Día 262-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO


262 - DÍAS LA SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
ISAIAS C. 20

Capítulo 20

Anuncio simbólico de la derrota de Egipto

1 El año en que el general en jefe enviado por Sargón, rey de Asiria, llegó a Asdod, la atacó y la tomó,
2 en ese mismo tiempo, el Señor habló por medio de Isaías, hijo de Amós, diciendo: «Ve, despójate del sayal que llevas ceñido, y quítate las sandalias de los pies». El lo hizo así, y anduvo desnudo y descalzo.
3 El Señor dijo: «Así como mi servidor Isaías anduvo desnudo y descalzo durante tres años, como signo y presagio contra Egipto y contra Cus.
4 así el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos, y con las nalgas al aire, a los cautivos de Egipto y a los deportados de Cus, jóvenes y viejos, para vergüenza de Egipto.
5 La gente sentirá terror y vergüenza a causa de Cus, su esperanza, y a causa de Egipto, su orgullo.
6 Y los habitantes de esta costa dirán en aquel día: «¡Ahí está nuestra esperanza, a la que acudíamos en busca de auxilio, para ser librados del rey de Asiria! Y ahora nosotros ¿cómo podremos escapar?».

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El Antiguo Testamento
ISAIAS C.21

Capítulo 21
La caída de Babilonia


1 Oráculo sobre el desierto del mar. ¡Como torbellinos que pasan por el Négueb, él viene del desierto, de un país temible!
2 Una visión siniestra me ha sido revelada; el traidor traiciona, el devastador devasta. «¡Sube, Elam, al asedio, medos! Yo hago cesar todos los gemidos».
3 Por eso mis entrañas se sienten convulsionadas; me asaltan los dolores, dolores como los del parto. Me desconcierta lo que oigo, me espanta lo que veo.
4 Se extravía mi mente, el pánico me aterra; el crepúsculo que ansiaba se ha vuelto para mí un horror.
5 Se pone la mesa, se extiende el tapiz, se come, se bebe. ¡De pie, príncipes, engrasen el escudo!
6 Porque así me ha hablado el Señor: ¡Ve, aposta al centinela, que anuncie lo que vea!
7 Si ve gente a caballo, parejas de jinetes, hombres montados en asnos, hombres montados en camellos, que preste atención, mucha atención».
8 Entonces gritó el vigía: «Sobre la atalaya, Señor, estoy siempre de pie, todo el día; en mi puesto de guardia, estoy alerta toda la noche.
9 ¡Ha caído, ha caído Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han hecho añicos contra el suelo!».
10 ¡Pueblo mío, trillado y aventado en la era, lo que oí del Señor de los ejércitos el Dios de Israel, te lo he anunciado!

Oráculo sobre Dumá

11 Oráculo sobre Dumá. Alguien me grita desde Seír: «Centinela, ¿cuánto queda de la noche? Centinela, ¿cuánto queda de la noche?».
12 El centinela responde: «Llega la mañana y de nuevo la noche. Si quieren preguntar, pregunten; vengan otra vez».

Oráculo sobre las tribus árabes

13 Oráculo en la estepa. Entre las malezas, en la estepa, ustedes pasarán la noche, caravanas de los dedanitas.
14 Lleven agua al encuentro de los sedientos, habitantes del país de Temá, saltan a recibir con pan a los fugitivos
15 Porque ellos huyen ante las espadas ante la espada desenvainada, ante el arco tendido, ante el encarnizamiento del combate.
16 Porque así me ha hablado el Señor: «Dentro de un año, computado como los años de un mercenario, se habrá terminado toda la gloria de Quedar.
17 Y el resto de los arqueros de los valientes hijos de Quedar será muy poca cosa. Porque ha hablado el Señor, el Dios de Israel».

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El Antiguo Testamento
ISAIAS C.22

Capítulo 22
Contra la euforia de Jerusalén



1 Oráculo sobre el valle de la Visión. ¿Qué es lo que te sucede para que subas en masa a las azoteas,

2 tú, que estás llena de bullicio, ciudad tumultuosa, ciudad alegre? Tus víctimas no son víctimas de la espada ni muertos en el combate.
3 Tus jefes desertaron todos juntos, cayeron prisioneros sin disparar el arco; todos tus valientes fueron apresados, mientras huían lejos.
4 Por eso dije: «¡Aparten sus ojos de mí, voy a llorar amargamente; no insistan en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo!».
5 Porque es un día de confusión, de humillación y consternación, enviado por el Señor de los ejércitos: en el valle de la Visión se socavaba el muro, el clamor llegaba a la montaña.
6 Elam tomó la aljaba, Aram montó a caballo, Quir desenfundó el escudo.
7 Tus valles más hermosos se llenaron de carros de guerra, los jinetes se apostaron a la Puerta
8 y cayó la defensa de Judá. Aquel día, ustedes volvieron los ojos hacia el arsenal de la Casa de Bosque.
9 Vieron qué numerosas eran las brechas de la Ciudad de David; juntaron agua en la cisterna inferior;
10 contaron las casas de Jerusalén y derribaron algunas para reforzar la muralla;
11 hicieron un depósito entre los dos muros para las aguas de la cisterna antigua. ¡Pero no se fijaron en el que hacía todo eso, ni miraron al que lo planeó hace mucho tiempo!
12 Aquel día, el Señor de los ejércitos convocaba al llanto y al luto, a raparse la cabeza y vestirse de saya! ;
13 en cambio, hay gozo y alegría, se matan bueyes y se degüellan ovejas, se come carne y se bebe vino: «¡Comamos y bebamos, porque mañana moriremos».
14 El señor de los ejércitos se ha revelado a mi oído: No, esta falta no les será expiada hasta que ustedes mueran, dice el Señor de los ejércitos.

Contra Sebná, el mayordomo de palacio

15 Así habla el Señor de los ejércitos: «Ve a encontrarte con ese intendente, Sebná, el mayordomo de palacio,
16 que talla su sepulcro en la altura y se cava una morada en la roca. ¿Qué tienes y a quién tienes aquí, para tallarte aquí un sepulcro?
17 Mira que el Señor te arroja de un solo golpe, hombre fuerte; te envuelve bien envuelto,
18 te ata fuerte como un ovillo y te arroja como una bola a un país de vastas dimensiones. Allí morirás, y allí irán a parar los carruajes que eran tu gloria, ¡tú, deshonra de la casa de tu señor!
19 Yo te derribaré de tu sitial y te destituiré de tu cargo.
20 Y aquel día, llamaré a mi servidor Eliaquím, hijo de Jilquías;
21 lo vestiré con tu túnica, lo ceñiré con tu faja, pondré tus poderes en su mano, y él será un padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá.
22 pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David: lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá.
23 Lo clavaré como una estaca en un sitio firme, y será un trono de gloria para la casa de su padre.
24 De él estará suspendida toda la gloria de la casa de su padre: retoños y gajos, todos los vasos pequeños, desde las tazas hasta las vasijas de todas clases.
25 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos– cederá la estaca clavada en un sitio firme, se quebrará, caerá, y la carga que estaba sobre ella será destruida, porque ha hablado el Señor. 

 
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El Nuevo Testamento
 SEGUNDA CARTA A
LOS CORINTIOS C.9 

Capítulo 9

1 Está de más que les escriba acerca de este servicio en favor de los hermanos de Jerusalén,
2 Porque conozco la buena disposición de ustedes. Ya les he dicho con orgullo a los hermanos de Macedonia: «La Acaya está preparada desde el año pasado». Y el entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo para muchos.
3 A pesar de todo, envié a los hermanos, para que nuestro orgullo respecto de ustedes no se vea defraudado en esta ocasión y, además, para que estén preparados, como ya les advertí.
4 No sea que si alguno de los hermanos de Macedonia va a visitarlos conmigo y los encuentra desprevenidos, nuestra gran confianza se convierta en vergüenza para nosotros, por no decir para ustedes.
5 Por esta razón, creí necesario rogar a los hermanos que se me adelantaran, para ir organizando con tiempo esa obra buena que ustedes habían prometido, de manera que aparezca como una muestra de generosidad y no de mezquindad.
6 Sepan que el que siembra mezquinamente, tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad, cosechará abundantemente.
7 Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría.
8 Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras.
9 Como dice la Escritura: "El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente".
10 El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.
11 Así, serán colmados de riquezas y podrán dar con toda generosidad; y esa generosidad, por intermedio nuestro, se transformará en acciones de gracias a Dios.
12 Porque este servicio sagrado, no sólo satisface las necesidades de los santos, sino que también es una fuente abundante de acciones de gracias a Dios.
13 En efecto, al comprobar el verdadero carácter de la ayuda que ustedes les prestan, ellos glorificarán a Dios por la obediencia con que ustedes confiesan la Buena Noticia de Cristo y por la generosidad con que están unidos a ellos y a todos.
14 Y la oración que ellos harán por ustedes pondrá de manifiesto el cariño que les profesan, a causa de la gracia sobreabundante que Dios derramó sobre ustedes.
15 ¡Demos gracias a dios por su don inefable!
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