48 DÍAS.
LA SANTA BIBLIA- TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
LEVÍTICO C 5
Otros casos de sacrificio por el pecado
1 Si una persona peca por cualquiera de estos motivos: Cuando oye la fórmula imprecatoria del juez, se niega a prestar declaración –pudiendo atestiguar, porque ha presenciado el hecho o tiene algún conocimiento de él– y por eso carga sobre sí una culpa;
2 o bien, toca alguna cosa impura –ya sea el cadáver de una bestia salvaje impura, de un animal doméstico impuro, o de un reptil impuro– volviéndose, sin darse cuenta, impuro o culpable;
3 o bien, sin darse cuenta, toca a una persona impura –cualquiera sea el motivo de su estado de impureza– y al tener conocimiento de ello, se vuelve culpable;
4 o bien, sin darse cuenta, pronuncia un juramento desfavorable o favorable –en cualquiera de esas circunstancias en que los hombres suelen jurar irreflexivamente– y al tener conocimiento de ello, se reconoce culpable;
5 si alguien se hace culpable por alguno de estos motivos, deberá confesar aquello en que ha pecado.
6 Además presentará al Señor, en reparación por el pecado que cometió, una hembra del ganado menor –cordera o cabra– como sacrificio por el pecado; y el sacerdote practicará en favor de esa persona el rito de expiación por su pecado.
7 Pero si no dispone de medios suficientes para procurarse una oveja, presentará al Señor, en reparación por el pecado cometido, dos torcazas o dos pichones de paloma, uno para un sacrificio por el pecado y otro para un holocausto.
8 Los llevará al sacerdote, que ofrecerá en primer lugar la víctima destinada al sacrificio por el pecado. Apretará con las uñas el cuello del animal, pero no le arrancará la cabeza;
9 luego rociará la pared del altar con un poco de sangre, y el resto lo escurrirá sobre la base del altar; es un sacrificio por el pecado.
10 Después hará con la segunda paloma un holocausto conforme al ritual. De esta manera, el sacerdote practicará en favor de esa persona el rito de expiación por el pecado que cometió, y así será perdonada.
11 Y si tampoco dispone de medios suficientes para procurarse las dos torcazas o los dos pichones de paloma, llevará como ofrenda por su pecado la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad, pero sin añadir aceite ni poner incienso sobre ella, porque es un sacrificio por el pecado.
12 La llevará al sacerdote, el cual tomará un puñado como memorial, y lo hará arder el altar junto con las ofrendas que se queman para el Señor: es un sacrificio por el pecado.
13 De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de ese hombre, por el pecado que cometió en cualquiera de aquellos casos, y así será perdonado. El sacerdote recibirá lo mismo que recibe cuando se hace una oblación.
El sacrificio de reparación
14 El Señor dijo a Moisés:
15 Si una persona defrauda al Señor, pecando inadvertidamente contra sus derechos sagrados, le presentará como ofrenda de reparación un carnero del rebaño, que no tenga defecto, o su equivalente en siclos de plata, según la tasa del Santuario.
16 Así reparará el derecho sagrado contra el que pecó, añadiendo un quinto más, que entregará al sacerdote. Este practicará el rito de expiación en favor de esa persona, con el carnero del sacrificio de reparación, y así será perdonada.
17 Si una persona peca, cometiendo sin darse cuenta alguna falta contra las prohibiciones contenidas en los mandamientos del Señor, y se reconoce culpable, deberá cargar con su culpa.
18 Presentará al sacerdote un carnero del rebaño, que no tenga ningún defecto, o su equivalente en dinero, como ofrenda de reparación. Entonces el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de esa persona, por la falta que cometió inadvertidamente, y así será perdonada:
19 es un sacrificio de reparación, porque era realmente culpable delante del Señor.
La reparación de los delitos contra el prójimo
20 El Señor dijo a Moisés:
21 Si una persona peca y defrauda al Señor, por haber engañado a su prójimo respecto de un objeto que el fue confiado en depósito o puesto bajo su cuidado, o bien por haber estafado a su prójimo o haberlo violentado;
22 o si encuentra un objeto perdido, y lo niega, o si jura en falso respecto de una de esas cosas por las que un hombre puede incurrir en pecado;
23 si alguien peca y se hace culpable por cualquiera de estos motivos, deberá restituir lo que haya adquirido por medio de la estafa o la extorsión, así como también el depósito que se le confió, el objeto perdido que encontró,
24 o todo aquello sobre lo cual juró en falso. Los restituirá íntegramente, añadiendo un quinto más, que entregará al verdadero propietario en el momento de reparar su falta.
25 Además, presentará al sacerdote, a título de reparación, un carnero sin ningún defecto, o su equivalente en dinero, para ofrecerlo al Señor como sacrificio de reparación.
26 De esta manera, el sacerdote practicará el rito de expiación delante del Señor en favor de esa persona, y así será perdonada, cualquiera sea la falta de la que se haya hecho culpable.
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El Antiguo Testamento
LEVÍTICO C.6;
Capítulo 6
Prescripciones sobre los holocaustos
1 El Señor dijo a Moisés:
2 Transmite esta orden a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual del holocausto que arde toda la noche sobre el altar, hasta la mañana siguiente, y por el cual el fuego del altar se mantiene encendido:
3 El sacerdote se vestirá con su túnica de lino y se cubrirá con pantalones de lino. Luego recogerá las cenizas a que habrá quedado reducido el holocausto por la acción del fuego, y las depositará a un costado del altar.
4 Entones se cambiará las vestiduras y llevará las cenizas fuera del campamento, a un lugar puro.
5 El fuego permanecerá siempre encendido sobre el altar y no deberá extinguirse. Todas las mañanas el sacerdote lo avivará con leña, dispondrá el holocausto sobre él, y hará arder las partes grasosas de los sacrificios de comunión.
6 Un fuego perpetuo, que nunca deberá extinguirse, permanecerá encendido sobre el altar.
Prescripciones sobre la oblación
7 Este es el ritual de la oblación, que los hijos de Aarón ofrecerán delante del Señor, frente al altar:
8 El sacerdote tomará de la oblación un puñado de harina de la mejor calidad, con su aceite y con todo el incienso añadido a ella, y lo hará arder sobre el altar como un memorial para el Señor, como una ofrenda de aroma agradable.
9 Aarón y sus hijos comerán el resto. Lo comerán sin levadura, en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro.
10 Ese resto no deberá ser cocido con levadura. Yo les doy esa parte de las ofrendas que se queman en mi honor: es una cosa santísima, lo mismo que la ofrenda por el pecado y la ofrenda de reparación.
11 Podrán comerla todos los varones descendientes de Aarón, como un derecho que tendrán siempre a lo largo de las generaciones, sobre las ofrendas que se queman para el Señor. Todo lo que toque esas ofrendas quedará santificado.
La ofrenda de los sacerdotes
12 El Señor dijo a Moisés:
13 Esta es la ofrenda que Aarón y sus hijos harán al Señor, el día en que aquel reciba la unción: Presentarán la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad –la mitad por la mañana y la mitad por la tarde– como oblación perpetua.
14 Deberá estar preparada con aceite, en una sartén; la presentarás bien embebida en aceite, la cortarás en pedazos y la ofrecerás como una oblación de aroma agradable al Señor.
15 Así deberá prepararla también el sacerdote que sea consagrado por la unción entre los hijos de Aarón, para ser su sucesor: este es un decreto del Señor, válido para siempre. La oblación deberá arder enteramente,
16 y toda oblación de una sacerdote será quemada en su totalidad: nadie la podrá comer.
Prescripciones sobre le sacrificio por el pecado
17 El Señor dijo a Moisés:
18 Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Este es el ritual del sacrificio por el pecado: La víctima del sacrificio por el pecado deberá será inmolada en el mismo lugar en que se inmola el holocausto, delante del Señor: es una cosa santísima.
19 El sacerdote que la ofrezca como sacrificio por el pecado, comerá de ella. Tendrá que ser comida en el recinto sagrado, o sea, en el atrio de la Carpa del Encuentro.
20 Todo cuanto toque la carne de la víctima quedará santificado; y si la sangre salpica alguna vestidura, tendrás que lavar en el recinto sagrado la parte salpicada.
21 La vasija de barro en que haya sido cocida se deberá romper; y si fue cocida en un recipiente de bronce, este será fregado y limpiado con agua.
22 Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal: es una cosa santísima.
23 En cambio, no se podrá comer ninguna víctima cuya sangre haya sido introducida en la Carpa del Encuentro para practicar el rito de expiación en el Santuario, sino que deberá ser consumida por el fuego.
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El Nuevo Testamento
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS C. 3
Capítulo 3
1 El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene,
2 bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto.
3 Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados,
4 como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Una voz grita en desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.
5 Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos.
6 Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios."
7 Juan decía a la multitud que venía a hacerse bautizar por él: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca?
8 Produzcan los frutos de una sincera conversión, y no piensen: «Tenemos por padre a Abraham». Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijo de Abraham.
9 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego».
10 La gente le preguntaba: «¿Qué debemos hacer entonces?».
11 El les respondía: «El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto».
12 Algunos publicanos vinieron también a hacer bautizar y le preguntaron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?».
13 El les respondió: «No exijan más de lo estipulado».
14 A su vez, unos soldados le preguntaron: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?». Juan les respondió: «No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo».
15 Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
16 él tomó la palabra y les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
17 Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible»
18 Y por medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia.
19 Mientras tanto el tetrarca Herodes, a quien Juan censuraba a causa de Herodías – la mujer de su hermano– y por todos los delitos que había cometido,
20 cometió uno más haciendo encarcelar a Juan.
21 Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo.
22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
23 Cuando comenzó su ministerio, Jesús tenía unos treinta años y se lo consideraba hijo de José. José era hijo de Elí;
24 Elí, hijo de Matat; Mata, hijo de Leví; Leví, hijo de Melquí; Melquí, hijo de Janai; Janai, hijo de José;
25 José, hijo de Matatías; Matatías, hijo de Amós; Amós, hijo de Naúm; Naúm, hijo de Eslí; Eslí, hijo de Nagai;
26 Nagai, hijo de Maat; Maat, hijo de Matatías; Matatías, hijo de Semein; Semein, hijo de Iosec; Iosec, hijo de Iodá;
27 Iodá, hijo de Joanán; Joanán, hijo de Resá; Resá, hijo de Zorobabel. Zorobabel era hijo de Salatiel; Salatiel, hijo de Nerí;
28 Nerí, hijo de Melquí; Melquí, hijo de Adí; Adí, hijo de Cosam; Cosam, hijo de Elmadam; Elmadam, hijo de Er;
29 Er, hijo de Jesús; Jesús, hijo de Eliezer; Eliezer, hijo de Jorím; Jorím, hijo de Matat; Matat, hijo de Leví;
30 Leví, hijo de Angel; Angel, hijo de Judá; Judá, hijo de José; José, hijo de Jonam; Jonam, hijo de Eliaquim;
31 Eliaquim, hijo de Meleá; Meleá, hijo de Mená; Mená, hijo de Matatá; Matatá, hijo de Natán; Natán, hijo de David.
32 David era hijo de Jesé; Jesé, hijo de Jobed; Jobed, hijo de Booz; Booz, hijo de Sela; Sela hijo de Naasón;
33 Naasón, hijo de Aminadab; Aminadab, hijo de Admín; Admín, hijo de Arní; Arní, hijo de Esrom; Esrom, hijo de Fares; Fares, hijo de Judá;
34 Judá, hijo de Jacob; Jacob, hijo de Isaac; Isaac, hijo de Abraham. Abraham era hijo de Tera; Tera, hijo de Najor;
35 Najor, hijo de Serúj; Serúj, hijo de Ragau; Ragau, hijo de Péleg; Péleg, hijo de Eber; Eber, hijo de Sela;
36 Sela, hijo de Cainán; Cainán, hijo de Arfaxad; Arfaxad, hijo de Sem. Sem era hijo de Noé; Noé, hijo de Lamec;
37 Lamec, hijo de Matusalén; Matusalén, hijo de Henoc; Henoc, hijo de Jaret; Jaret, hijo de Malaleel; Malaleel, hijo de Cainán;
38 Cainán, hijo de Enós; Enós, hijo de Set; Set, hijo de Adán; Adán, hijo de Dios.
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