DIA 242--2 Macabeos 9--10 Sabiduría 4,16-20 Lucas 15


2 Macabeos 9
"Por aquel tiempo, Antíoco tuvo que retirarse apresuradamente de las regiones persas. 2.Había entrado a una ciudad llamada Persépolis, pero, cuando pretendió saquear el templo y apoderarse de la ciudad, los habitantes se amotinaron y tomaron las armas contra él. Los del lugar echaron a Antíoco y a los suyos, que huyeron muy avergonzados. 3.Al llegar a Ecbatana le informaron de lo ocurrido en Israel a sus dos generales, Nicanor y Timoteo. 4.Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.» 5.Pero el Señor que todo lo ve, el Dios de Israel, lo castigó con una enfermedad incurable de carácter interno. Acababa de hablar cuando sintió en su estómago un dolor insoportable y comenzó a ser torturado en todo su cuerpo. 6.Esto era totalmente justo para quien había torturado de igual manera a otros con un sinnúmero de suplicios nuevos. Pero no por eso se puso menos arrogante. 7.Enfurecido contra los judíos, dio orden de apresurar aún más la marcha. Pero, como su carro corría muy fuerte, Antíoco cayó y se le descompuso todo el cuerpo. 8.Poco antes pensaba dominar con su orgullosa superioridad desde las montañas hasta el mar. Ahora tenía que ser llevado en una camilla, dando a todos testimonio evidente del poder de Dios. 9.Tan podrido estaba su cuerpo que hasta gusanos tenía y sus carnes, vivas aún, caían a pedazos entre desgarramientos y dolores. Su fetidez era intolerable y apartaba a todo el ejército. 10.Nadie se acercaba al que poco antes pensaba tocar los astros del cielo con la mano. Solamente entonces, torturado por aquellas llagas, comenzó a decaer su soberbia. 11.Al ver que sus dolores aumentaban se dio cuenta que era un castigo de Dios. 12.Ni él mismo podía soportar su fetidez. Decía: «Es justo someterse a Dios. El mortal no debe igualarse a él.» 13.Y el desdichado oraba a Dios, cuando éste ya no quería compadecerse de él. Había marchado a Jerusalén para arrasarla y convertirla en un cementerio. 14.Ahora prometía reconstruirla y declararla ciudad libre. 15.Ofrecía además igualar con los atenienses a aquellos judíos a los cuales había negado sepultura y que habían de ser arrojados junto con sus hijos a las fieras. Había saqueado el Templo y profanado el lugar sagrado. 16.Ahora prometía adornarlo ricamente, devolverle en mayor número los vasos sagrados y pagar todos los gastos de los sacrificios. 17.Y, en fin, prometía que se haría judío y recorrería todos los lugares proclamando el poder de Dios. 18.Todavía más; como ni aun así disminuían sus dolores, porque había caído sobre él el justo juicio de Dios, desesperado por su salud, escribió a los judíos esta carta suplicante, diciéndoles: 19.«A los honrados ciudadanos judíos, mucha salud, prosperidad y bienestar de parte del rey y general Antíoco. 20.Si están ustedes bien, junto con sus hijos y se les cumplen sus deseos, damos gracias al Cielo recordando sus muestras de cariño y benevolencia. 21.Al volver de Persia enfermé de gravedad, por lo que me ha parecido necesario preocuparme de la seguridad común de todos ustedes. 22.No desespero de mi situación, antes bien tengo gran esperanza de salir de esta enfermedad 23.pero consideré que también mi padre, cuando salía para alguna campaña militar hacia las regiones altas, designaba a su futuro sucesor, 24.para que sus súbditos no se preocuparan si sucedía algún hecho imprevisto, o se anunciaba alguna desgracia, y supieran todos en manos de quién quedaba el poder. 25.También me doy cuenta que los reyes y príncipes vecinos están espiando la ocasión y esperando el momento oportuno. Por eso, he designado rey a mi hijo Antíoco, a quien ya les había presentado y recomendado a la mayoría de ustedes, cuando tenía que ir a las regiones del norte. A él le he escrito la carta que les comunico. 26.Les pido, pues, que teniendo en cuenta los beneficios que recibieron de mí todos y cada uno de ustedes, conserven su benevolencia hacia mí y hacia mi hijo. 27.Estoy seguro de que él, siguiendo mi política con moderación y humanidad, vivirá en buen acuerdo con ustedes.» 28.De esta forma acabó aquel blasfemo y asesino, sufriendo atroces tormentos. Murió entre montañas y en tierra extraña, con una muerte miserable. 29.Su compañero Filipo transportó su cuerpo y, luego, se retiró a Egipto, a la corte de Tolomeo Filometor, porque temía al hijo de Antíoco."



2 Macabeos 10
"1.Con la ayuda de Dios, el Macabeo y los suyos se apoderaron del Templo y de la ciudad. 2.Destruyeron los altares levantados por los extranjeros en las plazas, así como en los recintos sagrados. Purificado el Templo, hicieron otro altar y, después de sacar fuego del pedernal, ofrecieron sacrificios 3.tras dos años de interrupción. De nuevo, quemaron incienso, prendieron las lámparas y colocaron los panes de la presencia. 4.Hecho esto, tirados en el suelo, le pedían al Señor que no les mandara más tales desgracias y que, si llegaban de nuevo a pecar, los corrigiera con suavidad y no los entregara, otra vez, en manos de extranjeros blasfemos y feroces. 5.Sucedió que la purificación del Templo tuvo lugar en la misma fecha en que los extranjeros lo habían profanado, es decir, el veinticinco del mes de Casleu. 6.Por ocho días, celebraron con alegría la fiesta, de la misma manera que se celebra la fiesta de las Chozas, recordando cómo, poco tiempo antes, por esa misma fecha, andaban escondiéndose en los cerros y cuevas, como si fueran fieras. 7.Por ello, llevando tirsos, ramas verdes y palmas, entonaban himnos a Aquel que había llevado a buen término la purificación de su Lugar Santo. 8.Por votación pública decidieron que la nación entera de los judíos conmemorara todos los años este acontecimiento. 9.Acabamos de decir cuál fue el fin de Antíoco llamado Epífanes. 10.Vamos ahora a narrar los acontecimientos sucedidos bajo Antíoco Eupátor, hijo del impío, resumiendo las desgracias debidas a las guerras. 11.En efecto, una vez heredado el reino, puso al frente de sus asuntos a Lisias, también general supremo de Celesiria y Fenicia. 12.Pues bien, Tolomeo, llamado Macrón, fue el primero en hacerles justicia a los judíos, y, conmovido por las injusticias que con ellos se cometían, trató de solucionarles satisfactoriamente todos sus problemas. 13.Pero los Amigos del rey Eupátor tomaban pretexto de esto para acusarlo ante el rey. Lo llamaban continuamente traidor, recordando que había abandonado la isla de Chipre, que Filometor le había confiado, para pasarse al partido de Antíoco Epífanes. Al no poder desempeñar con decoro tan alto cargo, desesperado, se envenenó y así acabó con su vida. 14.Fue entonces cuando Gorgias, nombrado general de aquellas regiones, comenzó a pagar tropas que hostigasen sin tregua a los judíos. 15.Entonces, también los idumeos, dueños de fortalezas muy importantes, hostigaban a los judíos y, acogiendo a los fugitivos de Jerusalén, procuraban prolongar la guerra. 16.Los partidarios del Macabeo, después de suplicar y pedir al Señor que viniera a combatir a su lado, atacaron las fortalezas de los idumeos. 17.Dieron el asalto y las plazas fuertes cayeron en su poder. Rechazaron a los que peleaban en la muralla, degollando a cuantos caían en sus manos, y mataron más de veinte mil hombres. 18.No menos de nueve mil se refugiaron en dos torres muy bien fortificadas con todo lo necesario para resistir un asedio prolongado. 19.El Macabeo, dejando a Simón, José Zaqueo y a los que con ellos estaban, con fuerzas suficientes para mantener el asedio, se marchó donde más falta hacía su presencia. 20.Los hombres de Simón, seducidos por la avaricia, se dejaron comprar a precio de plata por los de las torres y a cambio de sesenta mil monedas permitieron que escapara un cierto número de ellos. 21.Apenas el Macabeo lo supo, reunió a los jefes del pueblo y acusó a esos hombres por haber vendido a sus hermanos por dinero y haber dejado escapar libres a sus enemigos. 22.Los condenó a muerte por traidores y en seguida se apoderó de las torres. Mató a más de veinte mil en las dos fortalezas, 23.dando así feliz remate a las empresas que había emprendido. 24.Timoteo, que había sido vencido antes por los judíos, reunió numerosas fuerzas extranjeras y un gran número de caballos traídos de Asia y se presentó con la intención de conquistar Judea por las armas. 25.Ante su avance, los hombres del Macabeo, suplicando a Dios, se cubrieron de polvo la cabeza y se vistieron de saco. 26.Y, postrándose al pie del altar, pedían a Dios que se portara bien con ellos y mal con sus enemigos; que se hiciera adversario de sus adversarios, como está escrito en la Ley. 27.Terminada la oración, tomaron las armas y se alejaron de la ciudad, pero, cuando llegaron cerca del enemigo, se detuvieron. 28.Apenas salido el sol, se entabló la batalla. Unos llevaban como garantía de éxito y victoria, además de su valor, la confianza en su Señor; otros combatían inspirados por el odio. 29.En lo más encarnizado de la batalla se aparecieron desde el cielo a los enemigos cinco hombres resplandecientes que, montados sobre caballos con bridas de oro, encabezaban a los judíos. 30.Rodeando al Macabeo, lo defendían con sus armas, haciéndolo invulnerable, y al mismo tiempo lanzaban flechas y rayos contra los enemigos, que caían y se dispersaban en el mayor desorden, heridos de ceguera. 31.Murieron veinte mil quinientos de a pie y seiscientos jinetes. 32.Timoteo se refugió en una fortaleza muy bien guardada llamada Gázara, donde mandaba Quereas. 33.Las fuerzas del Macabeo asediaron con gran valentía la fortaleza durante cuatro días. 34.Los de dentro, confiados en la solidez de la fortaleza, proferían insultos y maldiciones. 35.Cuando amaneció el quinto día, veinte jóvenes de las tropas del Macabeo, enfurecidos por las blasfemias que oían, se lanzaron valientemente contra la muralla y con salvaje furia mataron a cuantos se les ponían delante. 36.Otros aprovecharon esta diversión para subir también a la muralla, prendieron fuego a las torres y, encendiendo hogueras, quemaron vivos a los blasfemos. 37.Los primeros echaron a tierra las puertas para que entrara el resto del ejército, y se apoderaron de la ciudad. Mataron a Timoteo, que se había escondido en un pozo, así como a su hermano Quereas y a Apolófanes. 38.Al término de estas hazañas entonaron himnos y alabanzas al Señor, que había engrandecido a Israel y le había dado la victoria."



Sabiduría 4,16-20
16.El justo que muere condena a los impíos que sobreviven, una vida joven que llega pronto a la perfección, denuncia la vejez interminable de los malvados. 17.Verán pues la muerte del sabio, pero sin comprender las intenciones divinas al respecto, ni por qué el Señor lo puso a resguardo. 18.Al ver eso podrán tal vez reírse, pero el Señor también se reirá de ellos 19.cuando a su vez sean cadáveres despreciables y estén sin defensa entre los muertos. Porque el Señor los reducirá al silencio y los precipitará de cabeza; los arrancará de cuajo y los destruirá irremediablemente: entonces sabrán lo que es el dolor, cuando todos los hayan olvidado. 20.Se presentarán temblando cuando se haga el recuento de sus pecados, y sus crímenes se alzarán frente a ellos."



Lucas 15
"1.Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharle. 2.Por esto los fariseos y los maestros de la Ley lo criticaban entre sí: «Este hombre da buena acogida a los pecadores y come con ellos.» 3.Entonces Jesús les dijo esta parábola: 4.«Si alguno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió, hasta que la encuentra? 5.Y cuando la encuentra se la carga muy feliz sobre los hombros, 6.y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: "Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido." 7.Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse. 8.Y si una mujer pierde una moneda de las diez que tiene, ¿no enciende una lámpara, barre la casa y busca cuidadosamente hasta que la encuentra? 9.Y apenas la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas y les dice: Alégrense conmigo, porque hallé la moneda que se me había perdido. 10.De igual manera, yo se lo digo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte.» 11.Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. 12.El menor dijo a su padre: "Dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y el padre repartió sus bienes entre los dos. 13.El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después, se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada. 14.Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. 15.Fue a buscar trabajo, y se puso al servicio de un habitante del lugar que lo envió a su campo a cuidar cerdos. 16.Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo. 17.Finalmente recapacitó y se dijo: ¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre! 18.Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: «Padre, he pecado contra Dios y contra ti. 19.Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.» 20.Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó. 21.Entonces el hijo le habló: «Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.» 22.Pero el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. 23.Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, 24.porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta. 25.El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile. 26.Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello. 27.El le respondió: «Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.» 28.El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. 29.Pero él le contestó: «Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. 30.Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo, que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.» 31.El padre le dijo: «Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. 32.Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.»"