DIA 35-Éxodo 5--6 Salmo 34 Mateo 19,16-30


Éxodo 5
Moisés habla a Faraón

1 Después de eso Moisés y Aarón fueron a decir a Faraón: «Así dice Yavé, el Dios de Israel: Deja que mi pueblo salga al desierto para celebrar mi fiesta.»
2 Respondió Faraón: «¿Quién es Yavé para que yo le haga caso y deje salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel.» 3 Ellos dijeron: «El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o es pada.»
4 El rey de Egipto les dijo: «Ustedes, Moisés y Aarón, ¿por qué ponen trabas a los que trabajan? Vuelvan a sus tareas.» 5 Faraón añadió: «Este pueblo ahora es más numeroso que la gente del país y ¿ustedes quieren que interrumpa sus trabajos?»
6 Aquel mismo día Faraón dio la siguiente orden a los capataces del pueblo y a los inspectores israelitas: 7 «Ya no darán paja al pueblo para hacer ladrillos, como lo hacían antes. Que vayan ellos mismos a recoger la paja. 8 Pero les exigirán la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin disminuir ni uno solo. Son unos flojos, y por eso vienen aquí con sus gritos: ¡Déjanos salir! ¡Tenemos que sacrificar a nuestro Dios! 9 Denles más trabajo y que no flojeen, y ya no se prestarán para estas tonterías.»
Primeras dificultades
10 Los capataces, pues, junto con lsus inspectores israelitas, apuraron al pueblo: «Así dice Faraón: No les daré más paja. 11 Vayan ustedes mismos a buscarla donde la encuentren. Pero la producción tendrá que ser la misma de antes.»
12 El pueblo recorría todo el país de Egipto en busca de paja para machacar. 13 Tenían encima a sus capataces que les decían: «Cumplan su tarea, la misma cantidad diaria que cuando se les daba paja.» 14 Los inspectores israelitas que se habían colocado al frente del pueblo fueron castigados, pues se les dijo: «¿Por qué ni ayer ni hoy han respetado las normas sobre la cantidad de ladrillos? Debía ser la misma de antes.»
15 Los inspectores israelitas fueron a quejarse a Faraón y le dijeron: «¿Por qué tratas así a tus siervos? 16 No dan paja a tus servidores y nos piden ladrillos; y ahora nos golpean cuando el culpable es tu pueblo.» 17 El respondió: «¡Flojos y más que flojos! Por esa razón me piden ir a sacrificar a Yavé. 18 Vuelvan a sus trabajos. No se les dará paja, y tendrán que entregar la cantidad de ladrillos.»
19 Los inspectores israelitas, pues, tuvieron que enfrentarse con el pueblo y decirle: No se les quitará nada de la cantidad diaria. 20 Al salir de la casa de Faraón se encontraron con Moisés y Aarón, que los esperaban, 21 y les dijeron: «Que Yavé examine y juzgue. Por culpa de ustedes Faraón y sus capataces nos han tomado odio. Ustedes han puesto la espada en sus manos para matarnos.»
22 Se volvió entonces Moisés hacia Yavé y dijo: «Señor mío, ¿por qué maltratas a tu pueblo?, ¿por qué me has enviado? 23 Pues desde que me presenté a Faraón y le hablé en tu nombre, está maltratando a tu pueblo, y Tú no haces nada para librarlo.»


Éxodo 6
1 Yavé respondió a Moisés: «Ahora verás lo que voy a hacer con Faraón. Yo seré más fuerte que él, y no sólo los dejará partir, sino que él mismo los echará de su tierra.»
Otro relato del llamado de Moisés
2 Dios habló a Moisés, le dijo: «¡Yo soy Yavé! 3 Me di a conocer a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios de las Alturas, pues no quise revelarles este nombre mío: Yavé. 4 También pacté mi alianza con ellos para darles la tierra de Canaán, la tierra en donde estuvieron como peregrinos. 5 Ahora me acuerdo de mi alianza al oír los gemidos de los hijos de Israel oprimidos por los egipcios. 6 Por lo tanto, diles de mi parte: Yo soy Yavé, que quitaré de sus espaldas los duros trabajos de Egipto y los liberaré de la esclavitud. Yo les devolveré la libertad con golpes tremendos de mi mano y con intervenciones manifiestas.
7 Haré de ustedes mi pueblo y seré su Dios; y en adelante sabrán que yo soy Yavé, Dios de ustedes, que quité de sus espaldas el yugo de Egipto. 8 Yo los intro duciré en la tierra que con juramento prometí darles a Abraham, a Isaac y a Jacob y se la daré como herencia, pues yo soy Yavé.»
9 Así habló Moisés a los hijos de Israel, pero no le hicieron caso, porque estaban de sanimados y agobiados por sus duras labores.
10 Yavé habló a Moisés: «Ve a hablar a Faraón, rey de Egipto, 11 y dile que deje salir de su país a los hijos de Israel.» 12 Pero Moisés contestó: «Si los hijos de Israel no me hacen caso, ¿cómo me escuchará Faraón, que soy tab torpe de palabra? 13 Eso no obstante, Yavé habló a Moisés y a Aarón y los dio encargo para los hijos de Israel, y también para Faraón, para sacar a su pueblo del país de Egipto.
Antepasados de Moisés y Aarón
14 Estos son los jefes de las tribus:
14 Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Janoc y Falu, Jesrón y Carmi. Estas son las familias descendientes de Rubén.
15 Hijos de Simeón: Jamuel, Jasmín, Ahod y Jaguen, Sojar y Saúl, hijo de una cananea. Estas son las familias de Si meón.
16 Estos son los hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merari. Leví vivió ciento treinta y siete años.
17 Hijos de Guersón: Lobni y Semeí con sus descendientes.
18 Hijos de Quehat: Amram y Jishar, Hebrón y Oziel. Quehat vivió ciento treinta y tres años.
19 Hijos de Merari: Majli y Musi. Estos son los descendientes de Leví según sus familias.
20 Amram se casó con su tía Yocabed, la cual le dio dos hijos: Aarón y Moisés. Amram vivió ciento treinta y siete años.
21 Los hijos de Jishar fueron: Coré, Nefeg y Zicrí. 22 Los de Oziel: Misael, Elisafán y Sitri.
23 Aarón se casó con Elisabet, hija de Aminadab, hermana de Najasón, de la que tuvo cuatro hijos: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.
24 Los hijos de Coré: Aser, Elcana y Abiasat. Estas son las familias de los coreítas.
25 Eleazar, hijo de Aarón, se casó con una de las hijas de Futiel, con quien tuvo un hijo: Finjas. Estos son los jefes de las familias levitas, según sus familias.
26 Estos son Aarón y Moisés, a los que se dirigió Yavé para sacar a los hijos de Israel de Egipto, ordenados como un ejército.
27 Estos son los que hablaron a Faraón, rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hijos de Israel.
27 Estos son Moisés y Aarón.
28 El día que Yavé habló a Moisés en el país de Egipto, 29 le dijo: «Yo soy Yavé; dile a Faraón todas las cosas que yo te mande.» 30 A lo cual respondió Moisés: «¿Cómo me escuchará Faraón, siendo yo tan malo para hablar?»


Salmo 34
Hagan la prueba y vean cuán bueno es el Señor.—Escuchemos la experiencia de los pobres y los humildes: Dios se hace muy cercano a los que no tienen otro apoyo que él.
2 Bendeciré al Señor en todo tiempo,
2 no cesará mi boca de alabarlo.
3 Mi alma se gloría en el Señor:
3 que lo oigan los humildes y se alegren.
4 Engrandezcan conmigo al Señor
4 y ensalcemos a una su nombre.
5 Busqué al Señor y me dio una respuesta
5 y me libró de todos mis temores.
6 Mírenlo a él y serán iluminados
6 y no tendrán más cara de frustrados.
7 Este pobre gritó y el Señor lo escuchó,
7 y lo salvó de todas sus angustias.
8 El ángel del Señor hace sus rondas
8 junto a los que le temen y los guarda.
9 Gusten y vean cuán bueno es el Señor
9 ¡dichoso aquel que busca en él asilo!
10 Teme al Señor, pueblo de los santos,
10 pues nada les falta a los que le temen.
11 Los ricos se han quedado pobres y con hambre,
11 pero a los que buscan al Señor nada les falta.
12 Vengan, hijos, y pónganme atención,
12 quiero enseñarles el temor del Señor.
13 ¿Cuál es el hombre que anhela vivir
13 y desea gozar días felices?
14 Guarda tu lengua del mal,
14 tus labios de palabras mentirosas.
15 Apártate del mal y haz el bien,
15 busca la paz y ponte a perseguirla.
17 El Señor aparta su cara de los malos
17 y borra de la tierra su recuerdo.
16 Pero tiene puestos sus ojos en los justos
16 y sus oídos pendientes de sus clamores.
18 En cuanto gritan, el Señor escucha,
18 y los libra de todas sus angustias.
19 El Señor está cerca del corazón deshecho
19 y salva a los de espíritu abatido.
20 Aunque el justo padezca muchos males,
20 de todos los librará el Señor.
21 El cuida con afán todos sus huesos,
21 no le será quebrado ni uno de ellos.
22 El malo morirá por su maldad
22 y los que odian al justo, lo tendrán que pagar.
23 Pero el Señor libra el alma de sus siervos,
23 el que se ampara en él no tendrá que pagar.


Mateo 19,16-30
El joven rico
16 Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?» 17 Jesús contestó: «¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos.» 18 El joven dijo: «¿Cuáles?» Jesús respondió: «No matar, no cometer adulterio, no hurtar, no levantar falso testimonio, 19 honrar al padre y a la madre y amar al prójimo como a sí mismo.»
20 El joven le dijo: «Todo esto lo he guardado, ¿qué más me falta?» 21 Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme.»
22 Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque era un gran terrateniente.
23 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad les digo: el que es rico entrará muy difícilmente en el Reino de los Cielos. 24 Les aseguro: es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de los cielos.»
25 Los discípulos, al escucharlo, se quedaron asombrados. Dijeron: «Entonces, ¿quién puede salvarse?» 26 Fijando en ellos su mirada, Jesús les dijo: «Para los hombres es imposible, pero para Dios todo es posible.»
27 Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte. ¿Qué recibiremos?» 28 Jesús contestó: «A ustedes que me han seguido, yo les digo: cuando todo comience nuevamente y el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, ustedes también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Y todo el que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o propiedades por causa de mi Nombre, recibirá cien veces más y tendrá por herencia la vida eterna.
30 Muchos que ahora son primeros serán últimos, y otros que ahora son últimos serán primeros.»