DIA 197--2 Crónicas 30--31 Proverbios 22,1-16 Romanos 15



2 Crónicas 30
La gran Pascua

1 Ezequías mandó mensajeros a todo Israel y Judá, y escribió también cartas a Efraím y Manasés para que vinieran a la Casa de Yavé a Jerusalén, a fin de celebrar la Pascua en honor de Yavé, el Dios de Israel. 2 El rey y sus jefes y toda la asamblea de Jerusalén acordaron celebrar la Pascua en el mes segundo, 3 ya que no podían celebrarla a su debido tiempo porque los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente y el pueblo no se había reunido en Jerusalén. 4 Esto le pareció bien al rey y a toda la asamblea.
5 Y decidieron enviar aviso a todo Is rael, desde Bersebá hasta Dan, para que vinieran a Jerusalén a celebrar la Pascua en honor de Yavé, el Dios de Israel, porque hacía mucho tiempo que no se celebraba según el rito prescrito. 6 Los co rreos con las cartas del rey y de sus jefes recorrieron todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, para decir: «Hijos de Israel, vuelvan a Yavé, el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, para que tenga compasión del resto que ha quedado de ustedes, los que han escapado de las manos de los reyes de Asur.
7 No sean como nuestros padres y hermanos, que fueron infieles a Yavé, el Dios de sus padres, por lo cual él dejó que fueran arruinados, como están viendo. 8 No endurezcan sus corazones como nuestros padres, sino que den la mano a Yavé, vengan a su santuario que él ha santificado para siempre, sirvan a Yavé, nuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de ustedes. 9 Porque si ustedes vuelven a Yavé, nuestros hermanos y nuestros hijos encontrarán misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra, pues Yavé, nuestro Dios, es clemente y misericordioso, y no apartará de nosotros su rostro si nos arrepentimos ante él.»
10 Los correos pasaron de ciudad en ciudad 11 por el país de Efraím y de Manasés llegando hasta Zabulón. Pero se reían y se burlaban de ellos. Sin embargo, hombres de Aser, Manasés y Zabulón hicieron penitencia y vinieron a Jerusalén. 12 También en Judá se dejó sentir la mano de Dios que les dio un mismo corazón para cumplir el mandato del rey y de los jefes, según la palabra de Yavé. 13 Se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta de los Azimos en el mes segundo; era una asamblea muy grande. 14 Se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén, quitaron también todos los altares en que se quemaba incienso y los arrojaron al torrente Cedrón.
15 Sacrificaron la Pascua el día catorce del mes segundo. También los sacerdotes y los levitas, llenos de confusión, se santificaron y trajeron holocaustos a la Casa de Yavé. 16 Ocuparon sus puestos según su reglamento, conforme a la Ley de Moisés, hombre de Dios; y los sacerdotes rociaban con la sangre que recibían de mano de los levitas. 17 Y como muchos de la asamblea no se habían santificado, los levitas fueron los encargados de inmolar los corderos pascuales para todos los que no se hallaban puros, a fin de santificarlos para Yavé. 18 Pues una gran parte del pueblo, muchos de Efraím, de Manasés, de Isacar, y de Zabulón, no se habían purificado y con todo comieron la Pascua sin observar lo escrito.
18 Pero Ezequías rezó por ellos diciendo: «Que Yavé que es bueno perdone 19 a todos aquellos cuyo corazón está dispuesto a buscar a Yavé Dios, el Dios de sus padres, aunque no tengan la pureza requerida para las cosas sagradas.» 20 Y Yavé escuchó a Ezequías y no castigó al pueblo por este incumplimiento.
21 Los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Azimos por siete días con gran alegría, mientras los levitas y los sacerdotes alababan a Yavé todos los días con todas sus fuerzas. 22 Ezequías habló al corazón de todos los levitas, que demostraban tener perfecto conocimiento de Yavé. Celebraron la solemnidad durante siete días sacrificando sacrificios de comunión y alabando a Yavé, el Dios de sus padres. 23 Toda la asamblea decidió celebrar la solemnidad por otros siete días y la celebraron con júbilo siete días más.
24 Ezequías, rey de Judá, había reservado para toda la asamblea mil novillos y siete mil ovejas. Los jefes, por su parte, habían reservado para la asamblea mil novillos y diez mil ovejas. Y muchos sacerdotes estaban listos después de cumplir los ritos de purificación. 25 Toda la asamblea de Judá, los sacerdotes y los levitas, y también toda la asamblea que había venido de Israel y los forasteros venidos de la tierra de Israel, lo mismo que los que vivían en Judá, estaban muy alegres.
26 Hubo gran gozo en Jerusalén porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no se había visto cosa semejante. 27 Los sacerdotes y levitas bendijeron al pueblo; y fue escuchada su voz y su oración penetró en el cielo a su santa Morada.




