DIA 275--Isaías 41--42 Eclesiástico 2,1-11 Hebreos 2


Isaías 41
"Islas, guarden silencio y atiéndanme, y que los pueblos se acerquen a mí. Adelántense para hablar, pues tenemos que litigar juntos. 2.¿Quién ha mandado desde el Oriente a aquel que se topa con la victoria a cada paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete los reyes? Su espada los convierte en polvo y las flechas de su arco los dispersan como paja. 3.El los persigue y avanza sin que lo molesten, sus pies apenas tocan el camino. 4.¿Quién está detrás de esto realizándolo? Aquel que desde el principio trae a su tiempo los acontecimientos. Yo, Yavé, que soy el primero y que estaré también con los últimos. 5.Las islas lo han visto y sienten miedo, y se han asustado hasta los extremos del mundo. 6.(Se ayudan unos a otros y mutuamente se dan ánimo. 7.El fundidor anima al joyero y el pulidor al herrero, mientras conversan sobre el enchapado: «Está bueno.» Y lo afianzan con clavos para que no se mueva.) 8.Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo, 9.yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: «Tú eres mi servidor, yo me fijé en ti y te elegí.» 10.No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido. 11.Todos los que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados; tus adversarios serán reducidos a la nada y perecerán. 12.Buscarás a tus contrarios, pero no los hallarás; serán totalmente derrotados, reducidos a la nada los que te hacían la guerra. 13.Yo, Yavé, soy tu Dios; te tomo de la mano y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte. 14.No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano. Yo soy tu socorro, dice Yavé, el Santo de Israel es el que te rescata. 15.Mira que te convierto en un rastrillo nuevo y con doble hilera de dientes:molerás los cerros y los harás polvo, y dejarás las lomas como paja. 16.Las echarás al viento, que se las llevará, el temporal las dispersará; pero tú te alegrarás en Yavé, y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel. 17.Los pobres y los humildes buscan agua pero no encuentran, y se les seca la lengua de sed. Pero yo, Yavé, los escucho; yo, Dios de Israel, no los abandonaré. 18.Haré brotar ríos en los cerros pelados y vertientes en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra seca en manantiales. 19.Plantaré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. En la estepa plantaré cipreses, olmos y alerces 20.para que todos vean y sepan, miren y comprendan que esto lo ha hecho la mano de Yavé y lo ha creado el Dios Santo de Israel. 21.Presenten sus argumentos, dice Yavé, hablen por su defensa, dice el rey de Jacob. 22.Preséntense para decirnos qué es lo que pasará. ¿Qué nos anunciaron en el pasado, para que lo estudiemos y sepamos lo que vendrá después? O sencillamente digan lo que sucederá, 23.indiquen lo que pasará en el futuro, para que sepamos si ustedes son dioses. Hagan algo al menos, bueno o malo, para que lo veamos y los respetemos. 24.Pero no, ustedes son nada, y sus obras no valen nada. Es una locura seguirlos a ustedes. 25.Lo he despertado en el norte, y ha venido, desde el oriente ha sido llamado por su nombre. Ha pisoteado a los jefes como al barro, como el alfarero pisa la arcilla. 26.¿Quién lo había dicho con anterioridad para que lo supiéramos? Había que decirlo antes, y podríamos decir: «Era exacto» Pero nadie lo anunció o lo dio a saber, 27.yo fui el primero que dije a Sión: «Aquí están.» y mandé la Buena Nueva a Jerusalén. 28.Miré y no había nadie que diera una opinión, a quien yo preguntara y que me respondiera. 29.Pues todos ellos no valen nada, nada son sus obras y sus ídolos, puro aire y vacío."

