DIA 345--Daniel 8--9 Eclesiástico 40,1-17 Apocalipsis 13

 


Daniel 8
1 El tercer año del reinado del rey Baltasar, se me presentó una visión, a mí, Daniel, después de aquella que se me había presentado anteriormente. 2 En esa visión, yo estaba mirando; y mientras miraba, estaba en Susa, la ciudadela que está en la provincia de Elam. En esa visión, yo estaba mirando, y me encontraba junto al río Ulai. 3 Alcé mis ojos, miré, y vi un carnero que estaba parado ante el río. Tenía dos cuernos; los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto se elevó en último término. 4 Yo vi al carnero que embestía hacia el oeste, hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía resistir ante él, y nadie podía librar de su poder; él obraba a su arbitrio y se engrandecía. 5 Presté atención, y vi un chivo que venía del occidente, sobre la faz de toda la tierra, sin tocar el suelo; ese chivo tenía un cuerno imponente entre sus ojos. 6 Llegó hasta el carnero de los dos cuernos, que yo había visto parado ante el río, y corrió hacia él con todo el ardor de su fuerza. 7 Lo vi avanzar hacia el carnero, hecho una furia contra él; lo golpeó y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tuvo fuerza para resistir ante él: lo arrojó por tierra y lo pisoteó, y no hubo nadie que librara al carnero de su poder. 8 Así el chivo se engrandeció enormemente; pero una vez que se hizo fuerte, el cuerno grande se quebró, y cuatro cuernos imponentes se elevaron en lugar de él, hacia los cuatro vientos del cielo. 9 De uno de ellos salió otro cuerno pequeño, que se agrandó mucho hacia el sur, hacia el oriente y hacia la Hermosura. 10 Se agrandó hasta el Ejército del cielo, hizo caer por tierra a una parte de este Ejército y de las estrellas, y las pisoteó. 11 Se agrandó hasta llegar al Jefe del Ejército y le suprimió el sacrificio perpetuo; el lugar de su Santuario fue avasallado, 12 lo mismo que su Ejército. Sobre el sacrificio perpetuo fue instalada la iniquidad, y se echó por tierra la verdad. El tuvo éxito en todo lo que emprendió. 13 Entonces oí a un Santo que hablaba, y otro Santo dijo al que hablaba: «¿Hasta cuándo se verá el sacrificio perpetuo suprimido, la iniquidad desoladora instalada, el Lugar santo y el Ejército pisoteados?». 14 El respondió: «Hasta que pasen dos mil trescientas tardes y mañanas: entonces el Lugar santo será reivindicado». 15 Mientras yo, Daniel, miraba la visión y trataba de comprender, vi que estaba de pie frentea mí alguien con aspecto de hombre. 16 Y oí una voz de hombre en medio del río Ulai, que gritaba, diciendo: «Gabriel, explícale la aparición a este hombre». 17 El llegó hasta donde yo estaba, y cuando llegó, sentí un gran temor y caí sobre mi rostro. El me dijo: «Entiende, hijo de hombre, que la visión se refiere al tiempo del Fin». 18 Mientras él me hablaba, yo caí en trance con el rostro en tierra. El me tocó y me hizo poner de pie en el lugar donde estaba. 19 Luego añadió: «Voy a hacerte saber lo que sucederá al término de la Indignación, porque el Fin llegará en el momento fijado. 20 El carnero que viste con dos cuernos representa a los reyes de los medos y de los persas; 21 el chivo velludo es el rey de Javán, y el gran cuerno que estaba entre sus ojos es el primer rey. 22 Una vez quebrado este, los cuatro que surgieron en lugar de él son los cuatro reinos que surgirán de su nación, pero no con su misma fuerza. 23 Al fin de su reinado, cuando los pecadores hayan colmado la medida, surgirá un rey atrevido y astuto. 24 Su poderío se acrecentará, pero no por su propia fuerza;causará destrucciones inauditas y tendrá éxito en lo que emprenda, destruirá a los poderosos, al pueblo de los Santos. 25 Gracias a su astucia, el engaño triunfará por medio de él, su corazón se ensoberbecerá y destruirá tranquilamente a muchos. Se alzará contra el Jefe de los jefes, pero luego será destrozado sin que intervenga ninguna mano. 26 La visión de las tardes y las mañanas, tal como ha sido expuesta, es verdad. En cuanto a ti, oculta la visión, porque es para días lejanos». 27 Yo, Daniel, me desvanecí y estuve enfermo varios días. Luego me levanté y me dediquéa los asuntos del rey. La visión me dejó perplejo, y no atinaba a comprender.



Daniel 9
1 El primer año de Darío, hijo de Asuero, de la raza de los medos, que fue constituido rey sobre el reino de los caldeos, 2 el primer año de su reinado, yo, Daniel, investigaba en los Libros el número de años que, según la palabra del Señor al profeta Jeremías, debían cumplirse sobre las ruinas de Jerusalén: eran setenta años. 3 Yo volví mi rostro hacia el Señor Dios para obtener una respuesta, con oraciones y súplicas. 4 Oré al Señor, mi Dios, y le hice esta confesión: «¡Ah, Señor, Dios, el Grande, el Temible, el que mantiene la alianza y la fidelidad con aquellos que lo aman y observan sus mandamientos! 5 Nosotros hemos pecado, hemos faltado, hemos hecho el mal, nos hemos rebelado y nos hemos apartado de tus mandamientos y tus preceptos. 6 No hemos escuchado a tus servidores los profetas, que hablaron en tu Nombre a nuestros reyes, a nuestros jefes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país. 7 ¡A ti, Señor, la justicia! A nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como les sucede en este día a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los que están cerca y a los que están lejos, en todos los países adonde tú los expulsaste, a causa de la infidelidad que cometieron contra ti. 8 ¡A nosotros, Señor, la vergüenza reflejada en el rostro, y también a nuestros reyes, a nuestros jefes y a nuestros padres, porque hemos pecado contra ti! 9 ¡Al Señor, nuestro Dios, la misericordia y el perdón, porque nos hemos rebelado contra él! 10 Nosotros no hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, para seguir sus leyes, que él puso delante de nosotros por medio de sus servidores los profetas. 11 Todo Israel ha transgredido tu Ley y se ha apartado para no escuchar tu voz. Entonces se descargaron sobre nosotros la imprecación y el juramento que están escritos en la Ley de Moisés, servidor de Dios, porque nosotros pecamos contra el Señor. 12 Y él cumplió la palabra que había pronunciado contra nosotros y contra los jueces que nos juzgaban, haciendo recaer sobre nosotros una gran desgracia, porque nunca ha sucedido bajo el cielo lo que sucedió en Jerusalén. 13 Toda esa desgracia nos sobrevino según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Pero nosotros no hemos aplacado la ira del Señor, nuestro Dios, convirtiéndonos de nuestra iniquidad y reconociendo tu fidelidad. 14 El Señor estuvo atento a estas calamidades y las descargó sobre nosotros, porque el Señor, nuestro Dios, es justo en todas las obras que hizo; pero nosotros no hemos escuchado su voz. 15 Y ahora, Señor, Dios nuestro, que hiciste salir a tu pueblo del país de Egipto con mano poderosa, y así te ganaste un renombre que perdura hasta el día de hoy, nosotros hemos pecado y hemos hecho el mal. 16 Señor, por todas tus obras de justicia, que tu ira y tu furor se aparten de tu Ciudad, de Jerusalén, tu santa Montaña. Porque a causa de nuestros pecados y de las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el escarnio de todos los que nos rodean. 17 Y ahora, Dios nuestro, escucha la oración y las súplicas de tu servidor, y a causa de ti mismo, Señor, que brille tu rostro sobre tu Santuario desolado. 18 Inclina tu oído, Dios mío, y escucha; abre tus ojos y mira nuestras ruinas y la ciudad que es llamada con tu Nombre, porque no presentamos nuestras súplicas delante de ti a causa de nuestros actos de justicia, sino a causa de tu gran misericordia. 19 ¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, presta atención y obra! ¡No tardes más, a causa de ti, Dios mío, porque tu Ciudad y tu pueblo son llamados con tu Nombre!». 