DIA 226--1 Macabeos 3 Eclesiastés 10 Lucas 6,37-49



1 Macabeos 3
"1.Le sucedió su hijo Judas, el Macabeo. 2.Sus hermanos y todos los que habían seguido a su padre le ofrecieron su apoyo y continuaron con entusiasmo la guerra. 3.Judas hizo más famoso el nombre de su pueblo. Vistiendo su coraza cual un gigante, combatió en muchas batallas protegiendo su campamento con su espada. 4.Cuando atacaba se parecía al león, al cachorro que ruge ante su presa. 5.Persiguió a los malvados en sus rincones y entregó al fuego a los que perturbaban a su pueblo. 6.Todos los renegados lo temían, y la liberación fue obra suya. 7.Fue el terror de muchos reyes, mientras que el pueblo de Jacob se alegraba por sus hazañas. 8.Su memoria será eternamente bendecida. Recorrió las ciudades de Judá exterminando a los impíos. Libró a Israel de sus opresores 9.y reunió a los que estaban por desaparecer. Por eso llegó su fama hasta los extremos del mundo. 10.Apolonio reunió gente de los paganos y buen número de samaritanos para combatir a Israel. 11.En cuanto lo supo Judas, le salió al encuentro, lo derrotó y le dio muerte; muchos de ellos cayeron y los demás huyeron. 12.Recogido el botín, Judas se quedó con la espada de Apolonio y, desde entonces, la usó siempre en los combates. 13.Serón, jefe del ejército de Siria, supo que Judas había reunido mucha gente y que toda la comunidad creyente estaba a su lado. 14.Pensó: «Esta es la oportunidad para hacerme famoso y ser un hombre importante en el reino. Iré a pelear con Judas y los suyos, que no obedecen las órdenes del rey.» 15.Así lo hizo, y con él subió un poderoso ejército de impíos que querían ayudarlo a tomar desquite de los hijos de Israel. 16.Cuando se acercó a la subida de Betorón, Judas le salió al encuentro con una pequeña tropa de combatientes. 17.Estos, al ver el ejército contrario, dijeron a Judas: «¿Cómo podremos nosotros, tan pocos, luchar contra tantos enemigos? Además nos faltan fuerzas, pues nada comimos hoy.» 18.Pero Judas declaró: «Fácilmente cae una muchedumbre en manos de pocos hombres, que para el Cielo no hay diferencia entre vencer con ayuda de muchos o de pocos. 19.La victoria no depende de la cantidad de los que combaten, sino que viene del Cielo que nos da la fuerza. 20.Estos llegan contra nosotros inspirados por su orgullo y su impiedad, con el fin de apoderarse de nosotros, de nuestras esposas e hijos y quitarnos todo. 21.En cambio nosotros luchamos por nuestras vidas y nuestras leyes. 22.El es el que los aplastará ante nosotros. No los teman.» 23.Apenas terminó de hablar, asaltó de repente a los enemigos. Serón y su ejército fueron derrotados. 24.Los persiguieron en la bajada de Betorón hasta la llanura, cayendo cerca de ochocientos hombres. Los demás huyeron hacia el país de los filisteos. 25.Con esto, el espanto y el miedo a Judas y a sus hermanos se apoderó de los paganos que vivían en los alrededores. 26.La fama de su nombre llegó al rey, y los pueblos paganos contaban sus batallas. 27.Al saber estas noticias, el rey Antíoco se enojó sobremanera y mandó reunir todas las fuerzas del reino, pues tenía un ejército poderoso. 28.Abrió sus tesoros y pagó a la tropa el sueldo de un año, ordenando que estuvieran preparados para cualquier acontecimiento. 29.Pero se dio cuenta que el dinero faltaba en sus tesoros y que los impuestos de la provincia habían bajado debido a las divisiones y miserias que él mismo había causado en el país, al cambiar las leyes vigentes desde los primeros tiempos. 30.Temió no tener, como otras veces le había sucedido, para los gastos y regalos que antes repartía generosamente, superando a los reyes anteriores. 31.Se encontró muy apurado y decidió ir a Persia a cobrar los tributos de aquellas provincias y reunir mucho dinero. 32.Dejó, pues, a Lisias, hombre noble y de familia real, encargado de los asuntos del gobierno desde el río Eufrates hasta la frontera de Egipto, 33.así como de la educación de su hijo Antíoco, hasta su vuelta. 34.Le entregó la mitad de sus tropas con los elefantes, y le dio órdenes referentes a cuanto había resuelto. En lo que tocaba a los habitantes de Judea y Jerusalén, 35.debía mandar un ejército que destruyera y aplastara a los defensores de Israel, y todo lo que quedaba en Jerusalén hasta borrar su recuerdo. 36.Luego instalaría extranjeros en todo el territorio judío, repartiendo la tierra entre ellos. 37.El rey, tomando la otra mitad del ejército, partió de Antioquía, capital del reino, el año ciento cuarenta y siete. Atravesó el río Eufrates y continuó su marcha a través de las provincias superiores. 38.Lisias escogió entre los Amigos del Rey a Tolomeo, hijo de Dorimeno, a Nicanor y Gorgias, personajes influyentes. 