DIA 326-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO




SANTA MISA EN LA IMAGEN

326 - DIAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO

El Antiguo Testamento
EZEQUIEL C. 25
Capítulo 25

1 La palabra del Señor me llegó en estos términos:
2 Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia los amonitas y profetiza contra ellos.
3 Tú dirás a los amonitas: Escuchen la palabra del Señor: Así habla el Señor: Porque te has burlado de mi Santuario cuando fue profanado, de la tierra de Israel cuando fue devastada, y del pueblo de Judá cuando iba al destierro,
4 por eso, te voy a entregar en posesión a los Orientales: ellos instalarán en ti sus campamentos y establecerán en ti sus moradas; ellos comerán tus frutos y beberán tu leche.
5 Convertiré a Rabá en un pastizal de camellos y a las ciudades de los amonitas en un corral de ovejas: así ustedes sabrán que yo soy el Señor.
6 Así habla el Señor: Porque has aplaudido y pataleado, porque te has regocijado, con todo el desprecio de tu alma, a                                causa de la tierra de Israel,
7 por eso yo extenderé mi mano contra ti; te entregaré como presa a las naciones, te extirparé de entre los pueblos, y te haré desaparecer de entre los países y te aniquilaré: así sabrás que yo soy el Señor.
8 Así habla el Señor: Porque Moab ha dicho: «La casa de Judá es igual que todas las naciones»,
9 por eso yo, desmantelaré la ladera de Moab, arrasaré de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese país: Bet Iesimot, Baal Meón y Quiriataim.
10 Los entregaré en posesión a los Orientales, junto con los amonitas, para que no quede ni el recuerdo de los amonitas entre las naciones.
11 e infligiré justos castigos a Moab; así sabrán que yo soy el Señor.
12 Así habla el Señor: Porque Edom; se ha vengado implacablemente de la casa de Judá y se ha hecho gravemente culpable al vengarse de ella,
13 por eso, así habla el Señor: Yo extiendo mi mano contra Edom; exterminaré de él a hombres y animales, y lo convertiré en una ruina. Desde Temán hasta Dedán, todos caerán bajo la espada.
14 Me vengaré de Edom, por medio de mi pueblo Israel: él lo tratará conforme a mi ira y mi furor, y Edom conocerá mi venganza –oráculo del Señor–.
15 Así habla el Señor: Porque los filisteos han obrado por venganza y se han vengado con profundo desprecio, por el afán de destruir, a causa de una antigua enemistad,
16 por eso, así habla el Señor: Yo extiendo mi mano contra los filisteos; extirparé a los quereteos y haré perecer al resto de los que habitan la costa del mar.
17 Ejecutaré contra ellos terribles venganzas, castigándolos furiosamente; y cuando ejecute mi venganza contra ellos, sabrán que yo soy el Señor.


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El Antiguo Testamento
  EZEQUIEL C. 26

