DIA 302-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO



302 - DÍAS LA SANTA BIBLIA
TEXTO Y AUDIO

El Antiguo Testamento
JEREMIAS C. 41

Capítulo 41
1 Ahora bien, en el séptimo mes, Ismael, hijo de Natanías, hijo de Elisamá, que era de estirpe real, fue con diez hombres a Mispá, a ver a Godolías, hijo de Ajicam, y comieron todos juntos allí en Mispá.
2 De pronto, Ismael, hijo de Natanías, se levantó con los diez hombres que lo acompañaban, e hirieron con la espada a Godolías, hijo de Ajicam, hijo de Safán: así hicieron morir a quien el rey de Babilonia había designado gobernador del país.
3 Ismael mató también a todos los judíos que estaban con Godolías en Mispá, y a los guerreros caldeos que se encontraban allí.
4 Al día siguiente del asesinato de Godolías, cuando nadie lo sabía aún,
5 llegaron unos hombres de Siquem, de Silo y Samaría, ochenta en total, con la barba raída, la ropa desgarrada, y con el cuerpo lleno de incisiones, trayendo oblaciones e incienso para presentarlos en la Casa del Señor.
6 Ismael, hijo de Natanías, les salió al encuentro desde Mispá. El iba llorando, y cuando los alcanzó les dijo: «¡Vengan a ver a Godolías, hijo de Ajicam!».
7 Pero cuando llegaron al centro de la ciudad, Ismael, hijo de Natanías, y los hombres que lo acompañaban, los degollaron y los arrojaron dentro de la cisterna.
8 Entre ellos se encontraban diez hombres, que dijeron a Ismael: «No nos mates, porque tenemos escondido en el campo trigo, cebada, aceite y miel». Y él desistió de hacerlos morir junto con sus hermanos.
9 La cisterna donde Ismael arrojó los cadáveres de los hombres que había matado era la gran cisterna que había hecho el rey Asá para defenderse de Basá, rey de Israel; es esa la que Ismael, hijo de Natanías, llenó de víctimas.
10 Luego Ismael llevó cautivo a todo el resto de la gente que estaba en Mispá, así como también a las hijas del rey, que Nebuzaradán, comandante de la guardia, había confiado a Godolías, hijo de Ajicam. Ismael, hijo de Natanías, los llevó cautivos y partió con la intención de pasar a territorio amonita.
11 Cuando Iojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas que estaban con él, se enteraron del crimen que había cometido Ismael, hijo de Natanías,
12 reunieron a todos los hombres y fueron a combatir contra él. Lo alcanzaron junto a las grandes Aguas de Gabaón.
13 Al ver a Iojanán, hijo de Caréaj, y a todos los jefes de las tropas que lo acompañaban, toda la gente que estaba con Ismael se alegró.
14 Toda la gente que Ismael llevaba cautiva desde Mispá dio media vuelta y se fue con Iojanán, hijo de Caréaj.
15 En cuanto a Ismael, hijo de Natanías, escapó de Iojanán con ocho hombres, y se fue a territorio amonita.
16 Iojanán, hijo de Caréaj, y todos los jefes de las tropas que lo acompañaban, tomaron a todo el resto del pueblo que Ismael, hijo de Natanías, se había llevado cautivo desde Mispá, después de dar muerte a Godolías, hijo de Ajicam: eran hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, a los que él hizo volver de Gabaón.
17 Emprendieron la marcha e hicieron un alto en Guerut Quimhán –que está en las cercanías de Belén– con el propósito de seguir adelante y entrar en Egipto,
18 lejos de los caldeos. Ellos les temían, en efecto, porque Ismael, hijo de Natanías, había matado a Godolías, hijo de Ajicam, a quien el rey de Babilonia había designado gobernador del país.


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 El Antiguo Testamento
 JEREMIAS C. 42