39.Con ellos mandó cuarenta mil soldados de a pie y siete mil de caballería para que fueran a la provincia de Judea y la saquearan, conforme a lo ordenado por el rey. 40.Avanzaron con todas sus tropas y acamparon en la llanura cerca de Emaús. 41.Los mercaderes del país, al conocer su llegada, se presentaron en el campamento con mucha plata, oro y cadenas para comprar como esclavos a los israelitas. Se les unió también el ejército de Siria y de la provincia de los filisteos. 42.Judas y sus hermanos vieron que se agravaba la situación y que las tropas acampaban en su territorio. Cuando supieron la orden dada por el rey de destruir y aplastar al pueblo, 43.se dijeron: «Levantemos a nuestro pueblo de su situación miserable y luchemos por él y por el Lugar Santo.» 44.Toda la comunidad del pueblo se reunió para prepararse a la guerra, hacer oración y pedir piedad y misericordia. 45.Jerusalén estaba sin habitantes, como un desierto. No había ninguno de sus hijos que entrara o saliera. El templo estaba profanado, y extranjeros vivían en la ciudad, que era entonces residencia de paganos. La alegría ya no existía en Jacob, ni la flauta ni la cítara se escuchaban. 46.Se juntaron y se fueron a Mispá, frente a Jerusalén, porque Mispá había sido en otro tiempo lugar de oración para Israel. 47.Ayunaron aquel día, se vistieron de sacos, se esparcieron ceniza sobre la cabeza y rasgaron sus vestidos. 48.Abrieron el Libro de la Ley para encontrar en él una respuesta a sus preguntas, lo mismo que los paganos consultaban a las imágenes de sus ídolos. 49.Trajeron los vestidos de los sacerdotes, las primicias y los diezmos e hicieron venir a los nazireos que habían cumplido los días de su consagración; 50.clamaron al Cielo diciendo: «¿Qué vamos a hacer con éstos y a dónde vamos a llevarlos? 51.Ya que tu santuario ha sido pisoteado y profanado, tus sacerdotes están en duelo y humillados. 52.Y ahora los paganos se han reunido contra nosotros para destruirnos. Tú sabes lo que maquinan contra nosotros. 53.¿Cómo podremos resistirles, si no acudes en nuestra ayuda?» 54.Y tocaron las trompetas y clamaron a grandes voces. 55.Después de esto, Judas nombró oficiales que mandaran a su gente: jefes de mil hombres, jefes de cien, de cincuenta y de diez hombres. 56.Luego dijo a los que estaban edificando casas, o que iban a casarse, o que plantaban viñas, y a los miedosos, que se volvieran a sus casas, como permitía la Ley. 57.Luego el ejército se puso en marcha y acampó al sur de Emaús. Judas les dijo: 58.«Preparen sus armas y pórtense como valientes y estén listos para pelear mañana contra esos extranjeros que se han unido contra nosotros para aplastarnos y echar por tierra nuestro Lugar Santo. 59.Es mejor morir en la lucha que vivir para mirar las desgracias de nuestra nación y del Lugar Santo. En todo hágase la voluntad del Cielo.»"


Eclesiastés 10
"1.Una mosca muerta pudre una copa de ungüento de perfumista; monta más un poco de necedad que sabiduría y honor. 2.El sabio tiene el corazón a la derecha, el necio tiene el corazón a la izquierda. 3.Además, en cualquier camino que tome el necio, su entendimiento no le da de sí y dice de todo el mundo: «Ese es un necio.» 4.Si el enojo del que manda se abate sobre ti, no abandones tu puesto, que la flema libra de graves yerros. 5.Otra calamidad he visto bajo el sol, como error que emana de la autoridad: 6.La necedad elevada a grandes dignidades, mientras ricos se sentaban abajo. 7.He visto siervos a caballo, y príncipes que iban a pie, como los siervos. 8.El que cava la hoya cae en ella, y al que atraviesa el seto le muerde la culebra. 9.El que saca piedras se lastima con ellas, el que raja maderos puede hacerse daño. 10.Si se embota el hierro y no se afilan sus caras, hay que acrecentar los bríos: también supone ganancia afinar en sabiduría. 11.Si pica culebra por falta de encatamiento no hay ganancia para el encantador. 12.Palabras de boca de sabio agradan, mas los labios del necio a él lo engullen. 13.Empieza diciendo necedades, para acabar en locura de las malas. 14.Y el necio dice más y más palabras. Nadie sabe lo que vas venir, y el remate de todo, ¿quién puede pronosticárselo? 15.Lo que más molesta al necio es que no sabe ir a la ciudad. 16.¡Ay de ti, tierra, cuyo rey es un chiquillo, y cuyos príncipes comen de mañana! 17.¡Dichosa tú, tierra, cuyo rey es hidalgo y cuyos príncipes comen a la hora, por cobrar vigor y no por banquetear! 18.Por estar mano sobre mano se desploma la viga, y por brazos caídos la casa se viene abajo. 19.Para holgar preparan su banquete, y el vino alegra la vida, y el dinero todo lo allana. 20.Ni aun en tu rincón faltes al rey, ni en tu misma alcoba faltes al rico, que un pájaro del cielo hace correr la voz, y un ser alado va a contar la cosa."



Lucas 6,37-49
"1.Un sábado, Jesús atravesaba unos sembrados, y sus discípulos cortaban espigas, las desgranaban en las manos y se comían el grano. 2.Algunos fariseos les dijeron: «¿Por qué hacen lo que no está permitido hacer en día sábado?» 3.Jesús les respondió: «¿Ustedes no han leído lo que hizo David, y con él sus hombres, un día que tuvieron hambre? 4.Pues entró en la Casa de Dios, tomó los panes de la ofrenda, los comió y les dio también a sus hombres, a pesar de que sólo estaba permitido a los sacerdotes comer de ese pan.» 5.Y Jesús añadió: «El Hijo del Hombre es Señor y tiene autoridad sobre el sábado.» 6.Otro sábado Jesús había entrado en la sinagoga y enseñaba. Había allí un hombre que tenía paralizada la mano derecha. 7.Los maestros de la Ley y los fariseos espiaban a Jesús para ver si hacía una curación en día sábado, y encontrar así motivo para acusarlo. 8.Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio.» El se levantó y permaneció de pie. 9.Entonces Jesús les dijo: «A ustedes les pregunto: ¿Qué permite hacer la Ley en día sábado: hacer el bien o hacer daño, salvar una vida o destruirla?» 10.Paseando entonces su mirada sobre todos ellos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» Lo hizo, y su mano quedó sana. 11.Pero ellos se llenaron de rabia y comenzaron a discutir entre sí qué podrían hacer contra Jesús. 12.En aquellos días se fue a orar a un cerro y pasó toda la noche en oración con Dios. 13.Al llegar el día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que llamó apóstoles: 14.Simón, al que le dio el nombre de Pedro, y su hermano Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 15.Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, apodado Zelote, 16.Judas, hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. 17.Jesús bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí un grupo impresionante de discípulos suyos y una cantidad de gente procedente de toda Judea y de Jerusalén, y también de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades; 18.también los atormentados por espíritus malos recibían curación. 19.Por eso cada cual trataba de tocarlo, porque de él salía una fuerza que los sanaba a todos. 20.El, entonces, levantó los ojos hacia sus discípulos y les dijo: 21.«Felices ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Felices ustedes, los que lloran, porque reirán. 22.Felices ustedes, si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre. 23.Alégrense en ese momento y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el cielo. Recuerden que de esa manera trataron también a los profetas en tiempos de sus padres. 24.Pero ¡pobres de ustedes, los ricos, porque tienen ya su consuelo! 25.¡Pobres de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque después tendrán hambre! ¡Pobres de ustedes, los que ahora ríen, porque van a llorar de pena! 26.¡Pobres de ustedes, cuando todos hablen bien de ustedes, porque de esa misma manera trataron a los falsos profetas en tiempos de sus antepasados! 27.Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, 28.bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan. 29.Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. 30.Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames. 31.Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes. 32.Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. 33.Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué gracia tiene? También los pecadores obran así. 34.Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué gracia tiene? También los pecadores prestan a pecadores para que estos correspondan con algo. 35.Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. 36.Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes. 37.No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. 38.Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan, serán medidos ustedes.» 39.Jesús les puso también esta comparación: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en algún hoyo. 40.El discípulo no está por encima de su maestro, pero si se deja formar, se parecerá a su maestro. 41.¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? 42.¿Cómo puedes decir a tu hermano: ''Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo'', si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano. 43.No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. 44.Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de las zarzas. 45.Así, el hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras que el malo, de su fondo malo saca cosas malas. La boca habla de lo que está lleno el corazón. 46.¿Por qué me llaman: ¡Señor! ¡Señor!, y no hacen lo que digo? 47.Les voy a decir a quién se parece el que viene a mí y escucha mis palabras y las practica. 48.Se parece a un hombre que construyó una casa; cavó profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Vino una inundación y la corriente se precipitó sobre la casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida. 49.Por el contrario, el que escucha, pero no pone en práctica, se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin cimientos. La corriente se precipitó sobre ella y en seguida se desmoronó, siendo grande el desastre de aquella casa."