DIA 159--1 Reyes 13--14 Proverbios 1,1-19 1 Corintios 7,25-40


1 Reyes 13
Historia del profeta de Betel
1 Por orden de Dios, un hombre de Dios llegó a Betel desde Judá, cuando Jeroboam estaba junto al altar quemando el incienso. 2 El hombre de Dios gritó en contra del altar por orden de Yavé: «¡Altar, altar!, esto dice Yavé: nacerá en la casa de David un hijo de nombre Josías. Sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los Altos Lugares, a los que queman el incienso en ti, y se quemarán en ti huesos humanos». 3 Y ese mismo día dio esta señal: «Esta es la señal que les da Yavé: el altar se partirá y la ceniza que está encima se desparramará».
4 Cuando el rey Jeroboam escuchó esa maldición del hombre de Dios contra el altar de Betel, extendió la mano y ordenó: «¡Deténganlo!» Pero la mano que había extendido contra el hombre de Dios quedó tiesa y no pudo encogerla. 5 El altar se rompió y la ceniza del altar se desparramó; esa era la señal que había dado el hombre de Dios por orden de Yavé.
6 El rey tomó entonces la palabra y dijo al hombre de Dios: «Por favor, apacigua a Yavé tu Dios, ruega por mí para que vuelva a mover mi mano». El hombre de Dios apaciguó a Yavé y la mano del rey volvió a moverse; estaba como antes.
7 El rey dijo entonces al hombre de Dios: «Ven conmigo a mi casa, recupera tus fuerzas y te daré un regalo». 8 Pero el hombre de Dios dijo al rey: «Aunque me dieras la mitad de tu casa, no entraría allí contigo. No comeré pan ni beberé agua en este lugar, 9 porque la palabra de Dios traía también una orden para mí: No comerás pan ni beberás agua, ni regresarás por el mismo camino por el que viniste». 10 Se fue pues por otro camino, desviándose del camino por donde había subido a Betel.
11 Había en Betel un viejo profeta, cuyos hijos le fueron a contar todo lo que el hombre de Dios había hecho ese día en Betel; repitieron a su padre todas las palabras que ese hombre había dicho al rey. 12 Su padre les dijo: «¿Por qué camino se fue?» Y sus hijos le indicaron el camino por donde el hombre de Dios, venido de Judá, se había vuelto.
13 Dijo entonces a sus hijos: «Ensillen mi burro». Le ensillaron el burro y montó en él. 14 Se fue pues tras el hombre de Dios y lo encontró sentado bajo un terebinto. Le dijo: «¿Tú eres el hombre de Dios que vino de Judá?» Respondió: «Sí, soy yo». 15 Le dijo: «Ven a mi casa para que comas un poco». 16 El otro respondió: «No puedo volverme contigo ni entrar en tu casa. No comeré pan ni beberé agua contigo en ese lugar, 17 porque esta fue la palabra de Yavé: No comerás pan ni beberás agua y no te volverás por el camino por donde te fuiste».
18 Pero el viejo profeta le replicó: «Yo también soy un profeta como tú y un ángel me habló. Me transmitió esta orden de Yavé: Haz que se venga contigo a tu casa para que coma pan y beba agua». Era una mentira. 19 El hombre de Dios se volvió pues con él, comió pan y bebió agua en su casa.
20 Cuando estaban sentados a la mesa, una palabra de Dios fue dirigida al profeta que lo había traído de vuelta. 21 Habló fuerte al hombre de Dios que había subido de Judá: «Así habla Yavé: Ya que te has rebelado a la orden de Yavé y no has cumplido el mandato que te dio Yavé tu Dios, 22 puesto que has vuelto sobre tus pasos y has comido aquí pan y bebido agua, siendo que tú habías recibido la orden de no comer ni beber, tu cadáver no entrará en la tumba de tus padres».
23 Después de haber comido y bebido, el profeta que lo había traído de vuelta le ensilló su burro 24 y el hombre se fue. Un león lo atacó en el camino y lo mató. Su cadáver quedó en el camino, el burro no lo abandonó y el león se quedó también al lado del cuerpo.
25 La gente que pasaba por allí vio el cadáver en el camino y al león que estaba echado a su lado; cuando llegaron a su casa, contaron lo que habían visto en la ciudad donde vivía el viejo profeta 26 que lo había desviado de su camino. En cuanto lo supo el profeta, dijo: «Es el hombre de Dios que desobedeció la orden de Yavé, y Yavé lo entregó al león que lo desgarró y le dio muerte, según la palabra que Yavé había dicho».
27 Se dirigió en seguida a sus hijos: «Ensíllenme mi burro», les dijo. Se lo ensillaron. 28 Salió y halló el cadáver atravesado en el camino, junto con el burro y el león que estaban todavía allí, a un lado cada uno. El león no había devorado el cuerpo, ni tampoco había atacado al burro. 29 El profeta levantó el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre su burro y lo trajo de vuelta; cuando llegó a la ciudad, se encargó de los funerales y del entierro. 30 Depositó el cadáver en su propia tumba e hizo duelo por él: «¡Ay, hermano mío!»
31 Después que lo hubo sepultado, dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, me pondrán en la tumba donde enterré al hombre de Dios. Depositarán mis huesos al lado de los suyos. 32 Porque, se lo digo, se cumplirá la maldición que pronunció por orden de Yavé contra el altar de Betel y contra todos los Lugares Altos de las ciudades de Samaría».
33 A pesar de eso, Jeroboam no se apartó de su mala conducta. Volvió a elegir sacerdotes entre el pueblo para los Lugares Altos; instituía como sacerdotes a todos los que querían y pasaban a formar parte de los sacerdotes de los Lugares Altos. 34 Esto fue un motivo de pecado para la casa de Jeroboam, por eso fue destruida y exterminada de la tierr



