DIA 185--1 Crónicas 25--27 Proverbios 16,1-16 Romanos 3



1 Crónicas 25
Los cantores

1 David y los jefes del ejército separaron para el servicio a los hijos de Asaf, Hemán y Jedutún, que profetizaban acompañándose con cítaras, salterios y címbalos. Este es el número de personas que se encargaban de este servicio:
2 De los hijos de Asaf: Zakur, José, Netanías, Asarelá. Los hijos de Asaf estaban bajo la dirección de Asaf, que profetizaba bajo la dirección del rey.
3 De Jedutún: Los hijos de Jedutún: Guedalías, Serí, Semeí, Isaías, Jasabías y Matatías, seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, que profetizaba al son de la cítara para celebrar y alabar a Yavé.
4 De Hemán: Los hijos de Hemán: Buguías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jerimot, Jamanías, Jamaní, Eliatá, Guidalti, Romamtí-Ezer, Yosbecasa, Malotí, Hotir, Majaziot. 5 Todos éstos eran hijos de Hemán, profeta del rey, que debía hacer sonar la trompa cuando llegaba la palabra de Yavé. Dios había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas.
6 Todos ellos se hallaban bajo la dirección de su padre para el canto de la Casa de Yavé, con címbalos, salterios y cítaras al servicio de la Casa de Yavé, siguiendo las indicaciones del rey, de Asaf, Jedutún y Hemán. 7 Su número, contando a sus hermanos, los que estaban instruidos en el canto de Yavé, todos ellos maestros, era de doscientos ochenta y ocho. 8 Echaron a suertes el turno del servicio de todos, tanto del pequeño como del grande, del maestro como del discípulo.
9 La primera suerte recayó para Asaf sobre José; él y sus hijos y hermanos, doce. La segunda sobre Guedalías con sus hermanos e hijos, doce. 10 La tercera, sobre Zakur, sus hijos y hermanos, doce. 11 La cuarta, sobre Yisrí, sus hijos y hermanos, doce. 12 La quinta, sobre Neta nías, sus hijos y hermanos, doce. 13 La sexta, sobre Buquías, sus hijos y hermanos, doce. 14 La séptima, sobre Yesarela, sus hijos y hermanos, doce. 15 La octava, sobre Isaías, sus hijos y hermanos, doce. La novena, sobre Matanías, sus hijos y hermanos, doce. 16 La décima, sobre Semí, sus hijos y hermanos, doce. 17 La undécima, sobre Azarael, sus hijos y hermanos, doce. 18 La duodécima, sobre Jasabías, sus hijos y hermanos, doce. 19 La decimotercera, sobre Subael, sus hijos y hermanos, doce. 20 La decimocuarta, sobre Matatías, sus hijos y hermanos, doce. 21 La decimoquinta, sobre Jeremot, sus hijos y hermanos, doce. 22 La decimosexta, sobre Jananías, sus hijos y hermanos, doce. 23 La decimoséptima, sobre Yosbecasa, sus hijos y hermanos, doce. 24 La decimoctava, sobre Jananí, sus hijos y hermanos, doce. 25 La decimonovena, sobre Malotí, sus hijos y hermanos, doce. 26 La vigésima, sobre Eliyatá, sus hijos y hermanos, doce. 27 La vigésimo primera, sobre Hotir, sus hijos y hermanos, doce. 28 La vigésimo segunda, sobre Guidaltí, sus hijos y hermanos, doce. 29 La vigésimo tercera, sobre Majaziot, sus hijos y hermanos, doce. 30 La vigésimo cuarta, sobre Romamtí-Ezer, sus hijos y hermanos, doce.


