DIA 279--Isaías 49--50 Eclesiástico 4,1-19 Hebreos 6



Isaías 49
"1.Escúchenme, islas lejanas, pongan atención, pueblos. Yavé me llamó desde el vientre de mi madre, conoció mi nombre desde antes que naciera. 2.Hizo de mi boca una espada cortante y me guardó debajo de su mano. Hizo de mí una flecha puntiaguda que tenía escondida entre las otras. 3.El me dijo: «Tú eres mi servidor, Israel, y por ti me daré a conocer.» 4.Mientras que yo pensaba: «He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada.» Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé, y mi Dios e hizo mi fuerza. 5.Y ahora ha hablado Yavé, que me formó desde el seno materno para que fuera su servidor, para que le traiga a Jacob y le junte a Israel: 6.«No vale la pena que seas mi servidor únicamente para restablecer a las tribus de Jacob, o traer sus sobrevivientes a su patria. Tú serás, además, una luz para las naciones, para que mi salvación llegue hasta el último extremo de la tierra.» 7.Esto dice Yavé, el redentor y el Santo de Israel, al esclavo de los tiranos, al que es despreciado de todos y al que las naciones aborrecen: «Los reyes, al ver lo que suceda, se levantarán, y los príncipes se inclinarán; porque el Santo de Israel, que te eligió, Yavé, ha cumplido su palabra.» 8.Yavé te asegura: En el momento oportuno te atendí, al día de la salvación, te socorrí. Quise que fueras la alianza del pueblo, que reconstruyeras el país, y entregaras a sus dueños las propiedades destruidas, 9.Dirás a los prisioneros: «¡Salgan!», a los que están en la oscuridad: «Salgan a la luz.» A lo largo del camino pastarán y no les faltará el pasto ni en los cerros pelados. 10.No padecerán hambre ni sed, y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol; pues el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta donde están las vertientes de agua. 11.Haré caminos a través de las montañas y pavimentaré los senderos.. 12.Y ahora vuelven del país lejano, otros del Norte y del Oeste, aquéllos del Sur de Egipto. 13.¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos. 14.Y Sión decía: «Yavé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí.» 15.Pero, ¿puede una mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti. 16.Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos. y nunca dejé de pensar en tus murallas: 17.ya llegan tus reconstructores, mientras que tus demoledores y los que te arruinaron se van. 18.Levanta tus ojos y mira en tu derredor: todos se juntan y vuelven a ti. Por mi vida, dice Yavé, que todos ellos serán como tu traje de gala y los lucirás como una novia. 19.Pues tus lugares abandonados, tus ciudades destruidas y tu país arruinado se harán estrechos para tantos habitantes, mientras que tus destructores se habrán ido. 20.De nuevo te dirán al oído tus hijos, a los que nunca pensabas recuperar: «Ese sitio se ha hecho chico para mí, dame otro donde pueda levantar mi casa.» Tú entonces te preguntarás: 21.«¿Quién me habrá dado a luz a toda esta gente? Pues yo estaba sin hijos y no los podía tener, estaba abandonada, en el exilio, ¿quién me los habrá criado? Porque yo había quedado sola. Y éstos, ¿de dónde vienen ahora?» 22.El Señor Yavé te responde de esta manera: Hago señas con la mano a las naciones y levanto mi bandera para que la vean los pueblos. Te traerán a tus hijos en brazos y a tus hijas sobre los hombros. 23.Los reyes serán tus padres adoptivos y sus princesas tus niñeras. Se agacharán delante de ti hasta tocar el suelo y besarán el polvo de tus pies. Entonces tú sabrás que Yo soy Yavé; y que nunca defraudo a los que esperan en mí. 24.¿Se le puede quitar su parte a un soldado o escapársele su prisionero al vencedor? 25.Sí, afirma Yavé: Le arrebatarán su prisionero al soldado y dejarán sin su parte al vencedor. Al que contienda contigo, con él yo pelearé, y yo mismo salvaré a tus hijos. 26.A tus opresores los haré comer su propia carne. y se emborracharán con su sangre como si fuese vino. Y todo mortal sabrá que yo, Yavé, soy tu Salvador y que tu Redentor es el Campeón de Jacob."