Capítulo 26
1 En el año undécimo, el primer día del mes, la palabra del Señor me llegó en estos términos:
2 Hijo de hombre, porque Tiro se ha reído de Jerusalén, diciendo: «¡La «Puerta de los pueblos» se ha roto a pedazos! ¡Ha llegado mi turno: yo me llenaré de riquezas, ahora que ella está en ruinas!»,
3 por eso, así habla el Señor: Aquí estoy, Tiro, contra ti: Yo haré subir contra ti a naciones numerosas, como el mar hace subir su oleaje.
4 Destruirán las murallas de Tiro y derribarán sus torres. Barreré de ella hasta el polvo y la convertiré en una roca desnuda.
5 Ella será en medio del mar un lugar para secar las redes, porque yo ha hablado –oráculo del Señor–. Sí, Tiro será presa de las naciones
6 y sus poblados de tierra adentro serán aniquilados por la espada. Así se sabrá que yo soy el Señor.
7 Porque así habla el Señor: Yo voy a traer contra Tiro, desde el Norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, y él vendrá con caballos, carros de guerra y jinetes, y con una coalición de pueblos numerosos.
8 El pasará por la espada a tus poblados de tierra adentro. Armará contra ti torres de asalto, elevará contra ti terraplenes y levantará contra ti sus escudos.
9 Lanzará golpes de ariete contra tus muros y demolerá tus torres con sus hachas.
10 Será tal la cantidad de sus caballos que te dejará cubierta de polvo. Tus murallas temblarán al estruendo de su caballería, de sus ruedas y sus carros, cuando él entre por tus puertas como se entra en una ciudad expugnada.
11 Pisoteará todas tus calles con los cascos de sus caballos; matará a tu pueblo con la espada, y tus sólidos pilares se derrumbarán por tierra.
12 Se llevarán tus riquezas como botín, saquearán tus mercancías, derribarán tus murallas y demolerán tus lujosas mansiones. Hundirán en el fondo del mar tus piedras, tus vigas y tus escombros.
13 Yo haré cesar la algarabía de tus canciones y ya no se escuchará el sonido de tus cítaras.
14 Te convertiré en una roca desnuda, en un lugar para secar las redes. No volverás a ser edificada, porque yo, el Señor, he hablado –oráculo del Señor–.
15 Así habla el Señor a Tiro: ¡Cómo temblarán las costas lejanas por el estruendo de tu caída, cuando giman las víctimas y haya una mortandad en medio de ti!
16 Todos los príncipes del mar bajarán de sus tronos, se quitarán sus mantos y se despojarán de sus vestiduras bordadas. Estremecidos de espanto, se sentarán en el suelo, temblarán sin cesar y quedarán consternados por ti.
17 Ellos entonarán por ti esta lamentación: «¡Cómo has desaparecido, barrida por los mares, tú, ciudad tan ilustre, poderosa en el mar, cuyos habitantes infundían terror en todo el continente!
18 Ahora tiemblan las costas en el día de tu caída, y las islas que están en el mar se horrorizan de tu desenlace!».
19 Porque así habla el Señor: Cuando yo haga de ti una ciudad en ruinas, como las ciudades donde nadie habita; cuando haga subir contra ti el océano y te cubran las aguas caudalosas,
20 entonces te precipitaré con los que bajan a la Fosa, con los hombres del pasado; te haré habitar en las regiones profundas, en las soledades perpetuas, con los que bajan a la Fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivientes.
21 Haré que seas un objeto de espanto, y no existirás más. Te buscarán, y no te encontrarán jamás –oráculo del Señor–.


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El Nuevo Testamento
  CARTA DE
 SANTIAGO C. 5
Capítulo 5
1 Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir.
2 Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla.
3 Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final!
4 Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo.
5 Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza.
6 Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.
7 Tengan paciencia, hermanos, hasta que llegue el Señor. Miren cómo el sembrador espera el fruto precioso de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias del otoño y de la primavera.
8 Tengan paciencia y anímense, porque la Venida del Señor está próxima.
9 Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para no ser condenados. Miren que el Juez ya está a la puerta.
10 Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.
11 Porque nosotros llamamos felices a los que sufrieron con paciencia. Ustedes oyeron hablar de la paciencia de Job, y saben lo que hizo el Señor con él, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
12 Pero ante todo, hermanos, no juren ni por el cielo, ni por la tierra, ni de ninguna manera: que cuando digan «sí», sea sí; y cuando digan «no», sea no, para no ser condenados.
13 Si alguien está afligido, que ore. Si está alegre, que cante salmos.
14 Si está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor.
15 La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados.
16 Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados. La oración perseverante del justo es poderosa.
17 Elías era un hombre como nosotros, y sin embargo, cuando oró con insistencia para que no lloviera, no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.
18 Después volvió a orar; entonces el cielo dio la lluvia, y la tierra produjo frutos.
19 Hermanos míos, si uno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver,
20 sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados.


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