DIA 273--Isaías 37--38 Eclesiástico 1,1-15 2 Pedro 3


Isaías 37
"Cuando terminaron de hablar, el rey Ezequías rasgó también su ropa, se puso un saco y se fue a la Casa de Yavé. 2.En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3.con este recado: «Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz. 4.¡Ojalá Yavé, tu Dios, haya escuchado las palabras del general al que el rey de Asur mandó para que insultara al Dios vivo, y pueda Yavé tu Dios castigar esas palabras! ¡Ruega a Dios por los pocos que todavía quedamos!» 5.Cuando los ministros del rey Ezequías le entregaron ese recado a Isaías, 6.éste les contestó: «Díganle a su patrón que ésta es la respuesta de Yavé: No te asustes por las palabras que escuchaste, con las que me injuriaron los mozos del rey de Asur. 7.Lo voy a impresionar por una noticia que recibirá, de manera que vuelva a su país, y en su país será asesinado.» 8.Se fue el general y encontró al rey de Asur, que estaba atacando a Libna. El general se había informado, en efecto, de que el rey se había retirado de Laquis, 9.al comunicársele la siguiente noticia: «Taraca, rey de Etiopía, ha salido a atacarte.» De nuevo, Senaquerib envió embajadores a Ezequías 10.con esta advertencia para el rey de Judá: «Tú has puesto tu confianza en tu Dios y dices que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asur, pero es cierto que te va a defraudar. 11.Pues sabes muy bien lo que los reyes de Asur han hecho con todos los países, esto es, los han destruido totalmente; 12.y ¿tú piensas que te vas a librar? ¿De qué les sirvieron sus dioses a las naciones que mis padres conquistaron, a Gozán, Jarán, Résef, y a los arameos de Tel-basar? 13.¿Dónde están ahora el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Sefarvaim, de Hena y de Iva?» 14.Ezequías tomó la carta que traían los embajadores y la leyó. En seguida subió al Templo de Yavé y la desenrolló delante de Yavé. 15.Y dirigió esta súplica a Yavé: 16.«Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel, 17.que estás sentado sobre los querubines, tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el creador del cielo y de la tierra. Atiéndeme, Yavé, y escucha. Abre, Yavé, tus ojos y mira. Mira las palabras de Senaquerib con que manda insultar al Dios viviente. 18.Es cierto, Yavé, que los reyes de Asur han aniquilado a todas las naciones con sus habitantes. 19.Y han echado al fuego a sus dioses, aunque no son dioses sino hechura de mano de hombre, de madera o de piedra, y por eso han sido destruidos. 20.Sin embargo, ahora, Yavé, Dios nuestro, líbranos de caer en sus manos, te lo suplico, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios, ¡Yavé!» 21.Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto es lo que dice Yavé, Dios de Israel: He escuchado la oración que tú me has dirigido a propósito de Senaquerib, rey de Asiria, 22.y ésta es la palabra que Yavé ha pronunciado contra él: La Virgen de Sión te desprecia y se ríe de ti, la hija de Jerusalén te hace burlas por la espalda. 23.¿A quién has insultado con tus blasfemias? ¿A quién le has levantado la voz y lo has mirado con orgullo? Al Santo de Israel. 24.Por boca de tus mensajeros has insultado a Yavé; «Con mis innumerables carros -dijiste, he subido a las más altas montañas, en las faldas del Líbano. He cortado sus altos bosques de cedros y sus cipreses más hermosos, He llegado hasta su más remotos escondites, hasta sus frondosas selvas. 25.He cavado pozos en tierra extranjera, he bebido sus aguas, y dejé secos, al pasar, todos los ríos de Egipto.» 26.Hace mucho tiempo que tengo eso preparado,-¿no te lo habían dicho? Hace años que decidí esto que ahora voy a realizar. 27.Tú debías convertir en ruinas ciudades fortificadas; sus habitantes quedaban sin fuerza, estaban espantados y confundidos. Fueron como la hierba del campo, como el musgo en el techo, o como el trigo verde quemado por la peste. 28.Pero yo sé cuándo tú te sientas, cuándo entras y cuándo sales. 29.Te has levantado contra mí y tus palabras insolentes han llegado a mis oídos; por eso voy a poner un anillo en tus narices y un freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde has venido.» 30.Isaías dijo a Ezequías: «Esto te servirá de señal: Este año se comerá del trigo sembrado, y el año siguiente lo que brote sin sembrar. Pero al tercer año podrán comer y cosechar, plantar viñas y comer su fruto. 31.El resto que sobrevivirá del pueblo de Judá, volverá a echar raíces y a dar fruto. 32.Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte de Sión un grupo de salvados. 33.Todo esto lo hará el amor celoso de Yavé de los Ejércitos.» 34.Ahora bien, Yavé dice sobre el rey de Asur: «No entrará en esta ciudad, no le tirará ninguna flecha, no la atacará con torres rodantes ni construirá terraplenes contra ella, sino que se volverá por el camino por donde vino.» 35.No entrará en esta ciudad, pues lo asegura Yavé: «Yo defenderé esta ciudad y la salvaré en atención a mí y a mi servidor David.» 36.Esa misma noche el Angel de Yavé hirió de muerte a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la hora de levantarse, en la mañana, no había más que cadáveres. 37.Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso se quedó en Nínive. Un día, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron a puñaladas y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón."


Isaías 38
"En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle de parte de Yavé: «Esto te dice Yavé: Pon en orden las cosas de tu familia, porque vas a morir y no sanarás.» 2.Entonces Ezequías volvió su rostro a la pared y oró así a Yavé: 3.«Acuérdate, por favor, que te he servido fielmente con corazón honrado y haciendo lo que te agradaba.» Y se largó a llorar. 4.Entonces le llegó a Isaías una palabra de Yavé: 5.«Esto has de decir a Ezequías de parte de Yavé, el Dios de su padre David: He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas; y ahora te voy a dar quince años más de vida. 6.Te libraré a ti y esta ciudad del rey de Asiria. Yo mismo protegeré la ciudad.» 7.Isaías respondió: «Yavé te va a indicar con esta señal que él cumplirá lo que yo te he dicho: 8.La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz va a retroceder diez grados de los ya recorridos.» Y la sombra retrocedió diez grados de los que ya había recorrido. 9.Poema dedicado a Ezequías, rey de Judá, que cayó enfermo y luego sanó de su enfermedad. 10.Yo decía: En la mitad de mis días ya me marcho; seré encerrado para el resto de mis años en el lugar adonde vn los muertos. 11.Yo decía: No veré más al Señor en la tierra de los vivos, ya no veré a los habitantes de este mundo. 12.Mi carpa es arrancada y enrollada tirada lejos de mí, como una carpa de pastores. Como un tejedor tú enrollabas mi vida, y ahora me separas del telar. De repente cae la noche, y acabas conmigo, 13.grité hasta el amanecer. Como un león ha molido todos mis huesos. 14.Pío como la golondrina, gimo como la paloma; mis ojos han mirado hacia arriba: Señor, ten piedad de mí, responde tú por mí. 15.¿Qué diré, y de qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? ¡Ojalá pudiera alabarlo con ocasión de mi mal todos los años de mi vida, 16.y que mi corazón viva para ti, y mi espíritu, Señor, porque me habrás sanado, haciéndome revivir! 17.Miren que mi enfermedad se cambió en salud; tú has sacado mi alma de la fosa fatal echándote a la espalda todos mis pecados. 18.Pues los muertos no te alaban, ¿podría acaso celebrarte la Muerte, o los que caen en el hoyo proclamar tu fidelidad? 19.El que está vivo, ése sí que te bendice, como yo lo hago hoy día: de padres a hijos recordarán tu fidelidad. 20.Oh Señor, ven a salvarme, y tocaremos para ti las cuerdas del arpa en la casa del Señor todos los días de nuestra vida. 21.Después Isaías dijo: «Tomen una torta de higos, aplíquenla a la llaga y el rey sanará.» 22.Ezequías dijo: «¿Cuál será la señal de que subiré a la Casa de Yavé?»"



Eclesiástico 1,1-15
"Toda sabiduría viene del Señor, y con él está por siempre. 2.La arena de los mares, las gotas de la lluvia, los días de la eternidad, ¿quién los puede contar? 3.La altura del cielo, la anchura de la tierra, la profundidad del abismo, ¿quién los alcanzará? 4.Antes de todo estaba creada la Sabiduría, la inteligente prudencia desde la eternidad. 6.La raíz de la sabiduría ¿a quién fue revelada?, sus recursos, ¿quién los conoció? 8.Sólo uno hay sabio, en extremo temible, el que en su trono está sentado. 9.El Señor mismo la creó, la vio y la contó y la derramó sobre todas sus obras, 10.en toda carne conforme a su largueza, y se la dispensó a los que le aman. 11.Gloria es y orgullo el temor del Señor, contento y corona de júbilo. 12.El temor del Señor recrea el corazón, da contento y recocijo y largos días. 13.Para el que teme al Señor, todo irá bien al fin, en el día de su muerte se le bendecirá. 14.Principio de la sabiduría es temer al Señor, fue creada en el seno materno juntamente con los fieles. 15.Entre los hombres puso su nido, fundación eterna, y con su linaje se mantendrá fielmente. 16.Plenitud de la sabiduría es temer al Señor, ella les embriaga de sus frutos. 17.Toda su casa colma de cosas deseables, y de sus productos sus graneros. 18.Corona de la sabiduría el temor del Señor, ella hace florecer paz y buena salud. 19.(El la vio y la contó), ciencia y conocimiento inteligente hizo llover, y la gloria de los que la poseen exaltó. 20.Raíz de la sabiduría es temer al Señor, sus ramas, los largos días. 22.No puede justificarse la pasión del injusto, que el impulso de su pasión le hace caer. 23.Hasta su hora aguanta el que es paciente, mas después se le brinda contento. 24.Hasta su hora oculta sus palabras, y entonces muchos labios prolamarán su inteligencia. 25.En los tesoros de la sabiduría están las máximas de la ciencia, mas abominación para el pecador es la piedad para con Dios. 26.Si apeteces sabiduría, guarda los mandamientos, y el Señor te la dispensará. 27.Pues sabiduría y enseñanza es el temor del Señor; su complacencia, la fidelidad y mansedumbre. 28.No seas indócil al temor del Señor, ni te acerques a él con corazón partido. 29.No seas hipócrita delante de los hombres, pon guardia a tus labios. 30.No te exaltes a ti mismo, para no caer y acarrearte deshonra, porque el Señor revelaría tus secretos y en medio de la asamblea te echaría por tierra, por no haberte llegado al temor del Señor, porque tu corazón está lleno de fraude."



2 Pedro 3
"1.Esta es ya, queridos, la segunda carta que os escribo; en ambas, con lo que os recuerdo, despierto en vosotros el recto criterio. 2.Acordaos de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que es el mismo del Señor y Salvador. 3.Sabed ante todo que en los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, 4.que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación». 5.Porque ignoran intencionadamente que hace tiempo existieron unos cielos y también una tierra surgida del agua y establecida entre las aguas por la Palabra de Dios, 6.y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio, 7.y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma Palabra, están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos. 8.Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día. 9.No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión. 10.El Día del Señor llegará como un ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, se desharán; los elementos, abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá. 11.Puesto que todas estas cosas han de disolverse así, ¿cómo conviene que seáis en vuestra santa conducta y en la piedad, 12.esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán? 13.Pero esperamos, según nos lo tiene prometido, nuevos cielos y nueva tierra, en lo que habite la justicia. 14.Por lo tanto, queridos, en espera de estos acontecimientos, esforzaos por ser hallados en paz ante él, sin mancilla y sin tacha. 15.La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. 16.Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición. 17.Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura. 18.Creced, pues, en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. A él la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén."