El hacha que flotó en el río
Eliseo se encontró con unos jóvenes que querían ser profetas. Ellos tenían un problema que necesitaban resolver. "El lugar en el que vivimos está totalmente ocupado, necesitamos tierra para nosotros. Nos gustaría ir de Gilgal a Jordania, en donde hay tierras". A Eliseo le pareció bien y les deseó que todo les fuera bien.
Pero los jóvenes le pidieron a Eliseo que fuera con ellos. "Me parece bien" les dijo Eliseo "Recoged todos los materiales y empezad a moveros". Ellos recogieron materiales de construcción y Eliseo se dio cuenta de que había pasado de ser cocinero a supervisor de construcción.
Cuando llegaron al río Jordán comenzaron a trabajar. Algunos hombres comenzaron a talar árboles. Uno de ellos estaba con su hacha cortando un tronco cuando la cabeza del hacha salió disparada.
Por desgracia el hacha cayó en el río y se hundió desapareciendo de su vista.
El joven estaba triste y preocupado, el hacha no era suya, se la habían prestado. ¿Cómo voy a recuperar el hacha del fondo del río? pensó. Eliseo oró y escuchó las instrucciones de Dios. Pronto supo que hacer.
Eliseo le preguntó al joven por el lugar exacto en donde había caído el hacha. El joven le señaló el luar exacto. Eliseo vio una rama caída y sacó de ella un palo. Luego regresó al río y arrojó el palo al agua. Todos se acercaron a la orilla para ver que ocurría ... pero no pasó nada.
Entonces comenzaron a observar que algo emergía a la superficie,parecía nadar en el agua como un pez, pero no era un pez, no tenía cabeza ni cola... era la cabeza del hacha. Nadó contra la corriente y acercándose a la orilla allí se paró.
"Gracias Señor" dijo Eliseo.
"Ahí tienes el hacha" le dijo Eliseo al joven "cógela". El hombre se agachó y recogió el hacha ante el asombro y la alegría de todos los que allí se encontraban.
Hacer flotar un trozo de hierro flote es algo difícil, pero no hay nada difícil para Dios. Dios siempre está haciendo milagros a nustro alrededor, quizá no nos demos cuenta de ellos pero suceden.