1 Crónicas 26
Los porteros
1 Estas son las clases de porteros: de los coreítas: Meselemías, hajo de Coré, de los hijos de Ebiasaf. 2 Meselemías tuvo hijos: el primogénito, Zacarías; el segundo, Jedaiel; el tercero, Zebadías; el cuarto, Yataniel; 3 el quinto, Elam; el sexto, Jehojanan; el séptimo Elyehoenay.
4 Hijos de Obededom: Semaías, el primogénito; Jehozabad, el segundo; Yoaj, el tercero; Sacar, el cuarto; Natanael, el quinto; 5 Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo; Peualty, el octavo; pues Yavé le había bendecido. 6 A su hijo Semaías le nacieron hijos, que se impusieron en sus familias paternas, pues eran hombres valerosos.
7 Hijos de Semaías: Otní, Rafael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valerosos, Elihú y Semakías. 8 Todos éstos eran hijos de Obededom, ellos y sus hijos y sus hermanos eran hombres de gran valor para el servicio. Sesenta y dos de Obededom.
9 Mesalemías tuvo hijos y hermanos, dieciocho hombres valerosos.
10 Josías, de los hijos de Merarí, tuvo como hijos a Simrí, que hizo de primero porque, después de perder a su primogénito, su padre lo puso al frente, 11 Jil quías, el segundo; Tebalías, el tercero; Zacarías, el cuarto. El total de los hijos y hermanos de Josá fue de trece.
12 Estas secciones de los porteros, todo el personal masculino, igual que sus hermanos, tenían el cuidado del ministerio de la Casa de Yavé. 13 Echaron suertes para cada puerta, sobre pequeños y grandes según sus casas paternas. 14 Para la puerta oriental la suerte cayó sobre Selemías. Después echaron suertes para la puerta del norte, la cual le tocó a su hijo Zacarías, que era un prudente consejero. 15 A Obededom le tocó el sur, y a sus hijos los almacenes. 16 A Supim y a Josá, el occidente, junto a la puerta de la sala en el camino de la subida, correspondiéndose un puesto de guardia con el otro.
17 Al oriente se nombraban seis levitas por día, al norte cuatro por día, al mediodía, cuatro por día, y en los almacenes de dos en dos; 18 en el anexo del occidente había cuatro para la subida, dos para el anexo. 19 Estas son las clases de los porteros, tanto de los hijos de los coreítas como de los hijos de Medarí.
20 Los levitas sus hermanos, custodiaban los tesoros de la Casa de Yavé y los tesoros de las cosas consagradas.
21 Entre los hijos de Ladán, hijos de Guersón por la línea de Ladán y jefes de familia de Ladán el guersonita, se contaban los hijos de Jejiel. 22 Los hijos de Jejiel, de Zetan y de su hermano Joel, estaban al frente de los tesoros de la Casa de Yavé. 23 Juntamente con los amramíes, los jisharitas, los hebronitas y los uzelitas. 24 Sabuel, hijo de Guersón, hijo de Moisés, era el tesorero mayor. 25 Sus hermanos por parte de Eliezer: Rejabías, hijo suyo; Isaías, hijo suyo; Joram, hijo suyo; Zikri, hijo suyo; Selomit, hijo suyo. 26 Este Selomit y sus hermanos estaban al cuidado de las cosas que el rey David, los cabezas de las casas paternas, los jefes de mil y de cien y los demás jefes del ejército habían consagrado a Yavé.
27 Aquí había una parte del botín de guerra y de los despojos que los jefes habían consagrado para el sostenimiento de la Casa de Yavé. 28 Además, todo lo que habían consagrado el profeta Samuel, Saúl, hijo de Quis, Abner, hijo de Ner y Joab, hijo de Sarvia; todo lo consagrado estaba al cuidado de Selomit y sus hermanos.
29 De los yeseritas: Kenanías y sus hijos administraban como secretarios y jueces los negocios exteriores de Israel.
30 De los hebronitas: Jesabías y sus hermanos, hombres muy valerosos en número de mil setecientos, gobernaban la parte de Israel que está al otro lado del Jordán hacia el poniente, en todos los negocios concernientes al servicio de Yavé y del rey.
31 El jefe de los hebronitas era Jería, según la genealogía paterna de los hebronitas. Se hicieron investigaciones al respecto en el año cuarenta del reinado de David y se hallaron entre ellos hombres valerosos que habían estado en Yaser de Galaad. 32 También los hermanos de Jería eran hombres valerosos, en número de dos mil setecientos jefes de familias.
33 El rey David les dio el mando sobre los rubenitas y gaditas, y la media tribu de Manasés, en todo lo tocante al servicio de Yavé y del rey.


