DIA 361-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO


SANTA MISA EN LA IMAGEN
361 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO




El Antiguo Testamento
ZACARIAS C. 1

ZACARÍAS
Capítulo 1
1 En el octavo mes del segundo año de Darío, la palabra del Señor llegó al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos:
2 El Señor se irritó violentamente contra los padres de ustedes.
3 Tú les dirás: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan a mí –oráculo del Señor de los ejércitos– y yo volveré a ustedes, dice el Señor de los ejércitos.
4 No sean como sus padres, a quienes los antiguos profetas interpelaron, diciendo: Así habla el Señor de los ejércitos: Vuelvan de sus malos caminos y de sus malas acciones. Pero ellos no escucharon, ni me prestaron atención –oráculo del Señor–.
5 ¿Dónde están sus padres? Y los profetas ¿viven para siempre?
6 Pero mis palabras y mis decretos, que yo había ordenado a mis servidores los profetas, ¿acaso no alcanzaron a sus padres? Por eso, ellos se convirtieron y dijeron: «El Señor de los ejércitos nos ha tratado según nuestros caminos y nuestras acciones, como había resuelto hacerlo».
7 El vigésimo cuarto día del undécimo mes, que es el mes de Seta, en el segundo año de Darío, la palabra del Señor fue dirigida al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Idó, en estos términos:
8 Yo tuve una visión durante la noche: Había un hombre montado en un caballo rojo. Estaba parado entre los mirtos que se encuentran en la hondonada, y detrás de él había caballos rojos, alazanes, negros y blancos.
9 Yo pregunté: «¿Quiénes son estos, mi Señor?». Y el ángel que hablaba conmigo me respondió: «Yo te indicaré quiénes son estos».
10 El hombre que estaba entre los mirtos dijo: «Estos son los que el Señor envió a recorrer la tierra».
11 Ellos se dirigieron al ángel del Señor que estaba entre los mirtos, y le dijeron: «Venimos de recorrer la tierra y hemos visto que toda la tierra está en calma y tranquila».
12 Entonces el ángel del Señor dijo: «Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo esperarás para compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años?».
13 El señor dirigió al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras consoladoras.
14 Entonces el ángel me dijo: «Proclama esto: Así habla el Señor de los ejércitos: Yo siento un gran celo por Jerusalén y por Sión,
15 y estoy violentamente irritado contra las naciones seguras de sí mismas; porque yo estaba un poco irritado, pero ellas agravaron la desgracia.
16 Por eso, así habla el Señor: Yo he vuelvo a Jerusalén con piedad; allí será reconstruida mi Casa –oráculo del Señor de los ejércitos– y la cuerda de medir será tendida sobre Jerusalén.
17 Proclama también esto: Así habla el Señor de los ejércitos: Mis ciudades rebosarán de bienes; el Señor consolará de nuevo a Sión y elegirá otra vez a Jerusalén».


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El Antiguo Testamento
 ZACARIAS C. 2



Capítulo 2
1 Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había cuatro cuernos.
2 Entonces pregunté al ángel que hablaba conmigo: «¿Qué son estos cuernos?». El me respondió: «Son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén».
3 Después el Señor me mostró cuatro herreros.
4 Yo pregunté: «¿Qué vienen a hacer estos?». El me respondió: «Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie podía levantar la cabeza; pero estos han venido para aterrarlos, para derribar los cuernos de las naciones que atacaron al país de Judá, a fin de dispersarlo».
5 Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir.
6 Entonces le pregunté: «¿A dónde vas?». El me respondió: «Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo».
7 Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro
8 y le dijo: «Corre, habla a ese joven y dile: "Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella.
9 Yo seré para ella –oráculo del Señor– una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella"».
10 ¡Vamos! Huyan del país del Norte –oráculo del Señor– porque yo los dispersé a los cuatro vientos del cielo –oráculo del Señor–
11 ¡Vamos! ¡Sálvate, Sión, tú, que habitas en Babilonia!
12 Porque así habla el Señor de los ejércitos a las naciones que los despojaron –ya que el que los toca a ustedes, toca la pupila de mis ojos–:
13 ¡Sí, yo levanto mi mano contra ellos, y serán despojados por sus mis mismos esclavos! ¡Así ustedes sabrán que me ha enviado el Señor de los ejércitos!
14 Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti –oráculo del Señor–.
15 Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!
16 El Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
17 ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada!


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El Antiguo Testamento
 ZACARIAS C. 3


Capítulo 3
1 Luego me hizo ver al Sumo Sacerdote Josué, de pie ante el ángel del Señor, mientras el Adversario estaba a su derecha para acusarlo.
2 El ángel del Señor te reprima, Adversario! ¡Sí, que te reprima el Señor, el que eligió a Jerusalén! ¿No es este acaso un tizón salvado del fuego?».
3 Josué, de pie delante del ángel, estaba vestido con ropa sucia.
4 El ángel tomó la palabra y dijo a los que estaban de pie delante de él: «Quítenle la ropa sucia». Luego dijo a Josué: «Yo te he sacado de encima tu iniquidad y te pondré vestiduras de fiesta».
5 Y añadió: «Coloquen sobre su cabeza un turbante limpio y pónganle vestiduras de fiesta». Ellos le pusieron el turbante limpio sobre la cabeza y las vestiduras de fiesta, mientras el ángel del Señor permanecía allí de pie.
6 Después el ángel del Señor advirtió solemnemente a Josué:
7 «Así habla el Señor de los ejércitos: Si vas por mis caminos y observas mis mandamientos, tú mismo gobernarás mi Casa y cuidarás mis atrios, y yo te daré libre acceso entre los que están aquí.
8 Escucha, Josué, Sumo Sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti –porque estos hombres son un presagio–: Yo suscitaré a mi servidor «Germen».
9 Sí, esta es la piedra que pongo delante de Josué: sobre esta única piedra hay siete ojos. Yo mismo voy a grabar su inscripción –oráculo del Señor de los ejércitos– y voy a eliminar la iniquidad de este país en un solo día.
10 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– ustedes se invitarán unos a otros debajo de la parra y de la higuera.


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El Nuevo Testamento
 APOCALIPSIS C. 19



Capítulo 19
1 Después oí algo parecido al clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo, y exclamaba: «¡Aleluya! La salvación, la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios,
2 porque sus juicios son verdaderos y justos. El ha condenado a la famosa Prostituta que corrompía la tierra con su lujuria, y ha vengado en ella la sangre de sus servidores».
3 Y volvieron a decir: «¡Aleluya! La humareda de la Ciudad se eleva por los siglos de los siglos».
4 Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Seres Vivientes se postraron para adorar a Dios, que está sentado en el trono, y exclamaban: «¡Amén, aleluya!».
5 Luego salió del trono una voz que decía: «Alaben a nuestro Dios, ustedes, sus servidores, los que lo temen, pequeños y grandes».
6 Y oí algo parecido al clamor de una enorme multitud, al estruendo de una catarata y al estallido de violentos truenos. Y decían: «¡Aleluya! Porque el Señor, nuestro Dios, el Todopoderoso, ha establecido su Reino.
7 Alegrémonos, regocijémonos y demos gloria a Dios, porque han llegado las bodas del Cordero: su esposa ya se ha preparado,
8 y la han vestido con lino fino de blancura resplandeciente». El lino simboliza las buenas acciones de los santos.
9 Después el Angel me dijo: «Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero». Y agregó: «Estas son verdaderas palabras de Dios».
10 Entonces yo caí a sus pies para adorarlo, pero él me advirtió: «¡Cuidado! No lo hagas, porque yo soy tu compañero de servicio y el de tus hermanos que poseen el testimonio de Jesús. El testimonio de Jesús es el espíritu profético. ¡Es a Dios a quien debes adorar!».
11 Luego vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. Su Jinete se llama «Fiel» y «Veraz»; él juzga y combate con justicia.
12 Sus ojos son como una llama ardiente y su cabeza está cubierta de numerosas diademas. Lleva escrito un nombre que solamente él conoce
13 y está vestido con un manto teñido de sangre. Su nombre es: «La Palabra de Dios».
14 Lo siguen los ejércitos celestiales, vestidos con lino fino de blancura inmaculada y montados en caballos blancos.
15 De su boca sale una espada afilada, para herir a los pueblos paganos. El los regirá con un cetro de hierro y pisará los racimos en la cuba de la ardiente ira del Dios todopoderoso.
16 En su manto y en su muslo lleva escrito este nombre: Rey de los reyes y Señor de los señores.
17 Después vi a un Angel que estaba de pie sobre el sol y gritaba con gran fuerza a todas las aves que volaban en el cielo: «Vengan a reunirse para el gran festín de Dios,
18 para devorar la carne de los reyes, de los grandes capitanes, de los poderosos, de los caballos y de sus jinetes; la carne de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes».
19 En seguida vi a la Bestia y a los reyes de la tierra, con sus ejércitos preparados para combatir contra el Jinete y su ejército.
20 Pero la Bestia fue capturada, junto con el falso profeta –aquel que realizaba prodigios delante de la otra Bestia, y así logró seducir a los que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen– y ambos fueron arrojados vivos al estanque de azufre ardiente.
21 Todos los demás fueron exterminados por la espada que salía de la boca del Jinete, y las aves se saciaron con sus despojos.


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