DIA 52-Éxodo 36--38 Salmo 53--54 Mateo 27,1-26



Éxodo 36
1 Así, pues, Bezaleel, Oholiab y todos los hombres peritos a los que Yavé ha dado habilidad y pericia para saber realizar todos los trabajos en servicio del Santuario, ejecutarán todo conforme lo ha mandado Yavé.»
2 Moisés llamó a Bezaleel y a Oholiab y a todos los hombres hábiles a los que Yavé había dado pericia, y a todas las personas deseosas de trabajar para el Santuario, 3 y les entregó todas las ofrendas que los hijos de Israel habían reservado para la ejecución de las obras del Santuario. Mientras tanto, los hijos de Israel seguían entregando a Moisés, cada mañana, ofrendas voluntarias. 4 Por eso, todos los artesanos que trabajaban en la construcción del Santuario, además de su propio trabajo, 5 fueron a decir a Moisés: «El pueblo entrega más de lo que se necesita para la construcción de las obras que Yavé ha mandado hacer.» 6 Entonces Moisés mandó correr la voz por todo el pueblo: «Ni hombre ni mujer reserve ya más ofrendas para el Santuario.» 7 El pueblo, pues, dejó de traer ofrendas, pues había material de sobra para construir toda la obra.
8 Entonces los artesanos más expertos de entre los que ejecutaban el trabajo hicieron la Morada. Hicieron diez cortinas de lino fino retorcido de color jacinto, morado y rojo, adornadas con querubines. 9 Cada cortina tenía catorce metros de largo y dos de ancho. Todas eran de una misma medida. 10 Reunieron las primeras cinco cortinas y lo mismo las otras cinco. 11 Pusieron cordones de color morado en los bordes de la cortina que terminaba el primer conjunto, e hicieron lo mismo con los bordes de la cortina que terminaba el segundo conjunto. 12 Cada conjunto tenía por ambas partes cincuenta cordones, dispuestos de tal modo que el uno correspondía al otro, y se podían ajustar entre sí. 13 Hicieron asimismo cincuenta broches de oro, con los que se reunieron las cortinas. Así la tienda fue una sola. 14 También hicieron una cubierta de pelo de cabra para el techo de la Morada. Había once piezas. 15 Cada una de ellas tenía quince metros de largo y dos de ancho. 16 Todas eran de la misma medida. Juntaron las cinco primeras y lo mismo las otras seis. 17 Hicieron también en la orilla de cada cubierta cincuenta presillas, para que se pudiera unir con la otra, y cincuenta presillas en la orilla de ésta para unirla a la contigua. 18 Hicieron asimismo cincuenta hebillas de bronce, mediante las cuales se formó un solo toldo.
19 Hicieron también a la Morada otra cubierta de pieles de carnero, teñidas de rojo, y sobre ésta otra cubierta de cueros finos. 20 Hicieron asimismo tablones de madera de acacia derechos, 21 cada uno de los cuales tenía cinco metros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho. 22 En los lados de cada tablón se hicieron dos muescas para encajar un tablón con otro, y de este modo se dispusieron todos los tablones. Veinte de éstos se pusieron en el lado meridional, 23 para los cuales se fundieron cuarenta basas de plata, de suerte que dos basas sostenían los dos ángulos de cada tablón. 24 En la misma forma se pusieron veinte tablones al otro lado de la Morada que mira al norte, 25 los cuales tenían cuarenta basas de plata: 26 dos basas debajo de cada tablón.
27 En la parte occidental de la Morada se pusieron seis tablones 28 además de otros dos que hubo que fijar a la espalda del Tabernáculo en las esquinas, 29 y estuvieron trabados de arriba abajo y asegurados todos con un mismo encaje. El mismo trabajo se hizo para los dos tablones que se hubo de colocar en las esquinas. 30 Así fueron en total ocho tablones los que había en el fondo con dieciséis basas de plata, dando a cada tablón dos basas. 31 También hizo cinco travesaños de madera de acacia en un lado de la Morada, que afianzaron los tablones, 32 y otros cinco al otro lado, y al occidente otros tantos, 33 los cuales atravesaban los tablones de un extremo a otro. 34 Cubrió asimismo con planchas de oro los tablones, y para ello hizo argollas de oro, por las cuales pasaban los travesaños y los cubrió con láminas de oro.
35 Además de esto hizo un velo de lino fino retorcido de color morado, púrpura, y de grana dos veces teñida, bordado de querubines, obra de artista; 36 el cual colgó ante cuatro columnas de madera de acacia, que estaban también cubiertas de oro, y tenían ganchos de oro, estando puestas sobre basas de plata. 37 Hizo para la entrada de la Morada una cortina de lino fino color morado, púrpura y de grana dos veces teñida, con labores de tapicería. 38 Hizo las cinco columnas con sus ganchos. Cubrió de oro los capiteles y las varillas. Las basas eran de bronce.