Isaías 42
"He aquí a mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido, al que escogí con gusto. He puesto mi Espíritu sobre él, y hará que la justicia llegue a las naciones. 2.No clama, no grita, no se escuchan proclamaciones en las plazas. 3.No rompe la caña doblada ni aplasta la mecha que está por apagarse. sino que hace florecer la justicia en la verdad. 4.No se dejará quebrar ni aplastar, hasta que establezca el derecho en la tierra. Las tierras de ultramar esperan su ley. 5.Así habla Yavé, que creó los cielos y los estiró, que moldeó la tierra y todo lo que sale de ella, que dio aliento a sus habitantes y espíritu, a los que se mueven en ella. 6.Yo, Yavé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones. 7.Para abrir los ojos a los ciegos, para sacar a los presos de la cárcel, y del calabozo a los que yacen en la oscuridad. 8.¡Yo soy Yavé! ¡Ese es mi Nombre!, no daré mi gloria a otros ni mi honor a los ídolos. 9.Las primeras cosas se han realizado; ahora, pues, anuncio cosas nuevas, antes que aparezcan se las doy a conocer. 10.¡Cántenle a Yavé un nuevo canto, que lo alaben hasta los extremos del mundo! ¡Que lo celebre la gente del mar y cuanto él contiene, las islas con sus habitantes! 11.¡Que levanten la voz el desierto y sus ciudades, los campos donde vive Cedar! ¡Que los habitantes de Petra lancen gritos y sus aclamaciones resuenen hasta las cumbres! 12.¡Que aviven a Yavé y que los vivas se oigan hasta en las islas! 13.Yavé avanza como un héroe, y se enardece como un guerrero. Pronuncia su arenga y lanza su grito de combate, y luego cae sobre los enemigos. 14.«Hacía mucho tiempo que estaba en silencio, me callaba y aguantaba. Como mujer que da a luz me quejaba, me ahogaba y respiraba entrecortado. 15.Ahora voy a talar los montes y los cerros, a secar toda la vegetación; convertiré los ríos en pantanos y secaré las lagunas. 16.Haré andar a los ciegos por el camino desconocido y los guiaré por los senderos. Cambiaré ante ellos las tinieblas en luz y los caminos de piedras en pistas pavimentadas. Todo esto es lo que que voy a hacer, y lo haré sin falta. 17.Se retirarán humillados todos los que confían en los ídolos, los que dicen a las estatuas fundidas: «Ustedes son nuestros dioses.» 18.¡Sordos, oigan! ¡Ciegos, abran sus ojos y vean! 19.¿Quién está ciego sino mi servidor, y quién es más sordo que el mensajero que yo mando? ¿Quién es ciego como el que trato de levantar, y quién es sordo como el servidor de Yavé? 20.Tú has visto muchas cosas, pero no te has fijado en nada. ¡Tienes los oídos abiertos, pero no oyes! 21.Yavé quiso, movido por su justicia, dar fama a su ley; 22.pero su pueblo es gente robada y saqueada, presa en cavernas o encerrada en calabozos. Los asaltaban y nadie los defendía, o les robaban y nadie reclamaba que les devolvieran. 23.¿Quién de ustedes escuchará todo esto, y pondrá atención para recordarlo después? 24.¿Quién permitió que asaltaran a Jacob, o le robaran a Israel? ¿No fue Yavé, contra quien pecamos? Pues no quisieron seguir sus caminos y despreciaron sus mandamientos. 25.Por eso les hizo sufrir el ardor de su enojo y los horrores de la guerra. Todo fue presa del fuego, pero ellos no entendieron; todo ha sido consumido, pero no prestaron atencion"


Eclesiástico 2,1-11
"Hijo, si te llegas a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba. 2.Endereza tu corazón, manténte firme, y no te aceleres en la hora de la adversidad. 3.Adhiérete a él, no te separes, para que seas exaltado en tus postrimerías. 4.Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y en los reveses de tu humillación sé paciente. 5.Porque en el fuego se purifica el oro, y los aceptos a Dios en el honor de la humillación. 6.Confíate a él, y él, a su vez, te cuidará, endereza tus caminos y espera en él. 7.Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia, y no os desviéis, para no caer. 8.Los que teméis al Señor, confiaos a él, y no os faltará la recompensa. 9.Los que teméis al Señor, esperad bienes, contento eterno y misericordia. 10.Mirad a las generaciones de antaño y ved: ¿Quién se confió al Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado? ¿Quién le invocó y fue desatendido? 11.Que el Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulación. 12.¡Ay de los corazones flacos y las manos caídas, del pecador que va por senda doble! 13.¡Ay del corazón caído, que no tiene confianza! por eso no será protegido. 14.¡Ay de vosotros que perdisteis el aguante! ¿Qué vais a hacer cuando el Señor os visite? 15.Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras, los que le aman guardan sus caminos. 16.Los que temen al Señor buscan su agrado, los que le aman quedan llenos de su Ley. 17.Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan. 18.Caeremos en manos del Señor y no en manos de los hombres, pues como es su grandeza, tal su misericordia."


Hebreos 2
"Por tanto, es preciso que prestemos mayor atención a lo que hemos oído, para que no nos extraviemos. 2.Pues si la palabra promulgada por medio de los ángeles obtuvo tal firmeza que toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3.¿cómo saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan gran salvación? La cual comenzó a ser anunciada por el Señor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron, 4.testificando también Dios con señales y prodigios, con toda suerte de milagros y dones del Espíritu Santo repartidos según su voluntad. 5.En efecto, Dios no sometió a los ángeles el mundo venidero del cual estamos hablando. 6.Pues atestiguó alguien en algún lugar: ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que de él te preocupas? 7.Le hiciste por un poco inferior a los ángeles; de gloria y honor le coronaste. 8.Todo lo sometiste debajo de sus pies. Al someterle todo, nada dejó que no le estuviera sometido. Mas al presente, no vemos todavía que le esté sometido todo. 9.Y a aquel que fue hecho inferior a los ángeles por un poco, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor por haber padecido la muerte, pues por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos. 10.Convenía, en verdad, que Aquel por quien es todo y para quien es todo, llevara muchos hijos a la gloria, perfeccionando mediante el sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación. 11.Pues tanto el santificador como los santificados tienen todos el mismo origen. Por eso no se avergüenza de llamarles hermanos 12.cando dice: Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la asamblea te cantaré himnos. Y también: 13.Pondré en él mi confianza. Y nuevamente: Henos aquí, a mí y a los hijos que Dios me dio. 14.Por tanto, así como los hijos participan de la sangre y de la carne, así también participó él de las mismas, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al Diablo, 15.y libertar a cuantos, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a esclavitud. 16.Porque, ciertamente, no se ocupa de los ángeles, sino de la descendencia de Abraham. 17.Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo. 18.Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados."