DIA 58-Levítico 10--11 Salmo 60 Hechos 2,22-47


Levítico 10
La historia de Nadab y Abihú
1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, después de ponerle incienso, ofrecieron a Yavé un fuego profano. 2 Y en eso, un fuego salió de la presencia de Yavé que los devoró, y murieron allí delante de Yavé. 3 Entonces Moisés dijo a Aarón: «Esto es lo que Yavé había declarado: Daré a conocer mi santidad a través de los que se allegan a mí, y a vista de todo el pueblo seré glorificado.» Aarón no agregó palabra.
4 Moisés llamó a Misael y Elisafam, hijos de Oziel, tío paterno de Aarón, y les dijo: «Acérquense y no dejen a sus hermanos delante del santuario, sino llévenselos fuera del campamento.» 5 Ellos fueron al momento y llevándolos vestidos como estaban con las túnicas de lino, los sacaron fuera, conforme Moisés les mandó.
6 Entonces Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No lleven la cabeza cubierta ni rasguen sus vestiduras en señal de duelo, no sea que mueran ustedes y el castigo se extienda a toda la comunidad. Más bien son sus hermanos, toda la gente de Israel, quienes harán duelo por el fuego de Yavé. 7 Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir, pues está sobre ustedes el óleo de la unción de Yavé.» Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés.
8 Yavé dijo a Aarón: 9 «Ni tú ni tus hijos tomen vino ni bebida alcohólica cuando entren a la Tienda de las Citas, no sea que mueran. Esto será un decreto perpetuo para sus descendientes. 10 Así serán capaces de distinguir entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, 11 y enseñar a los hijos de Israel todas los ritos que Yavé les ha dado por medio de Moisés.»
12 Moisés dijo a Aarón, y también a Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban: «Tomen lo que queda de la ofrenda del sacrificio de Yavé y cómanla sin levadura junto al altar por ser cosa muy santa. 13 Ustedes lo comerán en lugar santo, ya que es la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios por el fuego para Yavé, según se me ha ordenado. 14 Tú, y contigo tus hijos e hijas, comerán también en lugar puro el pecho que ha sido mecido y el pernil que ha sido separado, pues son la parte que te corresponde a ti y tus hijos en los sacrificios de comunión que los hijos de Israel me presentan. 15 Los hijos de Israel traerán además de las grasas que van a ser quemadas, el pernil que fue separado y el pecho que fue mecido. Los mecerán ante Yavé, y luego serán para ti y tus hijos para siempre, según lo ha ordenado Yavé.»
16 Entretanto Moisés quiso cerciorarse acerca del macho cabrío del sacrificio por el pecado; pero vio que había sido quemado. Se enojó con Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado a Aarón, 17 y dijo: «¿Por qué no comieron en lugar sagrado la víctima del sacrificio de expiación? Pues era cosa muy santa que se les daba a ustedes para quitar la falta de la comunidad y para conseguir de Yavé su perdón. 18 Debían haberla comido en lugar sagrado, según les había ordenado, puesto que su sangre no había sido llevada al interior del santuario.»
19 Aarón respondió a Moisés: «Es cierto que han presentado hoy delante de Yavé su sacrificio por el pecado y su holocausto; pero después de lo que me ha sucedido, si yo hubiera comido hoy de la víctima por el pecado, 20 ¿acaso hubiera sido esto grato a Yavé?» Al escuchar esto Moisés se dio por satisfecho.


Levítico 11
Animales «puros» e «impuros»

