DIA 4--Génesis 4- Salmo 4 -Mateo 3

Resultado de imagen para Génesis 4-
Génesis 4
Caín y Abel

1Y el hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido varón con la ayuda del Señor». 2Después dio a luz a Abel su hermano. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. 3Al transcurrir el tiempo, Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. 4También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grasa de los mismos. El Señor miró con agrado a Abel y su ofrenda, 5pero no miró con agrado a Caín y su ofrenda. Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. 6Entonces el Señor dijo a Caín: «¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? 7Si haces bien, ¿no serás aceptado? Pero si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo». 8Caín dijo a su hermano Abel: «Vayamos al campo». Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.

La maldición de Caín
9Entonces el Señor dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel?». Y él respondió: «No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?». 10Y el Señor le dijo: «¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a Mí desde la tierra. 11Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor. Vagabundo y errante serás en la tierra».
13Y Caín dijo al Señor: «Mi castigo es demasiado grande para soportarlo. 14Hoy me has arrojado de la superficie de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra. Y sucederá que cualquiera que me halle me matará». 15Entonces el Señor le dijo: «No será así, pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza». Y el Señor puso una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallara no lo matara.

Descendientes de Caín
16Y salió Caín de la presencia del Señor, y se estableció en la tierra de Nod, al oriente del Edén. 17Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc. Caín edificó una ciudad y la llamó Enoc, como el nombre de su hijo. 18A Enoc le nació Irad. Irad fue padre de Mehujael, Mehujael fue padre de Metusael, y Metusael fue padre de Lamec. 19Lamec tomó para sí dos mujeres. El nombre de una era Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y tienen ganado. 21Su hermano se llamaba Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan la lira y la flauta. 22Zila a su vez dio a luz a Tubal Caín, forjador de todo utensilio de bronce y de hierro. Y la hermana de Tubal Caín era Naama. 23Lamec dijo a sus mujeres:
«Ada y Zila, oigan mi voz;
Mujeres de Lamec,
Presten oído a mis palabras,
Pues he dado muerte a un hombre por haberme herido,
Y a un muchacho por haberme pegado.
24Si siete veces es vengado Caín,
Entonces Lamec lo será setenta veces siete».

Nacimiento de Set
25Adán se unió otra vez a su mujer; y ella dio a luz un hijo y le puso por nombre Set, porque, dijo ella: «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, pues Caín lo mató». 26A Set le nació también un hijo y le puso por nombre Enós. Por ese tiempo comenzaron los hombres a invocar el nombre del Señor.



SALMO 4
Oración vespertina de confianza en Dios


Para el director del coro; para instrumentos de cuerda. Salmo de David.
1Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia.
En la angustia me has aliviado;
Ten piedad de mí, escucha mi oración.
2Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiarán mi honra en deshonra?
¿Hasta cuándo amarán la vanidad y buscarán la mentira? (Selah)
3Sepan, pues, que el Señor ha apartado al piadoso para sí;

El Señor oye cuando a Él clamo.
4Tiemblen, y no pequen;
Mediten en su corazón sobre su lecho, y callen. (Selah)
5Ofrezcan sacrificios de justicia,

Y confíen en el Señor.
6Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?».
¡Alza, oh Señor, sobre nosotros la luz de Tu rostro!
7Alegría pusiste en mi corazón,
Mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su vino nuevo.
8En paz me acostaré y así también dormiré,
Porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro.

Resultado de imagen para Mateo 3

Mateo 3
Predicación de Juan el Bautista

1En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: 2«Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado». 3Porque este Juan es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, cuando dijo:
«Voz del que clama en el desierto:
“Preparen el camino del Señor,
Hagan derechas Sus sendas” ».

4Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre. 5Entonces Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán, acudían a él, 6y confesando sus pecados, eran bautizados por Juan en el río Jordán.
7Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? 8Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento; 9y no piensen que pueden decirse a sí mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 10El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 11Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con agua para arrepentimiento, pero Aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12El bieldo está en Su mano y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero, pero quemará la paja en un fuego que no se apaga».

Bautismo de Jesús
13Entonces Jesús llegó* de Galilea al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14Pero Juan trató de impedirlo, diciendo: «Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?».
15Jesús le respondió: «Permítelo ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia». Entonces Juan consintió*. 16Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre Él. 17Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Este es Mi Hijo amado en quien me he complacido».