Génesis 16,1-15
Nacimiento de Ismael
1 Saray, esposa de Abram, no le había dado hijos, pero tenía una esclava egipcia que se llamaba Agar. 2 Y dijo Saray a Abram: «Ya que Yavé me ha hecho estéril, toma a mi esclava y únete a ella, a ver si yo tendré algún hijo por medio de ella.» Abram hizo caso a las palabras de su esposa.
3 Abram llevaba diez años viviendo en Canaán, cuando su esposa Saray tomó a su esclava Agar y se la dio a su esposo Abram por mujer.
4 Abram, pues, se unió a Agar, y quedó embarazada. Al notarse Agar en ese estado, comenzó a despreciar a su señora, 5 quien dijo a Abram: «Que esta ofensa recaiga sobre ti. Yo te entregué a mi esclava por mujer, y cuando se ve embarazada, me pierde el respeto. Juzgue Yavé entre tú y yo.»
6 Abram le contestó: «Ahí tienes a tu esclava, haz con ella como mejor te parezca.» Y como Saray la maltratara, ella huyó.
:B:7 La encontró el Angel de Yavé junto a una fuente de agua en el desierto (la fuente que hay en el camino de Sur), 8 y le dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?» 9 Ella contestó: «Estoy huyendo de Saray, mi señora.» Le replicó el Angel del Señor: «Regresa donde tu señora y ponte a sus órdenes con humildad.» 10 El Angel de Yavé añadió: «Multiplicaré de tal manera tu descendencia, que no se podrá contar».
11 Y el Angel le dijo: «Mira que estás embarazada y darás a luz a un hijo, al que pondrás por nombre Ismael, porque Yavé ha considerado tu miseria. 12 El será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él, y plantará su tienda frente a sus hermanos.»
13 Agar invocó a Yavé que le hablaba, dándole este nombre: «Tú eres El-Roí.» Porque pensó: «No hay duda que he visto a Aquel que me ve.» 14 Por eso se llamó aquel pozo «el pozo de Lajay-Roi» y está entre Cadés y Bered.
15 Agar dio a luz un hijo, y Abram le puso el nombre de Ismael al hijo que Agar le había dado. 16 Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar le dio su hijo Ismael.
Génesis 17, 1-27
Abram pasa a ser Abraham
1 Tenía Abram noventa y nueve años, cuando se le apareció Yavé y le dijo: «Yo soy el Dios de las Alturas. Camina en mi presencia y sé perfecto. 2 Yo estableceré mi alianza contigo y te multiplicaré más y más.»
3 Abram cayó rostro en tierra, y Dios le habló así: 4 «Esta es mi alianza que voy a pactar contigo: tú serás el padre de una multitud de naciones. 5 No te llamarás más Abram, sino Abraham, pues te tengo destinado a ser padre de una multitud de naciones. 6 Te haré fecundo sin medida, de ti saldrán naciones y reyes, de generación en generación. 7 Pacto mi alianza contigo y con tu descendencia después de ti: ésta es una alianza eterna. Yo seré tu Dios y, después de ti, de tu descen den cia.
8 Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra de tus andanzas, es decir, toda la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré el Dios de los tuyos.»
La circuncisión
:B:9 Dijo Dios a Abraham: «Guarda mi alianza, tú y tus descendientes después de ti, de generación en generación. 10 Esta es mi alianza contigo y con tu raza después de ti, que ustedes deberán guardar: todo varón entre ustedes será circuncidado. 11 Ustedes cortarán el prepucio y ésta será la señal de la alianza entre yo y ustedes. 12 En adelante y para siempre, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días después de su nacimiento, tanto el nacido en tu casa, como el extranjero que haya sido comprado como esclavo. 13 Sea que hayan nacido en tu casa, o hayan sido comprados como esclavos, deberán ser circuncidados.
13 Esta alianza mía grabada en la carne de ustedes es una alianza perpetua. 14 Todo varón no circuncidado, al que no se le haya cortado el prepucio, será eliminado de su pueblo, por haber roto mi Alianza.»
15 Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu esposa, ya no la llamarás Saray, sino Sara. Yo la bendeciré y te daré de ella un hijo. 16 La bendeciré de tal manera, que pueblos y reyes saldrán de ella.»
17 Entonces Abraham, agachándose hasta tocar la tierra con su cara, se puso a reír, pues pensaba: «¿Acaso le va a nacer un hijo a un hombre de cien años? ¿Y puede Sara, a sus noventa años, dar a luz?» 18 Y dijo a Dios: «Si al menos aceptaras a Ismael para servir tus designios.» 19 Pero Dios le respondió: «De ninguna manera, pues va a ser Sara, tu esposa, la que te dará un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Estableceré mi alianza con él, y con su descendencia después de él para siempre. 20 En cuanto a Ismael, también te he escuchado. Yo lo bendeciré y le daré una descendencia muy grande y muy numerosa. Será el padre de doce príncipes y haré de él una gran nación. 21 Pero mi alianza la estableceré con Isaac, que Sara te dará a luz por este tiempo, el año que viene.» 22 Así terminó Dios de hablar con Abraham y se alejó.
23 Tomó entonces Abraham a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su casa y a todos los que había comprado, en una palabra, a todos los varones que había en la familia y los circuncidó ese mismo día, tal como Dios le había mandado. 24 Abraham tenía noventa y nueve años cuando se circuncidó, 25 y su hijo Ismael tenía trece años cuando fue circuncidado. 26 En aquel mismo día fueron circuncidados Abraham y su hijo Ismael. 27 También todos los varones de su casa, tanto los nacidos en ella como los esclavos comprados a algún extranjero, fueron igualmente circuncidados con él.
El justo no se asusta.
—Si Dios está con nosotros, ¿quién nos podrá condenar?
Que él nos libre del miedo cuando hay que mantenerse firmes frente a las amenazas o a las burlas de los demás.
1 En el Señor he puesto mi refugio; ¿cómo dicen a mi alma: «Huye, cual un pájaro, hacia el monte,
2 porque los impíos tensan su arco, y ajustan sus flechas a la cuerda para herir en la sombra a los de recto corazón? 3 Si han cedido los cimientos, ¿qué puede hacer el justo?»
4 El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos están observando y fija su mirada en los hijos de Adán.
5 El Señor explora al justo y al impío, y su alma odia a quien ama la violencia.
6 Hará llover sobre los malvados carbones encendidos y azufre y un viento abrasador les tocará en suerte.
7 Porque el Señor es justo y ama la justicia, los que son rectos contemplarán su rostro.
Mateo 7,15-29
El árbol se conoce por los frutos
15 Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. 16 Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecha rían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos?
17 Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. 18 Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. 20 Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.
La casa edificada sobre la roca
:B:21 No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. 22 Aquel día muchos me dirán: ¡Señor, Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado muchos milagros. 23 Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí ustedes que hacen el mal!
24 Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. 25 Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque tenía los cimientos sobre roca. 26 Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. 27 Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y todo fue un gran desastre.»
28 Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, 29 porque lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.