DIA 49-Éxodo 29-30 Salmo 50 Mateo 26,1-25



Éxodo 29
Consagración de los sacerdotes


1 Esta es la manera como consagrarás a los sacerdotes. Tomarás un novillo y dos carneros sin defecto alguno, 2 panes ázimos y una torta sin levadura, amasada con aceite, como también buñuelos ázimos, untados con aceite; todo lo harás con la flor de la harina de trigo. 3 Puesto en un canastillo lo ofrecerás junto con el novillo y los dos carneros.
4 Luego pedirás a Aarón y sus hijos que se acerquen a la entrada de la Tienda de las Citas y los lavarás con agua. 5 Luego revestirás a Aarón de sus ornamentos, esto es, de la túnica de lino, el manto del Efod, el Efod y el Pectoral, que ceñirás con el cinturón del Efod. 6 Pondrás sobre su cabeza el turbante, y sobre éste, la lámina sagrada. 7 Entonces tomarás el óleo de la unción, lo derramarás sobre su cabeza y así quedará consagrado. 8 También pedirás a sus hijos que se acerquen, y los revestirás con las túnicas de lino; 9 ceñirás a Aarón y a sus hijos las fajas y les pondrás las mitras. Así es como consagrarás a Aarón y sus hijos como sacerdotes míos: éste será un rito perpetuo.
10 Entonces traerás el novillo delante de la Tienda de las Citas; allí Aarón y sus hijos le pondrán las manos sobre la cabeza 11 y lo degollarás en presencia de Yavé, junto a la entrada de la Tienda de las Citas. 12 Tomando de la sangre del novillo con tu dedo, la pondrás sobre los cuer nos del altar; el resto lo derramarás al pie del altar. 13 Sacarás todo el sebo que cubre las entrañas, el que queda junto al hígado y los dos riñones con el sebo que los envuelve, para quemarlo en el altar. 14 Quemarás fuera del campamento la carne del novillo, con su piel y excrementos, por cuanto es sacrificio por el pecado.
15 Tomarás después el primero de los carneros. Aarón y sus hijos pondrán las manos sobre la cabeza del carnero. 16 Lo sacrificarás, tomarás su sangre y la derramarás sobre el altar, por todos lados. 17 Luego despedazarás el carnero en trozos; lavarás sus intestinos y sus patas, los pondrás sobre su cabeza 18 y lo quemarás todo en el altar. Es el holocausto, el sacrificio cuyo olor aplaca a Yavé.
19 Tomarás asimismo el otro carnero, sobre cuya cabeza Aarón y sus hijos pondrán las manos. 20 Lo degollarás, tomarás de su sangre y teñirás con ella la extre midad de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos, y los pulgares de su mano y pie derechos, derramando la sangre sobre el altar por todos lados. 21 Y tomando de la sangre vertida sobre el altar y del óleo de la consagración, rociarás a Aarón y sus ro pas, y con él, a sus hijos y las ropas de ellos. Así será consagrado con sus ropas, y lo mismo sus hijos y las ropas de sus hijos.
22 Tomarás la grasa y la cola del carnero, el sebo que cubre los intestinos, la telilla del hígado, los dos riñones y la enjundia de encima, y la espaldilla derecha, porque es un cordero para consagración de sacerdotes. 23 Además, una torta de pan y otra de masa amasada con aceite y una torta del canasto de los ázimos presentados a Yavé, 24 y después de poner todas estas cosas sobre las manos de Aarón y de sus hijos, las mecerás en la presencia de Yavé. 25 Después recibirás de sus manos todo lo dicho y lo quemarás sobre el altar encima de la víctima quemada. Será un sacrificio por el fuego de calmante olor para Yavé. 26 Luego tomarás el pecho del carnero sacrificado para la consagración de Aarón y lo ofrecerás llevándolo ante Yavé: ésta será tu parte. 27 Del carnero de la consagración de Aarón y sus hijos consagrarás el pecho que ha sido mecido y la espaldilla que ha sido puesta aparte —todo lo que ha sido mecido o separado del carnero para la consagración de Aarón y de sus hijos. 28 Con esto Aarón y sus hijos recibirán para siempre el derecho a cobrar este tributo de los hijos de Israel. Es el tributo que les presentarán los hijos de Israel en todos los sacrificios de comunión que presenten a Yavé.
29 Las ropas santas de Aarón pasarán a sus hijos después de su muerte: pasarán a ser suyas el día que sean ungidos y consagrados. 30 El sacerdote que se tome de los hijos de Aarón para sucederle las vestirá durante siete días cuando lo consagren para entrar en la Tienda de las Citas y para oficiar en el Santuario. 31 Cocerás en un lugar sagrado la carne del carnero ofrecido para esta consagración, 32 y la comerán Aarón y sus hijos, junto con el pan del canastillo, a la entrada de la Tienda de las Citas. 33 La comerán, ya que fue santificada para hacer expiación por ellos y consagrarlos. Ningún extraño comerá de estas cosas, porque son sagradas. 34 Si algo de la carne o del pan sobra hasta el día siguiente, no lo comerán sino que lo quemarás, porque es cosa sagrada. 35 Harás, pues, con Aarón y sus hijos todo lo que te mando. La consagración durará siete días.
36 Cuando se haga la expiación para la purificación del altar, se ofrecerá cada día un novillo para la expiación, un sacrificio por el pecado, y luego ungirás el altar para consagrarlo. 37 La expiación por el altar, y luego su consagración durará siete días. En adelante el altar será cosa muy sagrada y todo cuanto toque el altar quedará consagrado.
38 Cada día, y para siempre, prepararás sobre el altar dos corderos nacidos durante el año, 39 un cordero por la mañana y otro por la tarde. 40 Con el primer cordero ofrecerás una décima de medida de flor de harina amasada con un cuarto de sextario de aceite de oliva, y como libación, un cuarto de sextario de vino.
41 Ofrecerás el otro cordero por la tarde con los mismos ritos de la mañana; será un sacrificio por el fuego de calmante olor. 42 Este es el holocausto perpetuo que se ofrecerá a Yavé de generación en generación a la entrada de la Tienda de las Citas, allí mismo donde me encuentro contigo para hablarte. 43 Allí me encontraré con los hijos de Israel; mi propia Gloria santificará este lugar.
44 Así consagraré la Tienda de las Citas con el altar; así santificaré a Aarón y a sus hijos para que sean sacerdotes míos. 45 Habitaré entre los hijos de Israel y seré su Dios, 46 y sabrán que yo soy Yavé, su Dios, que los saqué de la tierra de Egipto para morar entre ellos. Yo, Yavé, seré su Dios.