1 Reyes 14
Ajías anuncia a Jeroboam el exterminio de su familia

1 Por ese tiempo cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam. 2 Jeroboam dijo a su mujer: «Tú debes hacer esto: disfrázate para que no sepan que eres la mujer de Jeroboam, y luego ve a Silo. Allí está el profeta Ajías que me anunció que reinaría en este pueblo. 3 Llévate diez panes, tortas y un frasco de miel, entrarás en su casa y él te dirá lo que sucederá con el niño».
4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se fue para Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, tenía fija la vista por su avanzada edad. 5 Pero Yavé había transmitido una palabra a Ajías: «La mujer de Jeroboam viene a consultarte respecto de su hijo que está enfermo, le dirás esto. Cuando se presente, se hará pasar por otra». 6 Así pues, cuando cruzó el umbral de la puerta y Ajías oyó el ruido de sus pasos, éste le dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te hacer pasar por otra? Se me ha encargado para ti un terrible mensaje.
7 Tú repetirás a Jeroboam esta palabra de Yavé, Dios de Israel: Te elegí en medio de mi pueblo para hacerte el jefe de mi pueblo Israel. 8 Le quité el reino a la casa de David para dártelo a ti. Pero tú no has sido como mi servidor David, quien cumplía mis mandamientos, caminaba con todo su corazón siguiéndome, y hacía lo que es recto a mis ojos.
9 Tú has actuado peor que todos los anteriores a ti, te has hecho otros dioses, ídolos de metal que sólo me irritan y me has dejado tirado. 10 Por todo eso haré que sobrevenga la desgracia a la casa de Jeroboam, exterminaré a todos los varones, sean esclavos o libres en Israel. Barreré con la casa de Jeroboam como se barre la basura, hasta que no quede nada. 11 El de la casa de Jeroboam que muera en la ciudad será devorado por los perros, y el que muera en el campo será devorado por las aves: Yavé es quien lo dice».
12 Y en cuanto a ti, levántate y vuelve a tu casa. Apenas atraviesen tus pasos la puerta de la ciudad, el niño morirá. 13 Todo Israel lo llorará y lo enterrarán; será el único de la casa de Jeroboam que reciba una sepultura, porque es el único de la casa de Jeroboam en quien Yavé, Dios de Israel, encontró algo bueno. 14 Yavé instalará en Israel un rey que hará desaparecer la estirpe de Jeroboam; el castigo está cerca; ya está ahí.
15 Yavé sacudirá a Israel como una caña llevada por la corriente, arrancará a Israel de este buen país que dio a sus padres, los dispersará al otro lado del Río, porque han provocado la cólera de Yavé con sus postes sagrados. 16 Entregará a Israel por culpa de los pecados que cometió Jeroboam y que hizo cometer a Israel».
17 La mujer de Jeroboam se levantó y se fue a Tirsa. En los momentos en que atravesaba el umbral de su casa, el niño murió. 18 Lo enterraron y todo Israel lo lloró, según la palabra que Yavé había dicho por medio de su servidor Ajías, el profeta.
19 El resto de los hechos de Jeroboam, sus guerras y su reinado, todo eso está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. 20 Jeroboam reinó veintidós años, luego se acostó con sus padres y reinó en su lugar su hijo Nadab.
Roboam, rey de Judá
21 Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá; tenía cuarenta y un años cuando subió al trono. Reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yavé entre todas las tribus de Israel para que en ella habitara su Nombre. Su madre era Naama la amorrea.
22 Judá hizo lo que disgusta a Yavé, y provocaron su cólera con sus pecados mucho más que sus padres. 23 También edificaron Altos Lugares con piedras paradas y postes sagrados en todas las altas colinas y bajo cualquier árbol verde. 24 Hubo además homosexuales sagrados en el país e imitaron todas las prácticas vergonzosas de los paganos que había expulsado Yavé ante los israelitas.
25 El quinto año del reinado de Ro boam, Sesonc, rey de Egipto, atacó Jerusalén. 26 Se apoderó de los tesoros de la Casa de Yavé y de los tesoros del palacio real: se apoderó de todo. Tomó todos los escudos de oro que había hecho Salomón; 27 en vez de ellos, el rey Roboam mandó hacer escudos de bronce, y los puso en las manos de los que iban corriendo delante de su carro y de los guardias de la entrada del palacio real. 28 Cada vez que iba el rey al Templo de Yavé, los que corrían delante de él los tomaban y luego los devolvían a la sala de guardia.
29 El resto de los hechos de Roboam, todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. 30 Hubo una guerra continua entre Roboam y Jeroboam. 31 Cuando Roboam se acostó con sus padres, lo enterraron en la ciudad de David; en su lugar reinó Abiam, su hijo.



