esto el Señor miró a la tierra, y de sus bienes la colmó. 30.De todo ser viviente cubrió su faz, y a ella vuelven todos."



Juan 5,25-47
"Después de esto, hubo una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. 2.Hay en Jerusalén, junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betesda, que tiene cinco pórticos. 3.En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, esperando la agitación del agua. 4.Porque el Angel del Señor bajaba de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua; y el primero que se metía después de la agitación del agua, quedaba curado de cualquier mal que tuviera. 5.Había allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. 6.Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?» 7.Le respondió el enfermo: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo voy, otro baja antes que yo.» 8.Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y anda.» 9.Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar. Pero era sábado aquel día. 10.Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es sábado y no te está permitido llevar la camilla.» 11.El le respondió: «El que me ha curado me ha dicho: Toma tu camilla y anda.» 12.Ellos le preguntaron: «¿Quién es el hombre que te ha dicho: Tómala y anda?» 13.Pero el curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. 14.Más tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor.» 15.El hombre se fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había curado. 16.Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. 17.Pero Jesús les replicó: «Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo.» 18.Por eso los judíos trataban con mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios. 19.Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él, eso también lo hace igualmente el Hijo. 20.Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis. 21.Porque, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere. 22.Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo, 23.para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado. 24.En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. 25.En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. 26.Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado al Hijo tener vida en sí mismo, 27.y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo del hombre. 28.No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén en los sepulcros oirán su voz 29.y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio. 30.Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. 31.«Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. 32.Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. 33.Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. 34.No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. 35.El era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. 36.Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. 37.Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, 38.ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que El ha enviado. 39.«Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; 40.y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. 41.La gloria no la recibo de los hombres. 42.Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. 43.Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. 44.¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? 45.No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. 46.Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. 47.Pero si no creéis en sus escritos, cómo vais a creer en mis palabras?»"