DIA 287--Jeremías 1--2 Eclesiástico 8,10-19 2 Timoteo 1


Jeremías 1
"Estas son las palabras de Jeremías, hijo de Helcías, de una familia de sacerdotes que vivían en Anatot, en la tierra de Benjamín. 2.La palabra de Yavé le fue dirigida en tiempos de Josías, hijo de Amón y rey de Judá, en el año trece de su reinado, 3.y después en tiempos de Joaquim, hijo de Josías y rey de Judá, hasta cumplirse el año undécimo de Sedecías, hijo de Josías y rey de Judá, o sea, hasta el destierro del pueblo de Jerusalén, que aconteció en el mismo mes. 4.Me llegó una palabra de Yavé : 5.«Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.» 6.Yo exclamé: «Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!» 7.Y Yavé me contestó: «No me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que yo te mande. 8.No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte -palabra de Yavé.» 9.Entonces Yavé extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: «En este momento pongo mis palabras en tu boca. 10.En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás y destruirás, edificarás y plantarás.» 11.Me llegó una palabra de Yavé: «¿Reconoces esta visión?» 12.Yo dije: «La rama es del árbol que llaman alerta.» Yavé respondió: «No te equivocas, pues yo estoy así alerta a mi palabra, para cumplirla.» 13.Luego me llegó una palabra de Yavé: «¿Qué estás viendo?» Y contesté: «Veo una olla echando espumas, y la cosa viene del norte.» 14.Yavé me dijo: «Del norte se viene derramando el desastre, y alcanzará a todos los habitantes de este país. 15.Pues estoy llamando a todos los reinos del norte -palabra de Yavé-. Aquí vienen y cada uno de ellos establece sus cuarteles frente a una de las entradas de Jerusalén, frente a sus murallas y frente a las ciudades de Judá. 16.Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron. 17.Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque yo también podría asustarte delante de ellos. 18.Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios. 19.Ellos te declararán la guerra, pero no podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte -palabra de Yavé-.»"



Jeremías 2
"Se me comunicó una palabra de Yavé: «Anda y grita a los oídos de Jerusalén»: 2.Así dice Yavé: «Aún me acuerdo de la pasión de tu juventud, de tu cariño como de novia, cuando me seguías por el desierto, por la tierra sin cultivar.» 3.Israel era la cosa sagrada de Yavé, la parte mejor de su cosecha. Quien comiera de sus frutos tenía que pagar y pronto le venía la desgracia -palabra de Yavé. 4.Gente de Israel, con todas sus familias, escuchen lo que dice Yavé: 5.¿Acaso sus padres me hallaron desleal, para que se alejaran de mí? Pues se fueron a cosas despreciables y, con esto, se hicieron despreciables. 6.Ya no preguntan: ¿Dónde está Yavé, que nos hizo salir de Egipto y nos llevó a través del desierto, tierra de estepas y barrancas, tierra árida y tenebrosa, tierra sin habitantes y por donde no transita nadie? 7.Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos. Pero apenas llegaron a mi país, lo profanaron, y mancharon mi herencia. 8.Los sacerdotes ya no se preguntan: ¿Dónde está Yavé? ¡Los dueños de mi enseñanza no me conocen! Los pastores de mi pueblo se rebelaron contra mí, y los profetas consultaron a dioses inútiles, dando respuestas en nombre de Baal. 9.Por eso, les he metido pleito a esa gente -palabra de Yavé-, y aún lo seguiré con los hijos de sus hijos. 10.Vayan, pues, a las islas y miren, manden al país de Quedar y pregunten para saber dónde pasó algo igual que aquí. 11.¿Qué nación cambió sus dioses? -aunque en verdad no son dioses-. Y mi pueblo cambia a su Dios glorioso por algo que no sirve. 12.Que los cielos se asombren y tiemblen espantados por eso -palabra de Yavé-; 13.doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua. 14.¿Acaso yo te había hecho esclavo, o te había sometido a algún dueño? ¿Por qué, pues, ahora saquean a Israel? 15.Contra ti han rugido leones, tu tierra ha sido desolada, tus ciudades, incendiadas y despobladas. 16.Hasta los egipcios de Nof y de Tajfanjes te han humillado. 17.¿Acaso no sucedió esto porque has abandonado a Yavé, tu Dios, que te indicaba el camino? 18.¿Para qué llamas a Egipto?, ¿acaso te sanarán las aguas del Nilo? ¿Y para qué llamas a Asur?, ¿apagarán tu sed las aguas del río? 19.Tus mismas faltas te castigan y tus infidelidades te condenan. Reconoce y comprueba cuán malo y amargo resulta abandonar a Yavé, tu Dios, y dejar de temerme a mí -palabra de Yavé Sabaot-. 20.Hace tiempo que has quebrado el yugo, soltándote de sus lazos. Tú dijiste: «Yo no quiero servir.» Y sobre cualquier loma, bajo cualquier árbol frondoso, te tendías como una prostituta. 21.Yo te había plantado como una parra fina. ¿Cómo has pasado a ser para mí viña degenerada? 22.Aunque te laves, te limpies y te restriegues, ante mí no desaparecerá la mancha de tus faltas -palabra de Yavé-. 23.Todavía te atreves a decir: «No estoy manchada, no he ido tras los Baales.» Mira en el valle las huellas de tus pasos, y reconoce lo que has hecho, camella fácil, que va coqueteando por los caminos; 24.burra salvaje suelta en el desierto, que en el ardor de su pasión olfatea el viento. ¿Quién calmará su celo? 25.El que la busca sabe dónde encontrarla. Pero tú dices: «¡No, déjame!, a mí me gustan los extranjeros y tras ellos quiero ir.» 26.Así como se avergüenza un ladrón cuando lo pillan, así se avergonzarán los hombres de Israel, ellos, sus reyes y sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, 27.que dicen a un palo: «Tú eres mi padre», y a una piedra: «Tú me diste la vida.» Ellos me dan la espalda, en vez de mostrarme su cara. Pero cuando les pase una desgracia, gritarán diciéndome: «¡Levántate, sálvanos!» 28.Pues, ¿dónde están tus dioses que tú mismo hiciste? ¡A ver si te salvan en el tiempo de tu desgracia! Porque tus dioses, pueblo de Judá, son tan numerosos como tus ciudades. 29.¿Por qué quieren ustedes meterme en pleito, cuando todos ustedes me han traicionado?, dice Yavé. 30.Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron. 31.( )¿He sido yo para Israel un desierto o una tierra cubierta de espinos? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: «Nos apartamos de ti, no queremos verte más?» 32.¿Puede una joven olvidarse de sus adornos o una novia de su cinturón? Y, sin embargo, mi pueblo me ha olvidado, hace ya mucho tiempo. 33.Qué bien andaban tus pies en busca de amor. Conoces todos los caminos, aun los del crimen. 34.Mira tus manos manchadas con sangre, no de bandidos sorprendidos en el crimen sino que de inocentes. 35.Sin embargo, dices: «Soy inocente ¿por qué no se aparta de mí la ira de Yavé?» Pues bien, aquí te voy a rebatir: Sí, tú pecaste. 36.¿Hasta dónde no correrás? Pero será en vano: como te engañó Asur también te engañará Egipto. 37.También de ahí saldrás con las manos en la cabeza, porque a Yavé no le gustan aquellos en que confías, y no te irá bien con ellos."




