SANTA MISA EN LA IMAGEN
351 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
AMOS C. 1
AMOS
Capítulo 1
1 Palabras de Amós, uno de los pastores de Técoa. Esto es lo que vio acerca de Israel en tiempos de Ozías, rey de Judá, y en tiempos de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel, dos años antes del terremoto.
2 El dijo: El Señor ruge desde Sión y desde Jerusalén hace oír su voz: los campos de pastoreo están desolados y se ha secado la cumbre del Carmelo.
3 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Damasco, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque trillaron a Galaad con trilladoras de hierro,
4 yo enviaré fuego contra la casa de Jazael, y él consumirá los palacios de Ben Hadad;
5 haré saltar el cerrojo de Damasco, extirparé de Bicat Aven a los habitantes y de Bet Eden al que empuña el cetro, y el pueblo de Aram será deportado a Quir –dice el Señor.
6 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Gaza, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque deportaron poblaciones enteras para entregarlas a Edom,
7 yo enviaré fuego contra los muros y de Gaza y él consumirá sus palacios;
8 extirparé de Asdod a los habitantes, y de Ascalón al que empuña el cetro; volveré mi mano contra Edom, y el resto de los filisteos perecerá, dice el Señor.
9 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Tiro, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque entregaron a Edom poblaciones enteras de cautivos, sin acordarse de una alianza entre hermanos,
10 yo enviaré fuego contra los muros de Tiro y él consumirá sus palacios.
11 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Edom, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque persiguió a su hermano con la espada y ahogó todo sentimiento de piedad; porque conserva su enojo para siempre y mantiene incesantemente su furor,
12 yo enviaré fuego contra Temán y él consumirá los palacios de Bosrá.
13 Así habla el Señor: Por tres crímenes de los amonitas, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque abrieron el vientre de las embarazadas de Galaad, a fin de ensanchar su propio territorio,
14 yo incendiaré los muros de Rabá y el fuego consumirá sus palacios, entre gritos de guerra, en un día de combate, entre la borrasca, en un día de tempestad;
15 y su rey irá al cautiverio, junto con todos sus oficiales, dice el Señor.
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El Antiguo Testamento
AMOS C. 2
Capítulo 2
1 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Moab, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque él quemó los huesos del rey de Edom hasta calcinarlos,
2 yo enviaré fuego contra Moab y él consumirá los palacios de Queriot; Moab morirá en el tumulto, entre gritos de guerra, al sonido de la trompeta;
3 extirparé al juez de en medio de él, y con él, mataré a todos sus oficiales, dice el Señor.
4 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Judá, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque despreciaron la Ley del Señor y no observaron sus preceptos; porque los extraviaron sus falsos dioses, a los que habían seguido sus padres,
5 yo enviaré fuego contra Judá y él consumirá los palacios de Jerusalén.
6 Así habla el Señor: Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque ellos venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias;
7 pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles y desvían el camino de los humildes; el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo Nombre;
8 se tienden sobre ropas tomadas en prenda, al lado de cualquier altar, y beben en la Casa de su Dios el vino confiscado injustamente...
9 ¡Y pensar que yo destruí ante ellos al amorreo, cuya altura era igual a la de los cedros y que era fuerte como las encinas: arranqué su fruto por arriba y sus raíces por debajo!
10 Y a ustedes, los hice subir del país de Egipto y los conduje cuarenta años por el desierto, para que tomaran en posesión el país del amorreo.
11 Yo suscité profetas entre sus hijos y nazireos entre sus jóvenes; ¿no es así, israelitas? –oráculo del Señor–.
12 Pero ustedes hicieron beber vino a los nazireos y ordenaron a los profetas: «¡No profeticen!».
13 Por eso, yo los voy a aplastar, como aplasta un carro cargado de gavillas.
14 El hombre veloz no tendrá escapatoria, el fuerte no podrá valerse de su fuerza ni el valiente salvará su vida;
15 el arquero no resistirá, el de piernas ágiles no escapará, el jinete no salvará su vida,
16 y el más valeroso entre los valientes huirá desnudo aquel día –oráculo del Señor–.
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El Antiguo Testamento
AMOS C. 3
Capítulo 3
1 Escuchen esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, israelitas, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto:
2 Sólo a ustedes los elegí entre todas las familias de la tierra; por eso les haré rendir cuenta de todas sus iniquidades.
3 ¿Van juntos dos hombres sin haberse puesto de acuerdo?
4 ¿Ruge el león en la selva sin tener una presa? ¿Alza la voz el cachorro desde su guarida sin haber cazado nada?
5 ¿Cae el pájaro a tierra sobre una trampa si no hay un cebo? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado nada?
6 ¿Suena la trompeta en una ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una desgracia en la ciudad sin que el Señor la provoque?
7 Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas.
8 El león ha rugido: ¿quién no temerá? El Señor ha hablado: ¿quién no profetizará?
9 Hagan oír su voz en los palacios de Asiria y en los palacios de Egipto, y digan: Reúnanse en las montañas de Samaría, y vean cuántos desórdenes hay en medio de ella, cuántas opresiones en su interior.
10 No saben obrar con rectitud –oráculo del Señor– esos que amontonan violencia y devastación en sus palacios.
11 Por eso, así habla el Señor: El enemigo cercará el país, te despojará de tu poderío y tus palacios serán saqueados.
12 Así habla el Señor: Como el pastor arranca de las fauces del león dos patas o la punta de una oreja, así serán sentados en Samaría, en un rincón del diván, sobre un lecho confortable.
13 Escuchen y atestigüen contra la casa de Jacob –oráculo del Señor de los ejércitos–:
14 El día en que yo castigue a Israel por sus crímenes, castigaré los altares de Betel; los ángulos del altar serán demolidos y caerán por tierra.
15 Derribaré la casa de invierno junto con la casa de verano; desaparecerán las casas de marfil y las mansiones se derrumbarán –oráculo del Señor–.
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El Nuevo Testamento
APOCALIPSIS C. 9
Capítulo 9
1 Cuando el quinto Angel tocó la trompeta, vi una estrella que había caído del cielo a la tierra. La estrella recibió la llave del pozo del Abismo,
2 y cuando abrió el pozo, comenzó a subir un humo, como el de un gran horno, que oscureció el sol y el aire.
3 Del humo salieron langostas que se expandieron por toda la tierra, y estas recibieron un poder como el que tienen los escorpiones de la tierra.
4 Se les ordenó que no dañaran las praderas ni las plantas ni los árboles, sino solamente a los hombres que no llevaran la marca de Dios sobre la frente.
5 Se les permitió, no que los mataran, sino que los atormentaran durante cinco meses, con un dolor parecido al que produce la picadura del escorpión.
6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la encontrarán; querrán morir, pero la muerte huirá de ellos.
7 Las langostas parecían caballos equipados para la guerra: tenían en su cabeza algo parecido a coronas doradas y su rostro era semejante al rostro humano.
8 Su cabello era como el de las mujeres y sus dientes como dientes de leones.
9 Su tórax parecía una coraza de hierro; y el zumbido de sus alas era como el ruido de carros de muchos caballos corriendo al combate.
10 Tenían colas con un aguijón como los escorpiones, y en ellas residía el poder para dañar a los hombres durante cinco meses.
11 Su rey era el Angel del Abismo, cuyo nombre es «Destructor»: «Abadón», en hebreo, y «Apolión», en griego.
12 La primera calamidad ha pasado, pero sepan que todavía faltan dos más.
13 Cuando el sexto Angel tocó la trompeta, escuché una voz que provenía de los cuatro ángulos del altar de oro que está delante de Dios.
14 Y esa voz dijo al sexto Angel, al que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro Angeles que están encadenados junto al gran río Eufrates».
15 Y fueron soltados los cuatro Angeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año en que debían exterminar a una tercera parte de los hombres.
16 Su ejército constaba de doscientos millones de jinetes: yo pude oír este número.
17 En la visión vi así a los caballos y a los jinetes: los jinetes llevaban corazas de fuego, de jacinto y de azufre; la cabeza de los caballos se parecía a la de los leones, y su boca vomitaba fuego, humo y azufre.
18 Una tercera parte de los hombres fue exterminada por estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre que salía de la boca de los caballos.
19 Porque el poder de esos caballos reside en su boca y en sus colas: sus colas son como serpientes, que tienen cabezas con las cuales hacen daño.
20 Y el resto de los hombres que no habían sido dañados por las plagas, no se arrepintieron de sus obras ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, que son incapaces de ver, de oír y de caminar.
21 No, ellos no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de sus fornicaciones, ni de sus robos.
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