337 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
EZEQUIEL C. 47
Capítulo 47
1 El hombre me hizo volver a la entrada de la Casa, y vi que salía agua por debajo del umbral de la Casa, en dirección al oriente, porque la fachada de la Casa miraba hacia el oriente. El agua descendía por debajo del costado derecho de la Casa, al sur del Altar.
2 Luego me sacó por el camino de la puerta septentrional, y me hizo dar la vuelta por un camino exterior, hasta la puerta exterior que miraba hacia el oriente. Allí vi que el agua fluía por el costado derecho.
3 Cuando el hombre salió hacia el este, tenía una cuerda en la mano. Midió quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a los tobillos.
4 Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo caminar a través del agua, que me llegó a la cintura.
5 Luego midió otros quinientos metros, y ya era un torrente que no pude atravesar, porque el agua había crecido: era un agua donde había que nadar, un torrente intransitable.
6 El hombre me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?», y me hizo volver a la orilla del torrente.
7 Al volver, vi que a la orilla del torrente, de uno y otro lado, había una inmensa arboleda.
8 Entonces me dijo: «Estas aguas fluyen hacia el sector oriental, bajan hasta la estepa y van a desembocar en el Mar. Se las hace salir hasta el Mar, para que sus aguas sean saneadas.
9 Hasta donde llegue el torrente, tendrán vida todos los seres vivientes que se mueven por el suelo y habrá peces en abundancia. Porque cuando esta agua llegue hasta el Mar, sus aguas quedarán saneadas, y habrá vida en todas parte adonde llegue el torrente.
10 Los pescadores se apostarán a su orilla: desde Engadí hasta En Eglaim habrá lugares para tender las redes. Allí habrá tantas clases de peces como en el Mar Grande, y serán muy numerosos.
11 Pero sus charcos y sus lagunas no serán saneados, sino que quedarán como salinas.
12 Al borde del torrente, sobre sus dos orillas, crecerán árboles frutales de todas las especies. No se marchitarán sus hojas ni se agotarán sus frutos, y todos los meses producirán nuevos frutos, porque el agua sale del Santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas de remedio».
13 Así habla el Señor: Esta es al frontera del país que ustedes se repartirán como herencia, entre las doce tribus de Israel, asignando dos partes a José.
14 Lo heredarán todos por igual, porque yo juré con la mano en alto que se lo daría a sus padres, y por eso este país le corresponde a ustedes como herencia.
15 La frontera del país es la siguiente: por el lado septentrional, desde el Mar Grande, en dirección a Jetlón, hasta la Entrada de Jamat: Sedal,
16 Berotá, Sibraim –que está entre el territorio de Damasco y el territorio de Jamat– y Jaser Ticón, hacia el territorio de Jaurán.
17 La frontera irá desde el mar hasta Jasar Enán, quedando al norte el territorio de Damasco y también el de Jamat: este es el lado septentrional.
18 Por el lado orienta, entre Jaurán y Damasco, entre Galaad y el país de Israel, la frontera estará delimitada por el Jordán, hasta el mar oriental, en dirección a Tamar: este es el lado oriental.
19 Por el lado meridional, hacia el sur, la frontera irá desde Tamar hasta las aguas de Meribá de Cades, hacia el Torrente, hasta el Mar Grande: este es el lado meridional, hacia el sur.
20 Por el lado occidental, el Mar Grande servirá de frontera hasta enfrente de la Entrada de Jamat: este es el lado occidental.
21 Ustedes se repartirán el país según las tribus de Israel,
22 de la siguiente manera lo sortearán como herencia para ustedes y para los extranjeros que residan y tengan hijos en medio de ustedes, por que a ellos deberán tratarlos como a un israelita de nacimiento: así ellos recibirán una herencia con ustedes, entre las tribus de Israel.
23 En la tribu donde resida el extranjero, allí le darán su herencia –oráculo del Señor–.
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El Antiguo Testamento
EZEQUIEL C. 48
Capítulo 48
1 Estos son los nombres de las tribus. Por el extremo septentrional, bordeando el camino de Jetlón, hacia la Entrada de Jamat y Jasar Enán, con el territorio de Damasco hacia el norte, al borde de Jamat, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Dan.
2 Sobre la frontera de Dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Aser.
3 Sobre la frontera de Aser, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Neftalí.
4 Sobre la frontera de Neftalí, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Manasés.
5 Sobre la frontera de Manasés, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parta para Efraím.
6 Sobre la frontera de Efraím, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Rubén.
7 Sobre la frontera de Rubén, desde el lado occidental: una parte para Judá.
8 Sobre la frontera de Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental: allí estará el tributo que ustedes reservarán para el Señor. Tendrá doce mil quinientos metros de ancho, y su longitud será igual que las otras partes, desde el lado oriental hasta el lado occidental. El Santuario estará en el medio.
9 El tributo que ustedes reservarán para el Señor tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil de ancho.
10 Este tributo sagrado estará distribuido de la siguiente manera: a los sacerdotes les corresponderá una extensión de doce mil quinientos metros de largo por el norte, de cinco mil metros de ancho por el oeste, de cinco mil metros de ancho por el este, y de doce mil quinientos metros de largo por el sur. El Santuario del Señor estará en el medio.
11 Esta parte será para los sacerdotes consagrados, los hijos de Sadoc, que ejercieron mi ministerio y no se descarriaron como los levitas, cuando se descarriaron los israelitas.
12 Así, a los sacerdotes les corresponderá una fracción de la parte reservada del país, una porción santísima junto al territorio de los levitas.
13 En cuanto a los levitas, también ellos tendrán una extensión de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, a lo largo del territorio de los sacerdotes. En total, tendrán doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho.
14 No se podrá vender, permutar o expropiar nada de esta porción escogida del país, porque está consagrada al Señor.
15 Los dos mil quinientos metros que quedarán a lo largo de estos doce mil quinientos metros, serán un espacio profano para la ciudad, destinados a viviendas y pastizales. La ciudad estará en el medio,
16 y sus dimensiones serán las siguientes: dos mil quinientos cincuenta metros por el lado del norte, y otros tantos por el sur, el este y el oeste.
17 La ciudad tendrá unos pastizales de ciento veinticinco metros cada uno, al norte, al sur, al este y al oeste.
18 En cuanto a la extensión restante, a lo largo de la parte reservada para el Señor –es decir, cinco mil metros hacia el este y otros tantos hacia el oeste–, lo que allí se produzca servirá para alimentar a los que trabajen en la ciudad.
19 La cultivarán esos mismos trabajadores, tomados de entre todas las tribus de Israel.
20 El conjunto de la parte reservada tendrá doce mil quinientos metros por doce mil: así, lo que ustedes reservarán será un cuadrado, incluyendo lo que pertenece a la ciudad.
21 El resto será para el príncipe, a uno y otro lado de la parte reservada y de la que pertenece a la ciudad. A él le corresponderá una extensión de doce mil quinientos metros pro el lado este, hasta la frontera oriental; y de doce mil quinientos metros por el lado oeste, hasta la frontera occidental, a lo largo de las otras partes. La parte reservada y el Santuario del templo quedarán en el medio.
22 La propiedad de los levitas y lo que pertenece a la ciudad estarán entre la frontera de Judá y la frontera de Benjamín, en medio de lo que pertenecerá al príncipe.
23 En cuanto al resto de las tribus, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Benjamín.
24 Sobre la frontera de Benjamín, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Simeón.
25 Sobre la frontera de Simeón, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Isacar.
26 Sobre la frontera de Isacar, desde el lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Zabulón.
27 Sobre la frontera de Zabulón, desde la lado oriental hasta el lado occidental: una parte para Gad.
28 Sobre la frontera de Gad, por el lado meridional, hacia el sur, la frontera llegará desde Tamar hasta las aguas de Meribá de Cades, hasta el Torrente y hasta el Mar Grande.
29 Este es el país que ustedes se distribuirán por sorteo, como herencia para las tribus de Israel: estas serán sus partes –oráculo del Señor–.
30 Estas son las salidas de la ciudad. El lado septentrional medirá dos mil doscientos cincuenta metros.
31 Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de Israel. Habrá tres puertas al norte: la puerta de Rubén, la de Judá y la de Leví.
32 El lado oriental medirá dos mil quinientos cincuenta metros y tendrá tres puertas: la puerta de José, la de Benjamín y la de Dan.
33 El lado meridional medirá dos mil doscientos cincuenta metros y tendrá tres puertas, la puerta de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón.
34 El lado occidental medirá dos mil doscientos cincuenta metros y tendrá tres puertas: la puerta de Gad, la de Aser y la de Neftalí.
35 El perímetro total será de nueve mil metros. Y en adelante, el nombre de la ciudad será: «El Señor está allí».
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El Nuevo Testamento
PRIMERA CARTA
DE SAN JUAN C. 3
Capítulo 3
1 ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él.
2 Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
3 El que tiene esta esperanza en él, se purifica, así como él es puro.
4 El que comete el pecado comete también la iniquidad, porque el pecado es la iniquidad.
5 Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar el pecado, y que él no tiene pecado.
6 El que permanece en él, no peca, y el que peca no lo ha visto ni lo ha conocido.
7 Hijos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él mismo es justo.
8 Pero el que peca procede del demonio, porque el demonio es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio.
9 El que ha nacido de Dios no peca, porque el germen de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque ha nacido de Dios.
10 Los hijos de Dios y los hijos del demonio se manifiestan en esto: el que no practica la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.
11 La noticia que oyeron desde el principio es esta: que nos amemos los unos a los otros.
12 No hagamos como Caín, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran justas.
13 No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece.
14 Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.
15 El que odia a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida posee la Vida eterna.
16 En esto hemos conocido el amor: en que él entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
17 Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?
18 Hijitos míos, no amemos solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad.
19 En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios
20 aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas.
21 Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza,
22 y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
23 Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó.
24 El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
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