Éxodo 37
1 Bezaleel hizo el Arca de madera de acacia, con una longitud de dos codos y medio, codo y medio de anchura y otro codo y medio de altura. 2 La revistió por dentro y por fuera con láminas de oro; hizo además una moldura de oro alrededor. 3 Le pusieron cuatro anillos de oro, uno en cada ángulo del Arca, dos en un lado y dos en otro.
4 Hicieron también las varas de madera de acacia y las cubrió con láminas de oro. 5 Las pasaron por los anillos que estaban a los lados del Arca y sirvieron para llevarla.
6 Hizo el Lugar del Perdón de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho. 7 Asimismo hizo dos querubines de oro macizo y los puso en las extremidades del Lugar del Perdón, 8 uno a cada lado, haciendo un cuerpo con el Lugar del Perdón. 9 Los dos querubines tenían las alas extendidas y cubrían con sus alas el Lugar del Perdón. Estaban uno frente al otro y sus caras miraban al Lugar del Perdón.
10 Hizo también una mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, uno de ancho y uno y medio de alto. 11 La cubrió con láminas de oro puro y le puso alrededor una moldura de oro, 12 le hizo un borde de cuatro dedos de alto y encima de éste puso una moldura de oro. 13 Formó asimismo cuatro anillos de oro y los puso en las cuatro esquinas de la mesa, uno para cada pata. 14 Los anillos estaban debajo de la cornisa para meter las varas por ellos a fin de que pudiera transportarse la mesa. 15 Hizo también de madera de acacia estas varas y las cubrió con planchas de oro, pues sirvieron para transportar la mesa.
16 Hizo también los utensilios que están en la mesa; las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las libaciones; todo era de oro.
17 Labró igualmente de oro puro el candelabro. Era de oro macizo su pie y su tallo. Sus cálices y nudos y flores formaban un cuerpo con él. 18 Salían seis brazos de sus lados: tres de uno y tres de otro. 19 Cada brazo tenía tres cálices en forma de flor de almendro, con capullos y flores. 20 En el mismo candelabro había cuatro cálices en forma de flor de almendro con capullos y flores; 21 un capullo debajo de los dos primeros brazos que formaban cuerpo con el candelabro; otro, debajo de los siguientes y un tercero debajo de los dos últimos brazos; se hizo lo mismo para los seis brazos que salían del candelabro. 22 Los capullos y los brazos formaban un cuerpo con el candelabro. Todo ello era de oro puro macizo. 23 Hizo sus siete lámparas; sus despabiladeras y ceniceros eran de oro puro. 24 Se empleó un talento de oro para hacer el candelabro con todos estos utensilios.
25 Hizo también el Altar del Incienso. Lo hizo de madera de acacia. Tenía medio metro de largo y de ancho: era cuadrado. Tenía un metro de altura. Sus cuernos formaban un cuerpo con él. 26 Cubrió de oro la mesa, los costados y los cuernos; también hizo una moldura de oro alrededor. 27 Debajo de dicha moldura hizo dos anillos de oro a ambos lados para meter en ellos las varas con que lo transportarían. 28 Hizo las varas de madera de acacia y las cubrió de oro.
29 Hizo el óleo de la consagración y el incienso aromático, obra de perfumista.


Éxodo 38
1 Hizo también el Altar de los Holocaustos de madera de acacia. Tenía dos metros y medio de largo y otros tantos de ancho, esto es, cuadrado, y metro y medio de altura. 2 De sus cuatro esquinas salían cuatro cuernos que formaban un cuerpo con él. Los cubrió con láminas de bronce.
3 Para el servicio del altar fabricó las calderas, tenazas, tridentes y braseros. Todos estos instrumentos los hizo de bronce. 4 Además un enrejado de bronce en forma de red, que se ponía debajo del plano del altar y llegaba a media altura. 5 En los cuatro ángulos le hizo anillos de bronce para sus varas.
6 Hizo también dos varas de madera de acacia, cubiertas con láminas de bronce, 7 y las pasó por los anillos: estaban a los dos lados del altar para transportarlo. Hizo el altar hueco, de paneles.
8 Hizo también la pileta y la basa de bronce, con los espejos de bronce pulido de las mujeres que servían a la entrada de la Tienda del encuentro.
9 Hizo asimismo el atrio de la Morada, en cuya parte meridional había cortinas de lino fino retorcido de cincuenta metros de largo, 10 con veinte columnas puestas en otras tantas basas de bronce, cuyos ganchos y varillas eran de plata. 11 Igualmente en el lado septentrional había a lo largo cortinas de cincuenta metros con veinte columnas y otras tantas basas de bronce, y sus ganchos y varillas de plata.
12 Además, en lo ancho del atrio que mira al oeste había cortinas por espacio de veinticinco metros, con diez columnas y otras tantas basas de bronce. 13 Del mismo modo, en lo ancho del atrio que cae al oriente se contaron veinticinco metros; 14 se pusieron cortinas de siete metros y medio por cada lado, 15 con tres columnas y otras tantas basas por cada lado. 16 Todas las cortinas del atrio alrededor eran de fino lino retorcido. 17 Las basas de las columnas eran de bronce. Los ganchos y las varillas eran de plata; los capiteles estaban cubiertos de plata.
18 Pero a la entrada del atrio se puso una cortina de diez metros de lino fino retorcido color morado, púrpura y de grana dos veces teñida: una obra de bordador. Tenía diez metros de largo y dos y medio de altura, como las cortinas del atrio. 19 Sus cuatro columnas y basas eran de bronce, sus ganchos y varillas de plata. Sus capiteles estaban cubiertos de plata. 20 Las estacas y clavos, tanto de la Morada como del atrio, eran de bronce.
21 Este era el inventario de la Morada, la Morada de las Declaraciones divinas, realizado por orden de Moisés y hecho por los levitas bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.
22 Bezaleel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo cuanto Yavé había mandado a Moisés, 23 juntamente con Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artesano, bordador en púrpura, violeta y escarlata, en carmesí y lino fino.
24 El total de oro empleado en el trabajo, en todo el trabajo del Santuario, el oro que ofreció el pueblo, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos, en siclos del Santuario; 25 la plata entregada por los hombres incluidos en el censo de la comunidad fue de cien talentos y mil setecientos sesenta y cinco siclos, según el peso del Santuario. 26 Pues se contaba medio siclo, en siclos del Santuario, por cabeza.
27 Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas de las columnas que sostenían el velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. 28 De los mil setecientos setenta y cinco siclos hizo ganchos para los postes, revistió sus capiteles y los unió con varillas. 29 El bronce que ofrecieron fue de setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos. 30 Con él hizo las basas para la entrada de la Tienda del encuentro, el altar de bronce con su rejilla de bronce también y todos los utensilios del altar, 31 las basas del recinto del atrio y las basas de la entrada del atrio, todos los clavos que se ocuparon en la Morada y en el atrio que la rodeaba.


Salmo 53
Mundo sin Dios.—

2 Dijo en su corazón el insensato: «¡Mentira, Dios no existe!» Son gente pervertida, hacen cosas infames, ya no hay quien haga el bien.
3 Se asoma Dios desde el cielo, mira a los hijos de Adán, para ver si hay alguno que valga, alguien que busque a Dios.
4 Pero todos se han descarriado, y se han corrompido juntos. No queda ni un hombre honrado, ni uno de muestra siquiera.
5 ¿No comprenderán esos malhechores que comen a mi pueblo como se come el pan?
5 ¡No le han pedido a Dios la bendición!
6 ¡Mira cómo se asustan de repente! Les cae una desgracia inesperada.
6 Dios dispersa los huesos del renegado; todos se ríen de ellos: «¡Cómo Dios los ha rechazado!»
7 ¿Quién traerá de Sión la salvación de Israel?
7 Cuando a su pueblo Dios traiga de vuelta, habrá alegría en Jacob, Israel será colmado.


Salmo 54
3 Oh Dios, por tu Nombre sálvame; por tu poder hazme justicia.
4 Oh Dios, escucha mi plegaria, escucha las palabras de mi boca, 5 pues se alzan contra mí los arrogantes y buscan mi muerte los violentos, hombres para los cuales Dios no cuenta.
6 Pero a mí Dios me ayuda, entre los que me apoyan está el Señor.
7 Que el mal recaiga sobre los que me espían; destrúyelos, Señor, pues tú eres fiel.
8 Te ofreceré de buena gana un sacrificio y alabaré tu nombre, porque es bueno, 9 pues me has sacado de cualquier angustia y he visto humillados a mis enemigos.


Mateo 27,1-26
1 Al amanecer, todos los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías celebraron una reunión para decidir la manera de hacer morir a Jesús. 2 Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilato, el gobernador.
La muerte de Judas
3 Cuando Judas, el traidor, supo que Jesús había sido condenado, se llenó de remordimientos y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los jefes judíos. 4 Les dijo: «He pecado: he entregado a la muerte a un inocente.» Ellos le contestaron: «¿Qué nos importa eso a nosotros? Es asunto tuyo.» 5 Entonces él, arrojando las monedas en el Templo, se marchó y fue a ahorcarse.
6 Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas, pero dijeron: «No se puede echar este dinero en el tesoro del Templo, porque es precio de sangre.» 7 Entonces se pusieron de acuerdo para comprar con aquel dinero el Campo del Alfarero y lo destinaron para cementerio de extranjeros. 8 Por eso ese lugar es llamado Campo de Sangre hasta el día de hoy.
9 Así se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: Tomaron las treinta monedas de plata, que fue el precio en que lo tasaron los hijos de Israel, 10 y las dieron por el Campo del Alfarero, tal como el Señor me lo ordenó.
Jesús comparece ante Pilato
11 Jesús compareció ante el gobernador, y éste comenzó a interrogarlo. Le preguntó: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús contestó: «Tú eres el que lo dice.»
12 Los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías lo acusaban, pero Jesús no contestó nada. 13 Pilato le dijo: «¿No oyes todos los cargos que presentan contra ti?» 14 Pero Jesús no dijo ni una palabra, de modo que el gobernador se sorprendió mucho.
15 Con ocasión de la Pascua, el gobernador tenía la costumbre de dejar en libertad a un condenado, a elección de la gente. 16 De hecho el pueblo tenía entonces un detenido famoso, llamado Barrabás. 17 Cuando se juntó toda la gente, Pi lato les dijo: «¿A quién quieren que deje libre, a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?» 18 Porque sabía que le habían entregado a Jesús por envidia.
19 Mientras Pilato estaba en el tribunal, su mujer le mandó a decir: «No te metas con ese hombre porque es un santo, y anoche tuve un sueño horrible por causa de él.»
20 Mientras tanto, los jefes de los sacerdotes y los jefes de los judíos persuadieron al gentío a que pidieran la libertad de Barrabás y la muerte de Jesús. 21 Cuando el gobernador volvió a preguntarles: «¿A cuál de los dos quieren que les suelte?», ellos contestaron: «A Barrabás.» 22 Pilato les dijo: «¿Y qué hago con Jesús, llamado el Cristo?» Todos contestaron: «¡Crucifícalo!» 23 Pilato insistió: «¿Qué ha hecho de malo?» Pero ellos gritaban cada vez con más fuerza: «¡Que sea crucificado!»
24 Al darse cuenta Pilato de que no conseguía nada, sino que más bien aumentaba el alboroto, pidió agua y se lavó las manos delante del pueblo. Y les dijo: «Ustedes responderán por su sangre, yo no tengo la culpa.» 25 Y todo el pueblo con testó: «¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!»
26 Entonces Pilato les soltó a Barrabás. Mandó azotar a Jesús y lo en tregó a los que debían crucificarlo.