1 Crónicas 27
Censos y nóminas
1 Censo de los hijos de Israel, jefes de familia, jefes de mil y de cien y escribas que estaban al servicio del rey para todo lo referente a las clases, la que entraba y la que partía cada mes durante todo el año. Cada clase contaba veinticuatro mil hombres.
2 Al frente de la primera sección de veinticuatro mil hombres para el primer mes, estaba Jesboam, hijo de Zabdiel, 3 de la familia de Fares, y era jefe de todos los oficiales del primer mes. 4 Al frente de la sección del segundo mes estaba Doday, el ajonita, y tenía por ayudante a uno llamado Miclot. Su sección era de veinticuatro mil hombres. 5 El tercer jefe para el tercer mes era Banaías, sacerdote hijo de Joyadá. Su sección era de veinticuatro mil hombres a su mando. 6 Este es aquel Banaías, uno de los Treinta valientes y sobre ellos. En su sección estaba su hijo Amizabad.
7 El cuarto jefe para el cuarto mes era Azael, hermano de Joab, y después de él Zabadías, su hijo. Su sección era de veinticuatro mil hombres. 8 El quinto jefe para el quinto mes era Samut, el zarjita, y su sección era de veinticuatro mil hombres. 9 El sexto jefe para el sexto mes era Hira, hijo de Iques de Tecoa; su sección era de veinticuatro mil hombres.
10 El séptimo jefe para el séptimo mes era Jeles de Pelet, de la tribu de Efraím; su sección era de veinticuatro mil hombres. 11 El octavo jefe, para el octavo mes, era Sobcaí de Husat, de la familia de Zarají. Su sección era de veinticuatro mil hombres. 12 El noveno, para el mes noveno, Abiezer de Anatot, de los hijos de Benjamín. Su sección era de veinticuatro mil hombres.
13 El jefe décimo para el décimo mes era Maraí de Netofat, de la familia de Zarjí. Su sección era de veinticuatro mil hombres. 14 El undécimo jefe para el mes undécimo era Banaías de Faratón, de la tribu de Efraím, y su sección era de veinticuatro mil hombres. 15 El duodécimo jefe para el mes duodécimo era Holdai de Netofat, de la familia de Otoniel. Su sección era de veinticuatro mil hombres.
16 Al frente de las tribus de Israel: De la tribu de Rubén era encargado Eliezer, hijo de Zecrí. De la de Simeón, Safatías, hijo de Maacá. 17 De la de Leví, Jasabías, hijo de Camuel, pero Sadoq era jefe de los descendientes de Aarón. 18 De la tribu de Judá, Eliú, hermano de David. 19 De la de Isacar, Amrí, hijo de Micael. De la de Zabulón, Jesmaías, hijo de Abdías. De la de Neftalí, Jerimot Asriel. 20 De la de Efraím, Oseas, hijo de Azazía. De la media tribu de Manasés, Joel, hijo de Fodaya. 21 De la media tribu de Manasés, en Galaad, era el jefe Jidon, hijo de Zacarías. De la tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner. 22 De la de Dan, Ezrihel, hijo de Jeroyam; éstos eran los jefes de los hijos de Israel.
23 David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque Yavé había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. 24 Joab, hijo de Sarvia, comenzó a hacer el censo, pero no lo acabó porque esto hizo enojar a Yavé, quien descargó su cólera sobre Israel; por esta razón el número de los que fueron contados no fue incluido en el libro de las Crónicas del rey David.
25 Azmavet, hijo de Adiel, tenía a su cargo los tesoros del rey. Jonatán, hijo de Uzías, tenía a su cargo los depósitos que estaban en el campo, en las ciudades, aldeas y torres. 26 Ezrí, hijo de Jelub, era el encargado de los labradores del campo que cultivaban las tierras; 27 Semí, de los que cultivaban las viñas; Sabdí, de Sefa, encargado de las provisiones de vino de las viñas.
28 De los olivares y sicomoros que había en la tierra baja, Baaljanan de Gueder era el encargado. 29 De los almacenes de aceite, Joas. De los rebaños de vacas que pacían en Sarón, Sitray el saronita; los que pacían en los valles estaban bajo cuidado de Safat, hijo de Adalay. 30 De los camellos, Obiel el ismaelita; de las burras, Jeideías, de Meronot; 31 de las ovejas, Yazis el hagrita.
31 Todos estos eran intendentes administradores de los bienes y propiedades del rey.
32 Jonatán, tío de David, hombre prudente e instruido, era consejero del rey. Jilíel, hijo de Jakmení, cuidaba de los hijos del rey. 33 Ajitofel era consejero del rey, y Jusay el arquita era el amigo del rey. 34 Después de Ajitofel, lo fueron Jeoyadá, hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el jefe del ejército del rey.