Proverbios 1,1-19
1 Estos son Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel,
2 para que con ellos adquieran sabiduría y educación,
2 y entiendan las palabras que abren la inteligencia,
3 para darles lecciones de buen juicio
3 y así lleguen a ser justos, honrados y leales.
4 La gente sencilla aprenderá a juzgar bien,
4 los jóvenes se instruirán, su espíritu se abrirá.
6 Comprenderán los proverbios y refranes,
6 las palabras de los sabios y sus enigmas.
5 Que el sabio escuche, y ganará en saber;
5 el hombre inteligente sabrá dirigir a los demás.
7 El comienzo del saber es el temor de Yavé,
7 únicamente los tontos desprecian la sabiduría y la disciplina.
PRIMERA PARTE: INVITACIÓN A LA SABIDURÍA
Evitar las malas compañías

8 Escucha, hijo mío, los consejos de tu padre, no rechaces las advertencias de tu madre:
9 Serán una hermosa corona para tu cabeza, un collar para tu cuello.
10 ¡Hijo mío, si los pecadores quieren arrastrarte al mal, no los sigas! Tal vez te dirán: 11 “Ven con nosotros, aguardaremos el buen momento” —¡y es para matar! “Tenderemos una trampa”— ¡una trampa al inocente que no la merece! 12 Como la muerte nos lo tragaremos, y entero, como los que van a la fosa. 13 Apiñaremos las cosas de valor, y nuestras casas se llenarán con el botín. 14 Todo lo pondremos en común y tendrás también tu parte”.
15 Hijo, no sigas sus pasos, aléjate de sus caminos: 16 sus pies corren hacia el mal, y dentro de poco derramarán sangre!
17 El pájaro que advierte la trampa no cae en ella, 18 pero ellos, acechan su propia vida y trabajan contra sí mismos. 19 Así acabará cualquier hombre que vive de rapiñas: un día cualquiera la rapiña le cobrará la vida.



1 Corintios 7,25-40
Matrimonio y virginidad

:25 Respecto a los que se mantienen vírgenes, no tengo mandato alguno del Señor; pero los consejos que les doy son los de un hombre a quien el Señor en su bondad ha hecho digno de crédito. 26 Yo pienso que ésa es una decisión buena. En vista de las dificultades presentes, creo que es bueno vivir así.
27 ¿Tienes obligaciones con una mujer? No intentes liberarte. ¿No tienes obligaciones con una mujer? No busques esposa. 28 Si te casas, no cometes pecado, y tampoco comete pecado la joven que se casa. Pero la condición humana les traerá conflictos que yo no quisiera para ustedes.
29 Esto quiero decirles, hermanos: el tiempo se ha acortado. En adelante, los que tienen esposa deben vivir como si no la tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no hubieran adquirido nada; 31 y los que gozan la vida presente, como si no la gozaran. Piensen que todo lo actual está pasando.
32 Yo quisiera verlos libres de preo cupaciones. El que no se ha casado se preocupa de las cosas del Señor y de cómo agradarle. 33 No así el que se ha casado, pues se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su esposa, y está dividido.
34 De igual manera la mujer soltera y la virgen se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu. Mientras que la casada se preocupa de las cosas del mundo y de agradar a su esposo.
35 Al decirles esto no quiero ponerles trampas; se lo digo para su bien, con miras a una vida más noble en la que estén enteramente unidos al Señor.
:B:36 Si uno se siente intranquilo por su hija que está ya entrando en años, y si piensa que es mejor casarla, haga lo que le parezca, pues no comete pecado. Que la case. 37 Pero puede ser que otro se mantenga firme y decida con toda libertad y lucidez de guardarla virgen. Este obra mejor.
38 Así, pues, el que la casa obra bien, y el que no la casa obra mejor.
39 La mujer está ligada a su marido mientras éste vive. Pero si se muere queda libre y puede casarse con quien desee, siempre que sea un matrimonio cristiano. 40 De todos modos será más feliz si permanece sin casarse; éste es mi consejo. Y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios.