DIA 336-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO


SANTA MISA EN LA IMAGEN
335 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO


El Antiguo Testamento
EZEQUIEL C.
45

Capítulo 45
1 Cuando ustedes hagan el sorteo para repartirse el país en herencia, reservarán un tributo para el Señor, una fracción santa de territorio, de doce mil quinientos metros de largo por diez mil de ancho. Ese territorio será santo en toda su extensión.
2 De allí se destinará para el Santuario un cuadrado de doscientos cincuenta metros de cada lado, con una zona de veinticinco metros alrededor de él.
3 Sobre esta área medirás un espacio de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho: allí estará el Santuario, el lugar santísimo.
4 Esta será la fracción santa del país, destinada a los sacerdotes que sirven al Santuario y se acercan al Señor para servirlo: ellos tendrán allí un sitio para sus casas y pastizales para su ganado.
5 Un espacio de doce mil quinientos metros de largo y cinco mil de ancho será para los levitas que sirven a la Casa: ellos poseerán allí ciudades donde habitar.
6 Como propiedad de la ciudad, ustedes demarcarán un espacio de dos mil quinientos metros de ancho por doce mil quinientos de largo, junto a la parte reservada al Santuario: esto será para todo el pueblo de Israel.
7 Al príncipe le corresponderá una propiedad, a ambos lados de la parte reservada al Santuario y de los límites de la ciudad: se extenderá a lo largo de ellos, por el lado occidental hacia el oeste y por el lado oriental hacia el este. Esa propiedad tendrá una longitud igual a la de las otras partes del país, desde la frontera occidental hasta la frontera oriental
8 del país. Esa será su propiedad en Israel. Así mis príncipes no oprimirán más a mi pueblo, sino que dejarán el país al pueblo de Israel, según sus tribus.
9 Así habla el Señor: ¡Ya es demasiado, príncipes de Israel! Acaben con la violencia y la depredación, practiquen el derecho y la justicia, dejen de extorsionar a mi pueblo –oráculo del Señor–.
10 Tengan balanzas justas, un efá justo y un bat justo.
11 El efá y el bat tendrán la misma capacidad, de manera que tanto el bat como el efá contendrán la décima parta del jómer. Según el jómer se medirá su capacidad.
12 El siclo será de veinte gueras. Veinte siclos más veinte siclos y quince siclos serán para ustedes una mina.
13 Este es el tributo que ustedes reservarán: un sexto de efá por jómer de trigo y un sexto de efá por jómer de cebada.
14 Y esta es la medida para el aceite: un décimo de bat por cor, a razón de diez bat por jómer.
15 Se reservará una cabeza de ganado menor por cada rebaño de doscientos animales, entre los rebaños de Israel, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, como expiación en favor de ellos –oráculo del Señor–.
16 Todo el pueblo del país deberá reservar este tributo para el príncipe de Israel.
17 Pero el príncipe se encargará de los holocaustos, la ablación y la libación, en las fiestas, los días de luna nueva, los sábados y todas las solemnidades del pueblo de Israel. El proveerá lo necesario para le sacrificio por el pecado, para la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, a fin de expiar por el pueblo de Israel.
18 Así habla el Señor: El primer día del primer mes, tomarás un ternero sin defecto para quitar el pecado del Santuario.
19 El sacerdote tomará sangre de la víctima por el pecado y la pondrá sobre los postes de la puerta de la Casa, sobre los cuatro ángulos del zócalo del altar y sobre los postes de la puerta del atrio interior.
20 Lo mismo hará el primer día del séptimo mes, en favor de cualquiera que haya pecado por inadvertencia o ignorancia. Así harán la expiación por la Casa.
21 El día catorce del primer mes, ustedes celebrarán la fiesta de la Pascua. Durante siete días se comerá pan sin levadura.
22 Aquel día, el príncipe ofrecerá un ternero por sí mismo y por todo el pueblo del país, en sacrificio por el pecado.
23 Durante los siete días de la fiesta, cada uno de los siete días, ofrecerá siete terneros y siete carneros sin defecto en holocausto al Señor, y un chivo en sacrificio por el pecado.
24 Como oblación, ofrecerá una medida de harina por cada ternero y cada carnero, y siete litros de aceite por cada medida.
25 El día quince del séptimo mes, con ocasión de la Fiesta, el príncipe hará lo mismo durante siete días: el mismo sacrificio por el pecado, el mismo holocausto, la misma oblación y el mismo aceite.


