DIA 53 Éxodo 39--40 Salmo 55 Mateo 27,27-50



Éxodo 39
1 Hicieron para el servicio del Santuario vestiduras de ceremonia de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino. Hicieron asimismo las vestiduras sagradas de Aarón, como Yavé había mandado a Moisés. 2 Hicieron el Efod de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino retorcido. 3 Batieron oro en láminas y las cortaron en hilos para bordar junto con la púrpura violeta y escarlata, con el carmesí y el lino fino. 4 El Efod tenía dos hombreras que se juntaban y estaban unidas por sus extremos. 5 El cinturón con que se ciñe el Efod era de la misma hechura y de los mismos materiales y formaba con él una sola pieza, tal como Yavé se lo había mandado a Moisés.
6 Prepararon igualmente las piedras ónices engastadas en oro y grabadas, como se graban los sellos, con los nombres de los hijos de Israel; 7 las colocaron sobre las hombreras del Efod, como piedras que sirvieran para recordar a los hijos de Israel, según había ordenado a Moisés.
8 Bordaron también el Pectoral, del mismo estilo que el Efod, de oro, púrpura violeta y escarlata, carmesí y lino fino retorcido. 9 Era cuadrado y doble: tenía un palmo de largo por uno de ancho. 10 Llevaba cuatro filas de piedras; en la primera fila había un sardio, un topacio y una esmeralda; 11 en la segunda fila, un rubí, un zafiro y un diamante; 12 en la tercera, un ópalo, un ágata y una amatista; 13 y en la cuarta, un crisolito, un ónice y un jaspe. Todas ellas engastadas en oro.
14 Las piedras eran doce, correspondientes a los nombres de los hijos de Israel, y grabada cada piedra con el nombre de cada uno de ellos conforme a las doce tribus. 15 Hicieron para el Pectoral cadenillas de oro puro, trenzadas a manera de cordones. 16 Hicieron dos engastes de oro y dos anillos de oro y fijaron los dos anillos en los dos extremos.
17 Pasaron después las dos cadenillas de oro por los dos anillos de los extremos del Pectoral. 18 Unieron los dos extremos de las dos cadenillas a los dos engastes que fijaron en la parte inferior de los hombros del Efod. 19 Se hicieron otros dos anillos de oro, que se pusieron en los extremos inferiores del Pectoral, en la parte baja del Efod por fuera. 20 Se hicieron otros dos anillos de oro, que se pusieron en las dos hombreras del Efod abajo, en la parte delantera, cerca de la juntura por encima del cinturón del Efod, 21 y fijaron el Pectoral uniéndolo por sus anillos a los anillos del Efod para sostenerlo encima del cinturón del Efod, con un cordón de púrpura violeta, para que quedara el Pectoral sobre el cinturón del Efod y no se desprendiera, como Yavé había mandado a Moisés.
22 Tejieron el manto del Efod todo de púrpura violeta. 23 Había una abertura en el centro del manto, semejante al cuello de un corselete, con una orla alrededor de la abertura, para que no se rompiera. 24 En el ruedo inferior del manto hicieron granadas de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino retorcido. 25 Hicieron campanillas de oro puro, que resonaran cuando oficiara el sacerdote, colocadas entre las granadas, en todo el ruedo, 26 alternando una campanilla y una granada en la parte inferior del manto, como Yavé había ordenado a Moisés.
27 Tejieron también las túnicas de lino fino para Aarón y sus hijos; la tiara de lino fino, los adornos de las mitras de lino fino 28 y también los calzones de lino fino retorcido, 29 lo mismo que las fajas de lino fino retorcido, de púrpura violeta y escarlata y de carmesí, tal como Yavé había ordenado a Moisés.
30 E hicieron de oro puro una lámina, la diadema sagrada, en la que grabaron, como se graban los sellos: «Consagrado a Yavé». 31 La fijaron con un cordón de púrpura violeta para sujetarla en la parte superior de la tiara, como Yavé había mandado a Moisés.
32 Así fue terminada toda la obra de la Morada, es decir, de la Tienda del encuentro; los hijos de Israel hicieron toda la obra conforme a lo que Yavé había mandado a Moisés.