2 Crónicas 31
1 Terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se encontraban presentes a recorrer las ciudades de Judá y rompieron las piedras paradas, abatieron los troncos sagrados y derribaron los santuarios de lomas y los altares en todo Judá y Benjamín, y también en Efraím y Manasés, hasta acabar con ellos. Después volvieron todos los hijos de Israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades.
2 Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y de los levitas, cada uno en su sección según su servicio, ya fuera sacerdote, ya levita, ya se tratara de holocaustos y sacrificios de comunión, ya de servicio litúrgico, acción de gracias o himnos en las puertas del campamento de Yavé.
3 El rey destinó una parte de sus riquezas para los holocaustos de los sábados, de las lunas nuevas y de las solemnidades, según lo escrito en la Ley de Yavé. 4 Mandó al pueblo que habitaba en Jerusalén que entregara a los sacerdotes y levitas la parte que les corresponde, a fin de que pudieran perseverar en la Ley de Yavé. 5 Cuando se promulgó esta disposición, los hijos de Israel trajeron en abundancia las primicias del trigo, del vino, del aceite y de la miel y de todos los productos del campo: ofrecieron abundantes diezmos de todo.
6 Los hijos de Israel y de Judá que vi vían en las ciudades trajeron también el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas sagradas, consagradas a Yavé, su Dios, y los dieron por montones. 7 En el tercer mes comenzaron a apilar los montones y terminaron el séptimo mes. 8 Ezequías y los jefes vinieron a ver los montones y bendijeron a Yavé y a su pueblo Israel. 9 Cuando Eze quías preguntó a los sacerdotes y levitas acerca de los montones, 10 respondió el sumo sacerdote Azarías, de la familia de Sadoq, y dijo: «Desde que comenzaron a traer las ofrendas reservadas a la Casa de Yavé, hemos comido y nos hemos saciado, y aún sobra muchísimo, porque Yavé ha bendecido a su pueblo; y esta gran cantidad es la que sobra.»
11 Ezequías entonces mandó que prepararan salas en la Casa de Yavé. Las prepararon, 12 y llevaron allí constantemente las ofrendas reservadas, los diezmos y las cosas sagradas. El levita Gonanías fue nombrado intendente, y Simí, hermano suyo, era el segundo. 13 Jejiel, Azarías, Najot, Azael, Jerimot, Josabat, Eliel, Kimakías, Majot y Benaías eran inspectores, a las órdenes de Konanías y de Simí, su hermano, bajo la vigilancia del rey Ezequías y de Ozarías, príncipe de la Casa de Dios. 14 El levita Coré, hijo de Jimná, portero de la puerta oriental, estaba encargado de las ofrendas voluntarias hechas a Dios y debía repartir las ofrendas reservadas a Yavé y las cosas sacratísimas.
15 En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Edem, Mibyamín, Jesua, Semaías, Amarías y Sekanías para repartir a sus hermanos, así grandes como chicos, según sus clases, 16 sin perjudicar a los hombres de treinta años para arriba inscritos en las genealogías, a todos los que entraban en la Casa de Yavé para las tareas de cada día, para cumplir los servicios de su ministerio, conforme a sus clases. 17 Los sacerdotes estaban inscritos en las genea logías, conforme a sus casas paternas, igual que los levitas, desde los veinte años en adelante, según sus obligaciones y sus clases. 18 Hubo que inscribir a todos sus niños, sus mujeres, sus hijos e hijas, junto con toda la asamblea, mientras ellos permanecían atareados en las cosas sagradas.
19 Para los sacerdotes, hijos de Aarón, que vivían en el campo en las aldeas de sus ciudades, había en cada ciudad hombres designados nominalmente, para dar las porciones a todos los varones de familia sacerdotal y a todos los levitas inscritos en las genealogías.
20 Así procedió Ezequías en todo Judá haciendo lo que era bueno y recto y verdadero, ante Yavé su Dios. Todas las obras que realizó en servicio de la Casa de Yavé, de la Ley y los mandamientos, las hizo buscando a su Dios con todo su corazón y tuvo éxito.




Proverbios 22,1-16
1 ¡Un nombre respetado es mejor que grandes riquezas; ser estimado es mejor que el oro y la plata!
2 El rico y el pobre tienen esto en común, que Yavé hizo a uno y a otro.
3 El hombre prevenido ve que viene la desgracia y se pone a resguardo; los tontos siguen adelante y pagan las consecuencias.
4 La recompensa de la humildad es el temor de Yavé, la riqueza, el honor y la vida.
5 Hay espinas y trampas en el camino del perverso; el que se aleja de él se asegura.
6 Muéstrale al niño el camino que debe seguir, y se mantendrá en él aun en la vejez.
7 El rico domina al pobre, el deudor está a merced de su acreedor.
8 Quien siembra injusticia cosechará la desgracia, el poder de los violentos se romperá.
9 El hombre compasivo será bendito: supo compartir su pan con el pobre.
10 Echa al burlón y se acabará la disputa; se calmarán las peleas y las injurias.
11 Yavé ama a los corazones rectos; al que procura el bien, el rey lo tomará por amigo.
12 Yavé protege al que sabe de verdad, pero desenmascara los discursos perversos.
13 El flojo dice: «¡Hay un león afuera, si salgo me devorará!»
14 La boca de la adúltera es una fosa profunda; hay que estar abandonado por Yavé para caer en ella.
15 La despreocupación está anclada en el corazón del niño; la disciplina y la corrección lo librarán de ella.
16 Si oprimen a un pobre, lo hacen progresar, si dan a un rico, lo perjudican.




Romanos 15
1 Nosotros, si realmente somos fuertes, debemos cargar con la debilidad de quienes no tienen esa fuerza y no buscar nuestro propio agrado. 2 Que cada uno busque lo que agrada a su prójimo, ayudándole a crecer en el bien. 3 El mismo Cristo no hizo lo que le agradaba, como dice la Escritura: Los insultos de los que te insultaban cayeron sobre mí. 4 Todas esas escrituras proféticas se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que, perseverando y teniendo el consuelo de las Escrituras, no nos falte la esperanza.
5 Que Dios, de quien procede toda perseverancia y consuelo, les conceda también a todos vivir en buen acuerdo, según el espíritu de Cristo Jesús. 6 Entonces ustedes, con un mismo corazón y una sola voz, alabarán a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Acójanse unos a otros como Cristo los acogió para gloria de Dios. 8 Entiéndanme: Cristo se puso al servicio del pueblo judío para cumplir las promesas hechas a sus padres, porque Dios es fiel. 9 ¿Y los otros pueblos? Esos darán gracias a Dios por su misericordia. Lo dice la Escritura: Por eso te bendeciré entre las naciones, y alabaré tu Nombre. 10 Y también: Alégrense, naciones paganas, junto con el pueblo de Dios. 11 Y de nuevo: Canten al Señor todos los pueblos y alábenlo todas las naciones. 12 A su vez Isaías dice: Surgirá un descendiente de Jesé y se levantará para guiar las naciones. En él pondrán éstas su esperanza.
13 Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Pablo se siente responsable de los cristianos de Roma
:B:14 Personalmente estoy convencido, hermanos, de que también ustedes están llenos de buena voluntad, colmados de todo conocimiento, y que son capaces de amonestarse mutuamente.
15 Sin embargo, me atreví a hablarles con franqueza para recordarles algunas cosas. Lo hago con la autoridad que Dios me dio 16 cuando hizo de mí el ministro de Cristo Jesús entre las naciones paganas para el oficio sagrado del Evangelio de Dios, para hacer de esas naciones una ofrenda agradable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. 17 Por eso en las cosas de Dios tengo el orgullo que se puede tener en Cristo Jesús.
18 Pero no me atrevería a hablar de otra cosa fuera de lo que Cristo ha hecho valiéndose de mí para que los paganos reciban la fe: mis palabras y mis obras, 19 con cantidad de milagros y prodigios, y el poder del Espíritu Santo. Desde Jerusalén hasta el Ilírico, por todas partes he esparcido la Buena Nueva de Cristo.
20 Pero he tenido cuidado, y de esto me honro, de no predicar en lugares donde ya se conocía a Cristo, y de no edificar sobre fundamentos ajenos. 21 Me guié por la Escritura: Lo verán aquellos a quienes no había sido anunciado, lo conocerán los que nada habían oído.
La ayuda para los cristianos de Jerusalén
22 Ese trabajo me tenía tan ocupado que no pude llegar hasta ustedes. 23 Pero como lo deseo desde hace varios años, y ahora ya no hay lugar para mí en esas regiones, 24 lo haré cuando vaya a España. Espero pasar por donde ustedes y verlos. Y cuando haya disfrutado plenamente de su compañía, me ayudarán a seguir viaje hacia allá.
25 Ahora me dirijo a Jerusalén para asistir a esa comunidad, 26 pues en Macedonia y Acaya les pareció bien hacer una colecta en favor de los pobres de la comunidad de Jerusalén. 27 Quisieron hacerlo, y de hecho estaban en deuda con ellos, pues si han participado de los bienes espirituales de los judíos, es justo que los sirvan en lo material. 28 Cuando haya cumplido este encargo y entregado las ayudas recibidas, me dirigiré a España pasando por donde ustedes, 29 y sé muy bien que llegaré donde ustedes con toda la bendición de Cristo.
30 Pero les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y del amor, fruto del Espíritu, que recen a Dios por mí. Luchen conmigo rogando por mí 31 para que pueda escapar de los enemigos de la fe en Judea y para que la comunidad reciba con agrado la ayuda que le llevo. 32 Así llegaré con alegría donde ustedes y, si Dios quiere, descansaré en su compañía. 33 El Dios de la paz esté con ustedes. Amén.