DIA 298--Jeremías 23,9--24,10 Eclesiástico 15 Juan 4,27-54



Jeremías 23,9-40
" 9.Para los profetas. Se me parte el corazón en mi pecho, tiemblo de pies a cabeza; quedo como un borracho que ha volteado el vino, al ver a Yavé y oír sus santas palabras: 10.«El país está repleto de adúlteros; y porque los he maldecido, el país está de duelo y se han secado los oasis del desierto. Corren para hacer el mal y se empeñan en actuar injustamente. 11.Hasta el profeta y el sacerdote se han vuelto impíos, y en mi propia Casa me he topado con su maldad, dice Yavé. 12.Por eso, su camino se les hará resbaladizo en la oscuridad; caerán y se irán al suelo cuando llegue el año del castigo y les envíe la desgracia.» 13.No he encontrado más que estupidez en los profetas de Samaria: profetizaron en nombre de Baal y extraviaron a mi pueblo Israel. 14.Luego vi cosas horrorosas en los profetas de Jerusalén: adulterio, apego a la mentira. Apoyan a los perversos de tal manera, que nadie se arrepiente de su maldad. Para mí son todos ellos como Sodoma, y los habitantes son como los de Gomorra. 15.Esta es, por tanto, la sentencia de Yavé de los Ejércitos sobre estos profetas: Les daré como comida ajenjo, y como bebida agua envenenada, porque a partir de los profetas de Jerusalén la corrupción ha cundido por todo el país. 16.Esto dice Yavé: No escuchen las palabras de estos profetas que profetizan para ustedes, porque los engañan contándoles las visiones de su propia imaginación y no lo que sale de la boca de Yavé. 17.A aquellos que desprecian la palabra de Yavé les aseguran «que tendrán paz», y a todos los que siguen los caprichos de su corazón, «que ninguna desgracia les va a suceder». 18.Pero, ¿quién de ellos ha asistido a una reunión con Yavé? ¿Quién ha visto y oído su palabra? ¿Quién se ha fijado en sus palabras para transmitirlas? 19.El temporal de Yavé estalla, una tempestad se desencadena y se precipita sobre las cabezas de los impíos. 20.Es la cólera de Yavé que no se calmará hasta que no haya cumplido y realizado el propósito de su corazón. Después entenderán ustedes todo esto claramente. 21.Yo no mandé a estos profetas ¡y vinieron corriendo! Tampoco les hablé y se pusieron a profetizar. 22.¿Acaso asistieron a alguna reunión conmigo? ¡Entonces, que transmitan mis palabras a mi pueblo, que lo hagan volverse de su mal camino y de sus obras perversas! 23.¿Soy yo un Dios sólo de cerca?, dice Yavé, ¿no soy Dios también de lejos? 24.¿O puede un hombre ocultarse en un escondite sin que yo lo vea?, dice Yavé. El cielo y la tierra, ¿no los lleno yo?, dice Yavé. 25.Me he puesto a escuchar lo que dicen los profetas que profetizan en mi nombre falsamente; sus palabras son: «¡He tenido un sueño, he tenido un sueño!» 26.¿Hasta cuándo habrá, entre los profetas, profetas de mentira que profetizan falsamente y que cuentan lo que han inventado? 27.Pretenden, con los sueños que unos a otros se cuentan, hacer olvidar mi Nombre a mi pueblo, como sus padres se olvidaron de mi Nombre por seguir a Baal. 28.El profeta que ha tenido un sueño cuenta su sueño, pero el que ha recibido mi palabra transmite mi palabra de verdad. ¿Qué tiene que ver la paja con el trigo?, dice Yavé. 29.¿No es mi palabra como fuego que quema o como martillo que rompe la roca? 30.Pues bien, dice Yavé, voy a castigar los profetas, dice Yavé, que se roban mis palabras unos a otros; 31.que no tienen más que abrir su boca para pronunciar oráculos. 32.Voy a castigar los profetas de sueños mentirosos que son buenos para contarlos y que desorientan a mi pueblo con sus embustes y extravagancias. Yo no los he enviado ni les mandado órdenes, y no sirven para nada a este pueblo, dice Yavé. 33.Y cuando esa gente te pregunte: «¿Cuál es la carga de Yavé?», les contestarás: «Ustedes son esa carga, y a ustedes los voy a tirar para afuera, 34.dice Yavé.» Y al profeta, sacerdote u hombre cualquiera que diga: «Carga de Yavé», lo castigaré a él y a su familia. 35.Esto es lo que unos a otros deben decirse ustedes: «¿Qué ha respondido Yavé? o ¿qué ha dicho Yavé?» 36.Pero no usen más la expresión «Carga de Yavé», porque se volverá muy pesada para quien la emplee. 37.Así hay que hablarle a un profeta: «¿Qué te ha contestado Yavé o qué te ha dicho?»; 38.y si alguno llega a exclamar «Carga de Yavé», entonces miren lo que les anuncia Yavé: Puesto que ustedes repiten esa expresión, siendo que les advertí que no la usaran, 39.los levantaré como un fardo y los dejaré caer lejos de mi presencia, junto con la ciudad que regalé a ustedes y a sus padres. 40.Y echaré encima de ustedes una vergüenza eterna, una mancha que nunca se borrará."