Capítulo 42
1 Entonces todos los jefes de las tropas, con Iojanán, hijo de Caréaj, Azarías, hijo de Maasías, y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande, acudieron
2 al profeta Jeremías y le dijeron: «¡Que nuestra súplica llegue hasta ti! Ruega al Señor, tu Dios, en favor de todo este resto, porque de los muchos que éramos hemos quedado unos pocos, como lo ves con tus propios ojos.
3 Que el Señor, tu Dios, nos indique el camino que debemos seguir y lo que debemos hacer».
4 El profeta Jeremías les dijo: «De acuerdo. Voy a rogar al Señor, su Dios, como ustedes dicen, y les comunicaré todo lo que el Señor les responda, sin ocultarle nada».
5 Ellos dijeron a Jeremías: «Que el Señor sea un testigo veraz y fidedigno contra nosotros, si no obramos en todo conforme a la palabra que el Señor, tu Dios, te enviará para nosotros.
6 Nos guste o no, oiremos la voz del Señor, nuestro Dios, para que nos vaya bien por haber obedecido la voz del Señor, nuestro Dios».
7 Al cabo de diez días, la palabra del Señor llegó a Jeremías.
8 El llamó a Iojanán, hijo de Caréaj, a todos los jefes de las tropas que estaban con él, y también a todo el pueblo, del más pequeño al más grande,
9 y les dijo: «Así habla el Señor, el Dios de Israel, a quien ustedes me enviaron para presentarle una súplica:
10 Si ustedes permanecen en este país, yo los edificaré y no los demoleré, los plantaré y no los arrancaré, porque me arrepiento del mal que les hice.
11 No teman al rey de Babilonia, del que ahora tienen miedo; no le teman –oráculo del Señor– porque yo estoy con ustedes para salvarlos y para librarlos de su mano.
12 Yo haré que ustedes encuentren compasión, y él se compadecerá de ustedes y los dejará habitar en el país.
13 Pero si ustedes, desoyendo la voz del Señor, su Dios, dicen: «No permaneceremos en este país»;
14 si dicen: «No, entraremos en el país de Egipto; allí no veremos guerra, no oiremos el sonido de la trompeta, ni estaremos hambrientos de pan; es allí donde queremos permanecer»,
15 entonces, escuchen la palabra del Señor, ustedes, resto de Judá: Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Si ustedes pretenden a toda costa entrar en Egipto, para residir allí,
16 la espada que ustedes temen los alcanzará allí, en Egipto, y el hambre que les da miedo se adherirá a ustedes allí, en Egipto, y morirán.
17 Todos los que pretendan a toda costa entrar en Egipto para residir allí, morirán por la espada, el hambre y la peste; ninguno de ellos sobrevivirá ni escapará a la desgracia que atraeré sobre ellos.
18 Porque así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará sobre ustedes mi furor cuando entren en Egipto; ustedes se convertirán en imprecación, devastación, maldición e ignominia, y no volverán más a este lugar».


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El Antiguo Testamento
 JEREMIAS C. 43

Capítulo 43
1 Apenas Jeremías terminó de comunicar a todo el pueblo todas las palabras del Señor, su Dios, las que el Señor había mandado decirles –las palabras antes mencionadas –
2 Azarías, hijo de Maasías, Iojanán, hijo de Caréaj, y todos aquellos hombres arrogantes dijeron a Jeremías: «¡Es falso lo que tú dices! No es el Señor, nuestro Dios, el que te ha enviado a decirnos: «No entren en Egipto para residir allí»
3 Es Baruc, hijo de Nerías, el que te instiga contra nosotros, a fin de entregarnos en manos de los caldeos, para que ellos nos maten o nos destierren a Babilonia».



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El Nuevo Testamento
 SEGUNDA CARTA
 A TIMOTEO C. 2


Capítulo 2
1 Tú, que eres mi hijo, fortalécete con la gracia de Cristo Jesús.
2 Lo que oíste de mí y está corroborado por numerosos testigos, confíalo a hombres responsables que sean capaces de enseñar a otros.
3 Comparte mis fatigas, como buen soldado de Jesucristo.
4 El que está bajo las armas no se mezcla en los asuntos de la vida civil, para poder cumplir las órdenes de aquel que lo enroló.
5 El atleta no recibe el premio si no lucha de acuerdo con las reglas.
6 Y el labrador que trabaja duramente es el primero que tiene derecho a recoger los frutos.
7 Piensa en lo que te digo, y el Señor, por su parte, te ayudará a comprenderlo todo.
8 Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico,
9 por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada.
10 Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.
11 Esta doctrina es digna de fe:
Si hemos muerto con él, viviremos con él.
12 Si somos constantes, reinaremos con él.
Si renegamos de él, él también renegará de nosotros.
13 Si somos infieles, él es fiel,
porque no puede renegar de sí mismo.
14 No dejes de enseñar estas cosas, ni de exhortar delante de Dios a que se eviten las discusiones inútiles, que sólo sirven para perdición de quienes las escuchan.
15 Esfuérzate en ser digno de la aprobación de Dios, presentándote ante él como un obrero que no tienen de qué avergonzarse y como un fiel dispensador de la Palabra de verdad.
16 Evita los discursos huecos y profanos, que no hacen más que acrecentar la impiedad
17 y se extienden como la gangrena. Así sucede con Himeneo y Fileto,
18 que se apartaron de la verdad, afirmando que la resurrección ya que se ha realizado, y así han pervertido la fe de algunos.
19 Pero el sólido fundamento que Dios ha establecido permanece inconmovible, y la inscripción que le sirve de sello dice: El Señor cono a los suyo, y: El que invoca el nombre del Señor, que se aparte de la iniquidad.
20 En una casa grande, no todos los recipientes son de oro o de plata, sino que también hay recipientes de madera y de barro. Unos se destinan a usos nobles, y otros, a usos comunes.
21 Si alguien se mantiene libre de esos errores será como un recipiente noble y santificado, que presta utilidad a su dueño para toda clase de obras buenas.
22 No cedas a los impulsos propios de la juventud y busca la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con todos los que invocan al Señor con un corazón puro.
23 Evita las cuestiones estúpidas y carentes de sentido: ya sabes que provocan serios altercados.
24 El que sirve al Señor no debe tomar parte en querellas. Por el contrario, tienen que ser amable con todos, apto para enseñar y paciente en las pruebas.
25 Debe reprender con dulzura a los adversario, teniendo en cuenta que Dios puede concederles la conversión y llevarlos al conocimiento de la verdad,
26 haciéndolos reaccionar y librándolos de la trampa del demonio que los tiene cautivos al servicio de su voluntad.


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