DIA 39-Éxodo 12 Salmo 38 Mateo 21,23-46



Éxodo 12
El cordero pascual

1 Yavé dijo a Moisés y a Aarón, en el país de Egipto: 2 «Este mes será para ustedes el comienzo de los meses, el primero de los meses del año.
3 Hablen a la comunidad de Israel y díganle: El día décimo de este mes tome cada uno un cordero por familia, un cordero por casa. 4 Pero, si la familia es demasiado pequeña para consumir el cordero, se pondrá de acuerdo con el vecino más cercano, según el número de personas y conforme a lo que cada cual pueda comer.
5 Ustedes escogerán un corderito sin defecto, macho, nacido en el año. En lugar de un cordero podrán tomar también un cabrito.
6 Ustedes lo reservarán hasta el día catorce de este mes. Entonces toda la comunidad de Israel lo sacrificará al anochecer. 7 En cada casa en que lo coman ustedes tomarán de su sangre para untar los postes y la parte superior de la puerta.
8 Esa misma noche comerán la carne asada al fuego; la comerán con panes sin levadura y con verduras amargas. 9 No comerán nada de él crudo o hervido sino que lo comerán todo asado con su cabeza, sus patas y sus entrañas. 10 Ustedes no guardarán nada para el día siguiente. Lo que sobre al amanecer, quémenlo en el fuego.
11 Y comerán así: ceñidos con el cinturón, las sandalias en los pies y el bastón en la mano. Ustedes no se demorarán en comerlo: es una pascua en honor de Yavé.
12 Durante esa noche, yo recorreré el país de Egipto y daré muerte a todos los primogénitos de Egipto, tanto de los egipcios como de sus animales; y demostraré a todos los dioses de Egipto quién soy yo, Yavé. 13 En las casas donde están ustedes la sangre tendrá valor de señal: al ver esta sangre, yo pasaré de largo, y la plaga no los alcanzará mientras golpeo a Egipto.
14 Ustedes harán recuerdo de este día año tras año, y lo celebrarán con una fiesta en honor a Yavé. Este rito es para siempre: los descendientes de ustedes no dejarán de celebrar este día.
La fiesta de los Panes sin levadura
15 Durante siete días comerán pan sin levadura. Desde el primer día no habrá fermento en las casas, pues cualquiera que coma pan fermentado desde el primer día hasta el séptimo será borrado de la comunidad de Israel. 16 El primer día tendrán una reunión sagrada, así como el séptimo. Ningún trabajo se hará estos días, solamente prepararán lo que haga falta a cada uno para comer.
17 Ustedes celebrarán la fiesta de los Ázimos, porque ése es el día en que hice salir de Egipto a vuestros ejércitos. Ustedes celebrarán ese día de generación en generación: este rito es para siempre. 18 Desde la tarde del día catorce del primer mes hasta la tarde del veintiuno del mismo mes ustedes comerán pan sin levadura.
19 Durante siete días no habrá levadura en las casas de ustedes. El que coma cosa fermentada será borrado de la comunidad de Israel, sea extranjero o nativo. 20 No comerán nada fermentado, sino que, en todas sus casas, comerán panes ázimos.»
21 Moisés, pues, llamó a los jefes de Israel y les dijo: «No demoren en buscar una res para cada una de sus familias e inmolen la Pascua. 22 Tomen un manojo de hisopo mojado con la sangre y marquen los dos postes y la parte superior de la puerta. Y luego ninguno de ustedes saldrá de su casa hasta la mañana. 23 Egipto llevando la plaga y, al ver la sangre en la entrada, pasará de largo y no permitirá que el Exterminador entre en sus casas y los mate.
24 Ustedes observarán este rito, y también lo observarán sus hijos para siempre. 25 Estas mismas ceremonias las harán cuando entren en la tierra que Yavé les dará, como les tiene prometido. 26 Y cuando sus hijos les pregunten qué significa este rito, 27 les responderán: Este es el sacrificio de la Pascua para Yavé, que pasó de largo por las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando mató a los egipcios, dejando a salvo nuestras casas.» Al oír esto, todo el pueblo se postró y adoró.
28 Los israelitas se fueron e hicieron lo que Yavé había mandado a Moisés y Aarón.
Muerte de los primogénitos
29 Sucedió que, a media noche, Yavé hirió de muerte a todo primogénito del país de Egipto, desde el pri mogénito de Faraón que está sen tado en el trono, hasta el del preso que está en la cárcel, y a todos los primeros nacidos de los animales. 30 Faraón se levantó de noche, y con él toda su gente y todos los egipcios. Se oyó un clamor grande por todo Egipto, pues no había casa donde no hubiera algún muerto.
31 Aquella misma noche Faraón lla mó a Moisés y Aarón y les dijo: «Levántense y salgan de este pueblo, ustedes y los hijos de Israel. Vayan para servir a Yavé, como ustedes dicen. 32 Llévense sus rebaños de ovejas y vacunos, como ustedes piden. ¡Salgan, pero denme la bendición!»
33 Los egipcios los presionaban para que se fueran inmediatamente, pues decían: «Si no se van ésos, moriremos todos.» 34 El pueblo recogió la masa antes que fermentara; la envolvieron en sus mantas y se la cargaron al hombro. 35 Los israelitas hicieron lo que les había dicho Moisés: pidieron a los egipcios objetos de oro y plata y muchos vestidos, 36 y los egipcios se lo dieron prestado, porque Yavé hizo que estuvieran dispuestos para escucharlos. Así fue cómo despojaron a los egipcios.
Los israelitas salen de Egipto
37 Los hijos de Israel partieron de Ramsés a Sucot en número de unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar a los niños.
38 También salió con ellos una turba numerosa, con grandes rebaños de ovejas y vacas. 39 Comieron panes sin levadura, tomando de la masa que habían sacado de Egipto. Pues habían salido con tanta prisa que no les alcanzó el tiempo para echarle levadura y hacer panes.
40 La permanencia de los israelitas en Egipto fue de cuatrocientos treinta años. 41 Cuando se cumplieron esos cuatrocientos treinta años, ese mismo día, todos los ejércitos de Yavé salieron de Egipto.
42 Esta es la noche y la vigilia en honor de Yavé que sacó a Israel del país de Egipto. Esta noche es para Yavé, y los hijos de Israel la pasarán velando, año tras año, perpetuamente.
Cómo celebrar la Pascua
43 Yavé dijo a Moisés y a Aarón: «Estos son los ritos para la celebración de la Pascua. Ningún extranjero comerá de ella, 44 excepto el esclavo, comprado con dinero, con tal de que haya sido circuncidado. 45 El extranjero que reside en Israel o que trabaja a tu servicio no la comerá.
46 El cordero se comerá dentro de la casa; no se sacará afuera ni un solo pedazo, ni le quebrarán ningún hueso. 47 Toda la comunidad de Israel observará este rito. 48 Si algún extranjero residente quiere celebrarla, tienen que circuncidarse los varones de su casa; entonces podrá parti cipar como cualquier persona del país. El que no esté circuncidado no puede comerla: 49 esta ley vale para ustedes y para los extranjeros que vivan entre ustedes.»
50 Los hijos de Israel hicieron tal como Ya vé lo había mandado a Moisés y a Aarón, 51 y aquel mismo día Yavé los hizo salir de Egipto, bien ordenados como un ejército.


Salmo 38
Oración en la desgracia.
—En el momento de la enfermedad y de la desgracia, el hombre se pone a reflexionar y descubre que su miseria más grande es ser pecador.
2 Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues si estás indignado.
3 Pues tus flechas en mí se han clavado, y tu mano se ha cargado sobre mí.
4 Nada quedó sano en mí por causa de tu ira, nada sano en mis huesos, después de mi pecado.
5 Mis culpas llegan más arriba de mi cabeza, pesan sobre mí más que un fardo pesado.
6 Mis llagas supuran y están fétidas, debido a mi locura.
7 Ando agobiado y encorvado, camino afligido todo el día.
8 Mi espalda arde de fiebre y en mi carne no queda nada sano.
9 Estoy paralizado y hecho pedazos, quisiera que mis quejas fueran rugidos.
10 Señor, ante ti están todos mis deseos, no se te ocultan mis gemidos.
11 Mi corazón palpita, las fuerzas se me van, y hasta me falta la luz de mis ojos.
12 Compañeros y amigos se apartan de mis llagas, mis familiares se quedan a distancia.
13 Los que esperan mi muerte hacen planes, me amenazan los que me desean lo peor, y rumian sus traiciones todo el día.
14 Pero yo, como si fuera sordo, no oigo; soy como un mudo que no abre la boca, 15 como un hombre que no entiende nada y que nada tiene que contestar.
16 Pues en ti, Señor, espero; tú, Señor mi Dios, responderás.
17 Yo dije: «Que no se rían de mí, ni canten victoria si vacilan mis pasos».
18 Ahora estoy a punto de caer, y mi dolor no se aparta de mí.
19 Sí, quiero confesar mi pecado, pues ando inquieto a causa de mi falta.
20 Son poderosos mis enemigos sin causa, incontables los que me odian sin razón.
21 Me devuelven mal por bien, y me condenan porque busco el bien.
22 ¡Señor, no me abandones, mi Dios, no te alejes de mí!
23 ¡Ven pronto a socorrerme, oh Señor, mi salvador!



