349 - DÍAS. SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO
El Antiguo Testamento
OSEAS C. 11
Capítulo 11
1 Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
2 Pero cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos.
3 ¡Y yo había enseñado a caminar a Efraím, lo tomaba por los brazos! Pero ellos no reconocieron que yo los cuidaba.
4 Yo los atraía con lazos humanos, con ataduras de amor; era para ellos como los que alzan a una criatura contra sus mejillas, me inclinaba hacia él y le daba de comer.
5 Efraím volverá a Egipto y Asiria será su rey, porque rehusaron volver a mí.
6 La espada hará estragos en sus ciudades, destrozará los barrotes de sus puertas y los devorará a causa de sus intrigas.
7 Mi pueblo está aferrado a su apostasía: se los llama hacia lo alto, pero ni uno solo se levanta.
8 ¿Cómo voy a abandonarte, Efraím? ¿Cómo voy a entregarte, Israel? ¿Cómo voy a tratarte como a Admá o a dejarte igual que Seboím? Mi corazón se subleva contra mí y se enciende toda mi ternura:
9 no daré libre curso al ardor de mi ira, no destruiré otra vez a Efraím. Porque yo soy Dios, no un hombre: soy el Santo en medio de ti, y no vendré con furor.
10 Ellos irán detrás del Señor ; él rugirá como un león, y cuando se ponga a rugir, sus hijos vendrán temblando del Occidente.
11 Vendrán temblando desde Egipto como un pájaro, y como una paloma, desde el país de Asiria; y yo los haré habitar en sus casas –oráculo del Señor–.
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El Antiguo Testamento
OSEAS C. 12
Capítulo 12
1 Efraím me ha rodeado de mentira y la casa de Israel, de falsedad. –Pero Judá está todavía cerca de Dios y se mantiene fiel al muy Santo–.
2 Efraím se apacienta de viento y corre todo el día tras el viento del este; multiplica el fraude y la devastación; hacen una alianza con Asiria y llevan aceite a Egipto.
3 El Señor tiene un pleito con Israel, pedirá a Jacob de su conducta, le retribuirá según sus acciones.
4 En el seno materno suplantó a su hermano y cuando fue adulto luchó con Dios.
5 Luchó con el Angel y venció, lloró y le imploró. En Betel lo encontró, y allí Dios habló con él.
6 –¡El Señor es el Dios de los ejércitos: «el Señor» es su nombre!–.
7 Tú volverás con la ayuda de tu Dios: observa la fidelidad y la rectitud, y espera siempre en tu Dios.
8 Canaán tiene en su mano balanzas falsas, le gusta defraudar.
9 Efraím dijo: «Sí, yo me enriquecí, he amasado una fortuna; pero en todas mis ganancias, no encontrarán en mí ningún delito que sea pecado».
10 Yo soy el Señor, tu Dios, desde el país de Egipto: te haré habitar de nuevo en carpas, como en los días del Encuentro.
11 Yo hablaré a los profetas y multiplicaré las visiones, y por medio de los profetas, hablaré en parábolas.
12 Galaad es pura falsedad, ellos se han convertido en nada; en Guilgal sacrifican toros: así sus altares serán como un montón de piedras sobre los surcos del campo.
13 Jacob huyó a los campos de Aram. Israel sirvió por una mujer y por una mujer, cuidó los rebaños.
14 Pero, por un profeta, el Señor hizo subir a Israel de Egipto, y por un profeta él fue protegido.
15 Efraím apenó a Dios amargamente: su Señor arrojará sobre él la sangre vertida, y le devolverá sus agravios.
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El Antiguo Testamento
OSEAS C. 13
Capítulo 13
1 Cuando hablaba Efraím cundía el terror, él se había encumbrado en Israel, pero se hizo culpable a causa de Baal y murió.
2 Ahora siguen pecando: se fabrican estatuas de metal fundido, hacen con su plata ídolos de su invención. ¡Obra de artesanos es todo eso! Luego dicen: «Ofrézcanles sacrificios». ¡Hombres besan a terneros!
3 Por eso serán como nube de la mañana, como rocío que pronto se disipa, como paja aventada lejos de la era, como humo que sale por la ventana.
4 Pero yo soy el Señor, tu Dios, desde el país de Egipto: no conoces a otro Dios más que a mí, y fuera de mí no hay salvador.
5 Yo te conocí en el desierto, en la tierra de la aridez.
6 Al llegar a sus campos de pastoreo, ellos se saciaron; y una vez saciados, se enorgulleció su corazón;: por eso se olvidaron de mí.
7 Yo seré para ellos como un león, como un leopardo estaré al acecho junto al camino;
8 los atacaré como una osa privada de su cría, desgarraré las fibras de su corazón, los devoraré allí mismo como una leona, y las fieras los destrozarán.
9 ¡Ahí estás maltrecho, Israel! ¿Quién podrá socorrerte?
10 ¿Dónde está tu rey, para salvarte, y tus jueces, para defenderte, aquellos de los que decías: «Dame un rey y príncipes»?
11 En mi ira, yo te di un rey y en mi furor, te lo quitaré.
12 La iniquidad de Efraím está guardada bajo sello, su pecado, escondido en lugar seguro.
13 Llegan los dolores del parto para que él nazca, pero es un hijo que no se da maña: ¡llegada la hora, no atina a salir del seno materno!
14 ¿Y yo voy a rescatarlos del poder del Abismo? ¿Voy a redimirlos de la muerte? ¿Dónde está, Muerte, tu pestilencia? ¿Dónde están tus plagas, Abismo? La compasión se oculta a mis ojos.
15 Por más que Efraím prosperes entre sus hermanos, llegará el viento del este, el soplo del Señor, que sube del desierto, y se agotará su fuente, se secará su manantial. El despojará el tesoro de todos los objeto preciosos.
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El Antiguo Testamento
OSEAS C. 14
Capítulo 14
1 Samaría tendrá que expiar, porque se ha rebelado contra su Dios. Ellos caerán bajo la espada, su recién nacidos serán estrellados y abrirán el vientre de las embarazadas.
2 Vuelve, Israel, al Señor de tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer.
3 Preparen lo que van decir y vuelvan al Señor. Díganle: «Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios.
4 Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más «¡Dios nuestro!» a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión».
5 Yo los curaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos.
6 Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano;
7 sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano.
8 Volverán a sentarse a mi sombre, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano.
9 Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto.
10 ¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.
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El Nuevo Testamento
APOCALIPSIS C. 7
Capítulo 7
1 Después de esto, vi a cuatro Angeles que estaban de pie en los cuatro puntos cardinales y sujetaban a los cuatro vientos para que no soplaran sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre los árboles.
2 Luego vi a otro Angel que subía del Oriente, llevando el sello del Dios vivo. Y comenzó a gritar con voz potente a los cuatro Angeles que habían recibido el poder de dañar a la tierra y al mar:
3 «No dañen a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios».
4 Oí entonces el número de los que habían sido marcados: eran 144.000 pertenecientes a todas las tribus de Israel.
5 Doce mil de la tribu de Judá, doce mil de la tribu de Rubén, doce mil de la tribu de Gad,
6 doce mil de la tribu de Aser, doce mil de la tribu de Neftalí, doce mil de la tribu de Manasés,
7 doce mil de la tribu de Simeón, doce mil de la tribu de Leví, doce mil de la tribu de Isacar,
8 doce mil de la tribu de Zabulón, doce mil de la tribu de José, doce mil de la tribu de Benjamín.
9 Después de esto, vi una enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y lenguas. Estaban de pie ante el trono y delante del Cordero, vestidos con túnicas blancas; llevaban palmas en la mano y exclamaban con voz potente:
10 «¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero!».
11 Y todos los Angeles que estaban alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes, se postraron con el rostro en tierra delante del trono, y adoraron a Dios,
12 diciendo: «¡Amén! ¡Alabanza, gloria y sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios para siempre! ¡Amén!
13 Y uno de los Ancianos me preguntó: «¿Quiénes son y de dónde vienen los que están revestidos de túnicas blancas?».
14 Yo le respondí: «Tú lo sabes, señor». Y él me dijo: «Estos son los que vienen de la gran tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado en la sangre del Cordero.
15 Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y noche en su Templo. El que está sentado en el trono habitará con ellos:
16 nunca más padecerán hambre ni sed, ni serán agobiados por el sol o el calor.
17 Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos».
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