Éxodo 30
El incienso, el agua y el perfume


1 Harás también un altar para quemar el incienso. Lo harás de madera de acacia 2 y tendrá medio metro de largo y de ancho; es decir, que será cuadrado. Tendrá un metro de altura, y de sus cuatro ángulos saldrán sus cuernos, haciendo un cuerpo con él. 3 Lo revestirás de oro puro, tanto su parte superior como sus costados, así como sus cuernos. Pondrás en su derredor una moldura de oro, 4 y debajo de la moldura, a los costados, harás dos anillos de oro. Los harás a ambos lados para meter por ellos las varas con que transportarlo. 5 Estas serán de madera de acacia y las revestirás de oro. 6 Colocarás el altar delante de la cortina que abriga el arca del Testimonio y ante el Lugar del Perdón que cubre el Testimonio, allí mismo donde yo te hablo.
7 Aarón quemará cada mañana sobre él incienso aromático, al preparar las lámparas, 8 y hará lo mismo al atardecer cuando alimente las lámparas. Este será el Incienso ante Yavé, de generación en generación. 9 No se ofrecerá sobre este altar incienso profano, ni holocausto, ni víctima, ni se derramará sobre él vino alguno. 10 Una vez al año Aarón hará la expiación sobre los cuernos del altar. Hará la expiación sobre el altar una vez al año con la sangre del sacrificio por el pecado, y esto, de generación en generación. Será, pues, un lugar muy sagrado para Yavé.»
11 Yavé habló a Moisés: 12 «Cuando hagas el censo de los hijos de Israel, cada uno hará una ofrenda a Yavé, para que ninguna plaga los alcance con motivo del empadronamiento; cada uno pagará a Yavé por sí mismo. 13 Cada uno de los que sean empadronados pagará medio siclo, según el peso del templo (es decir, un siclo de veinte óbolos). Este medio siclo será la ofrenda para Yavé. 14 Todos los comprendidos en el censo, de veinte años para adelante, pagarán este rescate. 15 El rico no dará más de medio siclo ni el pobre dará menos, pues es una contribución para Yavé, para rescate de su vida. 16 Recibirás el dinero de esta expiación de mano de los hijos de Israel y lo destinarás para el servicio de la Tienda de las Citas. Con este medio los israelitas harán que Yavé se acuerde de ellos y rescatarán sus vidas.»
17 Yavé se dirigió a Moisés y le dijo: 18 «Harás una pila de bronce con un pie de bronce para el lavatorio. La colocarás entre la Tienda del encuentro y el altar y se echará agua en ella 19 para que Aarón y sus hijos se laven las manos y los pies. Que se laven con esta agua cuando entren a la Tienda de las Citas, no sea que mueran. 20 Lo mismo cuando se acerquen al altar para oficiar, para quemar una oblación a Yavé, 21 que se laven las manos y los pies, no sea que mueran; éste será un rito perpetuo para Aarón y su descendencia de generación en generación.»
22 Yavé dijo a Moisés: «Toma aromas escogidos: de mirra pura, quinientos siclos; 23 de cinamomo, doscientos cincuenta; de caña aromática, doscientos cincuenta; 24 de canela, quinientos, en siclos del santuario, y un sextario de aceite de oliva. 25 Prepararás con ello el óleo para la unción sagrada, perfume aromático como lo prepara el perfumista. 26 Con él ungirás la Tienda del encuentro y el arca del Testimonio, 27 la mesa con todos sus vasos, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso, 28 el altar de los holocaustos con todos sus utensilios y la pila con su base. 29 Así los consagrarás y serán cosas muy santas. Todo llas toque quedará santificado. 30 Ungirás también a Aarón y a sus hijos y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. 31 Luego dirás a los hijos de Israel: 32 Este será para ustedes el óleo de la unción sagrada de generación en generación. Nadie se ungirá con él ni tampoco harán otro óleo de semejante composición. Es santo y lo tendrán por cosa sagrada. 33 Cualquiera que prepare otro semejante o derrame de él sobre un extraño será exterminado de entre los suyos.»
34 Yavé dijo a Moisés: «Procúrate en cantidades iguales resina aromática, ungulum, galbanum aromático e incienso puro. 35 Prepara con ellos según el arte del perfumista un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo; 36 molerás una parte, que pondrás delante del Testimonio, en la Tienda de las Citas, donde yo me reúno contigo. Será para ustedes cosa sacratísima. 37 No harán perfume de semejante composición para uso personal; lo tendrán por cosa reservada a Yavé. 38 Cualquiera que haga otro igual para recrearse con su fragancia será exterminado de entre los suyos.»


Salmo 50
Sirvan a Dios con corazón sincero

—Dios viene a juzgar a su pueblo. Denuncia a los que reemplazan la obediencia del corazón por ofrendas y sacrificios materiales, y que recitan los mandamientos en vez de ponerlos en práctica.
1 Yavé, el Dios de los dioses, ha hablado:
1 desde donde sale el sol hasta el ocaso,
1 ha convocado a la tierra.
2 Desde Sión, la muy hermosa, Dios refulge:
3 ¡Ahí viene nuestro Dios, que no se calla!
3 Un fuego, delante de él, lo abrasa todo,
3 y a su alrededor ruge la tormenta.
4 De lo alto convoca a los cielos
4 y a la tierra para juzgar a su pueblo:
5 «Reúnan a mis fieles ante mí,
5 que con un sacrificio sellaron mi alianza.»
6 Serán los cielos los que anuncien la sentencia,
6 porque el juez es Dios mismo:
7 «Escucha, pueblo mío, que te hablo;
7 Israel, declaro en contra tuya,
7 yo, Dios, que soy tu Dios.
8 No te reprendo por tus sacrificios,
8 o por tus holocaustos, que están siempre ante mí.
9 No tomaría un toro de tu establo
9 ni un chivo de tu corral,
10 pues mío es cuanto vive en la selva
10 y los miles de animales de los montes.
11 Conozco todas las aves del cielo
11 y mío es cuanto se mueve en el campo.
12 Si tuviera hambre, no te lo diría,
12 pues mío es el orbe y lo que encierra.
13 ¿Acaso comeré carne de toros
13 o beberé la sangre de cabritos?
14 Pero dale gracias a Dios con sacrificios,
14 y cumple tus mandas al Altísimo;
15 invócame en el día de la angustia,
15 te libraré y tú me darás gloria.
16 Pero al impío Dios le dice:
16 «¿Por qué vas repitiendo mis preceptos,
16 y andas siempre hablando de religión,
17 tú que odias mis reprensiones
17 y te echas mis palabras a la espalda?
18 Si ves un ladrón, corres con él,
18 y entre los adúlteros tienes tu sitio.
19 Das rienda suelta a tu boca para el mal
19 y tu lengua urde el engaño.
20 Si te sientas, hablas mal de tu hermano,
20 deshonras al hijo de tu madre.
21 Si tú lo haces, ¿tendré yo que callarme?,
21 ¿o piensas que yo soy como tú?
21 Te acusaré y te lo echaré en cara.
22 ¡Oigan bien los que se olvidan de Dios!
22 pues si doy un zarpazo no habrá quien los libre.
23 Me honra el que da gracias con sacrificios,
23 pero al que va por camino recto,
23 le haré ver la salvación de Dios».


Mateo 26,1-25
1 Cuando Jesús terminó todos estos discursos, dijo a sus discípulos: 2 «Ustedes saben que la Pascua cae dentro de dos días, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.»
3 Por entonces, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás, 4 y se pusieron de acuerdo para detener a Jesús con artimañas y darle muerte. 5 Pero se decían: «No será durante la fiesta, para que el pueblo no se alborote.»
La unción en Betania
6 Jesús se encontraba en Betania, en casa de Simón el leproso. 7 Se acercó a él una mujer, mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza. 8 Al ver esto, los discípulos protestaban: «¿Para qué tanto derroche? 9 Este perfume se podía haber vendido muy caro para ayudar a los pobres.»
10 Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿Por qué molestan a esta mujer? Lo que ha hecho conmigo es realmente una buena obra. 11 Siempre tienen a los pobres con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre. 12 Al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella preparaba mi entierro. 13 En verdad les digo: dondequiera que se proclame el Evangelio, en todo el mundo, se contará también su gesto, y será su gloria.»
14 Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, se presentó a los jefes de los sacerdotes 15 y les dijo: «¿Cuánto me darán si se lo entrego?» Ellos prometieron darle treinta monedas de plata. 16 Y a partir de ese momento, Judas andaba buscando una oportunidad para entregárselo.
La Ultima Cena
17 El primer día de la Fiesta en que se comía el pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que preparemos la comida de la Pascua?» 18 Jesús contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.»
19 Los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
20 Llegada la tarde, Jesús se puso a la mesa con los Doce. 21 Y mientras comían, les dijo: «En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar.» 22 Se sintieron profundamente afligidos, y uno a uno comenzaron a preguntarle: «¿Seré yo, Señor?»
23 El contestó: «El que me va a entregar es uno de los que mojan su pan conmigo en el plato. 24 El Hijo del Hombre se va, como dicen las Escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido!» 25 Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: «¿Seré yo acaso, Maestro?» Jesús respondió: «Tú lo has dicho.»