1. Elías es alimentado por los cuervos
1 Reyes 17,18
Tras la muerte de Salomón, en Israel hubo otros reyes. Acab fue uno de los reyes de Israel, el peor que tuvo el pueblo de Dios. Acab estaba casado con una mujer perversa llamada Jezabel, esta mujer convenció al rey Acab para adorar a un dios falso llamado Baal. Acab incluso construyó un templo para honrar a Baal y levantó una imagen del dios Asera, para que todos fueran a adorarlo, y así fue como el pueblo de Israel se volvió idólatra. Dios condena la idolatría así que Dios estaba muy enfadado con su pueblo y con el rey Acab.
Pero había un hombre en Israel llamado Elías que amaba al Dios verdadero. Elías era un profeta. Un profeta, en el Antiguo testamento era un mensajero de parte de Dios. El profeta debía de llevar un mensaje a la persona, ciudad, pueblo... que Dios le ordenara. En ocasiones estos mensajes no eran buenos.
Elías llegó al palacio del rey y le transmitió el mensaje dado por Dios: "Mi Dios, que es el Dios de Israel dice que no habrá lluvia ni tan siquiera rocío en todos estos años sino por mi palabra. Tus ídolos no pueden hacer que llueva". Dicho esto salió rápidamente del palacio, este mensaje era terrible para el pueblo, significaba que la tierra se secaría, que las plantas no crecerían y que los animales no tendrían que comer... las personas y los animales se morirían de hambre. El rey Acab debía de estar muy enojado por lo que había escuchado de Elías.
Dios le había advertido a Elías que después de profetizar saliera corriendo a esconderse al arroyo de Querit junto al río Jordán. Elías obedeció, sabía que su vida estaba en peligro, Acab lo culparía de la sequía pero él también debería sobrevivir en medio de la situación de hambre que estaba llegando.
Dios había prometido a Elías que Él enviaría cuervos a alimentarle "Cuando tengas sed bebe del arroyo y cuando tengas hambre no te preocupes, yo enviaré curvos que te lleven el alimento que necesites".
Elías se fue junto al arroyo, se sentó, y allí pensó en todo lo que le había sucedido últimamente cuando repentinamente escucha unos graznidos a su alrededor. Elías miró y vió como unos enormes cuervos negros venían hacia él, soltaban algo. Era tal y como le prometió Dios. Cada día Elías era visitado por los cuervos que le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde.
Al cabo de un tiempo el arroyo se secó porque no llovía, pero Dios lo cuidó cada día. Elías obedeció a Dios y Dios proveyó de alimento cada día para él.
DIOS NOS CUIDA Y NOS DA LO QUE NECESITAMOS CADA DÍA
Lecciones Elías y los cuervos:
http://www.covchurch.org/pacto-con-dios/files/2010/12/c731.pdf
http://server.firefighters.org/childrens/cd2/PDF/span_old/ESP097.PDF
http://comadpp.org/lecciones/3Trim2012/Infantes/ML05.pdf
http://www.pmministries.com/CEES/2006/ES3/Departamentos/Cuna/cunaLsn2.pdf