Anterior - Siguiente


Copyright © Libreria Editrice Vaticana
*****

El Antiguo Testamento
  EZEQUIEL C. 46

Capítulo 46


1 Así habla el Señor: la puerta del atrio interior que mira hacia el este, permanecerá cerrada durante los seis días laborables, pero se la abrirá el día sábado. También se la abrirá el día de la luna nueva.
2 El príncipe entrará desde afuera, por el vestíbulo de la puerta, y se quedará de pie junto al poste de la puerta. Los sacerdotes ofrecerán su holocausto y su sacrificio de comunión, y él se postrará sobre el umbral de la puerta. Luego saldrá, pero la puerta no se cerrará hasta la tarde.
3 También la gente del pueblo se postrará a la entrada de esta puerta, delante del Señor, los sábados y los días de luna nueva.
4 El holocausto que el príncipe ofrecerá al Señor el día sábado, será de seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto;
5 la oblación será de una medida de harina por el carnero, y por los corderos dará lo que pueda, más siete litros de aceite por cada medida.
6 El día de la luna nueva, en cambio, presentará un ternero sin defecto, seis corderos y un carnero sin defecto.
7 También ofrecerá, como oblación, una medida de harina por el ternero, otra medida por el carnero, y lo que pueda dar por los corderos, más siete litros de aceite por cada medida.
8 Cuando el príncipe entre, lo hará por el camino del vestíbulo de la puerta, y saldrá por ese mismo camino.
9 Pero cuando la gente del pueblo se presente delante del Señor, en ocasión de las fiestas, el que entre para adorar por el camino de la puerta septentrional, saldrá por el camino de la puerta meridional, y el que entre por el camino de la puerta septentrional: no volverá por el camino por donde haya entrado, sino que saldrá por el lado opuesto.
10 El príncipe estaré en medio de ellos: entrará cuando ellos entren y saldrá cuando ellos salgan.
11 En las fiestas y solemnidades, la oblación consistirá en una medida de harina por el ternero, en otra medida por el carnero, y en lo que pueda dar por los corderos, más siete litros de aceite por cada medida.
12 Cuando el príncipe presente una ofrenda voluntaria, un holocausto o un sacrificio de comunión como ofrenda voluntaria al Señor, se le abrirá la puerta que mira hacia el este. El ofrecerá su holocausto y sus sacrificios de comunión como lo hace el día sábado; luego saldrá, y la puerta se cerrará cuando haya salido.
13 Cada día ofrecerás en holocausto al Señor un cordero nacido en el año y sin defecto: lo ofrecerás cada mañana.
14 También ofrecerás cada mañana, como oblación al Señor, la sexta parte de una medida de harina y dos litros de aceite para amasar la harina de la mejor calidad. Esta es una institución perpetua, fijada para siempre.
15 Cada mañana se ofrecerá el cordero, la oblación y el aceite, como holocausto perpetuo.
16 Así habla el Señor: Si el príncipe hace a alguno de sus hijos un regalo tomado de su herencia, el regalo pertenecerá a su hijo: será su propiedad por derecho hereditario.
17 Pero si hace a alguno de sus servidores un regalo tomado de su herencia, el regalo pertenecerá al servidor hasta el año de la remisión: entonces, él tendrá que devolverlo al príncipe. Solamente a sus hijos pertenecerá su herencia.
18 El príncipe no tomará nada de la herencia del pueblo para privarlo de lo que le pertenece: sólo de su propio patrimonio legará bienes a sus hijos, para que mi pueblo no se disperse, al ser privado de su propiedad.
19 El hombre me llevó por la entrada que estaba al lado de la puerta, hacia las habitaciones santas reservadas a los sacerdotes, esas que miran hacia el norte, y vi que al fondo, hacia el oeste, había un espacio.
20 El me dijo: «Aquí está el lugar donde los sacerdotes harán hervir la víctima del sacrificio de reparación y del sacrificio por el pecado, y donde harán cocer la oblación, para que no se saque nada del atrio exterior, y así no quede santificado el pueblo.
21 Luego me hizo salir al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio: había un patio en cada ángulo del atrio.
22 En los cuatro ángulos del atrio había pequeños patios de veinte metros de largo y quince de ancho, todos de las mismas dimensiones.
23 Alrededor de los cuatro había una hilera de piedras, y en la parte baja de las hileras, todo alrededor, había unos fogones.
24 El me dijo: «Estas son las cocinas donde los servidores de la Casa hervirán los sacrificios del pueblo».

Anterior - Siguiente


Copyright © Libreria Editrice Vaticana

******

El Nuevo Testamento
  PRIMERA CARTA
 DE SAN JUAN C. 2

PRIMERA CARTA DE SAN JUAN
Capítulo 2

1 Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.
2 El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
3 La señal de que lo conocemos, es que cumplimos sus mandamientos.
4 El que dice: «Yo lo conozco», y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él.
5 Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Esta es la señal de que vivimos en él.
6 El que dice que permanece en él, debe proceder como él.
7 Queridos míos, no les doy un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, el que aprendieron desde el principio: este mandamiento antiguo es la palabra que ustedes oyeron.
8 sin embargo, el mandamiento que les doy es nuevo. Y esto es verdad tanto en él como en ustedes, porque se disipan las tinieblas y ya brilla la verdadera luz.
9 El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía en las tinieblas.
10 El que ama a su hermano permanece en la luz y nada lo hace tropezar.
11 Pero el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido.
12 Hijos, les escribo porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús.
13 Padres, les escribo porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les escribo porque ustedes han vencido al Maligno.
14 Hijos, les he escrito porque ustedes conocen al Padre. Padres, les he escrito porque ustedes conocen al que existe desde el principio. Jóvenes, les he escrito porque son fuertes, y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y ustedes han vencido al Maligno.
15 No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
16 Porque todo lo que hay en el mundo es concupiscencia de la carne, codicia de los ojos y ostentación de riqueza. Todo esto no viene del Padre, sino del mundo;
17 pero el mundo pasa, y con él, su concupiscencia. En cambio, el que cumple la voluntad de Dios permanece eternamente.
18 Hijos míos, ha llegado la última hora. Ustedes oyeron decir que vendría el Anticristo; en realidad, ya han aparecido muchos anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora.
19 Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. Si lo hubieran sido, habrían permanecido con nosotros. Pero debía ponerse de manifiesto que no todos son de los nuestros.
20 Ustedes recibieron la unción del que es Santo, y todos tienen el verdadero conocimiento.
21 Les he escrito, no porque ustedes ignoren la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo.
23 El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre.
24 En cuanto a ustedes, permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio: de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre.
25 La promesa que él nos hizo es esta: la Vida eterna.
26 Esto es lo que quería escribirles acerca de los que intentan engañarlos.
27 Pero la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Y ya que esa unción los instruye en todo y ella es verdadera y no miente, permanezcan en él, como ella les ha enseñado.
28 Sí, permanezcan en él, hijos míos, para que cuando él se manifieste, tengamos plena confianza, y no sintamos vergüenza ante él en el Día de su Venida.
29 Si ustedes saben que él es justo, sepan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.


AnteriorSiguiente

Copyright © Libreria Editrice Vaticana

******