20 Yo hablaba todavía, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica delante del Señor, mi Dios, en favor de la Montaña santa de mi Dios; 21 yo hablaba todavía en oración, cuando Gabriel, ese hombre al que había visto al comienzo en la visión, se acercó a mí en rápido vuelo, a la hora de la oblación de la tarde. 22 El me instruyó y me habló, diciendo: «Daniel, yo he salido para abrirte la inteligencia. 23 Cuando tú comenzabas tus súplicas, salió una palabra, y yo he venido a anunciártela, porque tú eres objeto de predilección. Discierne la palabra y entiende la visión. 24 Setenta semanas han sido fijadas sobre tu pueblo y tu Ciudad santa, para poner fin a la transgresión, para sellar el pecado, para expiar la iniquidad, para instaurar la justicia eterna, para sellar la visión y al profeta, y para ungir el Santo de los santos. 25 Tienes que saber y comprender esto:Desde que salió la orden de reconstruir a Jerusalén, hasta que aparezca un Jefe ungido, pasarán siete semanas;luego, durante sesenta y dos semanas, ella será reconstruida con la plaza y el foso, pero en tiempos de angustia. 26 Y después de las sesenta y dos semanas, será suprimido un ungido inocente; en la Ciudad y en el Lugar santo, hará estragos el pueblo de un jefe invasor; pero su fin sobrevendrá en un cataclismo, y hasta el fin habrá guerra y las devastaciones decretadas. 27 El impondrá una alianza a muchos durante una semana; y durante la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación. Y sobre un ala del Templo estará la Abominación de la desolación, hasta que el exterminio decretado se derrame sobre el devastador».

Eclesiástico 40,1-17
1 Una penosa tarea ha sido impuesta a todo hombre y un yugo pesado agobia a los hijos de Adán, desde el día que salen del vientre materno, hasta el día que retornan a la madre común. 2 Les da mucho que pensar y los llena de temor la ansiosa expectativa del día de la muerte. 3 Desde el que está sentado en un trono gloriosos hasta el humillado en el polvo y la ceniza; 4 desde el que lleva púrpura y corona hasta el que va vestido miserablemente, sólo sienten rabia y envidia, turbación e inquietud, miedo a la muerte, resentimiento y rivalidad; 5 y a la hora en que cada uno descansa en su lecho, el sueño de la noche perturba sus pensamientos. 6 Descansa un poco, casi nada, y empieza a debatirse como en pleno día, agitado por sus propias pesadillas, como quien huye de un campo de batalla. 7 En el momento de sentirse a salvo, se despierta y ve con sorpresa que su temor era infundado. 8 Esto le toca a todo ser viviente, sea hombre o animal, pero a los pecadores, siete veces más: 9 muerte, sangre, rivalidad y espada, adversidad, hambre, destrucción y flagelo. 10 Todo esto fue creado para los impíos, y a causa de ellos sobrevino el diluvio. 11 Todo lo que sale de la tierra, retorna a la tierra, y lo que sale de las aguas, vuelve al mar. 12 El soborno y la injusticia desaparecerán, pero la fidelidad permanece para siempre. 13 La riqueza de los injustos se secará como un torrente, es como el fragor de un trueno que estalla en la tormenta. 14 Cuando uno de ellos se apodera de algo, se alegra, pero los transgresores desaparecerán por completo. 15 Los retoños de los impíos no multiplican sus ramas, y las raíces impuras están sobre una roca escarpada. 16 Caña que brota en cualquier agua y al borde de un río será arrancada antes que toda otra hierba. 17 La generosidad es como un vergel exuberante y la limosna permanece para siempre. 18 Dulce es la vida del que se basta a sí mismo y del que trabaja, pero más todavía la del que encuentra un tesoro. 19 Tener hijos y fundar una ciudad perpetúan el nombre, pero más se estima a una mujer irreprochable. 20 El vino y la música alegran el corazón, pero más todavía el amor a la sabiduría. 