DIA 171--2 Reyes 16--17 Proverbios 8,22-36 2 Corintios 2



2 Reyes 16
El reinado de Ajaz en Judá

1 Ajaz, hijo de Yotam, rey de Judá, comenzó a reinar el año décimo séptimo de Pecaj, hijo de Remalías. 2 Ajaz tenía veinte años cuando subió al trono y reinó dieciseis en Jerusalén. No hizo lo que es justo a los ojos de Yavé, su Dios, tal como su antepasado David. 3 Siguió más bien las huellas de los reyes de Israel, y hasta llegó a sacrificar a su hijo en la hoguera, según las prácticas odiosas de los pueblos que Yavé había echado ante los israelitas. 4 Ofreció sacrificios y quemó incienso en los Altos Lugares, en las colinas y bajo cualquier árbol verde.
5 Entonces Razón, rey de Aram, y Pecaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para atacarla. Sitiaron a Ajaz, pero no pudieron vencerlo. 6 En ese tiempo el rey de Edom recuperó Elat y expulsó a los judíos que se habían instalado allí; los edomitas tomaron posesión de ella y permanecen allí hasta hoy.
7 Ajaz mandó mensajeros a Teglat-Falazar, rey de Asur: «Soy tu sirviente y tu hijo, le decía, ven a salvarme del rey de Aram y del rey de Israel que vinieron a atacarme». 8 Ajaz tomó la plata y el oro que había en la casa de Yavé y en el tesoro del palacio real, y se lo dio al rey de Asur. 9 El rey de Asur lo atendió, y marchó para atacar a Damasco, la que conquistó; deportó a sus habitantes a Quir y mandó ejecutar a Razón.
10 Cuando el rey Ajaz fue a Damasco para entrevistarse con Teglat-Falazar, rey de Asur, vio un altar que había en Damasco; mandó un dibujo de ese altar y un modelo del mismo, con todos sus detalles, al sacerdote Urías. 11 Antes que regresara de Damasco el rey Ajaz, el sacerdote Urías construyó un altar exactamente igual a las indicaciones que había enviado el rey Ajaz. 12 Cuando el rey vio el altar a su regreso de Damasco, subió personalmente a él para ofrecer sacrificios. 13 Quemó su holocausto y su ofrenda, derramó la libación y roció el altar con la sangre de los sacrificios pacíficos.
14 Trasladaron el altar de bronce que estaba delante de Yavé; lo sacaron de delante de la Casa donde se encontraba entre el altar nuevo y la casa de Yavé, y lo pusieron al lado del altar nuevo hacia el norte. 15 El rey Ajaz dio esta orden al sacerdote Urías: En este gran altar quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto por toda la población del país, su ofrenda y sus libaciones. Desde allí harás la aspersión de la sangre de todos los holocaustos y sacrificos. En cuanto al altar de bronce, ya veré lo que se hace». 16 El sacerdote Urías hizo todo lo que le había ordenado el rey Ajaz.
17 El rey Ajaz rompió los paneles y las bases, quitó los lavatorios que estaban encima, bajó el Mar de Bronce de encima de los bueyes que lo sostenían y lo puso en un embaldosado de piedras. 18 Como deferencia al rey de Asur transformó el Pórtico del Sábado, que se había construido dentro del Templo de Yavé, y la Entrada del rey que estaba fuera del mismo.
19 El resto de los hechos de Ajaz está escrito en el Libro de las Crónicas de los reyes de Judá. 20 Ajaz se acostó con sus padres y lo enterraron junto a éstos en la Ciudad de David; en su lugar reinó Ezequías, su hijo.


2 Reyes 17
Fin del reino de Israel en el norte

1 Oseas, hijo de Elá, comenzó a reinar en Israel desde Samaría, el año duodécimo de Ajaz, rey de Judá; reinó nueve años. 2 Hizo lo que es malo a los ojos de Yavé, pero no tanto como los reyes de Israel que lo habían precedido. 3 Salmanazar, rey de Asur, fue a atacarlo y Oseas tuvo que sometérsele, pagándole un tributo. 4 Pero el rey de Asur supo que Oseas estaba conspirando contra él, ya que había enviado mensajeros a Saís, donde el rey de Egipto, y no pagaba más el tributo al rey de Asur, como debía hacerlo cada año. Aquel, entonces, lo mandó arrestar y lo metió encadenado a la cárcel.
5 El rey de Asur invadió todo el país; llegó a Samaría y la sitió tres años. 6 El año noveno de Oseas, el rey de Asur se apoderó de Samaría y deportó a Asur a los israelitas. Los instaló en Jala, a orillas del Jabor, el río de Gozán, y además, en las ciudades de Media.
Causas de la ruina de Israel
7 Eso ocurrió porque los hijos de Israel habían pecado contra Yavé su Dios, quien los había hecho subir del territorio de Egipto y los había librado de las manos del Faraón, rey de Egipto, y se habían vuelto hacia otros dioses.
8 Los israelitas imitaron las costumbres de los pueblos que Yavé había expulsado delante de los hijos de Israel. 9 Pronunciaron contra Yavé, su Dios, palabras indecentes, se construyeron Altos Lugares en todas sus ciudades, desde la torre de vigía hasta en la ciudad fortificada. 10 Instalaron piedras paradas y postes sagrados en cualquier colina sobresaliente y bajo cualquier árbol verde. 11 Y allí, en todos esos Altos Lugares, quemaban incienso, tal como lo hacían las naciones que Yavé había expulsado ante ellos; cometieron además toda clase de malas acciones para irritar a Yavé. 12 Se pusieron a servir a ídolos inmundos, siendo que Yavé les había dicho: «No hagan eso».
13 Yavé, sin embargo, les había llamado la atención a Israel y a Judá por boca de todos los profetas y de todos los videntes: «Renuncien a su mal comportamiento y observen mis mandatos y mis órdenes, según esa Ley que ordené a sus padres y que les comuniqué por boca de mis servidores los profetas». 14 Pero no hicieron caso, y se mostraron más tercos que sus padres que no ha bían creído en Yavé, su Dios. 15 Despreciaron sus mandatos, la Alianza que había pactado con sus padres, y las ordenanzas que les había dado. Se apegaron a ídolos inútiles y se hicieron tan inútiles como sus ídolos, igual que las naciones que los rodeaban, siendo que Yavé les había mandado que no las imitaran.
16 Abandonaron todos los mandamientos de Yavé, su Dios, y se hicieron ídolos de metal ¡sus dos terneros! Erigieron postes sagrados, se postraron ante todos los poderes del cielo, y sirvieron a Baal. 17 Sacrificaron en la hoguera a sus hijos y a sus hijas, practicaron la hechicería y la magia, se prestaron para hacer lo que es malo a los ojos de Yavé, para provocar su cólera. 18 Al final, Yavé se enojó con Israel y lo echó lejos.
18 Unicamente quedó la tribu de Judá. 19 Pero Judá tampoco cumplió los mandamientos de Yavé, su Dios; imitaron las prácticas que se habían hecho una costumbre en Israel. 20 Por eso Yavé rechazó a toda la raza de Israel, los castigó, los entregó en manos de salteadores, y por último, los echó lejos de su presencia.
21 Cuando Jeroboam, hijo de Nabat, separó Israel de la casa de David, cuando lo consagraron como rey, apartó a Israel lejos de Yavé, haciéndo que cometiera un gran pecado. 22 Los israelitas persistieron en todos los pecados que había cometido Jeroboam, y no se apartaron de ellos, 23 de tal modo que al último Yavé echó a Israel lejos de él, tal como lo había dicho por boca de todos sus servidores los profetas; Israel fue deportado a Asur, lejos de su tierra, hasta el día de hoy.
24 El rey de Asur trasladó gente de Babilonia, de Cuta, de Avá, de Jamat, y de Sefarvayim, y la instaló en las ciudades de Samaría en lugar de los israelitas. Así tomaron posesión de Samaría y se establecieron en sus ciudades.
25 Cuando estaban recién instalados en ese lugar, esa gente no honraba a Yavé, por eso Yavé les mandó unos leones que hicieron con ellos una carnicería. 26 Entonces dijeron al rey de Asur: «Los pueblos que trasladaste e instalaste en las ciudades de Samaría no conocen la Ley del dios del país. Por eso envió contra nosotros leones, los que los mataron porque no conocían la Ley del dios de este país». 27 El rey de Asur dio entonces esta orden: «Manden de vuelta allá a uno de los sacerdotes que he deportado, que se establezca allí y que les enseñe la Ley del Dios del país. 28 Uno de los sacerdotes de Samaría que había sido deportado fue pues para allá; se instaló en Betel y les enseñó cómo debían honrar a Yavé.
29 Pero cada pueblo se hacía sus propios dioses y los ponía en las ermitas de los Altos Lugares que habían construido los samaritanos, cada pueblo lo hacía en las ciudades donde vivía. 30 Fue así como la gente de Babilonia se hizo un Sucot-Benot; la gente de Cuta, un Nergal; los de Jamat, un Asima; 31 los de Avá se hicieron un Nibjaz y un Tartac; los de Sefarvayim quemaban en la hoguera a sus hijos en honor a Adramalec y a Amamelec, las divinidades de Sefarvayim.
32 También servían a Yavé, por eso eligieron entre ellos a sacerdotes para los Altos Lugares, para que sirvieran en su nombre en las ermitas de los Altos Lugares. 33 Servían a Yavé y al mismo tiempo a sus dioses, según las costumbres de las naciones de donde provenían.
34 Hasta el día de hoy siguen con sus antiguas costumbres. No honran realmente a Yavé, porque no toman en cuenta sus ritos ni sus costumbres, de acuerdo a la Ley y el mandato que Yavé dio a los hijos de Jacob, el hombre a quien dio el nombre de Israel.
35 Yavé había pactado con ellos una Alianza y les había dado esta orden: «No sirvan a dioses extranjeros, no se postren ante ellos, no les rindan culto ni les ofrezcan sacrificios; 36 ustedes no tienen más que a Yavé, quien los hizo subir del territorio de Egipto, demostrando su fuerza y dando grandes golpes. A él tienen que servir, ante él deben postrarse y a él tienen que ofrecer sacrificios. 37 Ustedes tienen que respetar y poner en práctica diariamente los preceptos, las ordenanzas, la Ley y los mandamientos que escribió para ustedes; no sirvan a otros dioses. 38 No se olviden de la Alianza que pacté con ustedes ni sirvan a otros dioses. 39 A Yavé, su Dios es a quien deben servir, a él que los librará de las manos de todos sus enemigos». 40 Pero no hicieron caso y siguen con sus antiguas costumbres.
41 Así pues esos pueblos, si bien temían a Yavé, servían también a sus ídolos, y sus hijos y nietos actúan hasta el día de hoy como lo hacían sus padres.



Proverbios 8,22-36
22 Yavé me creó —fue el inicio de su obra—
22 antes de todas las criaturas, desde siempre.
23 Fui formada antes de los siglos,
23 desde el comienzo, antes que la tierra.
24 No existían los océanos cuando salí del seno,
24 ni existían las fuentes de los mares.
25 Antes de que fueran cimentadas las montañas,
25 antes que las colinas, yo nací.
26 Yavé no había hecho todavía la tierra ni el campo,
26 ni el suelo fértil de la tierra.
27 Yo ya estaba cuando puso los cielos en su lugar,
27 cuando trazó un círculo en los confines del mundo,
28 cuando formó las nubes en las alturas,
28 y dio la energía a las fuentes del océano,
29 cuando le impuso sus fronteras al mar,
29 un límite que no franquearían sus olas,
29 cuando asentó los cimientos de la tierra.
30 Yo estaba a su lado poniendo la armonía,
30 y día tras día en eso me divertía,
30 y continuamente jugaba en su presencia.
31 Me entretengo con este mundo, con la tierra que ha hecho,
31 y mi gusto es estar con los hijos de Adán.
32 Pues bien, hijos, oíganme:
32 ¡Felices los que siguen mis caminos!
33 ¡Acepten la enseñanza y sean sabios,
33 no la menosprecien!
34 Feliz el que me escucha,
34 que aguarda cada día junto a mi puerta,
34 a la espera, sin apartarse de la entrada.
35 Porque el que da conmigo ha encontrado la vida,
35 sobre él vendrán los favores de Yavé;
36 pero el que me ofende atenta contra su vida,
36 y los que me odian eligieron la muerte.»



2 Corintios 2
1 Preferí no volver a visitarlos, si iba a causar otra vez tristezas. 2 Pues si yo los aflijo, ¿quién me devolverá la alegría, sino aquel a quien he afligido? 3 Por eso les escribí: «Ojalá que cuando vaya no tenga que entristecerme a causa de los mismos que deberían ser mi alegría. Confío y estoy seguro de que todos podrán compartir mi alegría.»
4 En efecto, les escribí profundamente preocupado y afligido, y hasta con lágrimas; no quería causarles tristeza, sino que se dieran cuenta del amor inmenso que les tengo.
5 Si alguno ha causado pena, no es a mí a quien ha molestado, sino a todos ustedes; y tampoco quisiera exagerar. 6 Ya le basta la reprensión que recibió de la comunidad. 7 Ahora es mejor que lo perdonen y le den ánimo, no sea que la pena sea más grande de lo que pueda soportar. 8 Les ruego, pues, que le demuestren afecto.
9 En realidad les escribí para comprobar si podía contar con ustedes y con su total obediencia. 10 A quien ustedes perdonen, también yo le perdono, y lo que he perdonado, si realmente tenía algo que perdonar, lo perdoné en atención a ustedes, en presencia de Cristo. 11 Así no se aprovechará Satanás de nosotros, pues conocemos muy bien sus propósitos.
Somos el buen olor de Cristo
12 Así, pues, llegué a Tróade para predicar el Evangelio de Cristo, y gracias al Señor se me abrió una puerta. 13 Mi espíritu, sin embargo, quedaba inquieto porque no había encontrado a mi hermano Tito, por lo que me despedí de ellos y salí para Macedonia.
14 Gracias sean dadas a Dios, que siempre nos lleva en el cortejo victorioso de Cristo y que por nuestro ministerio difunde por todas partes su conocimiento cual fragancia de incienso. 15 Si Cristo es la víctima, nosotros somos la fragancia que sube del sacrificio hacia Dios, y la perciben tanto los que se salvan como los que se pierden. 16 Para los que se pierden es olor de muerte que lleva a la muerte; para los que se salvan, fragancia de vida que conduce a la vida.
16 Pero ¿quién está a la altura de esta misión? 17 Se encuentran con facilidad vendedores de la palabra de Dios, pero nosotros actuamos por convicción; todo procede de Dios y hablamos en en Cristo, en presencia de Dios.