DIA 356-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO

SANTA MISA EN LA IMAGEN
 
356 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO



El Antiguo Testamento
MIQUEAS C.4

1 Sucederá al fin de los tiempos que la montaña de la Casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Los pueblos afluirán hacia ella
2 y acudirán naciones numerosas, que dirán: «¡Vengan, subamos a la Montaña del Señor y a la Casa del Dios de Jacob! El nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas». Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén, la palabra del Señor.
3 El será juez entre pueblos numerosos y árbitro de naciones poderosas, hasta las más lejanas. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra.
4 Cada uno se sentará bajo su parra y bajo su higuera, sin que nadie lo perturbe, porque ha hablado la boca del Señor de los ejércitos.
5 Todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de su dios; pero nosotros caminamos en el nombre del Señor, nuestro Dios, por siempre jamás.
6 Aquel día –oráculo del Señor– yo reuniré a las ovejas tullidas, congregaré a las descarriadas y a la que yo había maltratado.
7 De las tullidas, haré un resto, y de las alejadas, una nación poderosa. Y el Señor reinará sobre ellas en la montaña de Sión, desde ahora y para siempre.
8 Y tú, Torre del Rebaño, Altura de la hija de Sión, a ti llegará otra vez la antigua soberanía, la realeza de la hija de Jerusalén.
9 Y ahora ¿por qué lanzas alaridos? ¿Acaso no tienes un rey, o ha desaparecido tu consejero, para que te retuerzas como una parturienta?
10 Retuércete y sufre, hija de Sión, como una parturienta, porque ahora vas a salir de la ciudad y habitarás al descampado. Tú llegarás hasta Babilonia y allí serás liberada; allí el Señor te redimirá de la mano de tus enemigos.
11 Ahora se han reunido contra ti numerosas naciones, que dicen: «¡Que sea profanada, para que nuestros ojos se regocijen a la vista de Sión!».
12 Pero ellos no conocen los planes del Señor ni comprenden su designio: él los ha reunido como gavillas en la era.
13 ¡Levántate y trilla, hija de Sión! Yo haré de hierro tu cuerno, y tus pezuñas, de bronce: triturarás a pueblos numerosos; consagrarás al Señor su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
14 ¡Ahora, reagrupa tus tropas, ciudad sitiada! Han puesto un asedio contra nosotros; golpean con la vara en la mejilla al juez de Israel.


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El Antiguo Testamento 
 MIQUEAS C. 5

Capítulo 5
1 Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial.
2 Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas.
3 El se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque él será grande hasta los confines de la tierra.
4 ¡Y él mismo será la paz! Si Asiria invade nuestro país y pisa nuestros palacios, le opondremos siete pastores y ocho príncipes del pueblo:
5 Ellos apacentarán a Asiria con la espada y al país de Nemrod con el acero. Y él nos librará de Asiria, si llega a invadir nuestro país y pisa nuestra frontera.
6 Entonces, el resto de Jacob será, en medio de pueblos numerosos, como rocío que baja del Señor, como chaparrón sobre la hierba, que no espera en el hombre ni aguarda nada de los seres humanos.
7 Entonces, el resto de Jacob será entre las naciones, en medio de pueblos numerosos, como un león entre los animales de la selva, como un cachorro de león entre los rebaños; cuando él pasa, pisotea y destroza, sin que nadie pueda librar.
8 Que tu mano se alce contra tus adversarios y sean extirpados todos tus enemigos.
9 Aquel día –oráculo del Señor– yo extirparé tus caballos de en medio de ti y haré desaparecer tus carros de guerra;
10 extirparé las ciudades de tu país y derribaré todas tus fortalezas;
11 extirparé de tus manos los sortilegios y no tendrás más adivinos;
12 extirparé de en medio de ti tus ídolos y tus piedras conmemorativas, y ya no volverás a postrarte ante la obra de tus manos;
13 arrancaré de en medio de ti tus postes sagrados y derribaré tus ídolos.
14 ¡Y me vengaré con ira y furor de las naciones que no hayan obedecido!


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El Antiguo Testamento 
 MIQUEAS C. 6
  
Capítulo 6
1 Escuchen lo que dice el Señor: ¡Levántate, convoca a juicio a las montañas y que las colinas escuchen tu voz!
2 ¡Escuchen, montañas, el pleito del Señor, atiendan, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel;
3 «¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme.
4 ¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?
5 Recuerda, pueblo mío, lo que tramaba Balac, rey de Moab, y qué le respondió Balaam, hijo de Beor. Recuerda el trayecto desde Sitím hasta Guilgal, y así reconocerás los actos justicieros del Señor».
6 ¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante el Dios de las alturas? ¿Me presentaré a él con holocaustos, con terneros de un año?
7 ¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado?
8 Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios.
9 La voz del Señor llama a la ciudad. –¡Es prudente temer tu Nombre!–. ¡Oigan, tribu de Judá y asamblea de la ciudad!
12 ¡Sus ricos están llenos de violencia, sus habitantes hablan falsamente y la lengua es pura mentira en su boca!
10 ¿Tendré que tolerar todavía en la casa del impío los tesoros mal adquiridos y la execrable medida rebajada?
11 ¿Puedo tener por justas las balanzas falsas o la bolsa de pesas fraudulentas?
13 Por eso, yo comencé a golpearte y a devastarte por tus pecados.
14 Tú comerás, pero no te saciarás, y el hambre te devorará por dentro; ahorrarás, pero no conservarás, y lo que conserves, yo lo entregaré a la espada.
15 Sembrarás, pero no cosecharás; pisarás la aceituna, pero no te ungirás con aceite, tendrás mosto, pero no beberás el vino.
16 Tú observas los decretos de Omrí y todas las prácticas de la casa de Ajab; procedes según sus consejos, para que yo te entregue a la desolación, y a tus habitantes a la burla. ¡Ustedes soportarán el oprobio de los pueblos!


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El Antiguo Testamento 
 MIQUEAS C. 7

Capítulo 7
1 ¡Ay de mí! He llegado a ser como los segadores en verano, como el que rebusca después de la vendimia: ¡ni un racimo para comer, ni una breva de las que tanto me gustan!
2 El hombre fiel ha desaparecido del país: ¡no queda ni un justo entre los hombres! Todos están al acecho para derramar sangre, cada uno atrapa a su hermano en la red.
3 Sus manos se emplean para el mal; para hacer un favor, el príncipe exige y el juez reclama una gratificación; el poderoso manifiesta su avidez y se pervierte la justicia.
4 El mejor entre ellos es como una zarza, el más justo, peor que una mata espinosa. Pero ha llegado tu castigo, el día anunciado por tus centinelas: es el momento de su consternación.
5 No se fíen de un compañero, no tengan confianza en un amigo; cuídate de abrir la boca delante de la que se recuesta en tu pecho.
6 Porque el hijo denigra al padre, la hija se alza contra su madre, la nuera contra su suegra, y cada uno tiene como enemigos a los de su casa.
7 Pero yo aguardo al Señor, espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!
8 No te alegres de mi suerte, enemiga mía, porque si he caído, me levantaré; si habito en las tinieblas, el Señor es mi luz.
9 Tengo que soportar la ira del Señor, porque he pecado contra él, hasta que él juzgue mi causa y me haga justicia. El me hará salir a la luz y yo contemplaré su justicia.
10 Mi enemiga lo verá y se cubrirá de vergüenza, ella, que me decía: «¿Dónde está el Señor, tu Dios?». Mis ojos gozarán al verla, cuando sea pisoteada como el barro de las calles.
11 ¡Llega el día de reconstruir tus murallas! Aquel día se extenderán tus fronteras;
12 aquel día vendrán hacia ti desde Asiria hasta Egipto y desde Egipto hasta el Río, de un mar hasta el otro y de una montaña hasta la otra.
13 La tierra quedará desolada a causa de sus habitantes, como pago de sus malas acciones.
14 Apacienta con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu herencia, al que vive solitario en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que sean apacentados en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos!
15 Como en los días en que salías de Egipto, muéstranos tus maravillas.
16 Las naciones verán y se avergonzarán de todo su poderío; se taparán la boca con la mano y quedarán sordos sus oídos.
17 Lamerán el polvo como la serpiente, como los gusanos de la tierra; saldrán temblorosas de sus refugios, irán temblando hacia el Señor, nuestro Dios, y sentirán temor delante de ti.
18 ¿Qué dios es como tú, que perdonas la falta y pasas por alto la rebeldía del resto de tu herencia? El no mantiene su ira para siempre, porque ama la fidelidad.
19 El volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados.
20 Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como juraste a nuestros padres desde los tiempos remotos.


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El Nuevo Testamento
 APOCALIPSIS C. 14

Capítulo 14
1 Después vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre.
2 Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas:
3 los elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra.
4 Estos son los que no se han contaminado con mujeres y son vírgenes. Ellos siguen al Cordero donde quiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y para el Cordero.
5 En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados.
6 Luego vi a otro Angel que volaba en lo más alto del cielo, llevando una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo.
7 El proclamaba con voz potente: «Teman a Dios y glorifíquenlo, porque ha llegado la hora de su Juicio: adoren a aquel que hizo el cielo la tierra, el mar y los manantiales».
8 Un segundo Angel lo siguió, anunciando: «Ha caído, ha caído la gran Babilonia, la que ha dado de beber a todas las naciones el vino embriagante de su prostitución».
9 Un tercer Angel lo siguió, diciendo con voz potente: «El que adore a la Bestia o a su imagen y reciba su marca sobre la frente o en la mano,
10 tendrá que beber el vino de la indignación de Dios, que se ha derramado puro en la copa de su ira; y será atormentado con fuego y azufre, delante de los santos Angeles y delante del Cordero.
11 El humo de su tormento se eleva por los siglos de los siglos, y aquellos que adoran a la Bestia y a su imagen, y reciben la marca de su nombre, no tendrán reposo ni de día ni de noche».
12 En esto se pondrá a prueba la perseverancia de los santos, de aquellos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
13 Luego escuché una voz que me ordenaba desde el cielo: «Escribe: ¡Felices los que mueren en el Señor! Sí –dice el Espíritu– de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompañan».
14 Y vi una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que parecía Hijo de hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
15 En seguida salió del Templo otro Angel y gritó con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: «Empuña tu hoz y siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha y los sembrados de la tierra están maduros».
16 Y el que estaba sentado sobre la nube pasó su hoz sobre la tierra, y esta quedó segada.
17 Entonces otro Angel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada.
18 Y salió del altar otro Angel –el que tiene poder sobre el fuego– y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: «Empuña tu hoz y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque han llegado a su madurez».
19 El Angel pasó la hoz afilada sobre la tierra, cosechó la viña y arrojó los racimos en la inmensa cuba de la ira de Dios.
20 La cuba fue pisoteada en las afueras de la ciudad, y de la cuba salió tanta sangre, que llegó a la altura de los frenos de los caballos en una extensión de unos trescientos kilómetros.

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