Eclesiástico 8,10-19
"10.No enciendas los carbones del pecador, no sea que te abrases en el fuego de su llama. 11.No te encares con el insolente, para que no sea como trampa tendida a tu boca. 12.No prestes al que puede más que tú; si prestas, dalo por perdido. 13.No salgas fiador por encima de tus medios; si lo haces, date por deudor. 14.No entres en pleito con un juez, que por su dignidad fallarán en su favor. 15.Con el osado no te pongas en camino, para que no te agote, pues él procederá a su antojo, y por su locura te perderás con él. 16.Con el colérico no entres en pelea, ni te adentres con él en el desierto, porque a sus ojos nada es la sangre, y donde no haya quien te auxilie se echará sobre ti. 17.No le pidas consejo al insensato, pues no podrá mantenerlo en silencio. 18.Delante de un extraño no hagas cosa secreta, pues no sabes qué inventará después. 19.No abras tu corazón a todo el mundo, pues no te han de compensar con gracia alguna."




2 Timoteo 1
"1.Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios para anunciar la Promesa de vida que está en Cristo Jesús, 2.a Timoteo, hijo querido. Gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús Señor nuestro. 3.Doy gracias a Dios, a quien, como mis antepasados, rindo culto con una conciencia pura, cuando continuamente, noche y día, me acuerdo de ti en mis oraciones. 4.Tengo vivos deseos de verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de alegría. 5.Pues evoco el recuerdo de la fe sincera que tú tienes, fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que también ha arraigado en ti. 6.Por esto te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. 7.Porque no nos dio el Señor a nosotros un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad y de templanza. 8.No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, 9.que nos ha salvado y nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia que nos dio desde toda la eternidad en Cristo Jesús, 10.y que se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio 11.para cuyo servicio he sido yo constituido heraldo, apóstol y maestro. 12.Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día. 13.Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús. 14.Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros. 15.Ya sabes tú que todos los de Asia me han abandonado, y entre ellos Figelo y Hermógenes. 16.Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, 17.sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. 18.Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Efeso, tú lo sabes mejor."