DIA 251-SANTA BIBLIA EN UN AÑO TEXTO Y AUDIO


251 - DÍAS LA SANTA BIBLIA
 EN UN AÑO
TEXTO Y AUDIO



El Antiguo Testamento
CANTAR DE LOS CANTARES C. 3


Capítulo 3
1 En mi lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!
2 Me levantaré y recorreré la ciudad; por las calles y las plazas, buscaré al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré!
3 Me encontraron los centinelas que hacen la ronda por la ciudad: «¿Han visto al amado de mi alma?».
4 Apenas los había pasado, encontré al amado de mi alma. Lo agarré, y no lo soltaré hasta que lo haya hecho entrar en la casa de mi madre, en la habitación de la que me engendró.

[El Amado]
5 ¡Júrenme, hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, que no despertarán ni desvelarán a mi amor, hasta que ella quiera.

[Coro]
6 ¿Qué es eso que sube del desierto, como una columna de humo, perfumada de mirra y de incienso y de todos los perfumes exóticos?

[La Amada]
7 ¡Es la litera de Salomón! La rodean setenta guerreros, de los más valientes de Israel:
8 todos ellos provistos de espada, adiestrados para el combate, cada uno con su espada a la cintura por temor a los peligros de la noche.
9 El rey Salomón se hizo una litera con maderas del Líbano.
10 Sus columnas las hizo de plata, su respaldo de oro, su asiento de púrpura, con el interior revestido de ébano. Hijas de Jerusalén,
11 salgan a contemplar al rey Salomón, con la corona que le ciñó su madre, el día de su boda, el día de su alegría.


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El Antiguo Testamento
CANTAR DE LOS
 CANTARES 4

Capítulo 4
[El Amado]
1 ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad.
2 Tus dientes, como un rebaño de ovejas esquiladas que acaban de bañarse: todas ellas han tenido mellizos y no hay ninguna estéril.
3 Como una cinta escarlata son tus labios y tu boca es hermosa. Como cortes de granada son tus mejillas, detrás de tu velo.
4 Tu cuello es como la torre de David, construida con piedras talladas: de ella cuelgan mil escudos, toda clase de armaduras de guerreros.
5 Tus pechos son como dos ciervos jóvenes, mellizos de una gacela, que pastan entre los lirios.
6 Antes que sople la brisa y huyan las sombras, iré a la montaña de la mirra, a la colina del incienso.
7 Eres toda hermosa, amada mía, y no tienes ningún defecto.
8 ¡Ven conmigo del Líbano, novia mía, ven desde el Líbano! Desciende desde la cumbre del Amaná, desde las cimas del Sanir y del Hermón, desde la guarida de los leones, desde los montes de los leopardos.
9 ¡Me has robado el corazón hermana mía, novia mía! ¡Me has robado el corazón con una sola de tus miradas, con una sola vuelta de tus collares!
10 ¡Qué hermosos son tus amores, hermana mía, novia mía! Tus amores son más deliciosos que el vino, y el aroma de tus perfumes, mejor que todos los ungüentos.
11 ¡Tus labios destilan miel pura, novia mía! Hay miel y leche bajo tu lengua, y la fragancia de tus vestidos es como el aroma del Líbano.
12 Eres un jardín cerrado hermana mía, novia mía; eres un jardín cerrado, una fuente sellada.
13 Tus brotes son un vergel de granadas, con frutos exquisitos: alheña con nardos,
14 nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso, mirra y áloe, con los mejores perfumes.
15 ¡Fuente que riega los jardines, manantial de agua viva, que fluye desde el Líbano!

[La Amada]
16 ¡Despierta, viento del norte, ven, viento del sur! ¡Soplen sobre mi jardín para que exhale su perfume! ¡Que mi amado entre en su jardín y saboree sus frutos deliciosos!


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El Nuevo Testamento
 PRIMERA CARTA A
 LOS CORINTIOS C. 14


Capítulo 14
1 Procuren alcanzar ese amor, y aspiren también a los dones espirituales, sobre todo al de la profecía.
2 Porque aquel que habla un lenguaje incomprensible no se dirige a los hombres sino a Dios, y nadie le entiende: dice en éxtasis cosas misteriosas.
3 En cambio, el que profetiza habla a los hombres para edificarlos, exhortarlos y reconfortarlos.
4 El que habla un lenguaje incomprensible se edifica a sí mismo, pero el que profetiza edifica a la comunidad.
5 Mi deseo es que todos ustedes tengan el don de lenguas, pero prefiero que profeticen, porque el que profetiza aventaja al que habla un lenguaje incomprensible. A no ser que este último también interprete ese lenguaje, para edificación de la comunidad.
6 Supongamos, hermanos, que yo fuera a verlos y les hablara en esa forma, ¿de qué les serviría, si mi palabra no les aportara ni revelación, ni ciencia, ni profecía, ni enseñanza?
7 Sucedería lo mismo que con los instrumentos de música, por ejemplo, la flauta o la cítara. Si las notas no suenan distintamente, nadie reconoce lo que se está ejecutando.
8 Y si la trompeta emite un sonido confuso, ¿quién se lanzará al combate?
9 Así les pasa a ustedes: si no hablan de manera inteligible, ¿cómo se comprenderá lo que dicen? Estarían hablando en vano.
10 No sé cuántos idiomas diversos hay en el mundo, y cada uno tienen sus propias palabras.
11 Pero si ignoro el sentido de las palabras, seré como un extranjero para el que me habla y él lo será para mí.
12 Así, ya que ustedes ambicionan tanto los dones espirituales, procuren abundar en aquellos que sirven para edificación de la comunidad.
13 Por esta razón, el que habla un lenguaje incomprensible debe orar pidiendo el don de interpretarlo.
14 Porque si oro en un lenguaje incomprensible, mi espíritu ora, pero mi inteligencia no saca ningún provecho.
15 ¿Qué debo hacer entonces? Orar con el espíritu y también con la inteligencia, cantar himnos con el espíritu y también con la inteligencia.
16 Si bendices a Dios solamente con el espíritu, ¿cómo podrá el no iniciado decir «Amén» a tu acción de gracias, ya que no entienden lo que estás diciendo?
17 Sin duda, tu acción de gracias es excelente, pero eso no sirve de edificación para el otro.
18 Yo doy gracias a Dios porque tengo el don de lenguas más que todos ustedes.
19 Sin embargo, cuando estoy en la asamblea prefiero decir cinco palabras inteligibles, para instruir a los demás, que diez mil en un lenguaje incomprensible.
20 Hermanos, no sean como niños para juzgar; séanlo para la malicia, pero juzguen como personas maduras.
21 En la Ley está escrito: Yo hablaré a este pueblo en lenguas extrañas y por boca de extranjeros; con todo, ni aun así me escucharán, dice el Señor.
22 Esto quiere decir que el don de lenguas es un signo, no para los que creen, sino para los que se niegan a creer; la profecía, en cambio, es para los que tienen fe.
23 Por otra parte, si al reunirse la asamblea, todos se ponen a hablar en un lenguaje incomprensible y entran algunos que no están iniciados o no son creyentes, seguramente pensarán que ustedes están locos.
24 En cambio, si todos profetizan y entra alguno de esos hombres, todos podrán convencerlo y examinarlo.
25 Así quedarán manifiestos los secretos de su corazón, y él, cayendo de rodillas, adorará a Dios y proclamará que Dios está realmente entre ustedes.
26 Hermanos, ¿qué conclusión sacaremos de todo esto? Cuando se reúnen, uno puede cantar salmos, otro enseñar, o transmitir una revelación, o pronunciar un discurso en un lenguaje incomprensible, o dar la interpretación del mismo. Que todo sirva para la edificación común.
27 ¿Se tiene el don de lenguas? Que hablen dos, o a lo sumo tres, y por turno, y que alguien interprete.
28 Si no hay intérprete, que se callen y que cada uno hable consigo mismo y con Dios.
29 Con respecto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás juzguen lo que ellos dicen.
30 Si algún otro asistente recibe una revelación, que se calle el que está hablando.
31 Así todos tendrán oportunidad de profetizar, uno por uno, para que todos sean instruidos y animados.
32 Los que tienen el don de profecía deben ser capaces de controlar su inspiración,
33 porque Dios quiere la paz y no el desorden. Como en todas las Iglesias de los santos,
34 que las mujeres permanezcan calladas durante las asambleas: a ellas no les está permitido hablar. Que se sometan, como lo manda la Ley.
35 Si necesitan alguna aclaración, que le pregunten al marido en su casa, porque no está bien que la mujer hable en las asambleas.
36 ¿Acaso la Palabra de Dios ha salido de ustedes o ustedes son los únicos que la han recibido?
37 Si alguien se tiene por profeta o se cree inspirado por el Espíritu, reconozca en esto que les escribo un mandato del Señor,
38 y si alguien no lo reconoce como tal, es porque Dios no lo ha reconocido a él.
39 En conclusión, hermanos, aspiren al don de la profecía y no impidan que se hable en un lenguaje incomprensible.
40 Pero todo debe hacerse con decoro y ordenadamente.


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