1 Yavé habló a Moisés y a Aarón, diciéndoles: 2 «Hablen a los hijos de Israel y díganles: Estos son los animales terrestres que pueden comer. 3 Ustedes comerán el animal de pezuña partida, hendida en dos uñas y que rumia. 4 Pero no comerán el camello que rumia y no tiene dividida la pezuña, sino que será para ustedes impuro. 5 El conejo que rumia, pero no tiene dividida la pezuña, será impuro para ustedes. 6 Lo mismo la liebre. 7 El cerdo, que tiene la pezuña partida, hendida en dos uñas, pero no rumia, será impuro para ustedes. 8 Ustedes no comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver: serán impuros para ustedes.
9 Estos son los que hay en el agua y que pueden comer. Ustedes comerán los que tienen aletas y escamas bien vivan en el mar o en los ríos. 10 Pero tendrán por inmundos a todos los seres vivos, todo lo que pulula en el mar o en los ríos, y que no tienen aletas ni escamas. 11 Ustedes los tendrán por inmundos, no comerán de su carne y tendrán sus cadáveres por inmundos: 12 tengan por inmundo todo ser que vive en las aguas y no tiene aletas y escamas.
13 Estas son las aves que tendrán por impuras y que no comerán por ser inmundas: 14 el águila, el quebrantahuesos en todas sus especies, 15 toda clase de cuervos, 16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán en todas sus especies, 17 el búho, el somormujo, el ibis, 18 el cisne, el pelícano, el buitre, 19 la cigüeña, la garza en todas sus especies, la abubilla y el murciélago.
20 Ustedes tendrán por inmundo a todo insecto alado que anda sobre cuatro patas. 21 Pero, tratándose de los insectos alados que andan sobre cuatro patas, podrán comer aquellos que, además de sus cuatro patas, tienen piernas para saltar sobre el suelo. 22 De ellos podrán comer: la langosta en sus diversas especies y toda clase de solam, de jargol y de jagab. 23 Cualquier otro insecto alado de cuatro patas será para ustedes impuro.
24 Con sólo tocar estos animales, ustedes contraerán impureza. El que toque su cadáver quedará impuro hasta la tarde. 25 El que levante alguno de sus cadáveres tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
26 Ustedes tendrán por impuros a todos los animales que tienen pezuña no partida en dos uñas y no rumian; todo aquel que los toque quedará impuro. 27 Ustedes tendrán por impuros a todos los cuadrúpedos que andan sobre las plantas de sus patas. 28 El que toque el cadáver de uno de ellos quedará impuro hasta la tarde; el que levante el cadáver tendrá que lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde. Estos animales son impuros para ustedes.
29 Estos son los reptiles que andan arrastrándose por el suelo y que serán impuros para ustedes: la comadreja, el ratón, el lagarto en sus diversas especies, 30 la musaraña, el camaleón, la salamandra, la lagartija y el topo. 31 Ustedes tendrán por impuros a todos esos reptiles. El que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. 32 Quedará impuro cualquier objeto sobre el que caiga uno de sus cadáveres, ya sea un artefacto de madera, o un vestido, una piel, un saco o cualquier utensilio. Será metido en agua y quedará impuro hasta la tarde; después quedará puro. 33 Si cae uno de estos cadáveres en una vasija de barro, cuanto haya dentro de ella quedará impuro y habrá que romper la vasija. 34 Toda cosa comestible preparada con dicha agua será impura y toda bebida que se tome en una de esas vasijas será impura. 35 Cualquier objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres quedará impuro: el horno y el doble fogón serán derribados; son impuros y los tendrán por impuros 36 (solamente las fuentes y pozos donde se recogen las aguas permanecerán puras), pero el que toque sus cadáveres quedará impuro. 37 Si alguno de esos cadáveres cae sobre semillas que han de sembrarse, quedarán puras; 38 pero si cae sobre semilla mojada, la tendrán por impura.
39 Cuando muera uno de esos animales de los que puedan comer, el que toque sus cadáveres quedará impuro hasta la tarde. 40 El que coma de su cadáver deberá lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde; el que levante un cadáver habrá de lavar sus vestidos y quedará impuro hasta la tarde.
41 Tendrán por inmundo todo reptil que anda arrastrándose sobre la tierra; es cosa inmunda; no se podrá comer. 42 No comerán aquellos que caminan sobre su vientre o que se arrastran por el suelo sobre cuatro patas o sobre muchas patas; ustedes los tendrán por inmundos. 43 No se hagan inmundos con ninguno de estos reptiles que se arrastran: no se hagan impuros con ellos ni dejen que a ustedes los hagan impuros. 44 Porque yo soy Yavé, Dios de ustedes; santifíquense y sean santos, porque yo soy santo, y no se hagan impuros con ninguno de esos reptiles que se arrastran por el suelo, 45 pues yo soy Yavé, el que los ha sacado del país de Egipto para ser su Dios. Sean, pues, santos porque yo soy Santo.
46 Esta es la ley acerca de los animales, de las aves, y de todos los seres vivientes que se mueven en el agua, y de todos los que andan arrastrándose sobre la tierra. 47 Sepan distinguir entre lo impuro y lo puro, entre el animal que puede comerse y el que no.»


Salmo 60
Súplica después de una derrota.—

3 Oh Dios, nos rechazaste, nos hiciste pedazos, tú estabas enojado, pero vuelve a nosotros.
4 Sacudiste la tierra, la partiste; repara sus grietas, pues se hunde.
5 Impusiste a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino embriagante.
6 Portabas la bandera de los que te temen, pero la pusiste detrás para que huyeran del arco.
7 Libera ahora a los que tú amas, sálvanos con tu diestra y respóndenos.
8 Dios ha hablado en su santuario: «Salto de gozo, voy a repartir Siquem y a lotear el valle de Sucot.
9 Míos serán Galaad y Manasés, Efraín será el casco de mi cabeza, Judá será mi bastón de mando.
10 Moab será la vasija en que me lavo; a Edom le lanzo mi sandalia, y oyen mi grito de guerra los filis teos.»
11 ¿Quién me guiará hasta la ciudad fuerte? ¿quién me conducirá hasta Edom?
12 ¿Quién sino tú, oh Dios, que nos rechazaste y que no sales más con nuestras tropas?
13 Danos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda del hombre.
14 Junto con Dios haremos maravillas, él pisoteará a nuestros adversarios.



Hechos 2,22-47
22 Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret. Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen. 23 Ustedes, sin embargo, lo entregaron a los paganos para ser crucificado y morir en la cruz, y con esto se cumplió el plan que Dios tenía dispuesto. 24 Pero Dios lo libró de las ataduras de la muerte y lo resucitó, pues no era posible que quedase bajo el poder de la muerte.
25 Escuchen lo que David decía a su respecto: Veo constantemente al Señor delante de mí; está a mi derecha para que no vacile. 26 Por eso se alegra mi corazón y te alabo muy gozoso, y hasta mi cuerpo esperará en paz. 27 Porque no me abandonarás en el lugar de los muertos ni permitirás que tu Santo experimente la corrupción. 28 Me has dado a conocer los caminos de la vida, me colmarás de gozo con tu presencia.
29 Hermanos, no voy a demostrarles que el patriarca David murió y fue sepultado: su tumba se encuentra entre nosotros hasta el día de hoy. 30 David era profeta y Dios le había jurado que uno de sus descendientes se sentaría sobre su trono. Por eso vio de antemano 31 y se refirió a la resurrección del Mesías con estas palabras: no será abandonado en el lugar de los muertos, ni su cuerpo experimentará la corrupción .
32 Es un hecho que Dios resucitó a Jesús; de esto todos nosotros somos testigos. 33 Después de haber sido exaltado a la derecha de Dios, ha recibido del Padre el don que había prometido, me refiero al Espíritu Santo que acaba de derramar sobre nosotros, como ustedes están viendo y oyendo.
34 También es cierto que David no subió al cielo, pero estas palabras son suyas: Dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, 35 hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.» 36 Sepa entonces con seguridad toda la gente de Israel, que Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús a quien ustedes crucificaron.»
37 Al oír esto se afligieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué tenemos que hacer, hermanos?» 38 Pedro les contestó: «Arrepiéntanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el Nombre de Jesús, el Mesías, para que sus pecados sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo. 39 Porque el don de Dios es para ustedes y para sus hijos, y también para todos aquellos a los que el Señor, nuestro Dios, quiera llamar, aun que estén lejos.»
40 Pedro siguió insistiendo con más argumentos. Los exhortaba diciendo: «Aléjense de esta generación perversa y sálvense.»
41 Los que acogieron la palabra de Pedro se bautizaron, y aquel día se unieron a ellos unas tres mil personas.
La primera comunidad
42 Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones.
43 Toda la gente sentía un santo temor, ya que los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio de los apóstoles. 44 Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, 45 vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno.
46 Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían la comida con alegría y con gran sencillez de corazón. 47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que se iban salvando.