21 La flauta y el arpa emiten sonidos melodiosos, pero más todavía una lengua dulce. 22 La gracia y la belleza atraen la mirada, pero más todavía el verdor de los campos. 23 El amigo y el compañero se ayudan oportunamente, pero más todavía la mujer y el marido. 24 Los hermanos y los bienhechores son útiles en la adversidad, pero más todavía salva la limosna. 25 El oro y la plata hacen marchar con paso firme, pero más todavía se aprecia un consejo. 26 La riqueza y la fuerza reconfortan el corazón, pero más todavía el temor del Señor. Con el temor del Señor, nada falta, y ya no es necesario buscar otra ayuda. 27 El temor del Señor es como un vergel exuberante, y protege más que cualquier gloria. 28 Hijo mío, no vivas de la mendicidad, porque más vale morir que mendigar. 29 No merece llamarse vida la del que está pendiente de la mesa de otro. El mancha su boca con comida ajena, y el hombre instruido y bien educado se cuida de hacerlo. 30 En boca del desvergonzado la mendicidad es dulce, pero en sus entrañas será fuego ardiente.


Apocalipsis 13
1 Entonces vi que emergía del mar una Bestia con siete cabezas y diez cuernos. En cada cuerno tenía una diadema, y sobre sus cabezas había leyendas con nombres blasfemos. 2 Parecía una pantera, pero tenía las patas como las de un oso y la boca como la de un león. El Dragón le cedió su poder y su trono con un inmenso imperio. 3 Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su llaga mortal ya estaba cicatrizada. Toda la tierra, maravillada, siguió a la Bestia, 4 y todos adoraron al Dragón porque él le había cedido el poder, y también adoraron a la Bestia, diciendo: «¿Quién se le puede igualar y quién puede luchar contra ella?». 5 Y se permitió a la Bestia proferir palabras altaneras y blasfemias; y se le dio poder para actuar durante cuarenta y dos meses. 6 Ella abrió la boca para maldecir a Dios y blasfemar contra su Nombre y su Santuario, y contra los habitantes del cielo. 7 También le fue permitido combatir contra los santos hasta vencerlos, y se le dio poder sobre toda familia, pueblo, lengua y nación. 8 Y la adoraron todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no figuran, desde la creación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero que ha sido inmolado. 9 ¡El que pueda entender, que entienda! 10 El que tenga que ir a la cárcel, irá a la cárcel; y el que tenga que morir por la espada, morirá por la espada. En esto se pondrá a prueba la perseverancia y la fe de los santos. 11 En seguida vi surgir de la tierra otra Bestia que tenía dos cuernos como los de un cordero, pero hablaba como un dragón. 12 Esta Bestia ejercía todo el poder de la primera y estaba a su servicio; y logró que la tierra y sus habitantes adoraran a la primera Bestia, a aquella cuya llaga mortal se había cicatrizado. 13 También realizaba grandes prodigios, llegando a hacer descender fuego del cielo sobre la tierra a la vista de todos. 14 Y por los prodigios que realizaba al servicio de la primera Bestia, sedujo a los habitantes de la tierra para que fabricaran una imagen en honor de aquella que fue herida por la espada y sobrevivió. 15 También se le permitió dar vida a la imagen de la Bestia, para hacerla hablar y dar muerte a todos aquellos que no adoran su imagen. 16 Así consiguió que todos –pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos– se dejaran poner una marca en su mano derecha o sobre su frente, 17 de manera que nadie podía comprar o vender, si no llevaba marcado el nombre de la Bestia o la cifra que corresponde a su nombre. 18 Para esto se precisa sutileza. El que tenga inteligencia calcule la cifra de la Bestia, porque es una cifra humana: 666.