DIA 85--Números 34--35 Salmo 86 Hechos 19,1-20



Números 34
Las fronteras de Canaán


1 Yavé habló a Moisés y le dijo: 2 «Da esta orden a los hijos de Israel: Cuando entren en el país de Canaán, éste será el territorio que les caerá en herencia: el país de Canaán, entre las fronteras siguientes:
3 Ustedes tendrán por frontera meridional el desierto de Zin junto a Edom. La frontera partirá del Mar Salado al este, 4 torcerá por el sur hacia la Subida de los Escorpiones, pasará por Zin, pasando al sur de Cadés-Barné. Luego irá hacia Jasar-Adar pasando por Asemona. 5 Torcerá de Asemona hacia el Torrente de Egipto y terminará en el Mar Grande (o Mediterráneo).
6 El Mar Grande será su frontera occidental.
7 La frontera norte partirá de este mar, yendo en línea derecha hasta Hor del Monte. 8 Desde Hor del Monte irá en línea derecha hacia la entrada de Hamat, pasando por Sedad, 9 seguirá después hasta Zeprona y se terminará en la aldea de Enan. Estos serán los límites al norte.
10 La frontera oriente partirá de la aldea de Enan, yendo hasta Sefama; 11 desde Sefama bajará a Ribla, al este de Ain; bajará nuevamente hasta la ribera oriente del Mar de Kineret. 12 Seguirá el Jordán llegando al Mar Salado. Estas son las fronteras entre las cuales se extenderá su tierra.»
13 Moisés dio entonces esta orden a los hijos de Israel: «Este es el país que han de repartirse a suerte, el que Yavé mandó dar a las nueve tribus y media, 14 pues los clanes de las tribus de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, han recibido ya su herencia. 15 Estas dos tribus y media ya la tienen al otro lado del Jordán, al oriente.»
16 Yavé dijo a Moisés: «Estos son los que les han de repartir la tierra: 17 el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun. 18 Ustedes escogerán también un responsable de cada tribu, para esa repartición del país; 19 éstos serán: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné; 20 por la tribu de Simeón, Samuel, hijo de Ammiud; 21 por la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Caselón; 22 por la tribu de los hijos de Dan, el jefe Buqui, hijo de Jogal; 23 por los hijos de José, por la tribu de los hijos de Manasés, el jefe Hanniel, hijo de Efod; 24 y por la tribu de los hijos de Efraím, el jefe Camuel, hijode Seftán; 25 por la tribu de los hijos de Zabulón, Elisafán, hijo de Farnac; 26 por la tribu de los hijos de Isacar, el jefe Paltiel, hijo de Ozán; 27 por la tribu de los hijos de Aser, el jefe Ahiud, hijo de Salomi; 28 por la tribu de los hijos de Neftalí, el jefe Pedael, hijo de Ammiud.»
29 Estos son los que Yavé designó para que repartieran a los israelitas su herencia en el país de Canaán.



Números 35
Las fronteras de Canaán


1 Yavé habló a Moisés y le dijo: 2 «Da esta orden a los hijos de Israel: Cuando entren en el país de Canaán, éste será el territorio que les caerá en herencia: el país de Canaán, entre las fronteras siguientes:
3 Ustedes tendrán por frontera meridional el desierto de Zin junto a Edom. La frontera partirá del Mar Salado al este, 4 torcerá por el sur hacia la Subida de los Escorpiones, pasará por Zin, pasando al sur de Cadés-Barné. Luego irá hacia Jasar-Adar pasando por Asemona. 5 Torcerá de Asemona hacia el Torrente de Egipto y terminará en el Mar Grande (o Mediterráneo).
6 El Mar Grande será su frontera occidental.
7 La frontera norte partirá de este mar, yendo en línea derecha hasta Hor del Monte. 8 Desde Hor del Monte irá en línea derecha hacia la entrada de Hamat, pasando por Sedad, 9 seguirá después hasta Zeprona y se terminará en la aldea de Enan. Estos serán los límites al norte.
10 La frontera oriente partirá de la aldea de Enan, yendo hasta Sefama; 11 desde Sefama bajará a Ribla, al este de Ain; bajará nuevamente hasta la ribera oriente del Mar de Kineret. 12 Seguirá el Jordán llegando al Mar Salado. Estas son las fronteras entre las cuales se extenderá su tierra.»
13 Moisés dio entonces esta orden a los hijos de Israel: «Este es el país que han de repartirse a suerte, el que Yavé mandó dar a las nueve tribus y media, 14 pues los clanes de las tribus de Rubén y de Gad, y la media tribu de Manasés, han recibido ya su herencia. 15 Estas dos tribus y media ya la tienen al otro lado del Jordán, al oriente.»
16 Yavé dijo a Moisés: «Estos son los que les han de repartir la tierra: 17 el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun. 18 Ustedes escogerán también un responsable de cada tribu, para esa repartición del país; 19 éstos serán: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de Jefoné; 20 por la tribu de Simeón, Samuel, hijo de Ammiud; 21 por la tribu de Benjamín, Elidad, hijo de Caselón; 22 por la tribu de los hijos de Dan, el jefe Buqui, hijo de Jogal; 23 por los hijos de José, por la tribu de los hijos de Manasés, el jefe Hanniel, hijo de Efod; 24 y por la tribu de los hijos de Efraím, el jefe Camuel, hijode Seftán; 25 por la tribu de los hijos de Zabulón, Elisafán, hijo de Farnac; 26 por la tribu de los hijos de Isacar, el jefe Paltiel, hijo de Ozán; 27 por la tribu de los hijos de Aser, el jefe Ahiud, hijo de Salomi; 28 por la tribu de los hijos de Neftalí, el jefe Pedael, hijo de Ammiud.»
29 Estos son los que Yavé designó para que repartieran a los israelitas su herencia en el país de Canaán.




Salmo 86
Oración en tiempo de aflicción
.

—El servidor de Dios, oprimido por el pecado y angustiado por la muerte, pide la ayuda a aquel que es todo bondad.
1 Escúchame, Señor, y respóndeme, pues soy pobre y desamparado; 2 si soy tu fiel, vela por mi vida, salva a tu servidor que en ti confía.
3 Tú eres mi Dios; piedad de mí, Señor, que a ti clamo todo el día.
4 Regocija el alma de tu siervo, pues a ti, Señor, elevo mi alma.
5 Tú eres, Señor, bueno e indulgente, lleno de amor con los que te invocan.
6 Señor, escucha mi plegaria, pon atención a la voz de mis súplicas.
7 A ti clamo en el día de mi angustia, y tú me responderás.
8 Nadie hay como tú, Señor, entre los dioses y nada que a tus obras se asemeje.
9 Todos los paganos vendrán para adorarte y darán, Señor, gloria a tu nombre.
10 Porque eres grande y haces maravillas, tú solo eres Dios.
11 Tus caminos enséñame, Señor, para que así ande en tu verdad; unifica mi corazón con el temor a tu nombre.
12 Señor, mi Dios, de todo corazón te daré gracias y por siempre a tu nombre daré gloria, 13 por el favor tan grande que me has hecho: pues libraste mi vida del abismo.
14 Oh Dios, me echan la culpa los soberbios, una banda de locos busca mi muerte, y son gente que no piensan en ti.
15 Mas tú, Señor, Dios tierno y compasivo, lento para enojarte, lleno de amor y lealtad, 16 vuélvete a mí y ten piedad de mí, otórgale tu fuerza a tu servidor y salva al hijo de tu sierva, 17 y para mi bien haz un milagro.
17 Humillados verán mis enemigos que tú, Señor, me has ayudado y consolado.




Hechos 19,1-20
Pablo en Efeso

1 Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo llegó a Efeso atravesando las regiones altas; encontró allí a algunos discípulos 2 y les preguntó: «¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe?» Le contestaron: «Ni siquiera hemos oído decir que se reciba el Espíritu Santo.» 3 Pablo les replicó: «Entonces, ¿qué bautismo han recibido?» Respondieron: «El bautismo de Juan.»
4 Entonces Pablo les explicó: «Si bien Juan bautizaba con miras a un cambio de vida, pedía al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús.» 5 Al oír esto se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús, 6 y al imponerles Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a profetizar. 7 Eran unos doce hombres.
8 Pablo entró en la sinagoga y durante tres meses les habló sobre el Reino de Dios, tratando de persuadirles. 9 Al ver que algunos, en vez de creer, se endurecían más y criticaban públicamente el camino, se separó de ellos. Tomaba aparte a sus discípulos y diariamente les enseñaba en la escuela de un tal Tirano desde las once hasta las cuatro de la tarde. 10 Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor.
:B:11 Dios obraba prodigios extraordinarios por las manos de Pablo, 12 hasta tal punto que imponían a los enfermos pañuelos o ropas que él había usado, y mejoraban. También salían de ellos los espíritus malos. 13 Incluso algunos judíos ambulantes que echaban demonios, trataron de invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que te nían espíritus malos, diciendo: «Yo te ordeno en el nombre de ese Jesús a quien Pablo predica.»
14 Entre los que hacían esto estaban los hijos de un sacerdote judío, llamado Escevas. Un día entraron en una casa y se atrevieron a hacer eso, 15 pero el espíritu malo les contestó: «Conozco a Jesús y sé quién es Pablo, pero ustedes, ¿quiénes son?» 16 Y el hombre que tenía el espíritu malo se lanzó sobre ellos, los sujetó a ambos y los maltrató de tal manera que huyeron de la casa desnudos y malheridos. 17 La noticia llegó a todos los habitantes de Efeso, tanto judíos como griegos. Todos quedaron muy atemorizados, y el Nombre del Señor Jesús fue tenido en gran consideración.
18 Muchos de los que habían aceptado la fe venían a confesar y exponer todo lo que antes habían hecho. 19 No pocos de los que ha bían practicado la magia hicieron un montón con sus libros y los quemaron delante de todos. Calculado el precio de los libros, se estimó en unas cincuenta mil monedas de plata.
20 De esta forma la Palabra de Dios manifestaba su poder, se extendía y se robustecía.