Proverbios 16,1-16
1 El hombre propone, pero Yavé dispone.
2 Cada cual justifica sus decisiones, pero Yavé sopesa los espíritus.
3 Encomienda tus obras a Yavé, y tus proyectos se realizarán.
4 Yavé hizo todo con un propósito, y al mismo malvado, para el día del castigo.
5 Yavé detesta el corazón altanero: no podrá quedar sin castigo.
6 Con la bondad y la fidelidad uno repara sus faltas, pero con el temor de Yavé se aleja del mal.
7 Si Yavé aprecia tu conducta, hará que tus mismos enemigos se reconcilien contigo.
8 Más vale tener poco y ser honrado, que ganar mucho en forma indebida.
9 Cada uno decide dentro de sí su camino, pero Yavé asegura sus pasos.
10 El rey habló: ¡es un oráculo! No se equivoca cuando tiene que juzgar.
11 Yavé pide balanza y platillos justos; a él se le rinden cuentas por el juego de pesas.
12 Los reyes detestan hacer el mal: saben que su trono se basa en la justicia.
13 El que manda con justicia es apreciado por el rey; él ama a los hombres rectos.
14 ¡El enojo del rey es peligro de muerte! Pero un hombre sabio puede apaciguarlo.
15 ¡Si se ilumina el rostro del rey es señal de vida! Su benevolencia es como lluvia de primavera.
16 Adquiere la sabiduría más bien que el oro; prefiere el buen juicio al dinero.



Romanos 3
Cuál es la ventaja de ser judío

1 Entonces, ¿cuál es la ventaja de ser judío?, ¿cuál la utilidad de la circuncisión? 2 Grande, bajo todo punto de vista. En primer lugar, fue a los judíos a quienes confió Dios su palabra.
3 Es verdad que algunos de ellos no le respondieron, pero ¿hará su infidelidad que Dios no sea fiel? ¡Ni pensarlo! 4 Se comprobará que Dios es fidelidad, mientras que el hombre siempre defrauda, como dice la Escritura: Será probado que tus palabras son verdaderas y saldrás vencedor si te quieren juzgar.
5 Pero si nuestra maldad demuestra que Dios es justo, hablando a lo humano se podría preguntar: ¿No es Dios injusto al castigarnos?
5 — 6 De ninguna manera, pues si no, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo?
6 — 7 Pero tal vez replicarán: Si la mentira mía hace resaltar la verdad de Dios, aumentando así su gloria, ¿cómo me tratarán de pecador?
7 — 8 ¡Muy bien! Entonces hagamos el mal para que venga el bien... Algunos calumniadores dicen que ésa es nuestra enseñanza, pero tendrán que responder de tales palabras.
9 ¿Tenemos, entonces, alguna superioridad? Sí y no. Acabamos de demostrar que todos, judíos y no judíos, están bajo el dominio del pecado, 10 como dice la Escritura:
11 No hay nadie bueno, ni siquiera uno. No hay ninguno sensato, nadie que busque a Dios. 12 Todos se han extraviado, ya no sirven para nada. No hay quien obre el bien, ni siquiera uno.
13 Su garganta es un sepulcro abierto, y con su lengua urden engaños. 14 Sus labios esconden veneno de serpiente y su boca está llena de maldiciones y amargura.
15 Corren a donde puedan derramar sangre. 16 Detrás de ellos dejan ruina y miseria. 17 No conocen el camino de la paz, 18 el temor de Dios es lo que menos recuerdan.
19 Pero sabemos que todo lo que dice la Escritura está dicho para el mismo pueblo que recibió la Ley. Que todos, pues, se callen y el mundo entero se reconozca culpable ante Dios. 20 Porque en base a la observancia de la Ley no será justificado ningún mortal ante Dios. El fruto de la Ley es otro: nos hace conscientes del pecado.
Creer es el camino de la salvación
:B:21 Ahora se nos ha revelado cómo Dios nos “hace justos” sin hablar de la Ley, pero ya lo atestiguaban la Ley y los profetas. 22 Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe.
22 No hay distinción de personas, 23 pues todos pecaron y están faltos de la gloria de Dios. 24 Pero todos son “hechos justos” gratuitamente y por pura bondad, mediante la redención realizada en Cristo Jesús. 25 Dios lo puso como la víctima cuya sangre nos consigue el perdón, y esto es obra de fe. Así demuestra Dios cómo nos “hace justos”, perdonando los pecados del pasado 26 que había soportado en aquel tiempo; y demuestra también cómo nos reforma en el tiempo presente: él, que es justo, nos “hace justos” por la fe cristiana. 27 Y ahora, ¿dónde están nuestros títulos? Fueron echados fuera.
27 ¿Quién los echó? ¿La Ley que pedía obras? No, otra ley, que es la fe. 28 Nosotros decimos esto: la persona es “hecha justa” por la fe, y no por el cumplimiento de la Ley. 29 De otra manera Dios sería sólo Dios de los judíos. ¿No lo es también de las demás naciones? 30 ¡Claro que también es Dios de esas naciones! Pues solamente él es Dios, quien salva a causa de su fe al pueblo circuncidado, y a los otros pueblos cuando llegan a la fe.
31 ¿Creen ustedes que con la fe suprimimos la Ley? De ninguna manera; más bien la colocamos en su verdadero lugar.