Proverbio no. 23-Reglas para la Vida Social


Eres parte de toda una historia que ahora se continúa en ti. Aprende a escuchar a tus padres, presentes o ausentes, porque tu misión será alcanzar las bendiciones que tú y los tuyos fueron elegidos para recibir, dar y compartir. Dios quiere que te realices totalmente en esta maravillosa y breve vida.

Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea vieja.
Adquiere la verdad y no la vendas, lo mismo que la sabiduría, la instrucción y la inteligencia.
El padre de un justo se llena de gozo, el que tiene un hijo sabio se alegra por él:
¡que se alegren tu padre y tu madre y se llene de gozo la que te hizo nacer!
23:1 Si te sientas a la mesa con un señor, fíjate bien en lo que tienes delante;
23:2 clava un cuchillo en tu garganta, si tienes mucho apetito.
23:3 No ambiciones sus manjares, porque son un alimento engañoso.
23:4 No te afanes por enriquecerte, deja de pensar en eso.
23:5 Tus ojos vuelan hacia la riqueza, y ya no hay nada, porque ella se pone alas y vuela hacia el cielo como un águila.
23:6 No comas el pan del hombre malicioso ni codicies sus manjares,
23:7 porque él es en realidad como piensa dentro de sí:"Come y bebe", te dice, pero su corazón no está contigo.
23:8 El bocado que comiste, lo vomitarás, y habrás desperdiciado tus lindas palabras.
23:9 No hables a los oídos de un insensato, porque despreciará el buen sentido de tus palabras.
23:10 No desplaces los linderos antiguos, ni te metas en los campos de los huérfanos,
23:11 porque su Vengador es poderoso y defenderá su causa contra ti.
23:12 Abre tu corazón a la instrucción y tus oídos a las palabras de la ciencia.
23:13 No mezquines la corrección a un niño: si lo golpeas con la vara, no morirá.
23:14 Tú lo golpearás con la vara, y librarás su vida del Abismo.
23:15 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también se alegrará mi corazón:
23:16 mis entrañas se regocijarán, cuando tus labios hablen con rectitud.
23:17 Que tu corazón no envidie a los pecadores, sino que siempre tema al Señor.
23:18 Así, ciertamente, tendrás un porvenir y tu esperanza no quedará defraudada.
23:19 Escucha, hijo mío, y te harás sabio, y enderezarás tu corazón por el buen camino.
23:20 No te juntes con los borrachos ni con los que se hartan de carne,
23:21 porque el borracho y el glotón se empobrecen, y la modorra hace andar vestido con harapos.

23:22 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea vieja.
23:23 Adquiere la verdad y no la vendas, lo mismo que la sabiduría, la instrucción y la inteligencia.
23:24 El padre de un justo se llena de gozo, el que tiene un hijo sabio se alegra por él:
23:25 ¡que se alegren tu padre y tu madre y se llene de gozo la que te hizo nacer!
23:26 Hijo mío, préstame atención y acepta de buena gana mis caminos.
23:27 Porque la prostituta es una fosa profunda y la mujer extraña, un pozo estrecho:
23:28 también ella está al acecho como un ladrón y multiplica las traiciones entre los hombres.


23:29 ¿Para quién los lamentos? ¿Para quién los quejidos?¿Para quién las querellas? ¿Para quién los suspiros? ¿Para quién las heridas sin motivo?¿Para quién la mirada turbia?
23:30 Para los que se la pasan bebiendo y van en busca de vino aromatizado.
23:31 No mires el vino: ¡qué rojo es!¡Cómo centellea en la copa! ¡Cómo fluye suavemente!
23:32 Pero al fin muerde como una serpiente y pica como una víbora.
23:33 Tus ojos verán cosas extrañas, tu corazón hablará sin ton ni son;
23:34 serás como un hombre acostado en alta mar, acostado en la punta de un mástil.
23:35 "Me han golpeado, pero no me dolió; me han pegado, pero no me di cuenta. ¿Cuándo me despertaré? ¡Volveré a pedir más todavía!"