DIA 227--1 Macabeos 4 Eclesiastés 11 Lucas 7,1-23



1 Macabeos 4
"1.Gorgias tomó consigo cinco mil hombres de a pie y mil de a caballo y se puso en marcha de noche 2.para caer sobre los judíos y desbaratarlos por sorpresa. Tenía con él la gente de la ciudadela, que lo guiaban. 3.Pero Judas lo supo y salió a su vez con sus guerreros con intención de asaltar el ejército del rey que estaba en Emaús, 4.aprovechando que las tropas estaban dispersas fuera del campamento. 5.Gorgias llegó de noche al campamento judío, donde no encontró a nadie. Comenzó entonces a buscarlos por los cerros, pensando: «Huyen de nosotros.» 6.Al amanecer, apareció Judas en la llanura con tres mil hombres que no tenían ni los escudos ni las espadas que hubieran deseado. 7.Vieron el campamento de los paganos que era poderoso, bien defendido, y rodeado de hombres a caballo, toda gente experta en la guerra. 8.Judas dijo a los suyos: «No teman el número de enemigos ni se acobarden frente a sus ataques. 9.Recuerden cómo nuestros antepasados fueron salvados en el mar Rojo cuando los perseguía el ejército del faraón. 10.Clamemos a Dios. Si él quiere, se acordará de su Alianza y derrotará hoy mismo ese ejército delante de nosotros 11.y todas las naciones reconocerán que Alguien libera y salva a Israel.» 12.Los paganos miraron por este lado y vieron que los judíos bajaban hacia ellos; 13.luego salieron de su campamento a presentarles batalla. 14.Judas hizo tocar la trompeta y sus hombres atacaron. Los paganos fueron derrotados y huyeron hacia la llanura, 15.pero todos los de la retaguardia cayeron bajo la espada. Los persiguieron hasta Gaser, los llanos de Idumea, de Azoto y de Jamnia, matando a cerca de tres mil enemigos. 16.Cuando Judas y sus combatientes dejaron de perseguirlos, 17.él les dijo: «No piensen ahora en el botín, pues otra batalla nos espera. 18.Gorgias está con su ejército en los cerros cercanos. Manténganse listos para combatirlos y, luego, podrán tranquilamente recoger los despojos. 19.No había terminado de hablar cuando apareció en la montaña un destacamento enemigo. 20.Estos se dieron cuenta que los suyos habían huido y su campamento había sido destruido, bastaba con ver el humo. Se atemorizaron mucho. 21.Cuando, además, vieron en la llanura al ejército de Judá dispuesto para la lucha, 22.huyeron al país de los filisteos. 23.Judas y sus hombres volvieron entonces para saquear el campamento. Recogieron un valioso botín. 24.Al regreso cantaban y alababan al Cielo: «Porque es bueno, porque es eterna su misericordia.» 25.Aquel día Israel consiguió una gran victoria. 26.Los paganos que se salvaron llegaron allá a anunciar a Lisias lo sucedido, y éste, 27.al escucharlos, se quedó consternado y abatido, porque las cosas no habían sucedido en Israel como lo esperaba y no se había logrado lo ordenado por el rey. 28.Al año siguiente organizó un ejército de sesenta mil hombres y cinco mil caballos para hacerles frente. 29.Pasó por Idumea y acampó en Betsur. En ese lugar, Judas le salió al encuentro con diez mil hombres. 30.A la vista de un ejército tan poderoso, rezó así: «Bendito seas, Salvador de Israel, que quebraste la fuerza del guerrero por mano de tu siervo David 31.y entregaste el campamento de los filisteos en poder de Jonatán, hijo de Saúl, y del que llevaba sus armas. Del mismo modo entrega ese ejército en manos de tu pueblo Israel y cubre de vergüenza a sus combatientes como a su caballería. 32.Infúndeles miedo, arruina la confianza que ponen en su fuerza; que sean derrotados y ya no se puedan recuperar. 33.Entrégalos a la espada de tus fieles, para que los que te conocen puedan alabar tu nombre.» 34.Se lanzaron los unos contra los otros y cayeron muertos cinco mil hombres del ejército de Lisias. 35.Lisias vio que su ejército se desanimaba, mientras que los hombres de Judas se entusiasmaban hasta el punto de estar dispuestos a vivir o morir gloriosamente. Partió, pues, hacia Antioquía, y allí reclutó mercenarios para agrandar su ejército, con el propósito de volver a Judea. 36.Judas y sus hermanos se dijeron entonces: «Nuestros enemigos están derrotados: subamos, pues, y purifiquemos el Lugar Santo para consagrarlo de nuevo.» 37.Y juntando todo el ejército subieron al monte Sión. 38.Allí encontraron el santuario abandonado, profanado el altar, quemadas las puertas, la hierba crecida en los patios como en un bosque o en un monte y las habitaciones destruidas. 39.Rasgaron sus vestiduras y lloraron amargamente, y se echaron cenizas sobre la cabeza. 40.Se postraron rostro en tierra, tocaron las trompetas y lanzaron gritos al cielo. 41.Judas escogió hombres que combatieran a los de la Fortaleza mientras él purificaría el Templo. 42.Escogió sacerdotes irreprensibles, muy celosos por la Ley, 43.para que purificaran el Templo y llevaran las piedras del abominable altar de los paganos a un lugar inmundo. 44.Celebraron consejo para decidir qué harían del altar de los holocaustos que había sido profanado, 45.y tuvieron la buena idea de destruirlo, para no quedar avergonzados por él, por cuanto los paganos lo habían profanado. 46.Depositaron las piedras de dicho altar en el cerro del Templo, en lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuesta sobre el caso. 47.Luego tomaron piedras sin labrar, conforme señala la Ley, y levantaron un nuevo altar semejante al anterior. 48.Hicieron las reparaciones del Santuario y del interior de la Casa y consagraron los patios. 49.Fabricaron nuevos utensilios sagrados e introdujeron en el Templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa. 50.Quemaron incienso en el altar, encendieron las lámparas del candelabro, y éstas empezaron a brillar en el Templo. 51.Colocaron los panes sobre la mesa y colgaron las cortinas, llevando a cabo todo lo que habían decidido. 52.El día veinticinco del mes noveno, llamado mes de Casleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron de madrugada 53.y ofrecieron el sacrificio señalado por la Ley en el nuevo altar de los holocaustos que habían construido. 54.Precisamente en el mismo tiempo y en la misma fecha que lo habían profanado los paganos, fue consagrado con cantos acompañados de cítaras, arpas y címbalos. 55.El pueblo entero se postró rostro en tierra y bendijo al Cielo, que les había concedido feliz éxito. 56.Durante ocho días celebraron la consagración del altar, ofrecieron holocaustos con mucho entusiasmo y celebraron un sacrificio de comunión y alabanza. 57.Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y escudos, restauraron las entradas y las habitaciones y les pusieron puertas. 58.Fue muy grande la alegría del pueblo; y así echaron al olvido la profanación del Templo por los paganos. 59.Finalmente, Judas, sus hermanos y toda la asamblea de Israel acordaron celebrar el aniversario de la consagración del altar cada año, por ocho días, desde el veinticinco del mes de Casleu, con una fiesta alegre. 60.Por aquel tiempo levantaron en torno al monte Sión altas murallas y fuertes torres, no fueran a venir los paganos y lo ocuparan, como lo habían hecho anteriormente. 61.Judas puso en él una guarnición que lo defendiera. También fortificó Betsur para que el pueblo tuviera una fortaleza frente a Idumea."


Eclesiastés 11
"Lanza tu pan a la superficie del agua; después de un tiempo volverá a ti. 2.Compártelo con los asociados, ocho más bien que siete, pues no sabes qué desgracia puede azotar al país. 3.Cuando las nubes están llenas, descargan la lluvia sobre la tierra. Así como el árbol cae, ya sea al norte o al sur, así queda tumbado. 4.Observar al viento, no es sembrar; considerar las nubes, no es cosechar. 5.Tú no sabes por dónde llegó el espíritu al niño en el vientre de la mujer embarazada: otro tanto ignoras la obra de Dios tomada en su conjunto. 6.Siembra de mañana tu grano y que en la tarde tu mano todavía esté activa: no sabes cuál de las dos cosas será más útil, si una u otra. 7.Suave es la luz y es bueno ver el sol. 8.Aún cargado de años, que el hombre sepa tomarles el gusto a todos ellos; pero que tome en cuenta los días del anochecer, pues por muchos que sean, nada es seguro para el porvenir. 9.Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo. 10.No dejes que la amargura se instale en ti, ni la enfermedad en tu cuerpo: ¡juventud y cabellos negros son traicioneros!"



Lucas 7,1-23
"1.Cuando terminó de enseñar al pueblo con estas palabras, Jesús entró en Cafarnaún. 2.Había allí un capitán que tenía un sirviente muy enfermo al que quería mucho, y que estaba a punto de morir. 3.Habiendo oído hablar de Jesús, le envió algunos judíos importantes para rogarle que viniera y salvara a su siervo. 4.Llegaron donde Jesús y le rogaron insistentemente, diciéndole: «Este hombre se merece que le hagas este favor, 5.pues ama a nuestro pueblo y nos ha construido una sinagoga.» 6.Jesús se puso en camino con ellos. No estaban ya lejos de la casa, cuando el capitán envió a unos amigos para que le dijeran: «Señor, no te molestes, pues ¿quién soy yo, para que entres bajo mi techo? 7.Por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente donde ti. Basta que tú digas una palabra y mi sirviente se sanará. 8.Yo mismo, a pesar de que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y cuando le ordeno a uno: "Vete", va; y si le digo a otro: "Ven", viene; y si digo a mi sirviente: "Haz esto", lo hace.» 9.Al oír estas palabras, Jesús quedó admirado, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: «Les aseguro, que ni siquiera en Israel he hallado una fe tan grande.» 10.Y cuando los enviados regresaron a casa, encontraron al sirviente totalmente restablecido. 11.Jesús se dirigió poco después a un pueblo llamado Naím, y con él iban sus discípulos y un buen número de personas. 12.Cuando llegó a la puerta del pueblo, sacaban a enterrar a un muerto: era el hijo único de su madre, que era viuda, y mucha gente del pueblo la acompañaba. 13.Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: «No llores.» 14.Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron. Dijo Jesús entonces: «Joven, yo te lo mando, levántate.» 15.Se incorporó el muerto inmediatamente y se puso a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre. 16.Un santo temor se apoderó de todos y alababan a Dios, diciendo: «Es un gran profeta el que nos ha llegado. Dios ha visitado a su pueblo.» 17.Lo mismo se rumoreaba de él en todo el país judío y en sus alrededores. 18.Los discípulos de Juan lo tenían informado de todo aquello. Llamó, pues, a dos de sus discípulos 19.y los envió a que preguntaran al Señor: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» 20.Los hombres, al llegar donde Jesús, dijeron: «Juan Bautista nos envía a preguntarte: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» 21.En ese momento Jesús curó a varias personas afligidas de enfermedades, de achaques y de espíritus malignos y devolvió la vista a algunos ciegos. 22.Contestó, pues, a los mensajeros: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos se despiertan, y una buena nueva llega a los pobres. 23.Y ¡dichoso aquél para quien yo no soy un motivo de escándalo!» 24.Los mensajeros se fueron, y Jesús empezó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes salieron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? 25.¿Qué iban a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Pero los que visten ropas finas y tienen comida regia están en palacios. 26.Entonces, ¿qué fueron a ver? ¿Un profeta? Eso sí, y créanme, más que profeta. 27.Este es el hombre de quien la escritura dice: Ahora envío a mi mensajero delante de ti para que te preceda y te abra el camino. 28.Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él. 29.Todo el pueblo escuchó a Juan, incluso los publicanos; confesaron sus faltas y recibieron su bautismo. 30.En cambio, los fariseos y los maestros de la Ley no pasaron por su bautismo, y con esto desoyeron el llamado que Dios les dirigía. 31.¿Con quién puedo comparar a los hombres del tiempo presente? Son como niños sentados en la plaza, que se quejan unos de otros: 32.''Les tocamos la flauta y no han bailado; les cantamos canciones tristes y no han querido llorar.'' 33.Porque vino Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y dijeron: 34.Está endemoniado. Luego vino el Hijo del Hombre, que come y bebe y dicen: Es un comilón y un borracho, amigo de cobradores de impuestos y de pecadores. 35.Sin embargo, los hijos de la Sabiduría la reconocen en su manera de actuar.» 36.Un fariseo invitó a Jesús a comer. Entró en casa del fariseo y se reclinó en el sofá para comer. 37.En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies, 38.y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume. 39.Al ver esto el fariseo que lo había invitado, se dijo interiormente: «Si este hombre fuera profeta, sabría que la mujer que lo está tocando es una pecadora, conocería a la mujer y lo que vale.» 40.Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: «Simón, tengo algo que decirte.» Simón contestó: «Habla, Maestro.» Y Jesús le dijo: 41.«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientas monedas y el otro cincuenta. 42.Como no tenían con qué pagarle, les perdonó la deuda a ambos. ¿Cuál de los dos lo querrá más?» 43.Simón le contestó: «Pienso que aquel a quien le perdonó más.» Y Jesús le dijo: «Has juzgado bien.» 44.Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. 45.Tú no me has recibido con un beso, pero ella, desde que entró, no ha dejado de cubrirme los pies de besos. 46.Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. 47.Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le perdona poco, demuestra poco amor.» 48.Jesús dijo después a la mujer: «Tus pecados te quedan perdonados». 49.Y los que estaban con él a la mesa empezaron a pensar: «¿Así que ahora pretende perdonar pecados?» 50.Pero de nuevo Jesús se dirigió a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz.»"