DIA 63-Levítico 19--20 Salmo 65 Hechos 5,17-42



Levítico 19
1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sean santos, porque yo, Yavé, Dios de ustedes, soy Santo. 3 Todos ustedes respetarán a su padre y a su madre y guardarán mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios!
4 No se vuelvan hacia los ídolos ni se hagan dioses de metal fundido. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes!
5 Cuando sacrifiquen a Yavé un sacrificio de comunión, háganlo de manera que le sea grato. 6 Ustedes comerán de la víctima el mismo día en que la inmolen y al día siguiente, y lo que sobre hasta el tercer día será quemado. 7 Es una cosa muy fea comerla el día tercero: la víctima deja de ser grata. 8 El que la coma cargará con su pecado por haber profanado la santidad de Yavé. Esta persona será borrada de entre los suyos.»
Humanidad de la vida diaria
9 «Cuando sea tiempo de cosechar, no siegues hasta la misma orilla del campo, ni recojas las espigas caídas. 10 Tampoco rebusques en tus viñas, ni recojas de tus huertos las frutas caídas. Las dejarás al pobre y al forastero: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
11 No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente.
12 No jurarán en falso por mi Nombre porque esto sería deshonrar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
13 No oprimirás ni despojarás a tu prójimo. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente.
14 No gritarás maldiciones al sordo, ni pondrás obstáculos al ciego, sino que temerás a tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
15 No dictarás sentencias injustas. No harás favores al pobre, no te inclinarás ante el rico, sino que juzgarás con justicia a tu prójimo.
16 No calumniarás a los de tu pueblo; tratándose de tu prójimo, no pedirás la pena capital. 17 No odies en tu corazón a tu hermano; pero corrígelo, no sea que te hagas cómplice de sus faltas.
18 No te vengarás ni guardarás rencor contra tus paisanos, sino que más bien amarás a tu prójimo como a ti mismo, pues Yo soy Yavé.
19 Guarden mis tradiciones. No aparearás en tu ganado dos bestias de diferente especie; no sembrarás tu campo con dos clases distintas de grano; no usarás ropa tejida con hilos de dos clases.
20 Si un hombre tiene relaciones con una esclava ya entregada a otro, sin que haya sido rescatada ni liberada, serán castigados los dos, pero no con pena de muerte, pues ella no era mujer libre. 21 El ofrecerá su sacrificio de reparación para Yavé a la entrada de la Tienda de las Citas; será un carnero de reparación. 22 Con este carnero el sacerdote hará reparación por él ante Yavé, por el pecado que cometió, y se le perdonará el pecado.
23 Cuando entren en el país y planten toda clase de árboles frutales, consideren impuros sus frutos por tres años; durante este período no se podrán comer. 24 Al cuarto año todos sus frutos serán consagrados a Yavé. 25 El quinto año podrán comer y almacenar los frutos para guardarlos. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes!
26 No coman nada encima de la sangre. No practiquen la hechicería ni la astrología. 27 No rapen en redondo su cabeza ni corten los bordes de su barba. 28 No se hagan cortes en su cuerpo por los muertos; no lleven inscripciones o tatuajes en su cuerpo: ¡Yo soy Yavé!
29 No profanarás a tu hija, prostituyéndola, no sea que tu tierra se prostituya y se llene de depravación.
30 Guarden mis sábados y respeten mi Santuario: ¡Yo soy Yavé!
31 No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus; no los consulten no sea que con ellos se manchen: ¡Yo soy Yavé!
32 Ponte en pie ante un anciano y honra a las personas mayores; esto es temer a tu Dios: ¡Yo soy Yavé!
33 Cuando un forastero viva junto a ti, en tu tierra, no lo molestes. 34 Al forastero que viva con ustedes lo mirarán como a uno de ustedes y lo amarás como a ti mismo, pues ustedes también fueron forasteros en Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
35 No cometan injusticia en los juicios, ni en medidas de longitud, de peso o capacidad; 36 usen balanzas justas, peso, medida y sextuario justos: ¡Yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los saqué del país de Egipto!
37 Guarden todas mis normas y mis mandamientos. Ustedes los pondrán en práctica: ¡Yo soy Yavé!»



Levítico 20
Algunas leyes penale
s

1 Yavé habló a Moisés para decirle: 2 «Di a los hijos de Israel: Si un israelita o uno de los extranjeros que habitan en Israel sacrifica a alguno de sus hijos según el rito de Moloc morirá: la gente del pueblo lo apedreará. 3 Yo mismo volveré mi rostro contra ese hombre y lo eliminaré de su pueblo. Pues al sacrificar su descendencia para Moloc, contaminó mi Santuario y profanó mi santo Nombre. 4 Si la gente del pueblo cierra sus ojos respecto de ese hombre cuando entrega su descendencia para Moloc y no lo hace morir, 5 volveré yo mi rostro contra ese hombre y contra toda su familia y borraré de en medio de su pueblo a él y a todos los que se venden como él a Moloc.
6 Si alguno se dirige a los que consultan a los espíritus, o a los brujos para prostituirse con ellos, volveré mi rostro contra él y lo eliminaré de su pueblo.
7 Santifíquense, pues, y sean santos, porque yo soy Yavé, el Dios de ustedes. 8 Guarden mis preceptos y practíquenlos: ¡Yo soy Yavé, y a ustedes les hago santos!
9 Cualquiera que maldiga a su padre o a su madre morirá. El que maldice a su padre o a su madre, quiere su propia muerte. 10 Si alguno comete adulterio con una mujer casada, con la mujer de su prójimo, morirán los dos, el adúltero y la mujer adúltera. 11 El hombre que se acueste con la mujer de su padre ha descubierto la desnudez de su padre; los dos morirán, y serán responsables de su propia muerte. 12 Si un hombre se acuesta con su nuera, los dos morirán: han cometido una infamia y son responsables de su propia muerte.
13 Si un hombre se acuesta con un varón, como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una infamia; los dos morirán y serán responsables de su muerte. 14 El hombre que tome a una mujer y a su madre comete una infamia. Se les quemará a él y a ellas para que no haya infamia entre ustedes.
15 Si un hombre tiene relación sexual con un animal, morirán él y el animal. 16 Y si una mujer la tiene con un animal, los dos morirán también. Son responsables de su propia muerte.
17 El hombre que tiene relaciones con su hermana, hija de su padre o de su madre y ve su desnudez y ella la de él, es una ignominia; serán exterminados en presencia de los hijos de su pueblo. Ha descubierto la desnudez de su hermana: cargará con su maldad.
18 Si un hombre se acuesta con una mujer durante su derrame menstrual y descubre su desnudez, ha descubierto, y ella también, la fuente de su sangre; ambos serán borrados de en medio de su pueblo. 19 No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu madre, ni con la de tu padre, porque son tu propia carne; de hacerlo, cargarás con tu maldad. 20 Si un hombre se acuesta con su tía, descubre la desnudez de su tío; de hacerlo, cargará con su pecado y morirá sin hijos. 21 Si un hombre toma la mujer de su hermano, comete una maldad: ha descubierto la desnudez de su hermano. Estos no tendrán hijos.
22 Guarden, pues, todas mis tradiciones y mandamientos y pónganlos en práctica. Así no los vomitará esa tierra a donde los estoy llevando para que vivan en ella. 23 No seguirán las costumbres de la gente que voy a arrojar delante de ustedes, pues a causa de esas mismas prácticas les tomé odio. 24 Por esto les he dicho a ustedes: Poseerán su tierra; y soy quien se la doy, de manera que sea de ustedes esa tierra que mana leche y miel: Yo soy Yavé, el Dios de ustedes, que los ha separado de entre los pueblos.
25 Distingan bien, pues, entre el animal puro y el impuro y entre ave pura e impura, y no se contaminen comiendo algún animal, o ave, o cualquier ser que se mueva en la tierra, que yo haya separado como impuro. 26 Sean santos para mí, porque yo soy Santo, yo Yavé, que los he separado de los demás pueblos para que sean míos.
27 Todo hombre o mujer que llame a los espíritus o practique hechicerías morirá. Los apedrearán y su sangre caerá sobre ellos.»


Salmo 65
Visitas la tierra y la colmas de riquezas.

—Acción de gracias por las ricas cosechas de un año fértil.
2 En Sión, oh Dios, conviene alabarte
2 y en Jerusalén cumplir nuestras promesas,
3 pues tú has oído la súplica.
3 Todo mortal viene a ti con sus culpas a cuestas;
3 nuestros pecados nos abruman
3 pero tú los perdonas.
5 Feliz tu invitado, tu elegido
5 para hospedarse en tus atrios.
5 Sácianos con los bienes de tu casa,
5 con las cosas sagradas de tu Templo.
6 Tú nos responderás, como es debido,
6 con maravillas, Dios Salvador nuestro,
6 esperanza de las tierras lejanas
6 y de las islas de ultramar,
7 tú que fijas los montes con tu fuerza
7 y que te revistes de poder.
8 Tú calmas el bramido de los mares
8 y el fragor de sus olas;
8 tú calmas el tumulto de los pueblos.
9 Tus prodigios espantan a los pueblos lejanos,
9 pero alegran las puertas
9 por donde el sol nace y se pone.
10 Tú visitas la tierra y le das agua,
10 tú haces que dé sus riquezas.
10 Los arroyos de Dios rebosan de agua
10 para preparar el trigo de los hombres.
10 Preparas la tierra, 11 regando sus surcos,
11 rompiendo sus terrones,
11 las lluvias la ablandan, y bendices sus siembras.
12 Coronas el año de tus bondades,
12 por tus senderos corre la abundancia;
13 las praderas del desierto reverdecen,
13 las colinas se revisten de alegría;
14 sus praderas se visten de rebaños
14 y los valles se cubren de trigales,
14 ¡ellos aclaman, o mejor, ellos cantan!


Hechos 5,17-42
Los apóstoles son nuevamente arrestados

17 El sumo sacerdote y toda su gente, que eran el partido de los saduceos, decidieron actuar en la forma más enérgica. 18 Apresaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. 19 Pero un ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel durante la noche y los sacó fuera, diciéndoles: 20 «Vayan, hablen en el Templo y anuncien al pueblo el mensaje de vida.» 21 Entraron, pues, en el Templo al amanecer y se pusieron a enseñar.
21 Mientras tanto el sumo sacerdote y sus partidarios reunieron al Sanedrín con todos los ancianos de Israel y enviaron a buscar a los prisioneros a la cárcel. 22 Pero cuando llegaron los guardias no los encontraron en la cárcel. Volvieron a dar la noticia y les dijeron: 23 «Hemos encontrado la cárcel perfectamente cerrada y a los centinelas fuera, en sus puestos, pero al abrir las puertas no hemos encontrado a nadie dentro.»
24 El jefe de la policía del Templo y los jefes de los sacerdotes quedaron desconcertados al oír esto y se preguntaban qué podía haber sucedido. 25 En esto llegó uno que les dijo: «Los hombres que ustedes encarcelaron están ahora en el Templo enseñando al pueblo.» 26 El jefe de la guardia fue con sus ayudantes y los trajeron, pero sin violencia, porque tenían miedo de ser apedreados por el pueblo.
27 Los trajeron y los presentaron ante el Consejo. El sumo sacerdote los interrogó diciendo: 28 «Les ha bíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero ahora en Jerusalén no se oye más que su predicación y quieren echarnos la culpa por la muerte de ese hombre.»
29 Pedro y los apóstoles respondieron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. 30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero. 31 Dios lo exaltó y lo puso a su derecha como Jefe y Salvador, para dar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. 32 Nosotros somos testigos de esto y lo es también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.»
33 Ellos escuchaban rechinando los dientes de rabia y querían matarlos. 34 Entonces se levantó uno de ellos, un fariseo llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley y persona muy estimada por todo el pueblo. Mandó que hicieran salir a aquellos hombres durante unos minutos 35 y empezó a hablar así al Consejo:
35 «Colegas israelitas, no actúen a la ligera con estos hombres. 36 Recuerden que tiempo atrás se presentó un tal Teudas, que pretendía ser un gran personaje y al que se le unieron unos cuatrocientos hombres. Más tarde pereció, sus seguidores se dispersaron y todo quedó en nada. 37 Tiempo después, en la época del censo, surgió Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí. Pero también éste pereció y todos sus seguidores se dispersaron. 38 Por eso les aconsejo ahora que se olviden de esos hombres y los dejen en paz. Si su proyecto o su actividad es cosa de hombres, se vendrán abajo. 39 Pero si viene de Dios, ustedes no podrán destruirlos, y ojalá no estén luchando contra Dios.»
39 El Consejo le escuchó 40 y mandaron entrar de nuevo a los apóstoles. Los hicieron azotar y les ordenaron severamente que no volviesen a hablar de Jesús Salvador. Después los dejaron ir.
41 Los apóstoles salieron del Consejo muy contentos por haber sido considerados dignos de sufrir por el Nombre de Jesús. 42 El día entero en el Templo y por las casas no cesaban de enseñar y proclamar a Jesús, el Mesías.