Isaías 50
"Así habla Yavé: ¿Acaso despedí a su madre? ¡Muéstrenme el certificado de divorcio! 2.O bien, ¿a quién debo yo dinero, y a quién los he vendido? Por culpa de sus pecados fueron vendidos y por sus infidelidades me divorcié de su madre. ¿Por qué, cuando llegué, no encontré a nadie, y cuando llamé, nadie me respondió? ¿Se me habrá acortado el brazo, que no alcanza a salvar, o será que ya no tengo fuerzas? Con un solo gesto dejo seco el mar y cambio los ríos en desiertos. Sus peces, sin agua, quedan en seco y mueren de sed. 3.Pinto a los cielos de negro y los visto de luto. 4.El Señor Yavé me ha concedido el poder hablar como su discípulo. Y ha puesto en mi boca las palabras para fortalecer al que está aburrido. A la mañana él despierta mi mente y lo escucho como lo hacen los discípulos. 5.El Señor Yavé me ha abierto los oídos y yo no me resistí ni me eché atrás. 6.He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me tiraban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos. 7.El Señor Yavé está de mi parte, y por eso no me molestan las ofensas; por eso puse mi cara dura como piedra. y yo sé que no quedaré frustrado, 8.Aquí viene mi juez, ¿quieren meterme pleito? Presentémonos juntos, y si hay algún demandante, ¡que se acerque! 9.Si el Señor Yavé está de mi parte, ¿quién podrá condenarme? Todos se harán tiras como un vestido gastado, y la polilla se los comerá. 10.Quien de ustedes respeta a Yavé, escuche la voz de su servidor. El que camina a oscuras, sin luz para alumbrarse, que confíe en el Nombre de Yavé, y que se apoye en su Dios. 11.Pero todos ustedes que encienden un fuego y que forman un círculo con antorchas, ¡vayan a las llamas de su hoguera y que sus antorchas los quemen! Ustedes se revolverán en sus tormentos y esto será la obra de mis manos."


Eclesiástico 4,1-19
"1.Hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes. 2.No entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigencia. 3.No te ensañes con el corazón exasperado, no hagas esperar la dádiva al mendigo. 4.No rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre. 5.No apartes del mendigo tus ojos, ni des a nadie ocasión de maldecirte. 6.Pues si maldice en la amargura de su alma, su Hacedor escuchará su imprecación. 7.Hazte querer de la asamblea, ante un grande baja tu cabeza. 8.Inclina al pobre tus oídos, responde a su saludo de paz con dulzura. 9.Arranca al oprimido de manos del opresor, y a la hora de juzgar no seas pusilánime. 10.Sé para los huérfanos un padre, haz con su madre lo que hizo su marido. Y serás como un hijo del Altísimo; él te amará más que tu madre. 11.La sabiduría a sus hijos exalta, y cuida de los que la buscan. 12.El que la ama, ama la vida, los que en su busca madrugan serán colmados de contento. 13.El que la posee tendrá gloria en herencia, dondequiera que él entre, le bendecirá el Señor. 14.Los que la sirven, rinden culto al Santo, a los que la aman, los ama el Señor. 15.El que la escucha, juzgará a las naciones, el que la sigue, su tienda montará en seguro. 16.Si se confía a ella, la poseerá en herencia, y su posteridad seguirá poseyéndola. 17.Pues, al principio, le llevará por recovecos, miedo y pavor hará caer sobre él, con su disciplina le atormentará hasta que tenga confianza en su alma y le pondrá a prueba con sus preceptos, 18.mas luego le volverá al camino recto, le regocijará y le revelará sus secretos. 19.Que si él se descarría, le abandonará, y le dejará a merced de su propia caída. 20.Ten en cuenta el momento y guárdate del mal, no te avergüences de ti mismo. 21.Porque hay una vergüenza que conduce al pecado, y otra vergüenza hay que es gloria y gracia. 22.No tengas miramientos en contra de ti mismo, y no mudes de color por tu caída. 23.No contengas la palabra cuando pueda salvar, y no escondas tu sabiduría. 24.Que la sabiduría se da a conocer en la palabra, y la educación en los discursos de la lengua. 25.A la verdad no contradigas, mas ruborízate de no estar educado. 26.No te avergüences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del río. 27.No te aplanes ante el hombre insensato, ni tengas miramiento al poderoso. 28.Hasta la muerte por la verdad combate, y el Señor Dios peleará por ti. 29.No seas atrevido con tu lengua, ni perezoso y negligente en tus obras. 30.No seas un león en tu casa y un corbade entre tus servidores. 31.No sea tu mano abierta para recibir, y cerrada para dar."


Hebreos 6
"Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémonos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; 2.de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. 3.Y así procederemos con el favor de Dios. 4.Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5.saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, 6.y a pesar de todo cayeron, se renueven otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia. 7.Porque la tierra que recibe frecuentes lluvias y produce buena vegetación para los que la cultivan participa de la bendición de Dios. 8.Por lo contrario, la que produce espinas y abrojos es desechada, y cerca está de la maldición, y terminará por ser quemada. 9.Pero de vosotros, queridos, aunque hablemos así, esperamos cosas mejores y conducentes a la salvación. 10.Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos. 11.Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza, 12.de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas. 13.Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo 14.diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera. 15.Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa. 16.Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio. 17.Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento, 18.para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta, 19.que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo, 20.adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre."