El Profeta Samuel


¿Por qué era conocido Samuel en la Biblia?
En la Biblia, Samuel es representado como un juez, líder militar, vidente, profeta, hacedor de reyes, sacerdote oficial y siervo leal de Yahvé. Tradicionalmente se cree que Samuel desempeñó un papel fundamental en la transición del Antiguo Israel de los jueces a la monarquía.
En la Biblia se habla de él en el Antiguo Testamento: 1er. libro de Samuel y 2do. libro de Samuel

Samuel es figura principal de dos de los libros del Antiguo Testamento, quien nace aproximadamente en el año 1100 a.C en Ramá.

Algunas características de Samuel el profeta son:
  • Su nombre significa "Dios escucha las oraciones"
  • Desde pequeño fue muy religioso y dedicó su vida a servir a Dios por lo que durante toda su vida proclamó la santa palabra y los mensajes que Dios le revelaba
  • Fue sacerdote en su pueblo
  • Se dejaba guiar por Dios
  • Era obediente a los mandamientos y a los deseos de Dios
  • Fue juez de los hebreos
  • Vivió antes de Cristo
  • Fue un gran líder israelí
  • Después de Moisés, fue considerado el profeta más importante de su era
  • Fue un hombre justo
El autor sagrado perfila la misión de Samuel como un nuevo Moisés en las tres funciones fundamentales: como profeta predica al pueblo moviéndole a la conversión e intercede por ellos; como sacerdote ofrece holocaustos al Señor; como juez y guía del pueblo garantiza un largo periodo de paz.

Síntesis biográfica
Samuel, profeta. (año 1100 a.C.). Samuel significa "Dios me ha escuchado" (Samu: me ha escuchado El: Dios). En la Santa Biblia la historia de Samuel es una de las más interesantes y hermosas.Está narrada en los libros que se titulan 1º y 2º de Samuel, en el Antiguo Testamento.

Era hijo de Elcana y Ana, dos israelitas muy creyentes. Ana tenía la enfermedad de la esterilidad que le impedía tener hijos y por eso la otra esposa de su marido la humillaba continuamente. Ana lloraba de continuo y ya no quería ni comer. Y sucedió que un año cuando subieron a orar en la Casa de oración de Israel en Silo, Ana se quedó mucho tiempo junto al altar orando con mucha fe y gran fervor. Y el sacerdote Helí al verla mover tanto los labios le dijo: "Ud. debe estar borracha y así no debería venir acá". Ella le respondió: "No estoy borracha, lo que estoy es muy angustiada y he venido a implorar el favor de mi Dios". El sacerdote le dijo: "Vete en paz, que el Señor ha escuchado tu oración". Entonces Ana le hizo a Dios este voto o promesa: "Si me concedes un hijo varón, te lo ofreceré para que se dedique a servirte a Ti en la Casa de oración".

Ofrecido a Dios
Y se volvió contenta a su casa lejana. Y al año le dio Dios a Ana su primer hijo, al cual le puso por nombre Samuel, que significa "Dios me ha escuchado", porque ella decía Dios ha escuchado la oración que yo le hice pidiéndole un hijo". Cuando el niño ya fue grandecito, la mamá lo llevó a la Casa de oración en Silo y se lo ofreció a Dios para que se dedicara para siempre a servir junto al altar.

Y llevó de regalo al templo un novillo de tres años, harina y una vasija de vino y entonó un hermoso himno diciendo: "Mi corazón se regocija por el Señor, porque no hay santo como nuestro Dios, pues Él a la mujer estéril le permite tener hijos. El Señor hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza; humilla y enaltece. El levanta del polvo al desvalido; alza de la basura al pobre. El guarda los pasos de sus amigos. El es un Dios que sabe; El es quien pesa todas las acciones".

Encuentro con Dios
El sacerdote del templo se llamaba Elí y tenía dos hijos muy atrevidos que cometían muchas fechorías y maldades y el papá no se atrevía a corregirlos. Los pecados de esos jóvenes disgustaban mucho a Dios y el se propuso enviarles un castigo.

El niño Samuel se quedaba cada noche a dormir en la Casa de oración para cuidarla. Y una noche oyó que lo llamaban diciendo: "¡Samuel! ¡Samuel!". El jovencito creyó que era Elí el que lo llamaba y corrió a donde el sacerdote y le dijo: "Aquí estoy señor. ¿Me ha llamado?". Elí le dijo: "No te he llamado. Vete a dormir en paz". Pero la voz de Dios volvió a llamar: - "¡Samuel!, ¡Samuel!". El jovencito corrió otra vez donde Elí para ver para qué lo necesitaba. Y así sucedió por tres veces. Entonces Elí comprendio de que era Dios el que lo llamaba y le dijo: "Si te vuelve a llamar le dirás: Habla Señor que tu siervo escucha". Y así lo hizo Samuel cuando Dios lo volvió a llamar y respondió Samuel; Habla Señor que tu siervo escucha. Entonces oyó Samuel que Dios decía: "Voy a castigar a Elí y a sus hijos con terrible mal, porque los hijos hicieron grandes males y el padre no los ha corregido". Y sucedió entonces que los filisteos atacaron al pueblo de Israel.

El castigo anunciado
Y los hijos de Elí se fueron con todo el ejército a defender la patria. Y se llevaron el Arca de la Alianza (donde estaba el Maná y las tablas de la Ley con los 10 Mandamientos) y se dio una gran batalla y los filisteos derrotaron a los Israelitas e hicieron una gran matanza y asesinaron a los dos hijos de Elí y se robaron el Arca de la Alianza. Cuando un mensajero llegó a contar a Elí que se habían robado el Arca y habían matado a sus dos hijos, el pobre anciano que estaba sentado en una silla, se fue de para atrás y se desnucó.

Nuevo sacerdote
El pueblo eligió entonces como sacerdote al joven Samuel y Dios empezó a traerle sus mensajes y a guiarlo en todo, porque Samuel era un santo. Los filisteos devolvieron el Arca y hubo paz. El Pueblo pidió que se le diera un rey. Samuel consultó a Dios, y el Señor le dijo que el rey sería Saúl, el cual era de la última familia, de la más pequeña tribu de Israel.

Proclamación del rey
Corría el año 1020 a.n.e.cuando Samuel lo llamó y le derramó aceite sagrado sobre su cabeza y lo proclamó rey ante todo el pueblo. Y sucedió que Saúl empezó a desobedecer a lo que Dios ordenaba, y entonces el Señor le dijo a Samuel: "He retirado mi espíritu de Saúl y lo he pasado a David. Irás a Belén y ungirás a ese joven como rey". Samuel se fue a Belén a buscar a David. Este era un pastor de ovejas y estaba en el campo cuidando los animales.

Samuel lo hizo venir y derramando aceite sagrado sobre su cabeza lo ungió, y desde entonces el espíritu de Dios vino a David y lo fue guiando en todas sus acciones. Ya anciano, Samuel reunió a todo el pueblo y les dijo: "Durante 40 años los he guiado espiritualmente. Ahora les pido que si alguno tiene alguna queja contra mí la diga claramente. Y si a alguno le he quitado algo o le he hecho algún mal, que lo diga sin más". Y el pueblo entero le respondió: "Ningún mal nos has hecho y a nadie le has quitado nada, y nadie tiene la menor queja contra ti".

Y así terminó santamente su larga vida este hombre que desde muy pequeñito fue llevado por su madre a servir junto al altar a Dios y que cada día y cada hora, tuvo por único fin de su existencia agradar a Nuestro Señor. Que Dios nos envíe muchos sacerdotes tan santos como Samuel. ¿Has visto a uno que cumple bien su deber? Ese ocupará puestos importantes. (S. Biblia. Proverbios).

Muerte
Samuel juzgaba a Israel todos los días de su vida. Cuando murió todo Israel lamentaba por él. Fue enterrado en Ramá.