Jeremías 24,1-10
" 1.Yavé me mostró dos canastos con higos, que estaban delante de su templo. Esto pasó después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, desterró a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá junto con los herreros y los cerrajeros, y los llevó a Babilonia, lejos de Jerusalén. 2.Un canasto tenía higos muy buenos, como son los primeros que maduran; el otro tenía higos podridos, tan malos que no se podían comer. 3.Y me preguntó Yavé: «¿Qué ves, Jeremías?» Le contesté: «Higos. Los buenos son muy buenos; los malos están tan podridos que no se pueden comer.» 4.Entonces me llegó una palabra de Yavé: Esto dice Yavé, Dios de Israel: 5.Así como se mira con gusto estos higos buenos, así me voy a interesar por el bien de los desterrados de Judá, que eché de este lugar al país de los caldeos. 6.Me fijaré que les vaya bien, los haré regresar a su tierra, los reconstruiré en vez de demolerlos, los plantaré en vez de arrancarlos. 7.Les daré un corazón que sea capaaz de conocerme a mí, Yavé. Serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí con todo su corazón. 8.Pero así como se trata a los higos malos, tan podridos que no se pueden comer, así trataré a Sedecías, rey de Judá, a sus príncipes y al resto de los habitantes de Jerusalén, tanto a los que quedaron en este país como a los que viven en Egipto. 9.Serán motivo de espanto y de vergüenza para todos los reinos de la tierra; se reirán y se burlarán de ellos, serán como un ejemplo de maldición en todos los países adonde los echaré. 10.Enviaré contra ellos la espada, el hambre, la peste, hasta que hayan desaparecido de la tierra que les había dado a ellos y a sus padres."



Eclesiástico 15
" 1.Así hace el que teme al Señor, el que abraza la Ley logra sabiduría. 2.Como una madre le sale ella al encuentro, le acoge como una esposa virgen. 3.Le alimenta con pan de inteligencia, el agua de la sabiduría le da a beber. 4.Se apoya él en ella y no se dobla, a ella se adhiere y no queda confundido. 5.Ella le exalta por encima de sus prójimos, en medio de la asamblea le abre la boca. 6.Contento y corona de gloria encuentra él, nombre eterno en herencia recibe. 7.Jamás la lograrán los insensatos, los pecadores nunca la verán. 8.Lejos está del orgullo, los mentirosos no se acuerdan de ella. 9.No cabe la alabanza en boca del pecador, porque no le viene del Señor. 10.Que en la sabiduría se expresa la alabanza, y el Señor la guía por buen camino. 11.No digas: «Por el Señor me he apartado», que lo que él destesta, no lo hace. 12.No digas: «El me ha extraviado», pues él no ha menester del pecador. 13.Toda abominación odia el Señor, tampoco la aman los que le temen a él. 14.El fue quien al principio hizo al hombre, y le dejó en manos de su propio albedrío. 15.Si tú quieres, guardarás los mandamientos, para permanecer fiel a su beneplácito. 16.El te ha puesto delante fuego y agua, a donde quieras puedes llevar tu mano. 17.Ante los hombres la vida está y la muerte, lo que prefiera cada cual, se le dará. 18.Que grande es la sabiduría del Señor, fuerte es su poder, todo lo ve. 19.Sus ojos están sobre los que le temen, él conoce todas las obras del hombre. 20.A nadie ha mandado ser impío, a nadie ha dado licencia de pecar."




Juan 4,27-54
" 27.En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con una mujer. Pero nadie le dijo: «¿Qué quieres?» o «¿Qué hablas con ella?» 28.La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: 29.«Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será el Cristo?» 30.Salieron de la ciudad e iban donde él. 31.Entretanto, los discípulos le insistían diciendo: «Rabbí, come.» 32.Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que vosotros no sabéis.» 33.Los discípulos se decían unos a otros: «¿Le habrá traído alguien de comer?» 34.Les dice Jesús: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra. 35.¿No decís vosotros: Cuatro meses más y llega la siega? Pues bien, yo os digo: Alzad vuestros ojos y ved los campos, que blanquean ya para la siega. Ya 36.el segador recibe el salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra igual que el segador. 37.Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el sembrador y otro el segador: 38.yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.» 39.Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.» 40.Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. 41.Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras, 42.y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.» 43.Pasados los dos días, partió de allí para Galilea. 44.Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria. 45.Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. 46.Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real, cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. 47.Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir. 48.Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.» 49.Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.» 50.Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. 51.Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía. 52.El les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.» 53.El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia. 54.Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea."