DIA 256-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO



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256 - DÍAS LA SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO



El Antiguo Testamento
ISAÍAS C. 6


Capítulo 6
1 El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo.
2 Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.
3 Y uno gritaba hacia el otro: «¡Santo santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria.
4 Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo.
5 Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!».
6 Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar.
7 El le hizo tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado».
8 Yo oí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?». Yo respondí: «¡Aquí estoy: envíame!».
9 «Ve, me dijo; tú dirás a este pueblo: "Escuchen, sí, pero sin entender: miren bien, pero sin comprender".
10 Embota el corazón de este pueblo. endurece sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos y oiga con sus oídos, que su corazón comprenda y que se convierta y sane».
11 Yo dije: «¿Hasta cuándo, Señor?». El respondió: «Hasta que las ciudades queden devastadas, sin habitantes, hasta que las casas estén sin un hombre y el suelo devastado sea una desolación.
12 El Señor alejará a los hombres y será grande el abandono en medio del país.
13 Y si queda una décima parte, ella, a su vez, será destruida. Como el terebinto y la encina que, al se abatidos, conservan su tronco talado, así ese tronco es una semilla santa».

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El Antiguo Testamento
  ISAÍAS C. 7

Capítulo 7
Primer vaticinio de Isaías a Ajaz
1 En tiempos de Ajaz, hijo de Jotam, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Aram, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar.
2 Cuando se informó a la casa de David: «Aram está acampado en Efraím», se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
3 El Señor dijo a Isaías: «Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.
4 Tú le dirás: Manténte alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Aram y del hijo de Remalías.
5 Porque Aram, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo:
6 «Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel».
7 Pero así habla el Señor: Eso no se realizará, eso no sucederá
8a Porque la cabeza de Aram es Damasco, y la cabeza de Damasco Resín;
9a la cabeza de Efraím es Samaría, y la cabeza de Samaría, el hijo de Remalías.
_8b –Dentro de sesenta y cinco años, Efraím será destrozado, y no será más un pueblo–.
_9b Si ustedes no creen, no subsistirán».

Segundo vaticinio
10 Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos:
11 «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
12 Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor».
13 Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?
14 Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.
15 El se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno.
16 Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado.
17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no lo hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá».

La invasión devastadora
18 Aquel día, el Señor llamará con un silbido al tábano que está en el extremo de los canales de Egipto, y a la abeja que está en el país de Asiria.
19 Ellos vendrán a posarse en los barrancos escarpados en las grietas de las rocas, sobre todos los matorrales y sobre todos los abrevaderos.
20 Aquel día, el Señor rapará con una navaja alquilada al otro lado del Río –con el rey de Asiria–, la cabeza y el vello del cuerpo; y la navaja afeitará también la barba.
21 Aquel día, cada uno criará una ternera y dos ovejas;
22 y como darán leche en abundancia, se comerá leche cuajada, porque todo el que quede en medio del país se alimentará con leche cuajada y miel.
23 Aquel día, todo lugar donde había mil plantas de vid, a un valor de mil siclos de plata, se cubrirá de cardos y espinas.
24 Allí habrá que entrar con flechas y arco, porque todo el país será cardos y espinas.
25 Y por temor a los cardos y espinas, tú ya no irás a todas esas montañas que se escardaban con la azada: serán un lugar donde se sueltan los bueyes y que es pisoteado por las ovejas.


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El Antiguo Testamento
  ISAIAS C. 8


Capítulo 8
El hijo de Isaías, presagio viviente
1 El Señor me dijo: «Toma una tabla bien grande y escribe sobre ella, con caracteres comunes: Rápido Botín – Saqueo Veloz».
2 Yo puse como testigos fidedignos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.
3 Luego tuve relaciones con la profetisa y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo: «Llámalo con el nombre de Rápido Botín – Saqueo Veloz,
4 porque antes de que el niño aprenda a decir «papá» y «mamá», las riquezas de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asiria».

La invasión asiria
5 El Señor me volvió a hablar otra vez, diciendo:
6 Porque este pueblo rehúsa las aguas de Siloé, que corren mansamente, y desfallece ante Resín y el hijo de Remalías,
7 por eso, el Señor hace subir contra ellos las aguas torrenciales y caudalosas del Río –el rey de Asiria con toda su gloria–. El rebasará todos sus cauces, desbordará por todas sus orillas,
8 y pasará por Judá, inundará, crecerá, llegará hasta el cuello. Y sus alas desplegadas abarcarán toda la extensión de tu país, Emanuel.

La presencia de Dios, garantía de victoria
9 ¡Tiemblen, pueblos, y espántense; presten atención, regiones lejanas de la tierra! ¡Cíñanse las armas y espántense! ¡Cíñanse las armas y espántense!
10 Hagan un proyecto: ¡fracasará! Digan una palabra: ¡no se realizará! Porque Dios está con nosotros.

El Señor, piedra de tropiezo para Israel
11 Porque así me habló el Señor, cuando me tomó con su mano y me conminó a que no siguiera el camino de este pueblo:
12 No llamen «conjura» a todo lo que este pueblo llama «conjura»; no teman lo que él teme ni tiemblen por eso,
13 Pero al Señor de los ejércitos, a él sí proclámenlo santo: que sólo él les infunda temor, que sólo él los haga temblar.
14 El será un santuario, una piedra de tropiezo y un escollo insuperable para las dos casas de Israel; será una red y una trampa para los habitantes de Jerusalén.
15 Muchos de entre ellos tropezarán, caerán y se quebrarán, se enredarán en la trampa y quedarán atrapados.

Retiro provisorio del profeta
16 Voy a guardar el testimonio, a sellar la instrucción entre mis discípulos.
17 Esperaré en el Señor, que oculta su rostro a la casa de Jacob: sí, lo aguardaré.
18 Yo y los hijos que me dio el Señor somos signos y presagios en Israel, de parte del Señor de los ejércitos, que habita en el monte Sión.

Contra los nigromantes y adivinos
19 Seguramente les dirán: «Consulten a los nigromantes y adivinos, que musitan y susurran. ¿No debe un pueblo consultar a sus dioses, consultar a los muertos en favor de los vivos,
20 para recibir instrucción y testimonio?». Seguro que se expresan así porque para ellos no despunta la aurora.

Tiempos oscuros para Israel
21 La gente pasará por el país, abrumada y hambrienta; y enfurecida por el hambre, maldecirá por el hambre, maldecirá a su rey a a su Dios. Volverá su rostro hacia lo alto.
22 luego mirará a la tierra, y sólo habrá aflicción y tinieblas, angustiosa oscuridad. Pero la tiniebla será disipada,
23 porque ya no habrá oscuridad allí donde reinaba la angustia.

La gran luz y el niño maravilloso
     En un primer tiempo, el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí, pero en el futuro llenará de gloria la ruta del mar, el otro lado del Jordán, el distrito de los paganos.


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El Nuevo Testamento
 SEGUNDA CARTA
 A LOS CORINTIOS C. 3

Capítulo 3
1 ¿Comenzamos nuevamente a recomendarnos a nosotros mismos? ¿Acaso tenemos que presentarles o recibir de ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos?
2 Ustedes mismos son nuestra carta, una carta escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres.
3 Evidentemente ustedes son una carta que Cristo escribió por intermedio nuestro, no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente, no en tablas de piedra, sino de carne, es decir, en los corazones.
4 Es Cristo el que nos da esta seguridad delante de Dios,
5 no porque podamos atribuirnos algo que venga de nosotros mismos, ya que toda nuestra capacidad viene de Dios.
6 El nos ha capacitado para que seamos los ministros de una Nueva Alianza, que no reside en la letra, sino en el Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
7 Ahora bien, si el ministerio que lleva a la muerte –grabado sobre piedras– fue inaugurado con tanta gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés, por el resplandor –aunque pasajero– de ese rostro,
8 ¡cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu!
9 Y si el ministerio que llevaba a la condenación fue tan glorioso, ¡cuál no será la gloria del ministerio que conduce a la justicia!
10 En realidad, aquello que fue glorioso bajo cierto aspecto ya no lo es más en comparación con esta gloria extraordinaria.
11 Porque si lo que era transitorio se ha manifestado con tanta gloria, ¡cuánto más glorioso será lo que es permanente!
12 Animados con esta esperanza, nos comportamos con absoluta franqueza,
13 y no como Moisés, que se cubría el rostro con un velo para impedir que los israelitas vieran el fin de un esplendor pasajero.
14 Pero se les oscureció el entendimiento, y ese mismo velo permanece hasta el día de hoy en la lectura del Antiguo Testamento, porque es Cristo el que lo hace desaparecer.
15 Sí, hasta el día de hoy aquel velo les cubre la inteligencia siempre que leen a Moisés.
16 Pero al que se convierte al Señor, se le cae el velo.
17 Porque el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.
18 Nosotros, en cambio, con el rostro descubierto, reflejamos, como en un espejo, la gloria del Señor, y somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso, por la acción del Señor, que es Espíritu.


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