DIA 255-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO




255 - DÍAS LA SANTA BIBLIA 
EN UN AÑO
TEXTO Y AUDIO



El Antiguo Testamento
ISAIAS C. 3

Capítulo 3
La anarquía en Jerusalén
1 Miren que el Señor de los ejércitos retira de Jerusalén y de Judá toda clase de sustento: todo sustento de pan y todo sustento de agua,
2 el soldado y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano,
3 el jefe de batallón, el dignatario y el consejero. el experto en artes mágicas y el hábil encantador.
4 Yo les daré por jefes a adolescentes, y niños caprichosos los dominarán.
5 La gente se maltratará mutuamente, unos contra otros; el joven acometerá contra el anciano y el plebeyo contra el noble.
6 Entonces un hombre agarrará a su hermano en la casa de su padre, y le dirá: «Tú tienes un manto, sé nuestro jefe; que este montón de ruinas esté bajo tu mando».
7 Pero el otro replicará en aquel día: «Yo no sirvo para curar, y no hay en mi casa ni pan ni manto; ¡no harán de mí un jefe del pueblo!».
8 Sí, Jerusalén tropieza y Judá se desmorona, porque su lengua y sus acciones están contra el Señor, desafiando su mirada gloriosa.
9 Su descaro atestigua contra ellos, y como Sodoma publican su pecado, ¡no lo ocultan! ¡Ay de ellos, porque son los causantes de su propia desgracia!
10 ¡Feliz el justo, porque le irá bien, comerá el fruto de sus acciones!
11 ¡Ay del malvado, porque le irá mal, se le devolverá lo que hicieron sus manos!
12 ¡Pueblo mío! Un niño pequeño lo tiraniza y mujeres dominan sobre él. ¡Pueblo mío! Tus guías te extravían y confunden el camino por donde vas.

El juicio del Señor contra su Pueblo
13 El Señor se levanta para un juicio, se pone de pie para juzgar a su pueblo.
14 El Señor entabla un pleito contra los ancianos y los príncipes de su pueblo «¡Ustedes han arrasado la viña, tienen en sus casas lo que arrebataron al pobre!
15 ¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?» –oráculo del Señor de los ejércitos–.

Contra el lujo de las mujeres de Jerusalén
16 Dice el Señor: Ya que las hijas de Sión son tan arrogantes, ya que andan con el cuello estirado, provocando con la mirada, y caminan con los pasos cortos, haciendo sonar las hebillas de sus pies,
17 por eso, el Señor cubrirá de sarna y pondrá al descubierto su desnudez.
18 Aquel día, el Señor suprimirá todo adorno: hebillas, soles y lunetas,
19 pendientes, brazaletes y velos,
20 turbantes, cadenillas, cinturones, talismanes y amuletos.
21 sortijas y anillos para la nariz.
22 vestidos de fiesta, pañuelos, chales y bolsos,
23 espejos, telas finas, diademas y mantillas.
24 En vez de perfume habrá podredumbre, en vez de cinturón, una cuerda, en vez de bucles, calvicie, en vez de trajes lujosos, un sayal; sí, en vez de hermosura, una marca de fuego.
25 Tus hombres caerán bajo la espada y tus guerreros en el campo de batalla.
26 Tus puertas gemirán y estarán de duelo, y tú desolada, te sentarás en el suelo.


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 El Antiguo Testamento
   ISAIAS C. 4

Capítulo 4
1 Siete mujeres agarrarán a un hombre, en aquel día. diciendo «comeremos nuestro propio pan y nos vestiremos con nuestra ropa, con tal de llevar tu nombre: ¡borra nuestra afrenta!».

La gloria del Señor sobre los sobrevivientes de Jerusalén
2 Aquel día, el germen del Señor será la hermosura y la gloria de los sobrevivientes de Israel, y el fruto del país será su orgullo y su ornato.
3 Entonces, el resto de Sión, los sobrevivientes de Jerusalén, serán llamados santos: todos ellos estarán inscritos para la vida, en Jerusalén.
4 cuando el Señor lave la suciedad de las hijas de Sión y limpie a Jerusalén de la sangre derramada en ella, con el soplo abrasador del juicio.
5 él creará sobre toda la extensión del monte. Sión y en su asamblea, una nube de humo durante el día, y la claridad de un fuego llameante durante la noche. Porque la gloria del Señor, en lo más alto de todo, será un reparo
6 y una choza, para dar sombra contra el calor durante el día, y servir de abrigo y refugio contra la tempestad y la lluvia.


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El Antiguo Testamento
  ISAIAS C. 5

Capítulo 5
El poema de la viña
1 Voy a cantar en nombre de mi amigo el canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil.
2 La cavó, la limpió de piedras y la plantó con cepas escogidas; edificó una torre en medio de ella y también excavó un lagar. El esperaba que diera uvas, pero dio frutos agrios.
3 Y ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sean ustedes los jueces entre mi viña y yo.
4 ¿Qué más se podía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios?
5 Y ahora les haré conocer lo que haré con mi viña; Quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco y será pisoteada.
6 La convertiré en una ruina, y no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las nubes que no derramen, lluvia sobre ella.
7 Porque la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación predilecta. ¡El esperó de ellos equidad. y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia!

Seis maldiciones contra los poderosos de Judá: contra los explotadores
8 ¡Ay de los que acumulan una casa tras otra y anexionan un campo a otro, hasta no dejar más espacio y habitar ustedes solos en medio del país!
9 El Señor de los ejércitos lo ha jurado a mi oído: Sí, muchas mansiones, grandes y hermosas, quedarán desoladas, por falta de habitantes.
10 Porque diez yugadas de viña no darán más que un tonel, y diez medidas de semillas producirán una sola.

Contra los libertinos
11 ¡Ay de los que madrugan para correr tras la bebida, y hasta muy entrada la noche se acaloran con el vino!
12 Hay cítara y arpa, tamboriles y flautas y vino en sus banquetes; pero ellos no miran la acción del Señor ni ven la obra de sus manos.
13 Por eso mi pueblo será deportado por falta de conocimiento; sus nobles morirán de hambre y su muchedumbre se abrasará de sed.
14 Por eso el Abismo dilata su garganta, abre sus fauces desmesuradamente, y allí se precipitan el esplendor de la ciudad y su muchedumbre, su tumulto y sus festejos.
15 El hombre será doblegado, el mortal, humillado, y serán humillados los ojos altaneros;
16 pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su rectitud, y el Dios santo se mostrará santo por su justicia.
17 Los corderos pacerán como en sus praderas y en las ruinas engordarán los cabritos.

Contra los impíos
18 ¡Ay de los que arrastran la culpa con las cuerdas de la falsedad, y tiran del pecado como con las riendas de un carro!
19 Los que dicen: «¡Que se apure. que haga pronto su obra, para que la veamos que se acerque y llegue el designio del Santo de Israel, para que podamos conocerlo!».
Contra los que tergiversan la verdad
20 ¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien. de los que cambian las tinieblas en luz y la luz en tinieblas. de los que vuelven dulce lo amargo y amargo lo dulce!

Contra los que presumen de sabios y los libertinos injustos
21 ¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen muy inteligentes!
22 ¡Ay de los valientes para beber vino y de los campeones para mezclar bebidas,
23 de los que absuelven por soborno al culpable y privan al justo de su derecho!
24 Por eso, como la lengua de fuego devora la paja y la hierba seca se consume en la llama, así su raíz será como podredumbre y su brote se disipará como el polvo, porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos y despreciaron la palabra del Santo de Israel.

La ira del Señor
25 Por eso la ira del Señor se enciende contra su pueblo: el Señor extiende su mano contra él y lo golpea. se estremecen las montañas y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, no se aplacó su ira y su mano está aún extendida.

La invasión de asiria
26 El alza una insignia para una nación lejana, la llama con un silbido desde el extremo de la tierra. y ella acude veloz, rápidamente.
27 Nadie siente cansancio ni tropieza, nadie dormita ni duerme, a nadie se le desata el cinturón ni se le rompe la correa del calzado.
28 Sus flechas son filosas, están tensos todos sus arcos; los cascos de sus caballos son como pedernal, las ruedas de sus carros, como torbellinos.
29 Su rugido es el de una leona, ruge como los cachorros de león: brama y se apodera de la presa, la arrebata y nadie puede librarla.
30 Aquel día, lanzará un bramido contra ella como el bramido del mar, Mirarán a la tierra, y sólo habrá tinieblas y angustia, la luz será oscurecida por sombríos nubarrones.



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El Nuevo Testamento
 SEGUNDA CARTA
 A LOS CORINTIOS C. 2

Capítulo 2
1 Estoy decidido a no hacerles otra visita que sea para ustedes motivo de tristeza.
2 Porque si yo los entristezco, ¿quién me podrá alegrar, sino el mismo a quien yo entristecí?
3 Y si les he escrito lo que ustedes ya saben, fue para no apenarme al llegar, a causa de aquellos que debían alegrarme, porque estoy convencido de que mi alegría es también la de ustedes.
4 Verdaderamente les escribí con gran aflicción y angustia, y con muchas lágrimas, no para entristecerlos, sino para demostrarles el profundo afecto que les tengo.
5 Si alguien me entristeció, no me entristeció a mí solamente sino también, en cierta medida –lo digo sin exagerar– a todos ustedes.
6 Pienso que es suficiente el castigo que la mayoría ha impuesto al ofensor.
7 Conviene ahora perdonarlo y animarlo para que el pobre no quede agobiado por una pena excesiva.
8 Por eso, les ruego que en este caso hagan prevalecer el amor.
9 Antes les escribí para ponerlos a prueba y ver si son capaces de obedecer en todo.
10 Pero ahora, yo también perdono al que ustedes perdonaron, y lo hago en la presencia de Cristo por amor de ustedes,
11 para que Satanás no saque ventaja de nosotros, ya que conocemos bien sus intenciones.
12 Cuando llegué a Tróade para anunciar la Buena Noticia de Jesús, aunque el Señor abrió una puerta para mi predicación,
13 estaba muy preocupado porque no encontré a mi hermano Tito; por eso, me despedí de ellos y partí para Macedonia.
14 Demos gracias a Dios, que siempre nos hace triunfar en Cristo, y por intermedio nuestro propaga en todas partes la fragancia de su conocimiento.
15 Porque nosotros somos la fragancia de Cristo al servicio de Dios, tanto entre los que se salvan, como entre los que se pierden:
16 para estos, aroma de muerte, que conduce a la muerte; para aquellos, aroma de vida, que conduce a la Vida. ¿Y quién es capaz de cumplir semejante tarea?
17 Pero nosotros no somos como muchos que trafican con la Palabra de Dios, sino que hablamos con sinceridad en nombre de Cristo, como enviados de Dios y en presencia del mismo Dios.


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