312 - DÍAS LA SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
LAMENTACIONES C. 3
Capítulo 3
1 [Alef] Yo soy el hombre que ha soportado la miseria bajo la vara de su furor.
2 El me condujo y me hizo caminar por las tinieblas, y no por la luz.
3 Sólo contra mí, una y otra vez, vuelve su mano todo el día.
4 [Bet] El marchitó mi carne y mi piel, quebró todos mis huesos.
5 Edificó contra mí un cerco de veneno y fatiga.
6 Me confinó en las tinieblas, como a los que murieron hace mucho tiempo.
7 [Guímel] Me tiene cercado y no puedo salir, hizo pesada mi cadena.
8 Por más que grite y pida auxilio, cierra el paso a mi plegaria.
9 Cercó mis caminos con piedras talladas, entorpeció mis senderos.
10 [Dálet] Fue para mí un oso en acecho, un león agazapado.
11 Me apartó del camino y me desgarró, me dejó desolado.
12 Apuntó con su arco e hizo de mí el blanco de su flecha.
13 [He] Me clavó en los riñones las flechas de su aljaba.
14 Fui la irrisión de mi pueblo, el motivo constante de sus cantos burlones.
15 El me sació de amargura, me abrevó con ajenjo.
16 [Vau] Partió mis dientes con un guijarro, me revolcó en la ceniza.
17 Ya no hay paz para mi alma, me olvidé de la felicidad.
18 Por eso dije: «Se ha agotado mi fuerza y la esperanza que me venía del Señor».
19 [Zain] Recordar mi opresión y mi vida errante es ajenjo y veneno.
20 Mi alma no hace más que recordar y se hunde dentro de mí;
21 Pero me pongo a pensar en algo y esto me llena de esperanza:
22 [Jet] La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión;
23 ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!
24 El Señor es mi parte, dice mi alma, por eso espero en él.
25 [Tet] El Señor es bondadoso con los que esperan en él, con aquellos que lo buscan.
26 Es bueno esperar en silencio la salvación que viene del Señor.
27 Es bueno para el hombre cargar con el yugo desde su juventud.
28 [Iod] Que permanezca solitario y silencioso, cuando el Señor se lo impone.
29 Que ponga su boca sobre el polvo: ¡tal vez haya esperanza!
30 Que ofrezca su mejilla al que lo golpea y se sacie de oprobios.
31 [Caf] Porque el Señor nunca rechaza a los hombres para siempre.
32 Si aflige, también se compadece, por su gran misericordia.
33 Porque él no humilla ni aflige de corazón a los hijos de los hombres.
34 [Lámed] Cuando se aplasta bajo los pies a todos los prisioneros de un país;
35 cuando se conculca el derecho de un hombre ante el rostro del Altísimo;
36 cuando se perjudica a alguien en un pleito, ¿acaso no lo ve el Señor ?
37 [Mem] ¿Quién dijo algo y eso sucedió, sin que el Señor lo ordenara?
38 ¿No salen de la boca del Altísimo los males y los bienes?
39 ¿De qué se queja el hombre mientras vive? ¡Que domine más bien su pecado!
40 [Nun] ¡Examinemos a fondo nuestra conducta y volvamos al Señor!
41 Levantemos en nuestras manos el corazón hacia el Dios del cielo.
42 Hemos sido infieles y rebeldes; ¡tú no has perdonado!
43 [Sámec] Te has cubierto de indignación y nos has perseguido, ¡has matado sin piedad!
44 Te has cubierto con una nube para que no pase la plegaria.
45 Nos has convertido en basura y desecho en medio de los pueblos.
46 [Ain] Abren sus fauces contra nosotros todos nuestros enemigos.
47 Nos asaltan el terror y la fosa, la ruina y el desastre.
48 Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, por el desastre de la hija de mi pueblo.
49 [Pe] Mis ojos lloran sin descanso, no hay un alivio,
50 hasta que el Señor vuelva su mirada y observe desde el cielo.
51 Mis ojos me hacen sufrir al ver las hijas de mi ciudad.
52 [Sade] Me han cazado como a un pájaro los que me odian sin razón.
53 Ahogaron mi vida en un pozo y arrojaron piedras sobre mí.
54 Las aguas corrieron sobre mi cabeza, y yo exclamé: «¡Estoy perdido!».
55 [Qof] Entonces invoqué tu Nombre, Señor, desde lo más profundo del pozo.
56 Tú escuchaste mi voz: «¡No cierres tu oído a mi grito de auxilio!».
57 Te acercaste el día que te invoqué y dijiste: «¡No temas!».
58 [Res] Tú has defendido mi causa, Señor, has rescatado mi vida.
59 Has visto el daño que me hacen, ¡defiende mi derecho!
60 Has visto su sed de venganza, todos sus planes contra mí.
61 [Sin] Has escuchado sus insultos, Señor, todos sus planes contra mí.
62 Los labios de mis agresores y sus maquinaciones están contra mí todo el día.
63 Míralos cuando se sientan o se levantan: soy el motivo de sus cantos burlones.
64 [Tau] Tú les darás su merecido, Señor, conforme a la obra de sus manos.
65 Les endurecerás el corazón, y tu maldición caerá sobre ellos.
66 Los perseguirás con saña y los exterminarás debajo de los cielos.
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El Nuevo Testamento
CARTA A LOS
HEBREOSC. 4
Capítulo 4
1 Temamos, entonces, mientras permanece en vigor la promesa de entrar en el Reposo de Dios, no sea que alguno de ustedes se vea excluido.
2 Porque también nosotros, como ellos, hemos recibido una buena noticia; pero la Palabra que ellos oyeron no les sirvió de nada, porque no se unieron por la fe a aquellos que la aceptaron.
3 Nosotros, en cambio, los que hemos creído, vamos hacia aquel Reposo del cual se dijo: "Entonces juré en mi indignación: Jamás entrarán en mi Reposo". En realidad, las obras de Dio estaban concluidas desde la creación del mundo,
4 ya que en cierto pasaje se dice acerca del séptimo día de la creación: Y Dios descansó de todas sus obras en el séptimo día;
5 y en este, a su vez, se dice: Jamás entrarán en mi Reposo.
6 Ahora bien, sabemos que la entrada a ese Reposo está reservada a algunos, y que los primeros que recibieron la buena noticia no entraron en él, a causa de su desobediencia.
7 Por eso, Dios nuevamente fija un día –un hoy– cuando muchos años después, dice por boca de David las palabras ya citadas: "Si hoy escuchan su voz, no endurezcan su corazón".
8 Porque si Josué hubiera introducido a los israelitas en ese Reposo, Dios no habría hablado después acerca de otro día.
9 Queda, por lo tanto, reservado un Reposo, el del séptimo día, para el Pueblo de Dios.
10 Y aquel que entra en el Reposo de Dios descansa de sus trabajos, como Dios descansó de los suyos.
11 Esforcémonos, entonces, por entrar en ese Reposo, a fin de que nadie caiga imitando aquel ejemplo de desobediencia.
12 Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
13 Ninguna cosa creada escapa a su vista, sino que todo está desnudo y descubierto a los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.
14 Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.
15 Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado.
16 Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
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