33 Entonces presentaron a Moisés la Morada, es decir, la Tienda y todos sus utensilios; los broches, los tablones, los travesaños, los postes y las basas; 34 el toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; 35 el arca de la Alianza con sus varas y el Lugar del Perdón; 36 la mesa con todos sus utensilios y el pan de la ofrenda, 37 el candelabro de oro puro con sus lámparas, todos los utensilios y el aceite del alumbrado; 38 el altar de oro, el óleo de la unción, el incienso aromático y la cortina para la entrada de la tienda; 39 el altar de bronce con su enrejado, sus varas y sus utensilios, la pileta con su base; 40 el cortinaje del atrio, los postes con sus basas, la cortina para la entrada del atrio, sus cuerdas, clavos y todos los demás utensilios del servicio de la Morada, la Tienda del encuentro; 41 las vestiduras de ceremonia para el servicio en el Santuario; los ornamentos sagrados para el sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hijos para ejercer el sacerdocio. 42 Los hijos de Israel hicieron toda la obra conforme a cuanto Yavé había ordenado a Moisés. 43 Moisés vio todo el trabajo y comprobó que lo habían hecho conforme a lo que había mandado Yavé. Entonces Moisés los bendijo.


Éxodo 40
Consagración de la Morada


1 Yavé habló así a Moisés: 2 «El día primero del primer mes alzarás la Morada, la Tienda del encuentro. 3 Allí pondrás el arca de la Alianza y cubrirás el arca con la cortina. 4 Llevarás la mesa y la dispondrás. Llevarás también el candelabro y prepararás las lámparas. 5 Colocarás el altar de oro para el incienso delante del arca de la Alianza y colgarás la cortina a la entrada de la Morada. 6 Colocarás el altar de los holocaustos ante la entrada de la Tienda del encuentro. Pondrás la pila entre la Tienda del encuentro y el Altar y echarás agua en ella.
7 En derredor levantarás el atrio y tenderás la cortina a la entrada del atrio. 8 Entonces tomarás el óleo de la unción y ungirás la Morada y todo lo que hay en ella. 9 La consagrarás con todo su mobiliario y será cosa sagrada. 10 Ungirás además el altar de los holocaustos con todos sus utensilios. Consagrarás el altar y en adelante será cosa sacratísima. 11 Asimismo ungirás la pila y su base y la consagrarás.
12 Después mandarás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Tienda del encuentro y los lavarás con agua. 13 Vestirás a Aarón con las vestiduras sagradas, lo ungirás y lo consagrarás para que sea mi sacerdote. 14 Mandarás también que se acerquen sus hijos, los vestirás con túnicas, 15 los ungirás como ungiste a su padre, para que sean mis sacerdotes. Así por su unción serán sacerdotes míos para siempre, de generación en generación.»
16 Moisés hizo todo según lo que Yavé le había mandado. Así lo hizo. 17 En el primer mes del año segundo, el día primero del mes, alzaron la Morada. 18 Moisés alzó la Morada, asentó las basas, colocó sus tablones, puso los travesaños y erigió sus columnas. 19 Después desplegó la Tienda por encima de la Morada y puso además por encima el toldo de la Tienda, como Yavé había mandado a Moisés. 20 Luego tomó el Testimonio y lo puso en el arca, puso al arca las varas y sobre ella colocó el Lugar del Perdón en la parte superior.
21 Llevó entonces el arca a la Morada, colgó la cortina y cubrió así el arca de la Alianza, como Yavé había mandado a Moisés. 22 Colocó también la mesa en la Tienda del encuentro, al lado septentrional de la Morada, fuera del velo. 23 Dispuso sobre ella las filas de los panes de la Presencia delante de Yavé, como él había ordenado a Moisés. 24 Luego instaló el candelabro en la Tienda del encuentro, frente a la mesa, en el lado meridional de la Morada, 25 y colocó encima las lámparas delante de Yavé, como él había ordenado a Moisés.
26 Asimismo puso el altar de oro en la Tienda del encuentro, delante del velo, 27 y quemó sobre él incienso aromático, como Yavé había mandado a Moisés. 28 A la entrada de la Morada colocó la cortina, y en la misma entrada de la Morada colocó también el altar de los holocaustos, 29 sobre el cual ofreció el holocausto y la ofrenda, como Yavé le había mandado. 30 Puso la pileta entre la Tienda del encuentro y el altar y echó agua en ella para las abluciones; 31 Aarón y sus hijos se lavaron en ella las manos y los pies. 32 Siempre que entraban en la Tienda del encuentro y siempre que se acercaban al altar se lavaban, como Yavé había mandado a Moisés. 33 Por fin, dispuso el atrio que rodeaba el Santuario y el altar y colgó la cortina a la entrada del atrio. Así Moisés terminó todas las obras.
Yavé toma posesión del Santuario
:B:34 Entonces la Nube vino a cubrir la Tienda del encuentro y la Gloria de Yavé llenó la Morada. 35 Moisés ya no podía entrar en la Tienda del encuentro, pues la Nube descansaba sobre ella y la Gloria de Yavé llenaba la Morada.
36 A lo largo de su trayecto, los hijos de Israel se ponían en marcha en cuanto la Nube se elevaba de encima de la Morada. 37 Pero mientras la Nube no se elevaba, ellos no se movían y esperaban el día en que de nuevo se elevara. 38 Porque la Nube de Yavé descansaba sobre la Morada durante el día a la vista de todo el pueblo de Israel, y durante la noche se veía fuego en ella. Así sucedió a lo largo de su trayecto.


Salmo 55
Oración del perseguido
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—Supremacía del dinero, violencia, lujo, prostitución, explotación del hombre. En el seno de la sociedad pervertida, el justo se siente acorralado y perseguido: «Arroja tu carga en el Señor».
2 Oh Dios, pon atención a mi plegaria,
2 no desatiendas mis súplicas.
3 Atiéndeme y respóndeme:
3 me agito lamentándome y gimiendo,
4 al oír la voz del enemigo
4 y las amenazas del impío.
5 Con sus aullidos me ensordecen
5 y me persiguen con alevosía.
6 Mi corazón se estremece en mi pecho,
6 una angustia mortal me sobrecoge;
6 me invaden el miedo y el terror
6 y el pavor me atenaza. Y yo dije:
7 Si tuviera alas de paloma
7 volaría a donde pudiera posarme.
8 Huiría muy lejos,
8 y pasaría la noche en el desierto.
9 Buscaría un asilo a toda prisa
9 contra la tempestad y contra el viento.
10 Dispérsalos, Señor, confúndeles las lenguas,
10 pues violencia y discordia he visto en la ciudad;
11 rondan por sus murallas día y noche
11 y dentro están la injusticia y el crimen.
12 El mal se aloja en ella;
12 de su plaza no se alejan la astucia y el engaño.
13 Si llegara a insultarme un enemigo,
13 yo lo soportaría;
13 si el que me odia se alzara en contra mía,
13 me escondería de él;
14 mas fuiste tú, un hombre como yo,
14 mi familiar, mi amigo,
15 a quien me unía una dulce amistad;
15 juntos íbamos a la casa de Dios
15 en alegre convivencia.
16 Que la muerte los sorprenda,
16 que bajen vivos al lugar de los muertos,
16 pues el mal se cobija en su interior.
17 Pero yo clamo a Dios
17 y el Señor me salvará.
18 De tarde, de mañana, al mediodía,
18 me lamento y me aflijo
18 y escuchará mi voz.
19 Me dará la paz, me sacará del combate,
19 aunque muchos estén en contra mía.
20 Dios atenderá y los humillará,
20 el que reina desde siempre.
20 ¿Podrán convertirse si no temen a Dios?
21 Alzan la mano contra sus amigos,
21 no cumplen sus compromisos,
22 su boca es más untuosa que una crema
22 pero su corazón es agresivo;
22 sus palabras, más suaves que el aceite,
22 son espadas desenvainadas.
23 Descarga en el Señor todo tu peso,
23 porque él te sostendrá;
23 no dejará que el justo se hunda para siempre.
24 Tú, oh Dios, los echarás al pozo de la muerte;
24 los hombres sanguinarios y embusteros
24 no llegarán a la mitad de su vida;
24 pero yo, confío en ti.


Mateo 27,27-50
El camino de la Cruz

27 Los soldados romanos llevaron a Jesús al patio del palacio y reunieron a toda la tropa en torno a él. 28 Le quitaron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color rojo. 29 Después le colocaron en la cabeza una corona que habían trenzado con espinos y en la mano derecha le pusieron una caña. Doblaban la rodilla ante Jesús y se burlaban de él, diciendo: «¡Viva el rey de los judíos!» 30 Le escupían en la cara y con la caña le golpeaban en la cabeza.
31 Cuando terminaron de burlarse de él, le quitaron la capa de soldado, le pusieron de nuevo sus ropas y lo llevaron a crucificar.
32 Por el camino se encontraron con un hombre de Cirene, llamado Simón, y le obligaron a que cargara con la cruz de Jesús. 33 Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota (o Calvario), o sea, «calavera», 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel. Jesús lo probó, pero no lo quiso beber.
35 Allí lo crucificaron y después se repartieron entre ellos la ropa de Jesús, echándola a suertes. 36 Luego se sentaron a vigilarlo. 37 Encima de su cabeza habían puesto un letrero con el motivo de su condena, en el que se leía: «Este es Jesús, el rey de los judíos.» 38 También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
39 Los que pasaban por allí lo insultaban; movían la cabeza 40 y decían: «¡Vaya! ¡Tú que destruyes el Templo y lo levantas de nuevo en tres días! Si eres el Hijo de Dios, líbrate del suplicio y baja de la cruz.»
41 Los jefes de los sacerdotes, los jefes de los judíos y los maestros de la Ley también se burlaban de él. Decían: 42 «¡Ha salvado a otros y no es capaz de salvarse a sí mismo! ¡Que baje de la cruz el Rey de Israel y creeremos en él! 43 Ha puesto su confianza en Dios. Si Dios lo ama, que lo salve, pues él mismo dijo: Soy hijo de Dios.»
44 Hasta los ladrones que habían sido crucificados con él lo insultaban.
45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde todo el país se cubrió de tinieblas. 46 A eso de las tres, Jesús gritó con fuerza: Elí, Elí, lamá sabactani, que quiere decir: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» 47 Al oírlo, algunos de los presentes decían: «Está llamando a Elías.» 48 Uno de ellos corrió, tomó una esponja, la empapó en vinagre y la puso en la punta de una caña para darle de beber. 49 Los otros le decían: «Déjalo, veamos si viene Elías a salvarlo.»
50 Pero nuevamente Jesús dio un fuerte grito y entregó su espíritu.
Después de la muerte de Jesús
51 En ese mismo instante la cortina del Santuario se rasgó de arriba abajo, en dos partes. 52 La tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y resucitaron varias personas santas que habían llegado ya al descanso. 53 Estas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente.
54 El capitán y los soldados que custodiaban a Jesús, al ver el temblor y todo lo que estaba pasando, se llenaron de terror y decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»
55 También estaban allí, observándolo todo, algunas mujeres que desde Galilea habían seguido a Jesús para servirlo. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Sepultan a Jesús
57 Siendo ya tarde, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había hecho discípulo de Jesús. 58 Se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, y el gobernador ordenó que se lo entregaran. 59 José tomó entonces el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo colocó en el sepulcro nuevo que se había hecho excavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra sobre la entrada del sepulcro y se fue. 61 Mientras tanto, María Magdalena y la otra María estaban allí, sentadas frente al sepulcro.
Aseguran el sepulcro
62 Al día siguiente (el día después de la Preparación de la Pascua), los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron a Pilato 63 y le dijeron: «Señor, nos hemos acordado que ese mentiroso dijo cuando aún vivía: Después de tres días resucitaré. 64 Ordena, pues, que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Este sería un engaño más perjudicial que el primero.» 65 Pilato les respondió: «Ahí tienen una guardia. Vayan ustedes y tomen todas las precauciones que crean convenientes.» 66 Ellos, pues, fueron al sepulcro y lo aseguraron. Sellaron la piedra que cerraba la entrada y pusieron guardia.