Mateo 21,23-46
Jesús responde a las autoridades

23 Jesús había entrado al Templo y estaba enseñando, cuando los sumos sacerdotes y las autoridades judías fueron a su encuentro para preguntarle: «¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te lo ha encargado?»
24 Jesús les contestó: «Yo también les voy a hacer a ustedes una pregunta. Si me la contestan, yo también les diré con qué autoridad hago todo esto. 25 Háblenme del bautismo que daba Juan: este asunto ¿de dónde venía: de Dios o de los hombres?»
25 Ellos reflexionaron: «Si decimos que este asunto venía de Dios, él nos replicará: Pues ¿por qué no le creyeron? 26 Y si decimos que era cosa de hombres, ¡cuidado con el pueblo!, pues todos consideran a Juan como un profeta.» 27 Entonces contestaron a Jesús: «No lo sabemos.»
27 Y Jesús les replicó: «Pues yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.»
La parábola de los dos hijos
28 Jesús agregó: «Pero, díganme su parecer. Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero para decirle: “Hijo, hoy tienes que ir a trabajar en la viña.” 29 Y él le respondió: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. 30 Luego el padre se acercó al segundo y le mandó lo mismo. Este respondió: “Ya voy, señor.” Pero no fue.
31 Ahora bien, ¿cuál de los dos hizo lo que quería el padre?» Ellos contestaron: «El primero.» Entonces Jesús les dijo: «En verdad se lo digo: en el camino al Reino de los Cielos, los publicanos y las prostitutas andan mejor que ustedes. 32 Porque Juan vino a abrirles el camino derecho y ustedes no le creyeron, mientras que los publicanos y las prostitutas le creyeron. Ustedes fueron testigos, pero ni con esto se arrepintieron y le creyeron.
Los viñadores asesinos
Escuchen este otro ejemplo: Había un propietario que plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar y levantó una torre para vigilarla. Después la alquiló a unos labradores y se marchó a un país lejano. 34 Cuando llegó el tiempo de la vendimia, el dueño mandó a sus sirvientes que fueran donde aquellos labradores y cobraran su parte de la cosecha. 35 Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 El propietario volvió a enviar a otros servidores más numerosos que la primera vez, pero los trataron de la misma manera.
37 Por último envió a su hijo, pensando: “A mi hijo lo respetarán”. 38 Pero los trabajadores, al ver al hijo, se dijeron: “Ese es el heredero. Lo matamos y así nos quedamos con su herencia”. 39 Lo tomaron, pues, lo echaron fuera de la viña y lo mataron. 40 Ahora bien, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con esos labradores?» 41 Le contestaron: «Hará morir sin compasión a esa gente tan mala y arrendará la viña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo.»
42 Jesús agregó: «¿No han leído cierta Escritura? Dice así: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra angular; ésa fue la obra del Señor y nos dejó maravillados.
43 Ahora yo les digo a ustedes: se les quitará el Reino de los Cielos, y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.» (44)
45 Al oír estos ejemplos, los jefes de los sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús se refería a ellos. 46 Hubieran deseado arrestarlo, pero tuvieron miedo del pueblo, que lo consideraba como un profeta.